En Venezuela durante los años 90 los partidos políticos tradicionales sufrieron un franco proceso de desgaste porque por un lado se olvidaron de mantener en práctica sus lineamientos teóricos fundamentales (Social Democracia y Social Cristianismo) y por el otro, porque un sector del mundo político y empresarial se dedicaron a jugar a la antipolítica.

El Carabobeño 19 mayo 2014

Carlos Cruz || Acontecer

La antipolítica es el peor de los males

acontecer2011@gmail.com

En Venezuela durante los años 90 los partidos políticos tradicionales sufrieron un franco proceso de desgaste porque por un lado se olvidaron de mantener en práctica sus lineamientos teóricos fundamentales (Social Democracia y Social Cristianismo) y por el otro, porque un sector del mundo político y empresarial se dedicaron a jugar a la antipolítica. Es decir a montar toda una inmensa matriz de opinión a través de los medios de comunicación la cual se convirtió en una gran campaña publicitaria destructiva cuyo objetivo era convencer a la sociedad civil de que los partidos políticos ya no servían y que había que acabar con ellos.

La consecuencias de ese macabro experimento fueron espantosas ya que gracias a la antipolítica Hugo Chávez llega al poder y como el Diablo mal paga a quien bien le sirve, ese soldadito a quien un grupo de líderes políticos, grandes empresarios y algunos militares de alto rango creyeron que lo manipularían como una marioneta; les resultó todo lo contrario y todos estos terminaron por estrellarse en la pared del abandono, el desprecio, la ruina económica y hasta la cárcel.

En todos estos 15 años de desgracia que ha vivido el país, una gran parte de los venezolanos todavía no ha comprendido que la práctica de la antipolítica es letal porque la sociedad debe comprender que la Democracia no puede existir sin la presencia de partidos políticos y los partidos políticos deben ser organizaciones bien estructuradas, que deben tener una democracia interna activa que permita la renovación periódica de sus autoridades, con un fundamento filosófico que marque las pautas de acción de sus dirigentes para poder planificar, proyectar y proponer a la sociedad. Venezuela no necesita partidos políticos de maletín que surgen para las elecciones o que su supervivencia depende de la aparición espasmódica de una candidatura porque por ese camino no hay futuro.

La antipolítica es un mal que todavía nos amenaza a nivel nacional y también regional y por culpa de ella la oposición no ha tenido mayores triunfos en Gobernaciones, Alcaldías y Concejalías.

Si la ciudadanía no está conforme con los partidos actuales no debe estar en contra de ellos y lo que tiene que hacer es crear partidos nuevos bien organizados o tratar de recomponer a los existentes para poner punto final al peor gobierno de toda la historia del país desde el descubrimiento