Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

sábado, 30 de julio de 2011

Comienza a crearse la leyenda de Chávez con el cáncer y la idea de Fidel Castro de convertir a Simón Bolívar en un asesinado por la godarria

Opinión
Gen Carlos Peñaloza
ND


Los diálogos del doctor Rangel

*** Ningún soldado está dispuesto a mancharse a sí mismo y a su familia con el oprobio eterno de haber disparado contra su propio pueblo.

José Vicente Rangel lamenta que no hay diálogo en Venezuela y culpa a sus sospechosos favoritos: los factores económicos y los medios de comunicación. Según él, estos villanos perturban los contactos entre Chávez y sectores de lo que Rangel llama “la derecha”. En boca de alguien tan informado sobre las intimidades del chavismo, esto es noticia.

Por supuesto, hay que preguntarse desde cuándo y por qué Chávez quiere hablar con los malos de su película. Derechistas para él son más la mitad de los venezolanos, de acuerdo a las últimas elecciones. ¿Por qué, de qué y con cuáles presuntos derechistas quiere hablar? ¿Por dónde será esa conversación? ¿Nos invitará a compartir con él su espacio televisivo? Porque el postigo que abrió en la Asamblea Nacional ya lo cerró, mandando a sus invitados a lavarse el paltó.

Diálogo es un intercambio de ideas entre dos o más personas o grupos, exponiendo cada uno sus puntos de vista y considerando los de los demás. El resultado deseable es un acuerdo entre las partes. Para ello cada uno de los participantes hace concesiones hasta llegar a una forma de compromiso aceptable para todos. No es un juego suma cero, donde todo lo que uno gana lo pierden los demás. Tampoco una orden cuartelera donde el jefe impone su voluntad a los subordinados.

Hasta ahora, para Fidel y su mandadero local el diálogo es una perorata unidireccional, un monólogo o, peor aún, una sucesión de órdenes arbitrarias. Eso que los españoles llaman un diálogo de besugos, que es una conversación donde las partes hablan pero no se escuchan. Como en Venezuela no hay ese pescado llamado besugo, lo llamaremos diálogo de sordos. En el caso de JVR y HCF sería un diálogo entre marcianos y terrícolas.

Armando Matías Guiu, español que inventó la frase, dijo algo aplicable al artículo de JVR: “La política es, a veces, como un “diálogo para besugos”. Nadie dice lo que piensa; algunos, no piensan lo que dicen; aquellos, piensan y no dicen; éstos, nadie sabe lo que piensan; de los de más allá una piensa que piensan, pero ellos no piensan que uno piensa.”

Nuestra política está pasando un trance peor que el descrito por Guiu. Fidel y su ayudante están ganando tiempo para dar un zarpazo cuando la Oposición baje la testa. Pese a que eso es evidente, quienes creen en pajaritos preñados todavía esperan que Chávez cambie, o que ladre pero no muerda. Chávez morderá, pero cuando Fidel se lo ordene.

Aunque ya no son mayoría en Venezuela, el dúo FICHA tiene fusiles, tanques y aviones. A las armas no se las enfrenta con diálogo, pero sí con resistencia civil, porque ningún ejército puede derrotar a su propio pueblo. Los militares son los defensores de la patria, no los carceleros de la sociedad. No están formados para asesinar a sus compatriotas. Al soldado que por confusión o ignorancia haga armas contra su pueblo le esperan el tribunal de La Haya y el desprecio público.

Ningún soldado quiere mancharse a sí y a su familia con semejante oprobio. No dispararán.

Email: genpenaloza@gmail.com
Twitter: http://twitter.com/GenPenaloza
Blog: www.puestodecombate.org

Fidel dió armas al “Caracazo” 0

may9

por ANTONIO MARIA DELGADO

El Nuevo herald, miami mayo 9 2011

***Tres años antes de que Hugo Chávez intentara tomar el poder por la fuerza, izquierdistas venezolanos vinculados con La Habana buscaban sacar provecho a un esperado estallido popular para derrocar al ex presidente Carlos Andrés Pérez, siendo dotados con armas y guiados personalmente por Fidel Castro, según reveló un oficial venezolano de alto rango.

El ex comandante del Ejército de Venezuela, Carlos Julio Peñaloza, dijo que Castro aprovechó su visita a Caracas durante la toma de posesión de Pérez -el 2 de febrero de 1989- para ingresar armas al país petrolero y ultimar detalles de una insurrección que sería liderada por civiles y militares venezolanos que simpatizaban con el régimen cubano.

Algunas de las armas incluían rifles de francotiradores que semanas después fueron utilizados contra soldados y agentes del orden público durante el llamado “Caracazo”, el levantamiento popular en el que cientos de venezolanos perdieron la vida.

“Cuando se produce el Caracazo (el 27 de febrero), Fidel trató de explotarlo”, reveló Peñaloza, general de División del Ejército, en una entrevista con El Nuevo Herald. “Fue una explosión popular pero, sabiendo que venía, él se preparó para sacarle provecho”.

El estallido popular era sólo cuestión de tiempo, señaló Peñaloza, quien tenía acceso a los organismos de inteligencia del Ejército y a la información suministrada por agentes que habían infiltrado los movimientos subversivos.

Cuando Pérez resultó electo en 1988, la economía venezolana se encontraba en serios aprietos, afligida por una severa caída en los precios del petróleo, un gigantesco endeudamiento y una espiral inflacionaria que parecía haber salido de control durante el mandato del presidente saliente Jaime Lusinchi.

