Notitarde 28-07-2011 |
Los asesinos de Bolívar por
Mariahé Pabón"Ni la memoria de Simón Bolívar, ni mucho menos sus restos mortales, han tenido reposo en los últimos tiempos, cuando desde una estrategia oscura y con fines inconfesables, se pretende cambiar la historia para ponerla al servicio de una causa comunistoide que jamás el propio Bolívar hubiese avalado. La exhumación de los restos del Libertador, llevada a cado entre gallos y medianoche, buscaba —entre otros derroteros metafísicos que hoy no entraremos a analizar porque asquean— dos aspectos esenciales: en primer lugar determinar si los huesos allí depositados eran efectivamente los del héroe y en caso positivo verificar si la hipótesis del envenenamiento podía ser sustentada desde la experticia científica, ya que sobre la base de los supuestos del propio presidente Chávez y de algunos pseudohistoriadores, es la que cobra mayor fuerza en el ámbito nacional e hispanoamericano". RICARDO GIL OTAIZA | EL UNIVERSAL jueves 28 de julio de 2011.
El amor a los muertos
Tiempo atrás circulaba en los cotarros sociales y políticos del país, la especie de que Chávez solía dejar una silla vacía en cualquier sitio al cual acudía para reunión, cena, comité del partido en fin, ahí, en esa puesto se sentaba Simón Bolívar y supuestamente el presidente hablaba con él, como solía hacerlo con uno de sus ídolos, el jugador de béisbol Néstor Isaías Látigo Chávez, prematuramente desaparecido y cuya tumba solía visitar el Comandante, según lo relatara él mismo, en una especie de reality radial, transmitido por RNV. Frente a la tumba de Néstor Isaías, Látigo Chávez él llegaba para contarle sus penas y decirle que la razón por la cual habría escogido la carrera militar y no la de la pelota tenía fundamento en la desaparición de quien había sido el ídolo de su vida. Y aunque ustedes no lo crean yo escuché la confesión presidencial en la que relataba cómo, en el día que resolvió ingresar a la Academia Militar, fue directo al cementerio para contarle a su ídolo, pedirle perdón y contarle que ya nos sería pelotero sino militar. Hay que decir que Néstor Isaías, nacido en 1947 y fallecido en 1969, fue un auténtico y fascinante ídolo de multitudes.
En búsqueda de asesinos
Y los hechos del amor a los muertos vienen a cuento porque esa obstinación de Chávez por buscarle asesinos a Bolívar llegó en momentos en que sus relaciones con Uribe pasaron a convertirse en una gallera internacional en la cual cada uno sacaba a relucir lo peor de sus personas para insultarse públicamente.
En ese instante, el presidente convocó a todo aquel que pudiera darle una luz sobre la muerte del Libertador, sin recurrir a los centenares de testimonios y libros que se han escrito con diarios estrictos y exactos de su agonía, minuto a minuto, hasta el momento de su muerte en la Quinta de San Pedro Alejandrino el 17 de diciembre de 1830, a la una de la tarde.
Millones de dólares se pagaron para llegarse a la conclusión de que Bolívar no había sido asesinado por Santander y sus adeptos, sino por las drogas que en ese tiempo se utilizaban para tratar la enfermedad que había heredó de su madre y sufrió toda la vida: la tuberculosis.
Ahora el turno le toca a Miranda y será en septiembre cuando comiencen a examinar sus huesos para saber si en realidad son los de nuestro héroe .Dicen los entendidos que eso de jurungar muertos no da dividendos aun cuando los mexicanos festejan la desaparición de sus seres queridos con fiestas, altares, comidas, limpieza de sus huesos y tumbas, en fin con alegría y no con ese ceremonial patético en que han querido recordar los revolucionarios a Bolívar, con el único objeto de complacer a su comandante presidente.
Quiera Dios que su pasión no llegue a los huesos del Látigo Chávez, santo de cabecera de este Chávez del que no es familia.
La comedia del sí y el no
Viendo todo el carnaval que se ha montado en torno a la figura presidencial, con motivo de sus ires y venires a Cuba, su mediático cumpleaños , su insistencia en que no tiene nada, pero sí tiene, que está mal y está bien, que la quimioterapia le tumbará el pelo, que cojea de la pierna derecha, las ojeras le caen hasta la barbilla y los ojos cada día se le cierran más. Una ya no sabe en qué pensar, porque a veces parece que el susodicho se estuviera despidiendo cuando lee en público una carta enviada a sus padres en tiempos de cárcel o en medio de chistes se encomienda al manto de la virgen, a los espíritus de la sabana y al Cristo de los milagros para que pueda vivir hasta los cien años de vida dominando a un sector del país que se arrodilla ante su figura como esos pobres cadetes navales , títeres de sus jefes uniformados que encuentran en el servilismo una manera de trabajar por Venezuela.
Está manipulando a sus seguidores como lo ha hecho siempre y está engañando al resto del pueblo que somos nosotros los que no sabemos a qué atenernos en este universo de violencia y mentira al que parecemos acostumbrarnos.
mariahep@yahoo.com
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