lunes 11 de julio de 2011
POR MI MADRE: CHAPEA, QUE ALGO QUEDA
Nada más fácil en esta revolución que ponerse una camisa roja y dejarse colgar la credencial "de lo que sea" para abrirse paso en las autopistas, transitar como un genuino caretabla en su auto frente a la alcabala de la GN e incluso coronar un buen puesto en las colas del registro civil o entrar a un tribunal; y si te da la gana, mandar a poner preso al tipo que está fastidiando a tu novia. Es decir, con 80 bolívares pasas al otro lado de la Venezuela de los privilegios y de los abusos. Todo en nombre de la causa bolivariana.
SOCIALISMO SALVAJE
El pasado 5 de julio una familia caraqueña, según denuncia Irving Mosquera en Aporrea, decidió celebrar la fecha patria subiendo al teleférico. Como la inflación socialista persiste, decidieron prepararse unos sánguches para que el bolsillo sufriera menos, pues en pasajes el gasto era de 140 bolívares. Sin embargo recibieron una sorpresa desagradable: la primera, cuando funcionarios del sistema teleférico les revisaron el bolso y les retuvieron los alimentos, con el argumento de que estaba prohibido ingresar al parque con los mismos.
Como ya estaban en el sitio y habían comprado los pasajes decidieron proseguir el viaje, contando con que si el hambre acudía puntual a su cita, la enfrentarían en la arepera socialista, pero al llegar arriba recibieron la segunda sorpresa, también desagradable: la referida arepera estaba cerrada. Suponemos que sus empleados decidieron no darse mala vida. Total el sueldo lo tienen garantizado trabajen o no. Eso de no poder ingresar con alimentos a un parque no ocurre ni en los muy capitalistas de Disneyworld. Allá cada quien es libre de llevarse la comida de su casa o comprarla en el parque.
MI NIETA GRINGA
Al igual que el presidente Chávez, el rector de la Universidad Rómulo Gallegos, en San Juan de los Morros, Ramón Galindo, tampoco cree en la calidad de los médicos venezolanos. Pero aquí el asunto es diferente. Su hijo, quien además es profesor y director de Deportes de la citada Universidad, en lugar de irse a La Habana se marchó al estado de Florida, para que su esposa diera a luz en tierras del imperio.
Entonces para allá se fueron el feliz abuelo, junto a su esposa también profesora de la universidad para a conocer a la nieta. Total, los Barrio Adentro y los CDI se van quedando para los socialistas pendejos, que parecen que sobran en esta revolución.
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