Oscar Yanes: "Al venezolano le apasiona la gloria roja, aunque no haya sangre"
La verdad sobre el asesinato de Delgado Chalbaud, que se publicó por primera vez en 1980, "es la radiografía de una época en la que Gobierno y oposición estaban totalmente equivocados", dice
El cuerpo principal de La verdad sobre el asesinato de Delgado Chalbaud compila en primera persona los testimonios de Pedro Vicente Díaz, campesino de la sierra que a los 28 años de edad acompañó al caudillo falconiano Rafael Simón Urbina (el tomista de Curazao) en el secuestro que derivó en el nunca esclarecido asesinato del coronel Carlos Delgado Chalbaud, presidente de la Junta Militar de Gobierno que además componían Marcos Pérez Jiménez y Luis Llovera Páez. El libro de Yanes asoma la tesis de un presunto golpe de Estado en el que Urbina que creyó ingenuamente que el Ejército "estaba peleando" en las calles de Caracas mientras ocurría el secuestro en la quinta Maritza de Las Mercedes fue utilizado bajo engaño como útil peón y luego desechado, en una movida que tuvo como beneficiario a Pérez Jiménez.
La verdad sobre el asesinato de Delgado Chalbaud probablemente no es una joya literaria, pero sí un pasaporte a un país el de los caudillos regionales y las guerrillas de macheteros que parece desvanecerse hoy, pero cuya fibra palpita incluso en la Venezuela urbana y de clase media profesional que quizás, en el fondo, resulta el verdadero espejismo. El país de la gente que usaba expresiones como "mamadera de gallo", "fuñir" y la palabra "cuestión" en la acepción de asunto o materia: "Yo no me meto en esas cuestiones de política".
Además de anécdotas que revelan más de lo que diría la historia oficial sobre ese país paralelo (la afición al espiritismo de Román Delgado Chalbaud, padre del presidente asesinado, o la carta astral que se mandó a hacer Rafael Simón Urbina antes del magnicidio), La verdad sobre el asesinato de Delgado Chalbaud anticipa incluso, a través del relato de Díaz sobre sus 20 años en la cárcel, las causas del fracaso persistente del sistema penitenciario.
--Pocos venezolanos contemporáneos conocen esa estirpe de macheteros falconianos descritos en su libro. --Rómulo Gallegos dijo una vez que el venezolano sigue apegado a la gloria roja: esa cosa de buscar, por hábito, la solución a través de la fuerza.
Gallegos añadía que el venezolano no se sentía humillado cuando protagonizaba acciones de violencia, sino que más bien era un elemento de estima, y que eso venía de la cultura de los indios caribes.
Da la impresión de que no tenemos ningún héroe civil.
Pero no debemos juzgar a los protagonistas de estos hechos de fuerza sin recordar que ellos fueron el fruto de su formación y de su época. Boves no era cruel porque le daba la gana: del lado patriota hubo un señor, el "Diablo" Cedeño, que le regaló a Bolívar tres cabezas de españoles. A un Rafael Simón Urbina le hubiera parecido absurdo llevar a Juan Vicente Gómez al tribunal internacional de La Haya.
Urbina fue nuestro Walter Raleigh, así lo reflejaba la prensa europea luego de que tomó Curazao.
--La edición de 2010 de La verdad sobre el asesinato de Delgado Chalbaud incluye una entrevista a María Isabel Urbina, hija de Rafael Simón. ¿La reivindicación de un caudillo maltratado por la historia? --Cuando publiqué el libro en 1980 hubo gente que me dijo: "Chico, ahora tú te metiste a urbinista". Pero el libro no pretende llevar al Vaticano a Urbina ni condenarlo, sino reconocer que este país sigue aferrado a la gloria roja a la que se refería Gallegos. El libro quiere ser la radiografía de una época en la que tanto el Gobierno como la oposición estaban totalmente equivocados. Y por eso aún hoy estamos como estamos.
Con todo el respeto que uno le tiene a Acción Democrática, darle el golpe de octubre de 1945 a un demócrata como Medina Angarita, cuando apenas le faltaban seis meses para entregar el poder, es algo que no tiene perdón de Dios. Boves, el urogallo, además de una biografía, es un estudio del temperamento del venezolano. Hay otro texto que yo arbitrariamente convertiría en materia oficial en las escuelas: La autoestima del venezolano del psiquiatra Manuel Barroso.
