Ese 19 de abril de 2005, cuando Joseph Ratzinger saludó por primera vez a los fieles desde el balcón de la catedral de San Pedro, investido como el Papa Benedicto XVI, el asombro del mundo no se hizo esperar. Si se quiere, fue más decepción que asombro, ya que su imagen en el ámbito de la Iglesia católica venía precedida por su oscuro cargo de Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, es decir, lo que siglos atrás se conoció como el Santo Oficio; de no muy grato recuerdo. Para los que no estamos familiarizados con los movimientos internos de una de las organizaciones más viejas y tradicionales del planeta, el nombre del nuevo prelado no nos decía mucho. Tal vez, transijo, veníamos del largo papado de Juan Pablo II, y su imagen fuertemente mediática se había anclado en nuestra conciencia como algo indeleble y profundo, hasta hacernos creer que era inmortal. En otras palabras: Karol Wojtyla era "el Papa" por antonomasia y fuera de él nada era posible.
En el año 2006 salió al mercado editorial una de las tantas biografías que sobre Joseph Ratzinger se han escrito antes y después de su ascensión al trono vaticano. Pero este nuevo libro titulado Benedicto XVI. Una mirada cercana (Ediciones Palabra) tiene un importante punto a su favor: fue escrito por el periodista Peter Seewald, el mismo autor de los best seller La sal de la Tierra y Dios y el mundo, que nos entregaron interesantes conversaciones -con el entonces cardenal- sobre diversos temas clásicos y de actualidad, que de alguna manera marcaron un antes y un después en la visión que sobre este clérigo alemán se tenía fuera de sus fronteras naturales. Y digo que esta circunstancia es un punto a favor del libro, porque como se constata durante su lectura, es Seewald un profundo conocedor de la personalidad del Papa, ha sostenido con él largas y fructíferas conversaciones de las que han aflorado aspectos interesantes de su compleja y abrupta existencia, y ha estudiado su pensamiento y su obra teológica con la mirada de quien se abre reticente ante un mundo denso y desconocido, y al final halla una luz para seguir en el camino.
La biografía de Seewald constituye una extraordinaria oportunidad de acercarse y comprender a este hombre de extracción sencilla (su padre era gendarme y madre cocinera), quien al final de su existencia (cuando ya creía poder recogerse en su trabajo académico e intelectual) se ve impelido por sus colegas del Cónclave a continuar con la obra de un pontificado que sin duda marcó un hito en el mundo de Occidente, y del que él fue copartícipe. En sus páginas se nos muestra a un Joseph Ratzinger increíblemente humano, deslastrado de atavismos, tímido, brillante en lo intelectual (colindante en la genialidad) que con la fuerza de una fe inquebrantable asumió su apostolado como una forma de mostrarle al mundo que, a pesar de nuestras flaquezas y cansancio por toda una vida de grandes esfuerzos, podemos llevar adelante el peso de un compromiso determinante -en su caso- en la vida de millones de personas en todo el planeta.
Benedicto XVI. Una mirada cercana es un libro honesto, muy bien escrito (con una prosa limpia, a pesar de los vaivenes propios de las traducciones), en el que disímiles voces (amigos y eternos adversarios de Ratzinger) se ponen a prueba a la hora de tratar de definir una personalidad díscola, ambivalente, cuyas aristas constituyen elementos fundantes de una imagen que ha llegado a nosotros tergiversada, distorsionada por las pasiones religiosas, y que gracias al empeño y largo trajinar de Peter Seewald en la vida y obra del actual pontífice, nos permite conocer de cerca a un personaje extraordinario; amén de clave para nuestro tiempo histórico.
rigilo99@hotmail.com
Joseph Ratzinger
Joseph Alois Ratzinger nació en Marktl am Inn, Alemania, el 16 de abril de 1927. Es el actual Papa de la Iglesia Católica, bajo el nombre de Benedicto XVI.
Joseph Ratzinger |
En 1932, su familia se mudó a Aschau am Inn, donde sus padres, lo enviaron al seminario de San Miguel, donde destacó como estudiante.
En 1939, entró en las Juventudes hitlerianas, siendo el primer seminarista que entraba a formar parte de esta asociación paramilitar Nacional-Socialista. En 1943, fue reclutado para servir en una brigada antiaérea que defendió una planta de BMW en las afueras de Múnich. En 1944, fue sometido a entrenamiento básico en el ejercito, en concreto en HungrÃa y unos meses después, al ver el derrumbamiento del régimen nazi, eligió el camino de la deserción y fue capturado por las tropas aliadas.
De 1946 a 1951, estudió teologÃa y filosofÃa en la universidad de Freising, asà como en el Herzogliches Georgianum de la universidad de Múnich y Friburgo.
