"La Fuerza Armada responderá si le dan un palo a la lámpara"
"Le exijo a Maduro que se comprometa a reconocer los resultados electorales. Yo lo haré"
El candidato de la Unidad Democrática está convencido de que "tenemos una oportunidad clarísima de victoria el 14 de abril" ARCHIVO
ROBERTO GIUSTI , HENRIQUE CAPRILES , CANDIDATO PRESIDENCIAL DE LA UNIDAD| EL UNIVERSAL
domingo 7 de abril de 2013 12:00 AM
Luego de una jornada agotadora y después de un mitin en Puerto Ordaz, Henrique Capriles se dispone a afrontar los últimos días de una campaña electoral que, pese "a las horas difíciles que vienen", considera auspiciosa. Lo hace desde el aire y en el vuelo de regreso a Caracas.
-Al aceptar la candidatura presidencial dijiste que tenías todo en contra. A cuatro días del final de campaña, ¿crees haber vencido la adversidad?
-La lucha sigue marcada por su carácter épico y una connotación espiritual. Es la verdad contra la mentira y el uso desvergonzado de los recursos del Estado. Creo que el Presidente (Chávez) guardaba ciertas formas, pero hoy veíamos, yendo al aeropuerto, el uso descarado de los autobuses de Pdvsa, de las gobernaciones y de otros organismos llevando gente a una acto proselitista. Lo mismo pasa con las cuadrillas de Corpoelec, que coloca afiches del candidato (Maduro), el recurso de las cadenas donde, con el pretexto de supuestos puntos de cuenta, se hace propaganda electoral y la clave de acceso a las máquinas electorales..
-Eso también ocurría antes.
-Antes ocurría, pero como había un liderazgo no era tan evidente. Ahora abusan ante la debilidad del actual liderazgo. Pero nosotros hemos logrado que los abusos se conviertan en fuerza para la lucha. Antes, por temor a la abstención, nos cuidábamos, pero el día que acepté el ofrecimiento de los partidos de la unidad describí la cruda realidad: la sentencia del TSJ, lo amañado de la justicia, la burda parcialidad del CNE. Frente a eso está la mujer que no sabe qué le va a dar de comer a la familia y cree en nosotros. ¿Le digo que no voy a luchar? ¿O qué les digo a los trabajadores del estado Bolívar, quienes han depositado su confianza en nosotros? Ellos llevaron palo después de octubre, siguen creyendo en nuestra propuesta y esperan les reconozcan sus derechos contractuales.
-¿Funcionó ese cambio de estrategia?
-Claro. En esta campaña, a diferencia de la otra, dije que la abstención no es una opción y que toda esa rabia e impotencia, generada por los abusos, se convierte en fuerza para votar.
-Preguntaba si has vencido la adversidad y si, en definitiva, vas a lograr la victoria.
-Yo competí contra un líder que tenía 13 años en el poder y llegué muy cerca. Faltaron seis puntos. En pueblos como El Callao, Guasipati, Caicara del Orinoco y Santa Elena de Uairén, había gente que no me conocía. En poblaciones del Táchira, al verme, la gente comentaba: "está llegando Charoski". No sabían quien era Capriles Radonski. Ahora me conocen. Hemos crecido y consolidado un liderazgo. El juego cambió.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Que tenemos una clarísima oportunidad de victoria.
-¿Más clara que hace un mes?
-Si me hubieras preguntando eso el 10 de marzo te habría dicho que no. Me lo preguntas hoy, 5 de abril y te respondo que estoy viendo la victoria. Yo me acerco a lo espiritual y siento que las cosas se están dando para eso.
-¿Podrías explicarlo?
-¿Qué futuro espera al país con quienes tienen un discurso divisionista, confrontacional y constituyen un entorno incompetente a la hora de gobernar?
-El país de Chávez.
-Peor... peor. Nicolás fue un desastre en la Cancillería.
-Si ganas, según lo que dices, la verdad triunfará sobre la mentira, la honestidad sobre la corrupción, la fuerza moral sobre el ventajismo, los valores de la causa común sobre el particularísmo disfrazado de colectivo y una cultura de la regeneración sobre aquella basada en la división. Digamos, el bien sobre el mal, es decir, casi un milagro.
-En Chile la Concertación venció a la dictadura en un escenario parecido.
-Maduro no es Pinochet.
-Pero las condiciones son similares. La dictadura tenía el control de las instituciones, de los medios, de la Fuerza Armada y las encuestas a su favor.
-En una dictadura latinoamericana clásica el objetivo no es la trascendencia del Jefe. Aquí hay un gobierno con pujos totalitarios que desde una autocracia pretende convertirse en dictadura de partido. Regímenes así no se avienen a entregar el poder.