--¿La gloria roja puede ser, también, la aprobación de una Ley Habilitante hasta 2012 en plena Navidad? --Eso lo ha perpetuado el humor criollo con la metáfora de las focas, y tampoco tiene perdón de Dios. Pero también es absurdo un diputado que sólo pide la palabra para echarle vainas al Gobierno. Yo estuve 15 años en el Congreso Nacional como presidente de la Comisión de Medios, y seguramente también cometí ese error. Al venezolano le cuesta hacer autocrítica. Necesitamos aún mucha educación cívica.
--Más allá de que uno no comparta la fascinación por la gloria roja, el caudillismo es un fenómeno apasionante. --Fíjate en Pancho Villa, un caudillo legendario en México: fue un hombre que firmó un contrato de miles de dólares con una compañía de Hollywood para que se filmaran sus batallas con muertos de verdad, mientras él se quitaba el sombrero y posaba para los ataques de caballería como todo un galán de ficción.
Eso sólo se ve en América Latina.
--Otro ejemplo: un Presidente de la República que, en una transmisión en vivo por televisión, llama al dueño de un banco para amenazarlo con la expropiación. --Ahí lo tienes: la gloria roja, aunque no haya sangre. En la escuela uno gozaba un puyero cuando el profesor contaba que el lema de los indios caribes era: "Sólo nosotros somos gente". Y uno se ríe, pero eso es una maldición para un país.
"Nunca fue un incidente personal. A Urbina lo embarcaron. Él era un hombre de palabra"
Impacto. Conmoción. Muchas sensaciones generó hace treinta años la primera edición del libro La verdad sobre el asesinato de Delgado Chalbaud, escrito en 1980 por el periodista Oscar Yanes (Caracas, 1927). Es él mismo quien lo dice y se complace además en sostener que la historia que narra le dio un giro a lo que sucedió con el militar que encabezó en 1948, junto con Marcos Pérez Jiménez y Luis Llovera Páez, la Junta Militar de Gobierno.
Hoy, 30 años después, Yanes pública la segunda edición del libro (Editorial Planeta), que incluye una entrevista con María Isabel Urbina, hija del general Rafael Simón Urbina, quien comandara el asesinato de Delgado Chalbaud.
Con el texto, según Yanes, se cae la tesis de Marcos Pérez Jiménez, quien afirmó que el homicidio había sido por razones personales y no políticas.
"Eso no fue nunca un incidente personal. Hablando en criollo, a Urbina lo embarcaron. Él era un hombre de palabra, acostumbrado a tener grandes compromisos políticos. Nunca lo habían embarcado. Ahora, ¿quién lo embarcó? ¿Quiénes estaban detrás del asesinato?", se pregunta, y él sabe la respuesta: Pérez Jiménez y Llovera.
La historia se la sabe de memoria. Así como todas las que aprendió de chiquito cuando pasaba sus vacaciones en la Biblioteca Nacional devorándose libros prodigiosos.
Por azares del destino, cuenta con sonrisa de victoria, se topó en la cárcel, cuando visitaba a un amigo, con Pedro Antonio Díaz. Él fue quien apretó el gatillo y le disparó en la frente a Carlos Delgado Chalbaud. Su vena periodística lo llevó a ser amigo de Díaz, quien por su crimen estuvo preso 20 años. Durante mucho tiempo le envió comida y dinero.
Y cuando se enteró de que iba a salir en libertad vio el momento preciso para interrogarlo. Para que le contará quién había estado por fin detrás de la muerte de Delgado Chalbaud.
"El libro se basa en todo lo que a mí me contó uno de los llamados urbinistas, que participó en el secuestro de Delgado Chalbaud. Pedro Antonio Díaz fue protagonista de toda la tragedia, de los tiros. ¡Fue el autor del disparo! Acordamos que me iba a contar toda la historia y tuvimos como 15 días hablando. Hasta ahora el único magnicidio de la historia política venezolana ha sido el de Chalbaud. Ha sido un caso único", afirma Yanes con firmeza.