El 29 de Junio de 1951, recibió junto con su hermano Georgh, el sacramento de la orden sacerdotal en la catedral de Freising
En 1959, ingresa como profesor en la universidad de Bonn, con la conferencia inaugural de "El Dios de la Fe y el Dios de la FilosofÃa". Y en 1963 se fue a la universidad de Münster, donde ya era conocido bien conocido como teólogo. En el Concilio Vaticano II, sirvió como asesor teológico del cardenal Josef Frings de Colonia.
En 1972, fundó la publicación teológica Communio junto con Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac y otros. Communio, hoy publicada en diecisiete idiomas, se ha convertido en una de las publicaciones católicas más influyentes del mundo.
El 24 de marzo de 1977 Ratzinger fue consagrado arzobispo de Múnich y Frisinga, y el 27 de junio, Pablo VI lo nombró cardenal del tÃtulo de S- Maria Consolatrice al Tiburtino.
El 25 de noviembre de 1981, Juan Pablo II nombró a Ratzinger Prefecto para la Congregación para la doctrina de la Fe (o lo que es lo mismo, la Santa Inquisición).
Dimitió en la archidiócesis de Múnich a principios de 1982. Fue nombrado cardenal obispo de Velletri-Segni en 1993, elegido vicedecano del Colegio Cardenalicio en 1998 y finalmente decano del mismo 2002, uniendo como es preceptivo su sede cardenalicia a la de Ostia.
En Enero de 2005, la revista "Time", publicó que Ratzinger era el favorito en suceder a Wojtyla, antes de que este muriera. El 19 de abril, fue elegido en el segundo dÃa del conclave, como sucesor de Wojtyla, y representante de Pedro el pescador en la Tierra y con el sobrenombre de Benedicto XVI.
Peter Seewald retrata al hombre Ratzinger con un estilo y una documentación plenamente originales, recurriendo a detalles hasta ahora completamente desconocidos. He aquí el sorprendente balance de su trato con él: no es que Ratzinger haya cambiado de teólogo reformador y progresista para convertirse en un inquisidor duro, sino que son la Iglesia y el mundo los que han cambiado como nunca antes. El periodista Peter Seewald muestra que es precisamente Benedicto XVI quien puede dar aliento y esperanza para los tiempos venideros, a personas de dentro y de fuera de la Iglesia.
Peter Seewald conoce al Papa actual desde 1992 en calidad de auténtico interlocutor. Con Ratzinger, escribió La sal de la tierra (también editado por Ediciones Palabra), un libro entrevista de gran éxito en todo el mundo sobre los misterios de la fe.
¿Quién es realmente Benedicto XVI, el hombre que se presenta tan modestamente y uno de los intelectuales más importantes del mundo?
Peter Seewald retrata al hombre Ratzinger con un estilo y una documentación plenamente originales, recurriendo a detalles hasta ahora completamente desconocidos. He aquí el sorprendente balance de su trato con él: no es que Ratzinger haya cambiado de teólogo reformador y progresista para convertirse en un inquisidor duro, sino que son la Iglesia y el mundo los que han cambiado como nunca antes. El periodista Peter Seewald muestra que es precisamente Benedicto XVI quien puede dar aliento y esperanza para los tiempos venideros, a personas de dentro y de fuera de la Iglesia.
Peter Seewald conoce al Papa actual desde 1992 en calidad de auténtico interlocutor. Con Ratzinger, escribió La sal de la tierra (también editado por Ediciones Palabra), un libro entrevista de gran éxito en todo el mundo sobre los misterios de la fe.
¿Quién es realmente Benedicto XVI, el hombre que se presenta tan modestamente y uno de los intelectuales más importantes del mundo?
BENEDICTO XVI: UNA MIRADA CERCANA
de SEEWALD, PETER
14.0x22.0 cm
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788498400076
Nº Edición:1ª
Año de edición:2006
Plaza edición: MADRID
Peter Seewald retrata al hombre Ratzinger con un estilo y una documentación plenamente originales, recurriendo a detalles hasta ahora completamente desconocidos. He aquí el sorprendente balance de su trato con él: no es que Ratzinger haya cambiado de teólogo reformador y progresista para convertirse en un inquisidor duro, sino que son la Iglesia y el mundo los que han cambiado como nunca antes. El periodista Peter Seewald muestra que es precisamente Benedicto XVI quien puede dar aliento y esperanza para los tiempos venideros, a personas de dentro y de fuera de la Iglesia.
Peter Seewald conoce al Papa actual desde 1992 en calidad de auténtico interlocutor. Con Ratzinger, escribió La sal de la tierra (también editado por Ediciones Palabra), un libro entrevista de gran éxito en todo el mundo sobre los misterios de la fe.
¿Quién es realmente Benedicto XVI, el hombre que se presenta tan modestamente y uno de los intelectuales más importantes del mundo?
Un libro desvela la vida personal de Ratzinger
clipping"Siempre he sido un simple profesor"
"El deporte fue para mí una verdadera tortura"
El joven profesor Joseph Ratzinger.
