Hacen cuatro décadas Caracas se estremeció
26/07/2009
Del desastre causado por este fénomeno natural ocurrido en Caracas a las 7: 45 pm., y en el litoral central, no se supo con precisión cuántas personas murieron, ni cuántos desaparecieron durante el evento
Está próximo a cumplirse cuatro décadas de la aparición terrible del terremoto de Caracas, desastre ocurrido justo en la fecha aniversaria de la Capital, en el mes de julio, un día 29, fecha que aterrorizó a los residentes de la ciudad y causó destrozos debido a su intensidad de 6.7 grados en la escala Ritchert.
Del desastre causado por este fénomeno natural ocurrido en Caracas a las 7: 45 pm., y en el litoral central, nunca se supo (parece que en todos los sitios donde emerge un movimiento telúrico, es igual) cuántas personas murieron, ni cuántos desaparecieron durante el evento. Aún hoy, a 42 años, cuando se recuerda el siniestro, los mismos familiares de quienes sufrieron las pérdidas de aquellas vidas, no atinan a dar con el número de víctmas ni por supuesto con las consecuncias generales de tal tragedia. No obstante, se dejaron escuchar algunas cifras que referían un balance aproximado de 236 muertos, 2 mil heridos y daños materiales estimados en 450 millones de bolívares.
Como se recuerda, en nuestra Capital la zona más afectada y en la que se suponía estaba el llamado epicentro del terremoto, se localizó en las urbanizaciones La Castellana, Altamira y Los Palos Grandes. Esto fue en Caracas, pero en el litoral central, epecíficamente en Macuto, se sintió con fuerza y si bien no se cayeron edificios, muchos si quedaron dañados. Tal fue el caso del afamado Hotel Macuto Sheraton y la Mansión Charaima, al que decretaron inhabitable, siendo derribado más tarde.
Algunos propietarios, temerosos de perder la totalidad de sus bienes, muebles y accesorios de lujo, se atrevieron a ofrecer dinero a quienes se arriesgaran a entrar en la peligrosa casa de recreo de los adinerados propietrarios. Varios recuperaron algunos de los bienes.
En Los Palos Grandes, Altamira y La Castellana, como dijimos antes, se vinieron al piso completamente, al punto de desaparecer, los edificios: Mijagual y San José.
Cuatricentenario de Caracas
Como para que no olvidaran más nunca los venezolanos, la naturaleza marcó con intensidad este día, dejando en tan sólo cinco minutos de desajuste terrestre, toda una gama de desconciertos, que traumatizaron a los habitantes de la Capital.
Curiosomente, las residencias más afectadas fueron las ubicadas en residencias de gente de poder económico, donde las familias se vieron en la necesidad de salir apresuradamente para evitar que los escombros les cayeran encima.
Hubo muchas incidencias cn este sismo, como la presencia del estruendo subterráneo que se sintió durante buen rato, previo a la sacudida en Los Palos Grandes y Altamira, así como en la Castellana. Por ejemplo, en uno de los Pent-house se encontraba instalada la oficina de prensa, corresponsalía de France Press, cuyos periodistas estaban en el local en pleno ejercicio profesional, cuando les agarró el sismo transmitiendo sus informaciones, y ante el ruido que sintieron y el movimiento del edificio, hicieron conocer que en Caracas un terremoto ocurría, haciendo “desaparecer” a la ciudad, y se despidieron cayendo junto con todo el resto de la edificación. Se supo que la información llegó a Francia, en donde se dijo inmediatamente que la capital de Venezuela había desaparecido y Europa se comunció con los demás países del mundo para darles la noticia de tal suceso.
Pese a lo que pudiera pensarse, en los llamados barrios de la gente pobre, si bien sintieron el fuerte sacudón, sus ranchos y viviendas ni siquiera se afectaron.
La voz del terremoto y plantas de TV
El atronador ruido escuchado por quienes en el momento del sismo se encontraban en sus cabinas de noticias, como por ejemplo en el canal 2, Radio Caracas TV, lograron captar en el Observador venezolano imágenes con el movimiento de las cámaras encendidas sobre lo que estaba ocurriendo. Asimismo, el canal 11, que luego desaparecería de la programación ordinaria, captó tanto el ruido como los movimientos de objetos en el estudio. Grabaciones éstas que transmitieron sucesivamente, a partir del día siguiente, mostrando los daños causados en todas las zonas afectadas.
Aprovechando también para instruir con diferentes mensajes a la población, que en realidad quedó afectada psicológicamente por los destrozos causados.
