Luis T. Izaguirre T. ||
Calma chicha
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Realmente el significado de este término me recuerda a mi papá, quien tenía esta expresión como una manera de señalar la existencia de una situación indefinida, sospechosa, tenebrosa o inquietante.
El país por más que existan problemas carcelarios que denotan complicidad externa e interna, problemas en el sistema eléctrico nacional, escasez de alimentos, inflación desmedida, entre otros tantos problemas que confronta Venezuela, se siente en el ambiente una tensa calma tanto de los oficialistas como de la oposición.
La calma de los oficialistas y de la oposición obviamente tiene su centro en el estado de salud del Presidente Chávez, porque los acontecimientos futuros para el desarrollo de la vida de los venezolanos depende del enfoque de cada sector en días venideros. Los oficialistas ruegan a Dios por la salud del Presidente Chávez, y señalan que el Presidente Chávez está en óptimas condiciones para gobernar el país y lo hace por vía Twitter, están claros que cualquier signo de debilidad física del Presidente lo descalificaría para una campaña electoral venidera y para el ejercicio de tan alta investidura.
La sociedad civil representada en la oposición está a la espera de los acontecimientos venideros en torno al Presidente, quien está manejando a su antojo por la mayoría de diputados en la Asamblea Nacional temas delicados de orden constitucional como lo son el permiso para viajar al exterior, la falta temporal y la falta absoluta del Presidente de la República y en definitiva la ausencia física en el ejercicio del poder del Presidente de la República. Da la impresión que la oposición espera con calma el problema de la designación del Contralor General de la República; la solución al problema de rango constitucional como es la ausencia del Presidente y su capacidad para ejercer dicho cargo, así como la sucesión del mismo si fuera el caso.
Los militares, que constituyen el partido político más fuerte, por razones obvias, esperan también los acontecimientos venideros para determinar un plan de acción a seguir, porque dependiendo de los acontecimientos comenzarán a diferenciarse los militares rojos rojitos, y los que comienzan a llamarse institucionales, pero que en ambos casos tienen su forma de entender y comprender a su manera nuestro país.
En un balance de la desinformación en la cual estamos los venezolanos en torno a preguntas sin respuestas sobre la salud del Presidente Chávez, y acostumbrados como estamos, en un mundo globalizado a tener información transcendental para el desarrollo del país, se crea una tensión mayor. Si el Presidente está enfermo de acuerdo a los rumores que ha dejado correr el mismo chavismo, y es cierta la presunta designación de Adán Chávez en torno a la defensa de la revolución, creo que la crisis venezolana se agravará. Si no es cierta la magnitud de la enfermedad del Presidente que se rumora públicamente, entonces quedaría pendiente la determinación sobre la capacidad para el ejercicio del cargo presidencial; esto también agravaría la crisis tanto por la lucha interna dentro del oficialismo desenfrenado como por el desbarajuste socioeconómico que se presentaría en Venezuela, siendo muy difícil crear otro problema de la magnitud del penitenciario para distraer la atención pública.
El futuro de Venezuela en resumen de cuenta, no depende de la salud de un ciudadano llamado Hugo Chávez Frías, depende de la salud del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, que puede trancar el juego político con daños inimaginables a nuestro sistema socioeconómico, si el mismo no es tratado y analizado con la debida prudencia y responsabilidad que se requiere por parte de quienes ejercen el poder.
Es posible que el acto del 5 de Julio pueda ser tomado como el inicio de una campaña electoral, presentando a un candidato en óptimas condiciones físicas y mentales lo cual estará por verse; pero lo que sí es cierto e inevitable es que el hermetismo gubernamental le ha causado un daño irreversible a la figura presidencial de difícil recuperación, corriendo entre otros riesgos que el hermetismo sea presentado como una desconsideración o burla al pueblo venezolano.
Sólo nos queda esperar frente a una calma chicha los acontecimientos venideros.
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