Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

lunes, 7 de mayo de 2012

Los caraqueños enfrentan un progresivo declive en su calidad de vida que se remonta a los años 80



El siglo que vivimos en bajada

Los caraqueños enfrentan un progresivo declive en su calidad de vida que se remonta a los años 80, pero la caída ha sido especialmente marcada en lo que va de siglo. Tráfico, inseguridad, espacios verdes, basura, todos los indicadores han empeorado. Por Javier Brassesco

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El caraqueño pierde un promedio de dos horas y media en el tráfico ADOLFO ACOSTA Y KISAÍ MENDOZA
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JAVIER BRASSESCO |  EL UNIVERSAL
lunes 7 de mayo de 2012  12:00 AM
¿Qué gran espacio recreativo se ha construido en la ciudad desde que en 1983 se inauguró el parque del Oeste? ¿Qué vía desde que a principios de los 70 se construyó la autopista a Prados del Este? ¿Qué planta de transferencia para tratar la basura en una ciudad que a diario produce casi cuatro mil toneladas de desechos?

En Caracas el deterioro en la calidad de vida ha sido sostenido desde principios de los ochenta, pero en lo que va de siglo la caída se ha acelerado.

El parque automotor casi se duplicó en estos doce años (hoy es de 1,5 millones de vehículos particulares en la Gran Caracas) mientras que la población pasó de 3,09 millones de habitantes a 3,67 solo en sus cinco municipios. Sin embargo, no se ha construido ni una sola vía ni un solo parque de importancia.

Hoy cada caraqueño pierde en promedio dos horas y media al día metido en una cola (según estudios de Sotravial), 12,5 horas a la semana contando solo los días laborales, nada menos que 27 días del año. Es más del doble de lo que se perdía en colas a principios de siglo. Y la situación es peor para quienes viven en las ciudades satélites.

Para liberar el estrés que este tipo de vida genera, cada caraqueño cuenta con apenas 1,04 metros cuadrados de áreas verdes desarrollados (3,83 km2 -383 hectáreas- para 3,675 millones de habitantes), diez veces menos de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.

Salir a la vía pública, además, no es una opción viable en horas nocturnas, por lo que el caraqueño de hoy debe vivir en toque de queda: en 1998 en la ciudad había 19 muertes violentas cada cien mil habitantes mientras que hoy hay 48 según cifras oficiales y a pesar de que desde 2004 se dejó de incluir en esta cuenta a los caídos en enfrentamientos con la policía y a los asesinados en riñas pasionales. En 1999 una encuesta de Consultores 21 informaba que la inseguridad era el principal problema para 22% de quienes vivían en Caracas (segundo lugar después del desempleo), mientras que una del IVAD de finales del año pasado informa que esta cifra se ubica ahora por encima del 80%.

Tampoco se ha hecho nada para atajar la mayor producción de desechos (producto del crecimiento poblacional de unas seiscientas mil personas en lo que va de siglo). No se ha construido ni una sola planta de transferencia dónde llevar los residuos, y la única que se conoce con ese nombre es Las Mayas, más bien un basurero a cielo abierto totalmente colapsado y a donde solo se permite el acceso de los camiones que hacen la recolección en Libertador. Los otros cuatro municipios deben llevar la basura directamente a La Bonanza y en los propios camiones recolectores, perdiendo tiempo y dañando la flota.

La basura, parte del paisaje 

Las acumulaciones de basura son por lo tanto cada vez más comunes, sobre todo en zonas populares: "A comienzos de siglo, en Catia recogían la basura Fospuca, Cotécnica y Sabenpe, pero poco a poco se fue echando a las empresas privadas a un lado y la recolección hoy la tiene una empresa estatal -Supra-, la propia alcaldía y el Ministerio del Ambiente. Y es un desastre, toda Catia es hoy un basurero", asegura José Quintero, director de Procatia.

Leopoldo Provenzali, exsecretario de Planificación metropolitano, cree que el deterioro en la calidad de vida del caraqueño comenzó paulatinamente a mediados de los setenta, se acentuó en los ochenta y ha sido especialmente notable en este siglo. "Los últimos años han sido la exacerbación del caos y la anarquía. La anomia -la falta de normas- es un fenómeno típico de este siglo. Todavía en los noventa había reglas, atisbos de control, de preservación del orden".

Pero no hemos tocado fondo, dice Provenzali en una afirmación que no tiene nada de optimista: "No hemos tocado fondo porque no existe el fondo, porque las ciudades se pueden seguir deteriorando hasta el infinito". Y más allá.

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