Sí, ha sido el único. Aunque durante los últimos años se ha hablado una y mil veces de magnicidios, en Venezuela solamente han asesinado a un presidente: Carlos Delgado Chalbaud. Y aunque a Yanes se le pregunte si el éxito del libro se basa precisamente en semejante corrillo, él simplemente sonríe y dice: "Me abstengo de contestar".
El interés periodístico fue lo que más le importó a Yanes. Las historias que envolvían a personajes tan atrayentes como Delgado Chalbaud y Urbina. Además del hecho histórico: esos hombres, afirma, cambiaron a Venezuela.
"Y la cambiaron por una frase que el venezolano aún no ha entendido y que contribuyó a establecer la democracia. En aquella época el venezolano decía: 'Voy a tirar la parada'. Es decir, hablan de una empresa riesgosa, en la que ves la posibilidad de lograr algo, sea bueno o sea malo. Esos hombres estaban acostumbrados a tirar la parada; y sabían el costo. Por eso un hombre como Urbina iba matar a Chalbaud solo por razones personales. Como hubo censura de la prensa, esta historia no trascendió. No matas a un presidente y luego decides exterminar a todos los involucrados", asegura.
- En la nueva edición del libro La verdad sobre el asesinato de Delgado Chalbaud el periodista entrevista a la hija del general Rafael Simón Urbina, María Isabel. En la entrevista, reconoce todos los abusos por los que su familia tuvo que pasar cuando su padre fue apresado. Todos fueron perseguidos por la dictadura de Pérez Jiménez.
- A los 15 años de edad, María Isabel no solamente impide que su padre se suicide, sino que también es encarcelada junto a personas adultas.
- Cuando sale de la cárcel y recupera la custodia de sus hermanos, el instituto de menores de entonces, le cobró el dinero que habían invertido en el cuidado de sus hermanos.
60 años del asesinato de Delgado Chalbaud
Un hecho que marcó la historia contemporánea de Venezuela
Este sábado se cumplen 60 años del asesinato del coronel Carlos Delgado Chalbaud, Presidente de la Junta Militar de Gobierno, el lunes 13 de noviembre de 1950 en la quinta Maritza, de la urbanización Las Mercedes, en Caracas.
Con diferencia de pocas semanas, acaban de publicarse dos novelas sobre este personaje histórico: Sumario (Alfaguara, 2010), de Federico Vegas y Julia o el fatum de los Delgado Chalbaud (Gráficas Acea, 2010), de Román Rojas Cabot. Y ambas han tenido un notable éxito de lectores.
En esta nota no aludiremos a la vida de Delgado (1909 – 1950), quien, al decir de uno de los personajes de Vegas, “No era francés ni venezolano, ni civil ni militar, ni dictador ni demócrata. Francamente, así no se puede gobernar ni vivir… ni siquiera está claro si vivía en Chapellín o en el Country Club. Era un hombre que no estaba con la derecha ni con la izquierda. Se juraba ambidextro y resultó que era mocho de las dos manos”. Tampoco a su muerte, minuciosamente revisitada en la ficción emanada de aquel «Sumario del juicio seguido a las personas indiciadas de haber cometido el asesinato del coronel Carlos Delgado Chalbaud, presidente de la Junta Militar de Gobierno».
Esta es la reseña somera de los escenarios donde tuvieron lugar los horribles hechos que concluyeron con “el cadáver de un hombre de color blanco, acostado boca abajo y sobre un charco de sangre que manchaba sus cabellos castaños. El cuerpo, bien conformado, presentaba una herida de entrada con arma de fuego en la línea preauricular izquierda; otra herida de forma redondeada a nivel del borde superior del pabellón de la oreja derecha; heridas contusas en la región parieto-occipital y en la espalda; pérdida de la piel como de 1 cm de diámetro hacia el malar derecho; un orificio de arma de fuego con bastante tatuaje de pólvora en la parte anterior del tórax; otro orificio de bordes regulares y con equimosis pronunciada en la parte posterior del hemitórax izquierdo; otra herida de arma de fuego con tatuaje en el abdomen; una herida por proyectil tatuada en todo su alrededor en el muslo izquierdo por encima del borde superior de la rótula; y una herida de arma de fuego por encima del espacio interdigital del índice y dedo medio en la mano derecha”. Esto es, con el entonces Presidente de la República, yacente en un charco de sangre.
