sábado 30 de julio de 2011
Bolívar estaba muerto
Chávez en el Laberinto
Chávez en el laberinto
Glidden García Medina
Con Chávez resurgió la vieja lucha de los países llamados del Tercer Mundo por manejar su propio destino, lucha que ha sido tronchada por dos factores importantes, a saber: la deuda externa usada como instrumento de dominio imperial y la falta de apoyo recíprocos de los miembros en crisis.
El presidente Chávez ha soportado serios avatares: al inicio de su gobierno (1999) la dantesca tragedia del estado Vargas, donde la naturaleza sometió a prueba al joven gobernante; y luego (2002) un siniestro golpe de Estado, orquestado por la administración de George Bus. Bien le cabe al presidente Chávez el epíteto de “El hombre de las dificultades”.
En Venezuela la oposición sistemática al gobierno de Chávez se ha desarrollado mediante la cooperación de la vieja elite corrupta de los sindicatos del petróleo, el sector de los negocios, la Iglesia y los medios de comunicación privados y como se ha visto claramente, la propia cúpula de la también vieja elite militar. Quizá los intereses económicos de las empresas españolas y norteamericanas en toda Iberoamérica se vieron amenazadas por las políticas de Chávez, de allí sus enconados ataques y sus incesantes hostigamientos para deformar el programa social que impulsa este líder latinoamericano.
El petróleo venezolano es crucial para los Estados Unidos. Venezuela cuenta con una capacidad productiva diaria de 3,9 millones de barriles. Posee reservas probadas de 78 millardos de barriles de crudos pesados, medianos y livianos, más de la mitad de las reservas regionales en todo el continente. Estas cifras nos colocan en el quinto lugar mundial en disponibilidad de reservas probadas. Nuestra infraestructura de producción incluye unos 20 mil pozos activos extractores de crudo en más de 2.400 yacimientos, ubicados en 300 campos petroleros, con más de 6 mil kilómetros de oleoductos. Si a las reservas mencionadas se le suman las de la faja del Orinoco, podríamos señalar sin exageración que Venezuela posee la mayor acumulación de combustibles líquidos del mundo: 378 millardos de barriles. Esto determina por un lado el porqué nuestro país es visto como presa de cacería; y por otro lado, contar con un presidente que se niega a negociar, o mejor dicho, considera inadmisible que se regale nuestra riqueza petrolera, patrimonio de todos los venezolanos, a una elite económica encabezada por empresarios norteamericanos y españoles, secundados por venezolanos apátridas. El destacado analista petrolero Ignacio Ortega, señaló que “En el país existen dos grupos perfectamente identificados cuyos objetivos están enfocados en la privatización total y en la venta parcial de Pdvsa. En el primer nivel se inscriben los denominados “clan Giusti” encapsulados en áreas internas de dirección en la misma Pdvsa y algunos sectores externos a la industria inscritos en las influencias del denominado “grupo Santa Lucía” dirigido por Sosa Pietri, apoyados por Gustavo Cisneros y por organizaciones políticas como Primero Justicia, Queremos Elegir y Proyecto Venezuela. Por ejemplo, Gustavo Cisneros en asociación con capital texano se adueñaría de Citgo y serviría de “broker” para la enajenación internacional de Pdvsa. Venezuela abandonaría la OPEP y pondría en marcha un plan extraordinario de “full” producción”.
La situación venezolana es de vida o muerte. A esto se enfrenta no solo Hugo Chávez, sino la nación entera. Como en el mito de Ariadna, solo el amor nos salvará del sacrificio innecesario de nuestro destino. La hija del rey Minos y Pasifae de Creta le hizo caso al corazón, y este nos dice que contamos con un buen presidente que merece nuestro apoyo. Nuestro ovillo en esta ocasión es participar a fin de defender el derecho a la vida y a autodeterminación. Por suerte el minotauro está que se muere, y Teseo es bastante joven.
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