Vatican City, (ZENIT.org) H. Sergio Mora
Confirmo que el domingo 10 de mayo, por la mañana, el Santo Padre recibirá de forma estrictamente privada al presidente de la República de Cuba, el Sr. Raúl Castro Ruz”. Con estas palabras el director de la oficina del prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, respondió la pregunta de algunos periodistas en un comunicado enviado a las 20:13 horas de Roma, este martes.
El mismo concluye precisando: “El encuentro se realizará de forma privada en el estudio del Papa ubicado en el Aula Pablo VI”.
La importancia principal de este encuentro es que precede a la visita del Santo Padre a Cuba, la cual fue anunciada pero cuyos particulares aún no se han especificado. Radio Vaticano al publicar el comunicado recuerda que “el presidente Castro ha agradecido públicamente al Papa por su rol en el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos”.
Se sabe también que el cardenal Beniamino Stella ex-nuncio apostólico en Cuba, tras su reciente viaje a la Isla declaró en una entrevista a la Radio Vaticano, que es importante para los católicos cubanos “que puedan ir, que puedan moverse, que puedan por lo tanto viajar hacia los puntos de encuentro donde el Papa se detendrá para esta visita”, lo que hace suponer que tal libertad de movimiento esté limitada.
Lo que el Vaticano ha anunciado es que el Santo Padre visitará Cuba antes del viaje a Estados Unidos, el cual está programado del 23 al 28 de septiembre próximo. Durante el mismo, en Washington canonizará al misionero español fray Junípero Serra, en Nueva York hablará ante las Naciones Unidas, y en Filadelfia participará al Encuentro Mundial de las Familias.
Este viaje además ayudará a afianzar las relaciones suspendidas en 1961 entre Washington y La Habana, que declararon su intención de acercase, con un discurso pronunciado en diciembre pasado por los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama y el de Cuba, Raúl Castro, en el cual también agradecieron la mediación de la Santa Sede en el proceso de acercamiento.
Es la segunda vez que un Castro es recibido en el Vaticano. Primero fue Fidel, que en noviembre de 1996 encontró a Juan Pablo II. Dos años después fue el viaje apostólico del santo polaco a la isla, en donde pronunció la famosa frase: "Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba". Después de este viaje, La Habana aceptó que la Navidad pueda ser considerada día festivo y las procesiones públicas, siempre con las debidas autorizaciones. Se permitió además que ingresaran religiosas y sacerdotes a la isla.
Otro paso importante fue, gracias a la mediación de la Iglesia local, la excarcelación de un grupo de 75 disidentes cubanos presos por el régimen, quienes fueron enviados a España.
En el 2011, Benedicto XVI hizo escala en Cuba antes de seguir hacia México. Allí criticó el bloqueo de Estados Unidos y pidió más libertad para la Iglesia. Visitó también el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre. Por su parte, el Gobierno aceptó el 18 de marzo de 2013 como festivo, la fecha del Viernes Santo.
(06 de mayo de 2015) © Innovative Media Inc.
El Papa y Raúl Castro se verán en Roma para impulsar el diálogo
El Vaticano ya anunció el pasado abril que el Pontífice viajará a la isla en septiembre
PABLO ORDAZ Roma 6 MAY 2015 - 21:34 CEST
A la historia parece haberle entrado prisa. A la llegada al Vaticano de un papa empeñado en aprobar las asignaturas pendientes de una Iglesia anclada en el pasado se une la decisión de Estados Unidos y Cuba de ir dejando atrás el conflicto que dividió América. Dos de los principales actores de esta revolución pacífica, el papa Francisco y Barack Obama, se reunieron en Roma la primavera pasada, y ahora será el presidente cubano, Raúl Castro, quien el próximo domingo, de regreso de su viaje oficial a Moscú, visite a Jorge Mario Bergoglio en su residencia de la Santa Sede.
Se tratará, según se encargó de advertir el portavoz vaticano, Federico Lombardi, de una visita “estrictamente privada”, pero esto, lejos de quitarle importancia al encuentro, se la añade. De visitas de Estado, pomposas, protocolarias y vacías, está llena la agenda del Papa, pero el encuentro con Raúl Castro –después del público reconocimiento que tanto él como Obama hicieron de la labor mediadora del pontífice— no se puede interpretar más que como otro paso importante en el camino del diálogo.
Sobre todo teniendo en cuenta que, como ya anunció el Vaticano el pasado mes de abril, Francisco visitará la isla en septiembre, justo antes del viaje que tenía previsto a EE UU y que lo llevará a Washington, Nueva York y Filadelfia. Al margen de lo que trascienda del encuentro –que será poco--, fuentes de la secretaría de Estado vaticana confirman que, ya desde la visita de Obama en marzo de 2014, Jorge Mario Bergoglio ha seguido muy de cerca, tanto de forma personal como a través de la diplomacia vaticana, el recién inaugurado diálogo entre Cuba y EE UU. “El interés del Vaticano”, señalan estas fuentes, “es que a este nuevo momento de concordia, que aún será lento, largo y difícil, se incorporen otros actores importantes de la región; no hay que olvidar que el Papa sigue estando muy preocupado por la situación de Venezuela”.
Ni la visita de Raúl Castro será la primera de un presidente cubano al Vaticano –Fidel ya estuvo en 1996--, ni tampoco será Francisco el primer pontífice que visite la isla del Caribe. Juan Pablo II viajó a Cuba en 1998 –fue entonces cuando pidió “que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba”—y Benedicto XVI en 2011. Pero entonces, a diferencia de ahora, la historia no parecía tener tanta prisa.
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