Canibalismo del siglo XXI
ELÍAS PINO ITURRIETA /
EPINOITURRIETA@EL-NACIONAL.COM16 DE
OCTUBRE 2016 - 12:01 AM
Cuando el historiador
busca épocas de envilecimiento colectivo se detiene en la tiranía de Gómez.
Quizá no encuentre período más tenebroso, horas más dolorosas. Meterse en los
testimonios del gomecismo es como penetrar una oscuridad sin confines que conduce
a preguntas sobre la posibilidad de llegar más bajo una sociedad en materia de
deshumanización, de vivir en un pantano de indiferencia capaz de meterse en
todos los estratos de la colectividad hasta convertirla en una reunión de
personas acostumbradas a vivir sin muestras de solidaridad con el prójimo.
Hablamos de una experiencia irrepetible, pero se puede hacer memoria de su
existencia para medir el agujero en el cual nos ha metido el régimen de la
actualidad.
Mientras los
venezolanos de bien se consumían en las cárceles, según se puede comprobar en
las Memorias de José Rafael
Pocaterra, una obra mayor de nuestra literatura y testimonio de una decadencia
que parecía insuperable, circulaba el discurso sobre el progreso del país y
sobre las virtudes del sujeto despiadado que habitaba en la cumbre de Maracay.
Los padecimientos del pueblo y la miseria generalizada se ocultaban en una
retórica de adelantamiento que nos conduciría a un estadio estelar debido a las
cualidades del “hombre fuerte y bueno” que lo guiaba. Los intelectuales de las
alturas, los publicistas del oficialismo, los empleados públicos cada vez más
numerosos y una población domesticada por la repetición de mensajes sobre el
establecimiento de una época dorada y por el miedo a los tormentos infinitos de
los esbirros, fabricaron tres décadas de horror en cuyo centro predominó la
indiferencia ante el sufrimiento de las mayorías.
En el campo de la
historia las analogías no son lícitas, en especial si se pretende una relación
con algo tan irresistiblemente pestilente como el gomecismo, pero la noticia de
hechos de canibalismo en una cárcel del Táchira, sucedidos hace poco y
divulgados en la prensa como si cual cosa, tiende un puente que se pasa sin
forzar la barra. Más todavía cuando consideramos que ni en La Rotunda de Nereo
Pacheco se hubiera concebido un festín de brutalidad como el que ahora
conocemos sin que sintamos que se experimenta una situación extraordinaria. Y,
asunto fundamental, sin que reaccionemos con las palabras apropiadas. La ignominia
se supera a través de la conducta, desde luego, pero sin duda también a través
de un lenguaje capaz de denunciarla con urgente eficacia. Pocaterra importa por
la cárcel que pagó cuando reaccionó contra Gómez, pero mucho más por las letras
que nos legó sobre las bajezas de su tiempo.
Cuando alguien
advirtió esta mañana en el Twitter que estábamos frente a un canibalismo del
siglo XXI, caí en cuenta de la obligación que tenemos de describir con el
lenguaje apropiado la vida que padecemos debido a la presencia malvada del
chavismo. Así, por ejemplo, sobre el horror de las ergástulas y sobre la
corrupción que convierte a los familiares de Gómez y al mismo Benemérito en
aprendices del robo, en carteristas de poca monta; pero especialmente sobre la
vejación de los humildes y los desvalidos tapada por la publicidad de la
justicia social y por las reacciones generalmente anodinas de la oposición.
Hemos manejado esos y otros temas sin los vocablos ni los argumentos que los
calibren en su real dimensión. Debemos hacer como Pocaterra frente a la
oscurana de su tiempo, sin que el esfuerzo signifique, porque no es posible,
que queramos emularlo en sus excelencias de escritor. A través del discurso, el
ataque al régimen debe ajustarse a las atrocidades del régimen, pero no hemos
dado la talla en el desafío.
La oposición y los escribidores de la
oposición nos hemos conformado con la repetición o la imitación de la retórica
que predominó en el lapso de la democracia representativa, con pequeñas
variantes que obedecen necesariamente a la mudanza del tiempo, pero sin la
creación de mensajes y estilos peculiares que se ocupen de la descripción de
los desastres también peculiares de la actualidad. Hay unos hombres abandonados
que esperan ese tipo de palabras que no se han escuchado, ese aliciente
primordial que los anime a sobrevivir. Ahora, cuando sabemos de la existencia
de un canibalismo del siglo XXI, se da la oportunidad.
Pran de PGV envió tercer mensaje a Iris Varela
Los reclusos enviaron un video en el que instan a las autoridades a enviar medicinas para poder vivir
6 DE OCTUBRE 2016 - 06:32 PM
Los reos de la Penitenciaría General de Venezuela (PGV) pidieron, a través de un video, medicamentos para poder vivir debido que varios de ellos padecen de enfermedades crónicas como tuberculosis.
El material audiovisual fue enviado por el pran del centro penitenciario: Franklin Paúl Hernández Quezad, mejor conocido como "Franklin Masacre".
“Necesitamos nuestras medicinas. No nos quiten los derechos humanos, mira que todos somos seres humanos y necesitamos una segunda oportunidad. No nos queremos morir, tengan conciencia”, pidió uno de los recluidos que se encuentra en mal estado de salud.
El pasado lunes murió uno de los reclusos dentro de la estructura policial, informó el portal de noticias Caraota Digital.
Con información de la Caraota Digital.
Los reos de la Penitenciaría General de Venezuela (PGV) pidieron, a través de un video, medicamentos para poder vivir debido que varios de ellos padecen de enfermedades crónicas como tuberculosis.
El material audiovisual fue enviado por el pran del centro penitenciario: Franklin Paúl Hernández Quezad, mejor conocido como "Franklin Masacre".