Esa mañana, Delgado salió muy temprano de la quinta Lois, en la urbanización Country Club, donde residía con su esposa. Se montó en su carro, en compañía de su edecán, el capitán Carlos Bacalao Lara, y su chofer, . El plan era ir directo a Miraflores. Como se sabe, nunca llegó. Fueron secuestrados, escribe Federico Vegas, “en una calle ‘enmontada’ entre Chapellín y la quinta Lois, ubicada en el Country Club; transitan a través de campos de golf, calles arboladas y quintas en construcción; y terminan llevando a sus víctimas a la quinta Maritza, en la calle La Cinta de Las Mercedes, una nueva urbanización de jardines abiertos que pretende ser norteamericana. Allí, en un patio que no es patio, asesinan a Delgado Chalbaud. […] El único magnicidio de Venezuela fue también el primer crimen suburbano de nuestra historia política”.
El automóvil del jefe del Estado había salido del Country Club, se detuvo unos minutos en Chapellín, donde fueron sorprendidos por los atacantes, y concluyó su tránsito en Las Mercedes, urbanización que en aquella época comenzaba a conformarse.
El crecimiento de residencial de Caracas a lo largo del siglo XX se caracterizó por el hecho de que las urbanizaciones surgieron con inmensa velocidad y conectadas a las vías principales como un archipiélago de conjuntos de viviendas casi aislados unos de otros. Atrás habían quedado los siglos en que las clases altas se radicaban alrededor de la Plaza Mayor, que constituía el propio centro de las ciudades, puesto que congregaba las edificaciones civiles y religiosas más relevantes de la urbe. “A medida que las manzanas se iban alejando del centro se localizaban las clases menos pudientes, hasta quedar en los bordes del casco las viviendas más pobres”, explica la arquitecta y escritora Nelliana Viloria, quien obtuvo su título de la Universidad Simón Bolívar con una tesis titulada “Unidad Vecinal y desarrollo residencial en la Caracas de los años 50”.
La primera migración que hacen los ricos de Caracas es hacia El Paraíso. “Posteriormente”, apunta Nelliana Viloria, “comienza a observarse un cambio en la dirección de expansión de la ciudad: ya no sería el suroeste el que albergaría las clases altas, sino que ahora éstas estaban buscando suburbios más hacia el este, que satisficieran sus preferencias residenciales. Es así como surgen el Country Club y La Florida, ambas construidas con amplias calles arboladas y espaciosas quintas. Por otra parte, es justamente cuando Caracas se comienza a expandir hacia el este, en la década de 1920, cuando comienza a sentirse la influencia norteamericana en la ciudad. En este sentido, la preferencia norteamericana por el bucólico suburbio puede evidenciarse en este momento cuando los caraqueños buscan huir del centro y suroeste de la ciudad para disfrutar de paisajes campestres y mayor comodidad”.
La segunda mitad de la década del 20, siempre según la autora citada, va a producirse el primer estallido de la urbanización caraqueña producto del boom petrolero: alejados del casco central y con un carácter más campestre, surgen las primeras urbanizaciones del este, de calles arboladas y clubes sociales, representativos de las influencias norteamericanas en la recreación, tales como el Country Club y otras, desde luego.
El Pedregal de Chapellín, donde el presidente Delgado es emboscado por una treintena de hombres borrachos, amanecidos y muy violentos, fue levantado en los 40, cuando la mancha urbanística se expandía ya sin freno. De hecho, entre 1946 y 1950, siguen aflorando urbanizaciones en todos los puntos cardinales; y es el caso que en esos años el Banco Obrero construye la Unidad Vecinal Coronel Carlos Delgado Chalbaud; y la iniciativa privada levanta unas cuantas concentraciones residenciales, entre las que se cuenta Las Mercedes, que data de finales de la década de los 40. Y esa es la razón por la que la quinta Maritza, donde llevan a Delgado para asesinarlo, esta casi sola en un descampado. “La casa”, leemos en Sumario, “estaba rodeada de parcelas vacías llenas de monte, lo que ayudaba a los estrategas a sentirse más a gusto en sus desproporcionadas maniobras por los cerros pelados de Las Mercedes”.
