Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

miércoles, 17 de abril de 2013

¿Cómo llevé mi toma de conciencia de la Nada que experimentamos todos en los años 70 hasta llegar al presente sin la angustia que me rodea ante los acontecimientos políticos que se suceden vertiginosamente


Para ser sincera mi acercamiento a  la toma de conciencia de " "La Nada y El Todo", experiencia de la "noche oscura del alma" a la que se referían todos los movimientos de la época, teniendo a la cabeza al filósofo existencialista francés Jean Paul Sartre y los místicos cristianos como San Juan de La Cruz, incluso presente en obras para "niños" como "la Historia sin Fin" de Michael Ende (1983), ese tema angustiante  estaba presente en mi potenciado por estar estudiando Letras y Filosofía. En plena "noche oscura"  a través de mi participación en los años 8O de la Comunidad de "Los Peregrinos" y el Mensaje dado por Josefina Chacín Ducharne, a través de sus libros pero sobre todo por asistir semanalmente  a su sede en Carrizal donde recibí las enseñanzas a través de sus principales guías quienes me transmitieron la explicación de lo que estaba buscando, además alli accedi a alguien y  algo muy especial: las reflexiones que durante dos años recibi del extraordinario profesor, filósofo venezolano ingratamente olvidado, J.R.Guillent Pérez (Caracas 1923-Caracas 1989), único en realidad en trabajar EL EGO de manera consciente, publicar columnas dominicales en el diario caraqueño "El Universal" donde escribía sobre el asunto y enseñarlo a sus discípulos con la mayor autenticidad posible...Guillent Péez desmontaba de forma excelente la preeminecia del Yo, del Ego en la vida, y por ende cómo éste es el enemigo mortal de SER, del verdadero YO SOY en  la "búsqueda espiritual" y  en la vida, donde se puede uno envanecer y asi el ego adquiere dimensiones realmente alarmantes, porque está oculto por la aparente bondad y humildad del buscador que con sus conocimientos se estanca y justifica cada paso que da en la vida cotidiana, a través del conocimiento que circulaba libremente...Otros de mi generación buscaban el dinero y el poder, otros el poder político, otros anclados en su resentimiento sin espirtualidad buscaban vengarse de una sociedad que los excluía, y en esos terribles años 80 se fue tejiendo la trenza o el tapiz que fue impidiendo llegar a la profunda realidad de la verdadera existencia del por qué del ser humano, quienes como "seres espirituales hechos a imagen y semejanza de Dios" podemos sentir y transformar nuestras limitaciones al señalarnos un camino que nos  anime al crecimiento espiritual interior ante el vacio que lo material ya estaba demostrando  y la dialéctica materialista les hacía ver a sus seguidores que lo divino  ya estaba superado... porque ellos iban en pos del "hombre nuevo"...Esa década empolló los huevos de la serpiente que hoy tiene trancado al país, primero con los gerentes que en 1994 llevaron al traste el sistema bancario nacional, otros se preparab en las sombras para destruir todas las estructuras del país en una lucha de hombres y mujeres divididos, envanecidos por el poder unos, otros buscando revancha a lo que consideran su "exclusión", convertidos en terribles seres humanos capaces de orientar hacia sus ambiciones la vida cotidiana y no asumir su REAL SER, porque ya estábamos alcanzando  la cúspide de la comprensión humana, su indigencia para dar el salto a la comprensión y aceptación de nuestra naturaleza divina. Lo "espiritual" se alejaba cada día más de muchos de mi generación, y comenzaron a actuar y asumir posturas más cercanas al símbolo del "mal", de la "sombra" de nuestro colectivo, anunciando el "daño" que ha desatado en muchos enfermedades y  dolores físicos in crescendo, desconocidos para la medicina tradicional, y a estos acontecimientos que se sucedieron sin que nadie pudiera detenerlos desde 1989. La espiritualidad necesaria se escondió tras los presupuestos ficticios que muchos de mi generación se crearon, aislándose del mundo con su problemática intacta...pero "espirituales"...tan inconscientes como cuando empezaron y consumidos en múltiples problemas y rarísimas enfermedades...del alma.
El 4 de abril pasado, Leonardo Padrón expresó muy bien lo que muchos sienten
en estos momentos en el país:

LEONARDO PADRON: Se busca un país



Debo confesar que estoy agotado. El país se me ha vuelto un insomnio. No puedo iniciar estas líneas de otra manera. La primera persona del singular es el lugar donde comienza, para todos, el país que somos. El país ocurre primero en el desayuno que nos llevamos a la boca. En las noticias que te emboscan los buenos días. En el hueco que tu carro descubre camino al trabajo. Confieso que mi cédula de identidad me tiene exhausto. Venezuela se ha convertido en una experiencia límite. Pero más me perturbaría cultivar la indiferencia o, peor aún, aplaudir el desatino monumental que vamos siendo. Decía Marguerite Yourcenar que el verdadero lugar de nacimiento es aquel donde por primera vez nos miramos con una mirada inteligente.
Hoy los venezolanos tenemos un país extraño y drásticamente superior a nuestro asombro. La tranquilidad nos quitó el habla. Deambular entre los titulares es respirar tizne y desaliento. Hoy todos estamos salpicados por esa nación áspera que habla con estridencia y nos empuja, pendencieramente, el hombro. Somos una eterna cuenta regresiva. A cada quincena nos jugamos el destino. Necesitamos con urgencia una cierta dosis de aburrimiento. Pero más apremiante aun es conseguir el país que no termina de aparecer. Quizás es el rasgo más común que tienen entre sí un habitante de Chivacoa, El Supí, Manzanillo, Agua Salud o El Cafetal: todos buscamos esa esquiva palabra llamada bienestar. O elijamos otra, una instancia de arranque: sosiego. Que ocurra el sosiego.
En la red social Twitter no siempre triunfan los insultos. Alguien escribió en estos días: La esperanza también es un talento. Se me antoja que es una frase poderosa y certera. Para no claudicar uno debe emplearse a fondo. Es la tarea, quizás la primera, de todos los que habitan este mapa borrascoso: ejercer activamente nuestro talento para la esperanza.
En definitiva, andamos buscando un país donde la decencia se convierta en rutina. Donde mi diferencia sea el vínculo con la tuya. Donde sea moralmente inadmisible el escarnio. Aquí todos estamos agotados de tanto desencuentro, tanta agresión mutua, tanto reventarnos la madre en el idioma. La calle es un desafinado coro de rencor. Las amistades crujen a pedazos. Los gremios se fragmentan. Padecemos los síntomas de un virus llamado odio. Es imperativo conseguir la bisagra que nos regrese a una cordial topografía de múltiples registros. Por eso, en estos días feroces hay que ponerse el mapa encima. En estos días toca revisar lo que somos y lo que hemos dejado de ser.
¿Qué es hoy un escritor en Venezuela? ¿Por qué amenazan el trazo de un dibujante? ¿A quién asusta tanto el humor? ¿Cómo duerme un dramaturgo al que le han quitado la sede? ¿Cuántos insultos por minuto tolera un periodista? ¿Quién oye la voz de los pensadores?
El poeta Ezra Pound decía que los artistas son las antenas de la raza. Sabemos que la única doctrina de un artista es la libertad. Tiene la costumbre de volar varias veces al día. El artista no se arrodilla ante nadie. No sabe de genuflexiones. No ofrenda lisonjas al poder. Está diseñado estructuralmente para disentir, criticar, proponer. No busca fuegos fatuos. El artista es el moscardón de la realidad. La agitación y la irreverencia. El artista no quiere ser gobierno, prefiere ser conciencia y reclamo.

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