Practicamente toda la ciudadanía salió de sus casas para pasar la noche fuera del peligro, pero una gran cantidad de personas, con sus niños, se apostaron al ras de las paredes de sus propias vivienda o bajos techados de sus edificios, para tener tiempo -de repetirse el sismo- de salir hacia las calles o espacios abiertos.
Con el tránsito es fácil saber lo que ocurrió: hubo una tranca monumental, por las calles no había paso y los conductores histericamente sonaban sus cornetas porque querían angustiadamente salir del lugar.
Esa noche de festejos y fin del programa
La verdad es que el año cuatricentario puede considerarse que fue un sólo festejo desde el 1° de enero hasta el mismo día de julio. Se realizaron vibrantes homenajes a nuestro Libertador Simón Bolívar; se estrenó la misa folclórica bolivariana de Nelly Mele Lara en la Iglesia de San Francisco.
En general, hubo un desborde de fiestas, que hicieron pensar al mundo, que Brasil, España, Cuba, Colombia, habían sido superados por la ejecución fiestera de Venezuela. Concursos de Literatura, todas las artes representadas y enfrentando una cordial batalla.
Hubo teatro internacional y nacional, concursos de belleza (la Reina Cuatricentenario de Caracas, resultó
Elsy Manzano Oquendo, oriunda de una familia zuliana), se dieron cita personajes importantísimos ligados a la historia de Venezuela, por su árbol genealógico, por sus combinaciones de trato social y artístico.
El terremoto paró, dijo basta a tanto festejo pagano, en los cuales corrió de todo y para todos. Fuegos artificiales por todas partes, bien lucidos y llenos de contenidos festivaleros.
Parte de la Junta Directiva del Cuatricentenario se encontraba en la Oficina del ente Municipal , Concejo Municipal de Caracas (entonces en la zona rental de la Plaza Venezuela) listos para después de las ocho de la noche irse al Salón Venezuela del Círculo de las Fuerzas Armadas a cerrar el bonche espectacular. Pero no pudo ser. La naturaleza impidió más festejos. Había que irse a casa y así fue. Cerrado entonces con broch no precisamente de oro.
Manolo del valle
Caracas está de fiesta. La ciudad capital celebra los 400 años de su fundación con desfiles, carrozas y la escogencia de la reina de las festividades. Elsy Manzano, la elegida, se convierte en un personaje popular. La ciudad revisa su historia y sucesos. Se crean memorables colecciones de discos y libros. Un ejército de intelectuales y artistas, dirigido por Jacobo Borges y Mario Robles, presentan el multiespectáculo Imagen de Caracas, en el que se emplean técnicas experimentales. Entre las avenidas Bolívar y México, en medio de un escenario compuesto por enormes pantallas colocadas en forma circular, el público asiste a una original interpretación de la historia venezolana. La euforia que acompaña a la celebración se transforma en tragedia. El 29 de julio de 1967, un terremoto de graves proporciones destruye algunas zonas de Caracas, especialmente Los Palos Grandes y Altamira. Tiene su epicentro en el mar Caribe, a unos 70 km de las costas. Caraballeda sufre serios daños y, a través de la llamada Falla de Humboldt, sus ondas afectan el Este de la ciudad, dejando un balance de 236 muertos, 2.000 heridos y daños materiales estimados en 450 millones de bolívares.
Los muertos se cuentan en cientos, los heridos en miles y los daños materiales en millones
“Como en ninguna otra ciudad nueva de América, en la Caracas de hoy pueden constatarse algunos de los perjuicios que es capaz de causar el dinero cuando pretende reemplazar a la Cultura. Para la empresa de convertirnos la capital en una de las ciudades más desagradables de que se jacta el continente, convergieron aquí dos de las formas más estultas y perniciosas de la riqueza.
A la estrechez espiritual de una clase media urbana semi-iletrada que se había enriquecido en el ejercicio de la usura, en la importación de baratijas norteamericanas o simplemente en el juego de caballos, se asoció el aldeanismo de algunos propietarios rurales que vendieron sus últimos novillos y se vinieron a la capital en busca de más productivos negocios. En un país menos flexible a los caprichos de la propiedad privada –o por lo menos más atento a las resoluciones de los Congresos Internacionales de Arquitectura y Urbanismo– la simple inversión de dinero no les hubiera otorgado a los inversionistas el derecho a erigirse en ductores estéticos de la ciudad. Pero no hay en Venezuela una ley –ni por lo visto una autoridad– que defienda el derecho de las ciudades a ser bellas”.
Aquiles Nazoa. Caracas física y espiritual. Caracas: Círculo Musical, 1966
Primera entrega del Premio "Rómulo Gallegos"
a Mario Vargas Llosa
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