La quinta Maritza, que estaba en la calle La Cinta, de Las Mercedes, donde hoy se levanta un edificio de apartamentos, es descrita por un personaje de Sumario como “una construcción repulsiva y desproporcionada. Fue construida justo en el 50 y era una superposición de todo lo que arrastraba y estaba
por traernos el siglo XX. Uno no entendía al verla si pretendía ser moderna o antigua, europea o norteamericana, casa o castillo, abierta o cerrada, pertenecer al campo o a la ciudad. Y todas estas confusiones se refieren sólo a su revoltijo de estilos; si a esto se suma su convulsa historia, podemos concluir que fue una quinta maldita desde sus primeros días. ¿Quién habrá comprado esa casa después del asesinato? ¿Habrán sido felices las familias que vivieron en la quinta Maritza? ¿Le cambiaron el nombre? ¿Quién sería esa Maritza?”.
Una vez sometidos por los conjurados, el presidente Delgado, quien tenía 41 años y llevaba exactamente dos años en el cargo (ascendió a éste a raíz del golpe de Estado que derrocó al presidente Rómulo Gallegos, en noviembre de 1948) y su edecán, subieron hasta el puente que da acceso a la casa del Country Club y tomaron la avenida principal que desemboca en la entonces llamada carretera del Este, frente a la entrada principal de la urbanización El Rosal. El trayecto, que duró un cuarto de hora, fue sazonado por las invectivas más soeces que quepa imaginar… y amenazas, que antes de completar la media hora se habrían hecho realidad. Pero el camino era precioso. Sigue siéndolo.
Esa atmósfera suburbana de la que habla Federico Vegas debe atribuirse al hecho de que las dos urbanizaciones donde se produjeron los hechos, así como la ruta que las conecta, exhibían aún claras reminiscencias de las áreas agrícolas sobre las cuales se habían erigido. Pero hay algo más. Un asunto de criterio. El Plano Regulador de Caracas tiene una fecha concreta, 1951, pero las ideas que lo insuflan pueden rastrearse desde los años 40. Ese Plano Regulador revela claramente el ingreso de la planificación venezolana en una nueva forma de pensar, muy influido por los paradigmas de planificación norteamericanos, que vinieron a sustituir a los franceses, dominantes hasta entonces. Ese aire suburbano es la impronta del estilo norteamericano, caracterizado por un patrón de urbanización disperso en suburbios.
Por supuesto, ya Venezuela era un país petrolero. La influencia de los Estados Unidos entraba por todas las celosías. Por esos años, por los 40, “Caracas”, apunta Nelliana Viloria, “fue cambiando su fisonomía al copiar los patrones urbanos norteamericanos en la arquitectura y la planificación: los vehículos automotores se multiplicaron, los suburbios se llenaron de urbanizaciones campestres, y surgieron los primeros supermercados, entre otros aspectos”.
La quinta Lois, de donde salió Delgado rumbo a la muerte, no existe hoy. También dio paso a un edificio. El hijo de Román Delgado murió, como su padre, por atravesarse en la carrera de una bala. Y Caracas se convirtió en la capital
Nuevo Ideal Nacional, orientado e por la búsqueda de una “transformación racional del medio físico y el mejoramiento moral, intelectual y material de los habitantes del país”, que sacaría al país del atraso. Y para el militarismo imperante el atraso sólo podía superarse mediante un cuerpo que garantizara el orden y la disciplina, las Fuerzas Armadas. Pero aunque él estuviera persuadido de lo contrario, Delgado Chalbaud nunca estuvo incluido en un Nuevo Ideal Nacional.
