El barrio de Cúcuta en el que Nicolás Maduro habría vendido hayacas
En Carora dicen que el hoy Presidente de Venezuela también jugó fútbol en este lugar.
La historia de que el presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, jugó fútbol y hasta trabajó en las ardientes calles de Cúcuta crece con el ímpetu de una leyenda urbana en la ciudad.
Atraídos por testimonios que alimentan esa versión y por el mito del supuesto origen colombiano de Maduro, personas con acento venezolano han llegado a notarías de Cúcuta en busca de documentos que lo certifiquen. Pero no los hay.
De hecho, el hoy candidato oficialista a las elecciones presidenciales en Venezuela ha dicho que nació y creció en un barrio de Caracas. De esa forma frenó el rumor de que Maduro no era venezolano de nacimiento y que, por lo tanto, no podía aspirar a la Presidencia.
En todo caso, las voces que dicen que vivió algunos años en Cúcuta siguen apareciendo. Pero esas versiones son confusas y lo único que parece claro es que Maduro ha tenido parientes en Colombia.
EL TIEMPO encontró a cuatro personas que dicen haberlo conocido en Carora, un barrio vecino de la terminal de buses.
Wálter Cardona, consejero comunal de la Alcaldía, asegura que pateó el balón con él en la polvorienta cancha del sector, cuando tenía 11 años. Maduro pasaba por los 16 o 17, medía 1,60 y lucía una delgadez imposible de imaginar al ver su corpulencia actual, según él. "Por la estatura, siempre lo ponían de central", anota, y agrega que parecía una muralla infranqueable.
El Maduro que conoció Cardona ocupaba la mayor parte del tiempo como ayudante de un bus que viajaba a San Cristóbal (Venezuela).
A los seis meses, añade, Maduro se pasó al baloncesto. Luego no supo más de él y dio por hecho que se había ido a Caracas. La próxima vez que lo vio fue en el 2005, en televisión, como presidente de la Asamblea, al lado de Hugo Chávez.
Otros hablan de que Maduro vendía hayacas y bollos de maíz, que surtía en una famiempresa de fritos y envueltos ubicada en un domicilio al que llamaban 'Casa Verde'.
El rastro disperso
Hoy, en lugar de 'Casa Verde', hay una vivienda de dos pisos, granate, con rejas y puertas blancas. Nadie da razón de los dueños.
Édgar Rodríguez, despachador de Expresos Bolivarianos hace 20 años, ha oído que Maduro fue chofer ahí, pero no lo conoció y no hay nadie más antiguo que avale esa versión.
En el directorio telefónico de Cúcuta solo figura una mujer de su línea paterna: Ana Mendoza de Maduro, del barrio Torcoroma La Libertad. Tras timbrar en su casa, abrió y contestó: "El primo de él es mi esposo y no está". Después, por teléfono, sentenció que él no hablaría.
Vecinos señalaron la casa de Emma Trinidad Moros -tía de Maduro-, donde dicen que vivió el propio Nicolás. Pero ella murió en el 2009. La vivienda le quedó a Nelson, un sobrino que no abrió las cuatro veces que este diario lo visitó.
En el colegio San José, que dirigió Emma por 19 años, Cecilia Mendoza habló de que "Nicolás y sus tres hermanas eran la adoración de aquella mujer que esperaba cada Navidad para visitarlos en Caracas". Según Cecilia, el padre del Presidente, que también se llamaba Nicolás, era venezolano, y su mamá, María Teresa, cucuteña. "Ella era alta, como Nicolás, pero flaca y muy elegante".
Ella dio el nombre de dos profesores que crecieron en Carora y compartieron con él. "Nos conocimos un ratico, de 'pelados' y mientras él trabajó en Cúcuta. Pero no vamos a hablar sobre su vida", dijo uno de ellos.
La Registraduría en Cúcuta confirmó que seis personas -dos venezolanas- han pedido que les certifiquen si existe registro del personaje. La respuesta ha sido negativa.
EL TIEMPO buscó a voceros de la presidencia de Venezuela, de su Embajada y de la campaña de Maduro, pero no ha habido respuesta.
NÉSTOR ALONSO LÓPEZ L.
ENVIADO ESPECIAL DE EL TIEMPO
CÚCUTA
ENVIADO ESPECIAL DE EL TIEMPO
CÚCUTA
*Con información de Valentina Lares
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