Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

sábado, 23 de julio de 2011

Parece haber un grupo de fanáticos empeñados en ordenarle a uno, imperialmente le entre a garrotazo limpio a los inocentes lomos del lenguaje.

Notitarde 22-07 -2011|
Brava estaba yo que Ud. no escribiera como lo que es:

Imperial

dueño de la lengua y la "prosodia", como decía uno de sus compañeros

de estudios en el Pedagógico Nacional, Manuel Bermúdez, generación que
nos ha ido dejando huérfanos a sus alumnos de verdaderos maestros, y
sólo queda Ud. la mejor "pluma" de todos ellos.
Como decía Frida Añez, a "Burgos hay que leerlo aunque uno no esté de
acuerdo con lo que dice, por lo bien que escribe"...


"Cosas veredes, Sancho" le digo a Orlando Baquero a orillas de un jugo de naranja que sabe a caluroso mediodía valenciano. Orlando (fotógrafo, periodista, poeta de altos quilates y amigo muy apreciado), sonríe con asombro y escuetamente me riposta "¿Cómo cuáles, y por qué?" Hablamos entonces de algunas intrascendencias de esas rituales en la rutina del trabajo. Vuelve luego a la carga y, así como buscando razones –o grietas, más bien- en la diaria ración de prensa que a veces solemos saborear y comentar como sobremesa, me habla de los numerosos disparates que ha provocado y producido en el lenguaje la llamada igualdad de géneros. El tema no puede agotarse en una sola columna -le digo-, ni siquiera en un libro, ni en centenares de congresos sobre el lenguaje. Es inagotable, simplemente. La gramática no puede imponer normas. Uno puede hablar de una "lengua imperial" por aquello de que los idiomas imperios su idioma imponen sobre los pueblos que conquistan. Pero una cosa es la lengua y otra la gramática. El "bravo pueblo" (*) no sabe ni necesita saber gramática: le basta con hablar bien, y así lo ha hecho, lo hace y lo hará siempre. Al fin y al cabo el lenguaje forma parte de la carga genética de todos y cada uno de los seres humanos. La gramática se limita a enseñar lo que el uso ha consagrado, de modo que quienes se empeñan en "mujerificar" el lenguaje por una presunta defensa de la feminidad, lo que hacen es, como se dice, meter la pata hasta el cogote. Una cosa es el sexo y otra el género. Una categoría sintáctica nada tiene que ver, como tal, con las diferencias o preferencias sexuales de los habitantes de nuestro planeta. El único y verdadero maestro universal del lenguaje es el tiempo. Lo mejor que uno puede hacer, durante el breve lapso de eternidad que le toca vivir, es disfrutar intensa y sensatamente el inagotable tesoro lingüístico que le ha tocado en suerte.

¿Y por qué esta "Indocencia" se titula "Imperial"? Pues sencillamente porque parece haber un grupo de fanáticos empeñados en ordenarle a uno, imperialmente, que para cumplir con la ley que establezca la igualdad jurídica existente entre hombres y mujeres, le entre a garrotazo limpio a los inocentes lomos del lenguaje. ¡No te digo!

(*) Bravo por valiente, no por enfurecido, como quiso darlo a entender hace algunos años un candidato presidencial, quien dijo una vez: "El pueblo está bravo, gloria al bravo pueblo".

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