lunes 4 de julio de 2011
El puente aéreo La Habana-Caracas
Fernando Luis Egaña - ATV
La subordinación del oficialismo venezolano al régimen cubano no empezó con la enfermedad presidencial. En verdad lleva cerca de 13 años, pero ahora se nota más. Y lo del "puente aéreo" es una metáfora para señalar el grado de sujeción.
De allí que a la pregunta, ¿quién manda en Venezuela?, sólo cabe una respuesta: un supra-presidente llamado Fidel Castro. Eso ha sido básicamente así desde 1999, y en el presente se hace más notorio por las dolencias cancerosas del señor Chávez. Y cuido de no preguntar: ¿quién gobierna?, porque gobierno propiamente dicho no hay, sólo des-gobierno y de muy costosa factura. Pero mando, o sea, imposición de fuerza y dominación política, sí que hay, y quien lo lleva adelante es supra-Fidel.
Y no hay especulación que valga porque el propio mandatario venezolano lo confirma un día sí y otro también. En efecto, al proclamar que él tiene el control del país, y que Fidel Castro lo tiene a él bajo control, entonces la única conclusión posible es que el dinosaurio cubano controla a Venezuela. Y cómo será el alcance de esa preponderancia, que algo tan delicado como la afectada salud del señor Chávez, se encuentra bajo la jurisdicción exclusiva de Fidel y su gente. Y si eso no es control, ¿qué es?
Pero la extensión del control fidelista sobre la jefatura oficialista y las facultades y erarios a su cargo, no parece tener límite. Además del manejo político de la llamada "revolución bolivarista", léase la continua jugarreta para defraudar al decorativo estado de Derecho y tratar de cerrar, aún más, la jaula institucional, el poder venezolano de los Castro Ruz se ha dedicado a succionar recursos naturales y financieros de la nación, a fin de mantener su cincuentenaria dictadura a costa de la depredación venezolana.
Así con todas sus letras: depredación... porque qué otra cosa es que el Estado venezolano le suministre de forma gratuita más de 100 barriles diarios al Estado cubano, y este, además, revenda una parte del suministro en el mercado internacional y, por si fuera poco, entre los compradores se encuentren agentes de donante original. Estos tipos de exacciones criminales abundan en la imbricada relación entre los regímenes de Cuba y Venezuela. Formalmente distintos, pero efectivamente combinados bajo el comando máximo de los hermanos Castro.
¿Quién tiene la última palabra --y a veces hasta la primera, en las masivas importaciones estatales? ¿Y en el mega-aparato de propaganda? ¿Y en la identificación y registro de los venezolanos? ¿Y en la denominada "policía política"? ¿Y en la disposición de los fondos para-presupuestarios? ¿Y en la "diplomacia" venezolana? ¿Qué hay en Venezuela que no esté dentro del radar de los intereses e intervenciones del fidelismo?
Por eso llama la atención que a estas alturas hayan voces reconocidas que se sorprendan de que Chávez convalezca y pretenda o simule gobernar desde La Habana... Si es desde allá que se ha venido mandando sobre Venezuela y los venezolanos durante casi trece años. Y no a la chita callando sino con suficiente descaro como para que todos supieran dónde y cómo se bate el cobre de la "revolución bolivarista".
flegana@gmail.com
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