Escalada de conflictos

lunes 11 de julio de 2011

Escalada de conflictos

Fernando Luis Egaña - ATV

Son variadas y también conexas las razones que explican el aumento de la conflictividad socio-laboral en estos tiempos de mediados del 2011. La primera y acaso más estructural, es que en la medida que sigue engordando el tamaño del Estado y de la burocracia, se incrementa el potencial de conflicto. Con la exhumación de la cartera de Juventud, por ejemplo, ya llegan a 30 el número de sillones ministeriales del Gabinete "Ejecutivo".


Pero como no se trata de un fenómeno reciente, sino que lleva por lo menos una década, la referida variable, de por sí, no sería suficiente para entender la espiral conflictiva que está padeciendo el país. Otra razón, por ende, salta a la vista: y es que con todo y el barril de petróleo venezolano en la vecindad de 100 dólares, no hay recursos disponibles para cumplir las obligaciones legales y contractuales de índole laboral.

Ahora bien, las insuficiencias presupuestarias tampoco son una novedad, ni en esta ni en anteriores épocas. Aunque deba precisarse, desde luego, que no tiene la misma justificación un déficit con el precio del petróleo en 10 dólares, que uno con 100 dólares o más. Así que debe haber otra causa que termine de esclarecer el porqué de tanto malestar y tanto conflicto social en el ámbito estatal.

Y ese motivo se encuentra en el desgobierno que impera en la "revolución bolivarista", que justamente se agrava por los padecimientos de la salud presidencial. Mientras el señor Chávez se ocupe menos que de costumbre de los asuntos meramente gubernativos, y mientras continúe la absoluta concentración de poderes administrativos en sus manos, entonces aumentará la tendencia al corto-circuito, a la negligencia en la toma de decisiones específicas y a la parálisis del mastodonte estatal.

¿O acaso los ministros rojos se atreven a ejercer su autonomía en el desempeño de sus funciones? ¿O acaso los miembros del "alto gobierno" no se encuentran en una especie de estado de "animación suspendida" ante la incertidumbre política que les envuelve? ¿O acaso las resoluciones puntuales no se están aplazando o engavetando en espera que el señor Chávez tenga tiempo o disposición para echarle un ojo?

Todo eso está aconteciendo con más intensidad de lo habitual, y por lo tanto enrarece todavía más el ya pesado ambiente del desgobierno revolucionario. En otras palabras, los pedazos en que se está cayendo Venezuela, y en especial el Estado nacional, se fragmentarán más, costarán más, pesarán más, y profundizarán más la crisis social.

Y la única solución que parecen concebir las "autoridades bolivaristas" es disparar el monto de la deuda externa, así sea hipotecando todo lo hipotecable, para gastar más y más dinero en tapar algunos cráteres, correr algunas arrugas, y tratar de contener el masivo y creciente malestar.

¿Lograrán su propósito? Quizás en parte, sobre todo porque tienen la presión adicional de la temporada electoral; pero el grueso del drama arreciará porque su razón principal está imbricada con el montaje de un mega-estado, que se atropella por los cuatro costados de la mega-ineficiencia, y que prosigue empujando al país al barranco de la mega-crisis.

flegana@gmail.com