Los organismos de inteligencia ya habían comenzado a recibir informes de que algo muy grande y serio estaba por ocurrir en Venezuela en el marco de la grave situación económica del país que, aunada a una serie de escándalos de corrupción, contribuía a acentuar el descontento de la población.

Y en ese ambiente de descontento llegó Castro a Caracas, en lo que era su primera visita en 30 años, para participar en una ostentosa inauguración presidencial bautizada en Venezuela como “la Coronación de Pérez”.

“Cuando Fidel llega a Caracas para la coronación, entra con una comitiva de 300 personas y trae numerosas cajas que contenían armas”, dijo el general, quien tres años después le advirtió a Pérez, sin ser escuchado, que Chávez y otros oficiales preparaban un golpe de Estado.

“Llegaron en tres aviones de Cubana de Aviación y entraron por la rampa presidencial, pero debido a coordinaciones con agentes del alto gobierno, la comitiva y los pesados cajones pasaron sin revisión en el aeropuerto”, añadió Peñaloza.

Las cajas fueron colocadas en camiones que estaban esperando el cargamento, y las personas, 280 de ellas que se presentaban como el personal de seguridad de Castro, fueron trasladadas al recién construido, pero aún no inaugurado, hotel Eurobuilding, que días antes había sido tomado en su totalidad por el G2 cubano, dijo Peñaloza.

“Ese hotel fue por una semana territorio cubano en Venezuela”, comentó Peñaloza. “Todos sus puntos de acceso eran controlados por las fuerzas de seguridad fidelistas. Tomaron el edificio como si se tratara de una embajada”.

También fue el escenario de una serie de reuniones secretas sostenidas entre Fidel y varios líderes de la izquierda venezolana, quienes se entrevistaron con el jefe de la revolución cubana para recibir instrucciones, dijo Peñaloza, citando la información que había sido recabada durante las labores de inteligencia.

“Hubo varias reuniones en el hotel. Eso fue una peregrinación de venezolanos”, comentó el general. “Algunos venían supuestamente a saludar a Fidel, pero otros venían a pedir instrucciones, a recibir órdenes, a discutir cómo tomar el poder en Venezuela”.

Las reuniones en Venezuela con ex guerrilleros y líderes connotados de los movimientos de izquierda se produjeron en momentos en que oscuros nubarrones comenzaban a posarse sobre la economía cubana.

La entonces Unión Soviética, su principal aliado económico, ya había implementado las reformas económicas conocidas como la Perestroika y que luego condujeron a la desintegración de la superpotencia y al retiro de la ayuda que brindaba regularmente a La Habana.

Y el creciente descontento de los venezolanos sobre las condiciones económicas del país y lo que percibían como el deterioro de la moral y ética de la clase dirigente, constituían una oportunidad para Castro de ganarse a un nuevo aliado, dijo Peñaloza.

Según Peñaloza, en las reuniones se decidió canalizar la esperada rebelión popular para forzar la salida de Pérez. El levantamiento debería ser acompañado por alzamientos militares, emprendidos por oficiales que desde hacía algún tiempo ya venían conspirando contra el sistema bipartidista venezolano.

La izquierda, asegura Peñaloza, tenía decenas de agentes infiltrados dentro de las Fuerzas Armadas, incluyendo dentro de los propios organismos de Inteligencia.

Pero el estallido social se produjo mucho antes de lo previsto, a sólo 25 días de la juramentación de Pérez.

“El 27 febrero los tomó por sorpresa. Ocurrió antes de que estuvieran totalmente preparados, porque la idea era también aprovechar el estallido con las tropas en la calle para tomar el poder, y esa parte no la pudieron controlar. Cuando ocurrió, los militares no estaban listos”, comentó.

No obstante, el levantamiento popular alcanzó tal magnitud -con decenas de miles de personas en las calles y el saqueo de cientos de tiendas y supermercados- que los subversivos civiles sintieron que no tenía más opción que salir a la calle, sin el complemento militar.

Entre ellos podrían haber estado algunos cubanos que ingresaron al país con Castro debido a que cuando el líder cubano salió, el tamaño de su comitiva era menor de las 300 personas que ingresaron, dijo.

“Es ahí cuando hacen aparición los francotiradores”, comentó Peñaloza. “Los francotiradores son una de las tarjetas de presentación de Fidel”.

Añadió que estos contribuyeron a la violencia que caracterizó el aplacamiento del levantamiento popular, ya que los soldados y agentes de la policía comenzaron a hacer uso de las armas para defenderse.

“En la zona cercana al comando del Ejército, había cuatro o cinco edificios con tres o cuatro francotiradores en las azoteas. Era gente que disparaba muy bien y que estaba muy bien entrenada. Yo los vi disparar. Causaron mucho daño hasta que se tomaron los edificios. Fueron muy hábiles, tenían todo bien planificado y no eran blancos fáciles”.

Las fuerzas del orden lograron reprimir el levantamiento. Luego los revolucionarios lo volverían a intentar con Chávez en 1992, pero esta vez sin los civiles.

Fracasados los golpes del 92, los izquierdistas modificaron la estrategia y Chávez llegó al poder en 1998 por la vía electoral.

Peñaloza dijo que la victoria de Chávez en Venezuela es la culminación de un viejo sueño de Fidel Castro.

“Fidel siempre quiso controlar a Venezuela, porque era controlar el petróleo”, comentó el general. “El tiene un proyecto que va más allá de Cuba. Busca como mínimo a toda Hispanoamérica. Y el proyecto está andando. El hombre ya está viejo, y nunca verá el desenlace, pero ya ha hecho bastante”.

adelgado@elnuevoherald.com






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