No fuma, no bebe y necesita dormir muchas horas por la noche. Es rutinario, tímido y antes de llegar a ser el líder de la Iglesia católica viajaba en clase turista
No fuma, no bebe y necesita dormir muchas horas por la noche. Es rutinario, tímido y antes de llegar a ser el líder de la Iglesia católica viajaba en clase turista. Nunca tuvo entre sus metas cargos de poder y su mayor aspiración era poder escribir algún día una gran obra teológica. Su padre era policía rural y a su madre siempre le gustó la cocina. Entre sus postres preferidos el Papa siempre recuerda la tarta de manzana o el «Kaisserschmarrn», un dulce típico austriaco. A pesar de ser muy diferente a Juan Pablo II, se entendieron muy bien desde el principio y pronto pasó a ser su amigo de confianza, su soporte y años después su sucesor. Pero, ¿podemos saber quién es en realidad Joseph Ratzinger? Nos lo cuenta Laura Daniele en ABC.
Esta incógnita, que comparten miles de fieles en todo el mundo, se ha convertido en un gran desafío para Pablo Blanco Sarto, un joven sacerdote que imparte clases de Teología en la Universidad de Navarra. En su último libro, «Benedicto XVI. El Papa alemán» (Editorial Planeta), que saldrá publicado el próximo 6 de octubre, a pocas semanas de la peregrinación del Santo Padre a Santiago de Compostela y de su visita a Barcelona para consagrar el templo de la Sagrada Familia, Blanco propone, a través de una lectura amena y dinámica, abordar «desde la sintonía y la simpatía» el pensamiento y también la historia personal del Santo Padre.
«El mejor modo de conocer a una persona -señala- es sintonizar con ella, no tener una mirada inmisericorde sino cercana. Yo me he dedicado a estudiar el pensamiento de Ratzinger y creo que he conseguido entender lo que hay dentro de su cabeza, su visión de los problemas de la Iglesia y del mundo».
Después de diez años de trabajo, y de conocer de primera mano los lugares donde el Papa nació, estudió y pasó gran parte de su vida, este profesor ofrece una biografía hecha de los mejores retazos de la amplia documentación y testimonios que existen sobre la personalidad y las ideas de Joseph Ratzinger, entre las que también se incluyen las impresiones y recuerdos del propio Pontífice a través de algunos de sus escritos más personales.
A modo de un gigante rompecabezas, el autor ha logrado ordenar las piezas con gran pedagogía y ecuanimidad. «Donde hay más información y documentación -explica- es justamente de la primera época de su vida. Conforme nos vamos acercando a nuestros días hay más volumen de información pero menos contrastada. Tienes que seleccionarla mucho mejor, ver lo que te cuadra con el personaje de lo que es puro comentario, alabanza o crítica sin más. He intentado armar el rompecabezas con las piezas que iba teniendo, siguiendo ese hilo conductor que es conocer la personalidad, las ideas de Joseph Ratzinger, es decir, el personaje con sus contrastes, sus luces y sus sombras». El resultado es sin duda interesante.
Entre las experiencias más sorprendentes de sus años de investigación, el autor destaca la marca que dejó el nazismo en la sociedad alemana y en el propio Santo Padre. «Descubrir la tragedia profunda que tienen los alemanes con este tema y la labor de oposición y de lucha que tuvo el cristianismo frente al nazismo -apunta- fue muy interesante». El caso de la familia de Ratzinger fue además «clamoroso», añade.
En el relato, Blanco recupera un recuerdo familiar del Papa de aquella época: "Más adelante se alojaron en nuestra casa dos miembros de las SS (...) Mi padre no pudo evitar verter sobre ellos toda su ira contra Hitler, lo cual habría equivalido normalmente a una condena a muerte. Pero parecía que un ángel de la guarda velaba por nosotros, pues ambos desaparecieron al día siguiente, sin causarnos desgracia alguna".
El libro recoge también momentos más dulces como los paseos con su padre durante los veranos, la sencilla vida familiar o los días en el seminario menor en los que se le daba mejor los libros que el fútbol: "Estaban previstas todos los días dos horas de deporte en el enorme campo de deportes de la casa. Esta circunstancia llegó a ser para mí una verdadera tortura, ya que no estoy lo que se dice especialmente dotado para el deporte. Tengo que decir, no obstante, que mis compañeros eran muy tolerantes conmigo". De los primeros pasos de lo que sería una imparable carrera eclesial, el autor rescata el día de su ordenación sacerdotal, «el más importante de su vida», en junio de 1951, o su incorporación a la curia vaticana cuando fue creado cardenal por Pablo VI: "Yo había sido tantos años un simple profesor, muy alejado de la jerarquía de la Iglesia, y no sabía cómo comportarme, y me sentía poco a gusto en aquel ambiente. A pesar de que me sentía demasiado poca cosa, el Papa fue muy bueno y me animó".
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