Revista Clímax, octubre de 2010
Román Rojas Cabot trae nuevamente a la palestra pública la historia de una familia que no descansa de la polémica. Julia o el fatum de los Delgado Chalbaud, es una novela que cuenta los hechos más trascendentales que han marcado la vida de cuatro generaciones y de un país entero. La novela se centra principalmente en la vida de Julia Delgado Chalbaud sin dejar a un lado el legado histórico y político de sus antecesores. La trágica historia de la familia abarca desde la conocida participación de Román Delgado Chalbaud en la fracasada expedición armada del Falke en el período gomecista, hasta el magnicidio llevado a cabo contra su hijo Carlos siendo Presidente de la República en 1950. Los testimonios de Julia y de su padre Carlos Román, permitieron al escritor enlazar ciertos aspectos de la familia que a pesar de la amplia brecha de años aún se relacionan más allá del apellido. La ficción aporta una pequeña porción de su género en una novela que según la misma protagonista es "casi biográfica". "Yo creo que en el libro el escritor trata de manejar ese reflejo en términos del carácter, de cómo me conduzco yo y cómo me parezco a mi bisabuelo y a mi abuelo en la forma de solucionar los problemas, desarrollarme desde el punto de vista social o mi manera de pensar", señala Julia. La clara visión que Rojas tiene sobre la familia Chalbaud y su interés por retratarla no es casualidad. Su padre, Carlos Julio Rojas, perteneció a la expedición del Falke y el mismo Román fue su padrino. Asimismo, el escritor perteneció al Servicio Exterior de Venezuela por 35 años y tuvo la oportunidad de conocer a Carlos Delgado Chalbaud. Este hecho hace que la novela sea escrita bajo un lenguaje más íntimo, aunque sin dejar por fuera una profunda investigación sobre la vida política de los personajes. El respeto por las declaraciones de Julia y su padre desnudan de forma placentera la historia de su familia. EN DOS VERSIONES Julia o el fatum de los Delgado Chalbaud no es el único libro en el mercado referente a esta familia. Sumario, del escritor Federico Vegas, salió a la calle hace pocos meses y las reacciones con respecto al enfoque sobre el asesinato de Carlos Delgado Chalbaud no se han hecho esperar. En la novela de Vegas, los descendientes de Rafael Simón Urbina proyectan su voz ante los maltratos recibidos por los medios de comunicación y la opinión pública luego del hecho. Para Julia, no hubo un manejo transparente en relación al asesinato y un irrespeto a la figura de su abuelo. "Desde un punto de vista moral debes tenerle respeto al difunto. En ese sentido pienso que sí ha habido una trasgresión. Delgado tiene dolientes y si bien ellos no son los responsables, ellos son una familia muy vinculada a los asesinos de mi abuelo. Es un tema de delicadeza y de sensibilidad humana", explica. Querido "Chivo negro": Imagínate que Chirinos no haya asesinado a la muchacha que pesaba 94 kilos y él ni llegaba a peso pluma, como para arrastrarla; en electroshock no se sangra: su visión por ancianidad no le permite visibilidad nocturna y eso tú y yo lo sabemos; los restos de sangre no coinciden con el ADN, ( y eso es un secreto a voces de la opinión pública); la persecución es obsesiva como se lee en el libro, o sea, hay un transtorno que hace a la joven más firme y decidida a la hora de ir a la cita, menos maleable a dejarse dopar por un viejo coño e'madre, bolsa y enclenque, pero ya anciano, y Chirinos nunca brilló por su fuerza física, él se vendía como todo lo contrario, (que lo diga Marianella salazar que tuvo una bella relación con él y debe respetarla por el amor que se tuvieron) y además fue el psiquiatra de la pareja presidencial que quiere ocultar sus loqueteras, ¿qué pen- sarías como reportero de sucesos?. Agrégale a la receta la mamá que es el caso más extraño de todos porque yo que tengo hijas, si recibo las llamadas son varias NO UNA, de una de ellas que me diga que el carcamal de médico PSIQUIATRA no ginecólogo, ni otra Estuvo un solo día en La Planta por orden del Tribunal 35 de Control Hace dos semanas que el psicólogo Luis Alberto Morales, de 52 años, fue enviado al penal de Yare III, en el Tuy. Tal Cual Cultura | 17/08/2010 09:55:26 a.m. El fatum de los Delgado Chalbaud La tragedia vivida por la Román y Carlos Chalbaud es traída a siglo XXI por sus descendientes. Julia o el fatum de los Delgado Chalbaud no es el único libro en el mercado referente a esta familia Por: Erik Barráez Fotos por: Renier Otto
especialidad,
PSIQUIATRA que tiene que ver con su sanación emocional, y
equilibrio
como ser humano siendo ella menor de edad, muy joven,
practica sexo y
perversiones con ella, creo que voy denuncio al tipo a la LOPNA,
o si ya no es menor de edad la de Defensa a la mujer, agarro
mil policías y entro al altar marialioncero que parecía el exquisito
consultorio de
Chirinos por su energía y jodo al tipo.Total era un secreto
a voces que manejaban la hermana, el amigo, y todos como convidados
de piedra, que no siento que sean por su espiritualidad que les haga
respetar el libre albedrío de la joven, es más. parece que buscara real
la señora pues deja correr el asunto...