-No pueden evitar el escrutinio electoral. Hay una elección y si la gente sale a votar y defendemos los votos, aquí habrá más que allá. Si lo reconocen o no, veremos. Por ahora le exijo a Maduro reconocer los resultados. Yo lo haré.
-Es decir, tú le exiges a Nicolás Maduro...
-Que reconozca los resultados. Hay que emplazarlo porque ahí está el plan Stalin para desconocerlos si ellos pierden.
-¿Qué dicen en la Fuerza Armada?
-Después de estos acontecimientos hay conversaciones con la Fuerza Armada pero no subversivas. Existe preocupación en la institución porque, obviamente, sus miembros no son ajenos a la realidad: crece la violencia, el desabastecimiento, la inflación y la moneda vale hoy mucho menos.
-¿Hay, entonces, división entre los militares?
-Yo no diría que la Fuerza Armada esté dividida, sino sometida a confusión.
-Ese sector con el cual conversas, ¿tiene poder suficiente como para garantizar que se reconozcan los resultados?
-Si un grupito, en determinado escenario, pretende darle un palo a la lámpara, la Fuerza Armada responderá mayoritaria e institucionalmente. Esa es la confianza que tengo para desmontar el Plan Stalin o alguna otra aventura. A eso estoy apostando. Espero no equivocarme.
-Si eso es así, ¿por qué no dices el nombre de quien sería el ministro de Defensa?
-Por supuesto que no porque ante un gobierno cuya política es sembrar miedo y división, yo necesito institucionalizar y unificar. De lo contrario le pondría en bandeja de plata al Gobierno la posibilidad de amedrentar a quien asuma posiciones institucionales en la Fuerza Armada. Creo que estas horas son claves, largas y de tensión.
-¿Por qué lo dices?
-Nicolás sabe que no tiene con qué. El de Chávez era un liderazgo sólido y así se tapaba ineficacia y manipulaciones. Pero Nicolás, ¿qué liderazgo tiene? Entonces, ante esa debilidad acude a la amenaza, la intimidación y una radicalización del discurso sin ninguna propuesta concreta. ¿Qué va a hacer para reducir la inflación y generar empleo? ¿Cómo resolverá el tema de la violencia? Por eso debemos actuar con serenidad y no caer en un juego que nada bueno deja al país.
-Dices que tomarás posesión inmediatamente.
-Esta es una elección en el marco del período constitucional ya iniciado. Al haber continuidad y una vez proclamado por el CNE el nuevo presidente, la toma de posesión debe ocurrir en el tiempo que lleve ponerse de acuerdo para tomar juramento. Eso es cuestión de horas. Quién sabe si en dos fines de semana hacemos esta entrevista en Miraflores.
-Al aceptar la candidatura presidencial dijiste que tenías todo en contra. A cuatro días del final de campaña, ¿crees haber vencido la adversidad?
-La lucha sigue marcada por su carácter épico y una connotación espiritual. Es la verdad contra la mentira y el uso desvergonzado de los recursos del Estado. Creo que el Presidente (Chávez) guardaba ciertas formas, pero hoy veíamos, yendo al aeropuerto, el uso descarado de los autobuses de Pdvsa, de las gobernaciones y de otros organismos llevando gente a una acto proselitista. Lo mismo pasa con las cuadrillas de Corpoelec, que coloca afiches del candidato (Maduro), el recurso de las cadenas donde, con el pretexto de supuestos puntos de cuenta, se hace propaganda electoral y la clave de acceso a las máquinas electorales..
-Eso también ocurría antes.
-Antes ocurría, pero como había un liderazgo no era tan evidente. Ahora abusan ante la debilidad del actual liderazgo. Pero nosotros hemos logrado que los abusos se conviertan en fuerza para la lucha. Antes, por temor a la abstención, nos cuidábamos, pero el día que acepté el ofrecimiento de los partidos de la unidad describí la cruda realidad: la sentencia del TSJ, lo amañado de la justicia, la burda parcialidad del CNE. Frente a eso está la mujer que no sabe qué le va a dar de comer a la familia y cree en nosotros. ¿Le digo que no voy a luchar? ¿O qué les digo a los trabajadores del estado Bolívar, quienes han depositado su confianza en nosotros? Ellos llevaron palo después de octubre, siguen creyendo en nuestra propuesta y esperan les reconozcan sus derechos contractuales.
-¿Funcionó ese cambio de estrategia?
-Claro. En esta campaña, a diferencia de la otra, dije que la abstención no es una opción y que toda esa rabia e impotencia, generada por los abusos, se convierte en fuerza para votar.