“Necesitamos nuestras medicinas. No nos quiten los derechos humanos, mira que todos somos seres humanos y necesitamos una segunda oportunidad. No nos queremos morir, tengan conciencia”, pidió uno de los recluidos que se encuentra en mal estado de salud.
El pasado lunes murió uno de los reclusos dentro de la estructura policial, informó el portal de noticias Caraota Digital.
Con información de la Caraota Digital.
Murió tercer preso en la PGV por padecer tuberculosis y desnutrición
El dirigente dentro de la cárcel pidió a las autoridades hacer algo para solucionar este problema
Este viernes, en horas de la mañana, murió otro preso de Penitenciaría General de Venezuela (PGV) por padecer tuberculosis y desnutrición.
El hombre se llamaba Ramón Antonio Muñoz y sería el tercer privado de libertad que muere por esta enfermedad desde el 3 de octubre.
El hecho fue informado por el pran del recinto, Franklin Paúl Hernández Quezada. Hernández compartió un video en que se evidencia al hombre muerto en una camilla, dentro de la cárcel.
El dirigente dentro de la cárcel pidió a las autoridades hacer algo para solucionar este problema.
Pran de la PGV envió nuevo video a Varela para mostrarle condiciones inhumanas
El video muestra a 11 presos que padecen tuberculosis y que aún no les ha llegado el suministro de medicamentos que habían solicitado
Franklin Paúl Hernández Quezada, pran de la Penitenciaría General de Venezuela, ubicada en San Juan de Los Morros, envió un nuevo video dirigido a la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, para mostrarle la crisis de alimentos y medicinas que afecta a los reclusos del penal.
El video muestra a 11 presos que padecen tuberculosis y que aún no les ha llegado el suministro de medicamentos que habían solicitado.
“Abóquense es a este problema, porque esto sí es lo que está pasando aquí. No quieran desviar los problemas que tengan en Venezuela y venírselo a ‘encasquetar’ a uno. Porque señora ministra, usted no va a hacer una masacre aquí, como lo hizo en otras prisiones”, criticó Hernández Quezada.
Desde hace varios días, los reos se encuentran amotinados por las condiciones inhumanas dentro del plantel. 1.500 familiares, entre ellos 800 niños, están en el lugar para sumarse a la protesta de los privados de libertad.
Informaciones indican que la Guardia Nacional Bolivariana ha bloqueado el paso de alimentos, medicinas, agua y la visita.
Video cortesía Caraota Digital
11 DE OCTUBRE 2016 - 12:01 AM
No envían tratamiento completo para la difteria
El ministerio entrega de forma racionada las dosis para el control de la enfermedad, denuncian médicos
Nuevamente el hospital Raúl Leoni de Guaiparo, en el estado Bolívar, suma otro luto. Durante cuatro días la niña de 2 años de edad que fue hospitalizada el 6 de octubre comenzó a recibir tratamiento con antitoxina diftérica y el antibiótico penicilina G, pero las dosis no estaban completas en el recinto.
De 100.000 unidades de antitoxina diftérica que necesitaba por tener los síntomas de la difteria en un estado grave, solo pudo recibir 70.000 unidades. Ayer esta niña fue la quinta persona fallecida por síntomas asociados a la difteria solo en este centro de salud.
La difteria es una enfermedad que estaba erradicada desde 1992 y se previene con vacunación. Causa fiebre, amigdalitis aguda y la formación de una pseudomembrana en la garganta que obstruye las vías respiratorias.
Epidemiología del estado Bolívar es el encargado de suministrar las dosis de antitoxina diftérica para el tratamiento y de canalizar con el Instituto Nacional de Higiene la evaluación de los cultivos que se hacen a los pacientes que tienen los síntomas. Sin embargo, hasta ahora ningún médico ha tenido acceso a los resultados de los exámenes y las dosis del tratamiento se entregan de forma racionada.
El personal médico ha exigido que se den los resultados para que no haya pánico en la población, pues la difteria tiene los mismos síntomas que la amigdalitis y faringitis al comienzo de la enfermedad.
La jornada de vacunación ha ido bajando en la entidad. Durante el fin de semana los ambulatorios y las movilizaciones estaban paralizados, por lo que la población debía esperar al día lunes para acceder a la inmunización.
Siguen las sospechas en Anzoátegui. De acuerdo con miembros de la directiva del Colegio de Médicos de Anzoátegui, hay un segundo niño con síntomas parecidos a la difteria que ingresó al hospital Razetti de Barcelona y que proviene del Valle de Guanape.
Aún el personal de salud del anexo pediátrico de ese centro no tiene los resultados del primer caso sospechoso que se reportó en el estado el 4 de octubre. La paciente, residente en el sector Las Carmelitas, está evolucionando al tratamiento.
El 27 de septiembre el gobernador de Bolívar, Francisco Rangel Gómez, admitió 13 casos sospechosos de difteria en la entidad. Desde entonces ninguna autoridad estadal ni del Ministerio de Salud ha dado nuevas declaraciones sobre el asunto. Hasta hace 8 días solo se pudo conocer de forma extraoficial que había 30 casos de personas con los síntomas y 22 fallecidos.
EL DATOEl protocolo de vacunación contra esta enfermedad establece que se debe aplicar la vacuna DTaP (difteria, tétano y pertussis acelular) a menores de 7 años con 5 dosis: una a los 2, 4 y 6 meses de edad. Luego, la cuarta dosis entre los 15 y 18 meses, y la quinta dosis entre los 4 y 6 años de edad. A los que son mayores de 7 años se debe aplicar la vacuna entre los 11 y 12 años de edad. Mientras que los adultos necesitan un refuerzo cada 10 años. Se debe vacunar a las madres en el posparto inmediato porque pueden ser fuente de transmisión al bebé.
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