"angustiada" POR FAVOR!!!
Además de todo eso, el libro es escrito por una periodista que se
presenta
en portada con las tetas medio afuera, un objeto punzante como
"cadenita al cuello",
una pose desafiante de ojos que dicen "me llevo al primero por
los cachos", y siendo "alumna"
de otro viejo verde como Eleazar Díaz Rangel quien hizo maromas
para
pagarle el seguro cuando ella tuvo el famoso accidente le
resta cierta
objetividad periodística pues es el fin que busca, Mc Luhan lo dice
y el fin
justifique los medios, a mi me da compasión cristiana pues mi vida
se dirigió
de otra manera...Mis amigas y yo no quisimos ser seductoras, ni
feministas con
las mismas proposiciones y ambiciones y encima. Ibéyise
pertenece a la generación "boba", pero la que llevó palo en Tazón
fue la que
venía de los Estados Aragua y Carabobo, no los de la UUUCV,
es ambiciosa
de tener fama porque es inteligente, agarra la noticia, arriesgada,
va a lo suyo, cosa que para mi es falta de "Alma" femenina,
se le nota con solo mirarla, hizo teatro con sus amigas en el
momento en que
las tres: Patricia Poleo, Marianella Salazar e Ibéyise estaban en el
TOP de la
fama, pues ESTABAN PERSEGUIDAS
POR EL REGIMEN del cual Chirinos era figura central y encima
jurado chavecista;
(tufito a venganza...Dígalo ahi Chivo Negro) Ahora está casada
con Kico que
es de la época del "Feriado" malísimo de Pedro Chacín (qepd)
que justamente
es donde se publica la entrevista de Elizabeth Fuentes al Rector
Chirinos en cuestión,
que por hablar bolserías y
querer ser el centro de atención en todo, poseedor de un
EGOOOO enorme,
está donde está. Todos esos "ingredientes" te dan como
sumatoria
agregándole el gusto lector de Cronicas negras
del venezolano y el aumento de venta de los periódicos
o la conversión
en best sellers venezolanos, cosa nunca vista en los libros sobre temas
escabrosos,
que especulan esos temas,máxime de figuras odiadas o públicas,
te da que lo de Chirinos es de revisión como lo de Dreyfuss
en su momento
Venganza por todos lados...
(SALVANDO LAS DISTANCIAS Y LOS PERSONAJES, ¡CLAARO!)
y
hay mucha camisa roja rojita y boina y camisa verde con la
máxima distinción
militar.
¿No te parece querido Chivo Negro?
¿Y ahora con más razón qué piensas de eso Chivo Negro?
Hay retaliación o no con el anciano si este es un hombre joven
y a Fuenmayor que violó a SU HIJO, le dieron su casita
por
cárcel siendo como 10 años más joven que Chirinos.
Solo un día estuvo recluido en La Planta, luego de que el Tribunal 35 de Control de Caracas le dictara privativa de libertad.
El psicólogo que fue imputado por el asesinato de sus padres y sus dos hijos, ocurrida el 15 de febrero en Macaracuay, estuvo varios días en una celda de Polisucre aislado y fuertemente custodiado.
Morales, una vez que fue rescatado del lugar del suceso, donde permanecía herido de gravedad, fue trasladado al hospital de El Llanito.
Cuando lo dieron de alta, permaneció en la sede de Polisucre y el viernes 25 de febrero fue llevado a la morgue de Bello Monte para que le practicaran exámenes médicos, psicológicos y psiquiátricos. Desde ese momento, se conoció la medida que dictó el Tribunal 35 de Control, donde le asignaron como centro de reclusión el retén de La Planta. Allí esperaba cupo, que le fue otorgado hace dos semanas, y remitido al penal de Yare III, debido a la seguridad que precisa tener.
El imputado declaró la última vez que tenía problemas mentales. DRM
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