-Preguntaba si has vencido la adversidad y si, en definitiva, vas a lograr la victoria.
-Yo competí contra un líder que tenía 13 años en el poder y llegué muy cerca. Faltaron seis puntos. En pueblos como El Callao, Guasipati, Caicara del Orinoco y Santa Elena de Uairén, había gente que no me conocía. En poblaciones del Táchira, al verme, la gente comentaba: "está llegando Charoski". No sabían quien era Capriles Radonski. Ahora me conocen. Hemos crecido y consolidado un liderazgo. El juego cambió.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Que tenemos una clarísima oportunidad de victoria.
-¿Más clara que hace un mes?
-Si me hubieras preguntando eso el 10 de marzo te habría dicho que no. Me lo preguntas hoy, 5 de abril y te respondo que estoy viendo la victoria. Yo me acerco a lo espiritual y siento que las cosas se están dando para eso.
-¿Podrías explicarlo?
-¿Qué futuro espera al país con quienes tienen un discurso divisionista, confrontacional y constituyen un entorno incompetente a la hora de gobernar?
-El país de Chávez.
-Peor... peor. Nicolás fue un desastre en la Cancillería.
-Si ganas, según lo que dices, la verdad triunfará sobre la mentira, la honestidad sobre la corrupción, la fuerza moral sobre el ventajismo, los valores de la causa común sobre el particularísmo disfrazado de colectivo y una cultura de la regeneración sobre aquella basada en la división. Digamos, el bien sobre el mal, es decir, casi un milagro.
-En Chile la Concertación venció a la dictadura en un escenario parecido.
-Maduro no es Pinochet.
-Pero las condiciones son similares. La dictadura tenía el control de las instituciones, de los medios, de la Fuerza Armada y las encuestas a su favor.
-En una dictadura latinoamericana clásica el objetivo no es la trascendencia del Jefe. Aquí hay un gobierno con pujos totalitarios que desde una autocracia pretende convertirse en dictadura de partido. Regímenes así no se avienen a entregar el poder.
-No pueden evitar el escrutinio electoral. Hay una elección y si la gente sale a votar y defendemos los votos, aquí habrá más que allá. Si lo reconocen o no, veremos. Por ahora le exijo a Maduro reconocer los resultados. Yo lo haré.
-Es decir, tú le exiges a Nicolás Maduro...
-Que reconozca los resultados. Hay que emplazarlo porque ahí está el plan Stalin para desconocerlos si ellos pierden.
-¿Qué dicen en la Fuerza Armada?
-Después de estos acontecimientos hay conversaciones con la Fuerza Armada pero no subversivas. Existe preocupación en la institución porque, obviamente, sus miembros no son ajenos a la realidad: crece la violencia, el desabastecimiento, la inflación y la moneda vale hoy mucho menos.
-¿Hay, entonces, división entre los militares?
-Yo no diría que la Fuerza Armada esté dividida, sino sometida a confusión.
-Ese sector con el cual conversas, ¿tiene poder suficiente como para garantizar que se reconozcan los resultados?
-Si un grupito, en determinado escenario, pretende darle un palo a la lámpara, la Fuerza Armada responderá mayoritaria e institucionalmente. Esa es la confianza que tengo para desmontar el Plan Stalin o alguna otra aventura. A eso estoy apostando. Espero no equivocarme.
-Si eso es así, ¿por qué no dices el nombre de quien sería el ministro de Defensa?
-Por supuesto que no porque ante un gobierno cuya política es sembrar miedo y división, yo necesito institucionalizar y unificar. De lo contrario le pondría en bandeja de plata al Gobierno la posibilidad de amedrentar a quien asuma posiciones institucionales en la Fuerza Armada. Creo que estas horas son claves, largas y de tensión.
-¿Por qué lo dices?
-Nicolás sabe que no tiene con qué. El de Chávez era un liderazgo sólido y así se tapaba ineficacia y manipulaciones. Pero Nicolás, ¿qué liderazgo tiene? Entonces, ante esa debilidad acude a la amenaza, la intimidación y una radicalización del discurso sin ninguna propuesta concreta. ¿Qué va a hacer para reducir la inflación y generar empleo? ¿Cómo resolverá el tema de la violencia? Por eso debemos actuar con serenidad y no caer en un juego que nada bueno deja al país.
-Dices que tomarás posesión inmediatamente.
-Esta es una elección en el marco del período constitucional ya iniciado. Al haber continuidad y una vez proclamado por el CNE el nuevo presidente, la toma de posesión debe ocurrir en el tiempo que lleve ponerse de acuerdo para tomar juramento. Eso es cuestión de horas. Quién sabe si en dos fines de semana hacemos esta entrevista en Miraflores.
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