Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

viernes, 4 de marzo de 2011

¿Hay esperanza en medio de esta crisis en la que estamos involucrados los venezolanos psiquicamente? ¿Sanaremos a la par que reconstruimos el país?

La Unión Europea, una esperanza
Edgar Cherubini Lecuna* / Analítica (Venezuela) - 10/12/08


Desde su concepción en 1950, pasando por el proceso de unificación iniciado en 1957 con sólo seis Estados y luego de su consolidación en 1993, los países europeos encontraron la oportunidad única e irrepetible de acordar una unión económica y política, basada en valores democráticos, justicia, derechos humanos y el respeto a las identidades de cada una de las naciones que la conforman. Hoy son 27 países miembros que, a pesar de su diversidad, comparten esa plataforma común, logrando consolidarse como alternativa frente a la supremacía de otros polos de poder global.

Su singularidad reside en su carácter a la vez supranacional e intergubernamental, lo que ha desarrollado una singular relación política entre sus miembros que se traduce en el establecimiento de un mismo ordenamiento jurídico y en el funcionamiento de instituciones comunitarias. Es importante aclarar que en la UE, el Derecho comunitario no es superior al Derecho interno de los Estados miembros de la Unión, sino que se integra y coexiste armoniosamente, no es supraconstitucional, es más bien metaconstitucional. Sus instituciones velan por el desarrollo y el bien común de sus estados asociados.

El ensayo ha funcionado satisfactoriamente. Prueba de ello es que, ante la crisis económica mundial desatada recientemente, la UE ha lanzado un plan de reactivación económica por 260.000 millones de dólares (unos 200.000 millones de euros), con un abanico de alternativas para que cada país miembro elija la que más le convenga. El programa de reactivación sugiere medidas para los hogares más afectados por la desaceleración económica y refuerza el seguro de desempleo. Es interesante comentar que, según el Tratado de Maastricht, los 27 Estados miembros de la UE no pueden tener un déficit público superior al 3% del PIB.


La UE y el desarrollo

“Libertad de expresión, Derechos Humanos y democracia van ligados indisolublemente al desarrollo socio-económico. En eso consiste el sueño de la Unión Europea, un mundo de paz y progreso que podemos alzanzar. Sin democracia, sin libertad de expresión y sin una sociedad civil fuerte, nuestros esfuerzos serán en vano”, así se expresó Louis Michel, Comisario Europeo para el Desarrollo y Ayuda Humanitaria, en las Jornadas para el Desarrollo de la Unión Europea 2008, organizadas en el mes de noviembre por la Comisión Europea en su sede de Strasbourg. Los allí presentes evidenciamos el dinamismo con el que la UE está enfrentando los retos del presente al definirse y posicionarse en el escenario global como la promotora del desarrollo sustentable basado en la democracia.

La Unión Europea se ha empeñado por igual en ayudar a que los países bajo su área de influencia, incluyendo a los del llamado tercer mundo, alcancen las metas de un desarrollo sustentable. La UE aporta el 55% de la ayuda mundial a los países en vías de desarrollo. Ese liderazgo va acompañado de la promoción del empoderamiento ciudadano, la descentralización como un factor clave en la promoción de un desarrollo humano sustentable y en la reducción de la pobreza, así como el apuntalamiento de los poderes locales para una gobernabilidad y democracia plenas.

Para los que estábamos allí presentes, la UE se nos mostró como un modelo exitoso, donde 495 millones de ciudadanos viven en paz, prosperidad y libertad, logrando un mundo más justo y más seguro. La UE no es perfecta y aún hay que subsanar fallas, pero su futuro se decidirá democráticamente y por consenso mediante el diálogo y el debate, tomando en cuenta la participación democrática de cada uno de sus ciudadanos representados en el Parlamento Europeo, sin imposiciones, sin dogmas, sin amenazas, sin odios, sin resentimientos y sin guerras.


El futuro de Suramérica está en su reinvención

¿No fue acaso el sueño de Bolivar el de una unión de países en el continente, parecida a lo que es hoy la Unión Europea? ¿Es acaso un sueño imposible el de una unión económica y política de naciones suramericanas y caribeñas conformada por países donde se consolide la democracia y el progreso de sus ciudadanos? ¿Por qué no inspirarnos en la Unión Europea para lograr esa unión?

En Latinoamérica somos 372 millones de individuos, de los cuales 40 millones son indígenas, etnias herederas de una singular riqueza cultural. Contamos con una superficie 17 millones de km², esto representa un tercio de la biodiversidad del planeta y el 25% del agua dulce del mundo. Somos una cuarta parte de las reservas de biosfera, el 12% de las reservas mundiales de petróleo, el 4% de las reservas mundiales de gas. Somos la quinta economía y el cuarto mercado mundial en potencia.

De allí que hayamos contemplado el nacimiento de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) como un polo integrador, una esperanza para insertarnos en la modernidad, pero al contrario del proceso de construcción de la Unión Europea,
las amenazas a la democracia, la desinstitucionalización de los poderes, la injusticia e irrespeto a los Derechos Humanos, el auge del populismo y el militarismo en algunos de sus Estados, hacen más tortuoso el camino de la integración. Será muy difícil una unión económica y política como la UE sin una plataforma democrática e institucional fuerte en cada Estado miembro.

Sin embargo, Latinoamérica es un continente donde la democracia se ha levantado y ha sobrevivido pese a formidables obstáculos. Sus ciudadanos luchan incansablemente por sus derechos fundamentales. Los experimentos políticos sean de derecha, izquierda o centro, a la larga no tienen otra opción que el camino democrático, si no quieren quedarse al margen de la comunidad internacional.

Necesitamos construir sociedades donde el ciudadano tenga la oportunidad de emprender su propio progreso, con acceso al mundo del conocimiento y la información. Para eso, requerimos con urgencia líderes capaces de entender y gerenciar con eficacia sociedades modernas, sacudirse modelos obsoletos de economía y política, y no me refiero sólo al socialismo real, que comprobadamente fracasó, sino también a esas
abstracciones económicas insostenibles y próximas a colapsar, plagadas de creciente inflación y desempleo estructural, donde se confunde a la gente hablando de capacidad de consumo y prosperidad, mientras disminuyen los índices de desarrollo humano, aumenta la pobreza y se hace todo lo contrario a la producción sostenible de bienes y alimentos, se destruye el medio ambiente y se agotan los recursos no renovables sin ninguna productividad, generando, eso sí, mayor vulnerabilidad.

Ya basta de mirar al pasado o de culpar a otros por nuestros males, tenemos la posibilidad en nuestras manos de crear una unión de países que no repita los errores del pasado y retome los logros del presente con creatividad, para dar nacimiento a un nuevo polo de desarrollo y progreso sustentable, en libertad y democracia.

Es urgente revalorizar el sentido de la política, es decir, su capacidad de crear opciones alternativas que sirvan de contrapeso a los
proyectos personalistas y autoritarios, miopes y arrogantes que tratan de imponer modelos anacrónicos en la región. Para encarar el presente y la incertidumbre ante el futuro y sus retos, se hace necesario elaborar un nuevo discurso innovador que nos vincule, que nos unifique en medio de la diversidad con un criterio compartido para interpretar la realidad y actuar en consecuencia. Para sobrevivir y lograr la unión de nuestros países debemos reinventarnos. Si bien Latinoamérica es la región donde lo inesperado es lo cotidiano, esa condición, podría sorprender al mundo de nuevo.

[*] Link: http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/8481342.asp / E-mail: Edgar.cherubini@gmail.com

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