Venezuela... ¡desahuciada!
NUNCA!!! Y MENOS CON EL CUMP,ILIENTO DE SUS SIGNOS DIVINOS!!!!
JOSÉ MAYORA | EL UNIVERSAL
viernes 7 de octubre de 2011 09:59 AM
Más allá de Chávez y sus adláteres se encuentra Venezuela, por cuyo destino incierto y deplorable estado, expresamos una gran preocupación, aunada a la convicción de que cualquier cambio que querramos lograr depende de una voluntad colectiva. No basta con sacar a Chávez del poder si no estamos conscientes de cuánto hemos retrocedido y de qué debemos hacer.
Entre diferentes explicaciones del estado de una sociedad, hay tres que me lucen iluminadoras:
-La sociedad bloqueada (Michel Croizier, 1970), en la que el autor plantea que las prácticas perniciosas de la burocracia pública pueden obstaculizar el crecimiento social;
-La sociedad caótica (Philip Hauser, 1972), colectivos que se caracterizan por el desorden y la confusión resultado de la discrepancia entre diferentes estratos o grupos sociales;
-La sociedad líquida (Zigmunt Bauman, 2007) donde se plantea el desmoronamiento de las instituciones sociales mediante el paso de una condición sólida a una líquida (descomposición).
Estas apreciaciones, enunciadas en diferentes momentos, no excluyen que se puedan hacer presentes simultáneamente en un mismo colectivo. Una serie de hechos acaecidos en el país que llaman a reflexión, dan cuenta de tal cosa:
-Choque simultáneo de trenes; deficiencias del parque aeronáutico; crisis eléctrica continuada; pérdida de alimentos importados; crisis carcelaria indoblegable, múltiple y sostenida; sistema de salud incapaz de curarse a sí mismo; reducción de la capacidad productiva del país; fuga de talentos; debilitamiento de los poderes públicos; descuido de la soberanía territorial; incremento de los reclamos sociales; ordenamiento jurídico para cuya ejecución no hay capacidad institucional; transferencias de competencias públicas a otros países; temor ciudadano a responder las preguntas del censo; interpretación circunstancial de la Constitución nacional; corrupción tolerada.
Lo anterior es una muestra de la existencia de caos, bloqueo y liquidez institucional. Adicionalmente, anticipa el aislamiento hacia el cual se dirige el país, pues aislarse no significa romper relaciones con países, o cancelar Internet. En el mundo global, aislarse es no tener capacidad de inserción en la actividad mundial: bilateral, multilateral, productiva y tecnológica.
La mayor torpeza de gobierno alguno, es pensar que para convertirse en una potencia hay que promover un supuesto desarrollo endógeno, después del cual saldremos airosos a competir en el mundo globalizado (tesis de Giordani).
La interpretación triádica que hemos dado a la situación venezolana la podemos resumir en una cuarta perspectiva: la sociedad desahuciada. El socialismo del siglo XXI es irrealista, inviable e insostenible, en la medida que se sustenta en uncontinuum que tiene dos extremos sin posiciones intermedias: la concentración del poder social e institucional en una sola persona y la concentración del soporte económico en la exportación de un solo producto. El gran riesgo que se corre es que, en este escenario, Chávez y los elevados precios del petróleo son coyunturales y su ausencia, sin alternativas, es catastrófica.
El reto del liderazgo democrático, es hacer entender a todos los venezolanos que por el camino actual estamos desahuciados, que la recuperación ni es fácil ni es inmediata: ¡no podemos dejar morir al país!
Mayora.j@gmail.com
Entre diferentes explicaciones del estado de una sociedad, hay tres que me lucen iluminadoras:
-La sociedad bloqueada (Michel Croizier, 1970), en la que el autor plantea que las prácticas perniciosas de la burocracia pública pueden obstaculizar el crecimiento social;
-La sociedad caótica (Philip Hauser, 1972), colectivos que se caracterizan por el desorden y la confusión resultado de la discrepancia entre diferentes estratos o grupos sociales;
-La sociedad líquida (Zigmunt Bauman, 2007) donde se plantea el desmoronamiento de las instituciones sociales mediante el paso de una condición sólida a una líquida (descomposición).
Estas apreciaciones, enunciadas en diferentes momentos, no excluyen que se puedan hacer presentes simultáneamente en un mismo colectivo. Una serie de hechos acaecidos en el país que llaman a reflexión, dan cuenta de tal cosa:
-Choque simultáneo de trenes; deficiencias del parque aeronáutico; crisis eléctrica continuada; pérdida de alimentos importados; crisis carcelaria indoblegable, múltiple y sostenida; sistema de salud incapaz de curarse a sí mismo; reducción de la capacidad productiva del país; fuga de talentos; debilitamiento de los poderes públicos; descuido de la soberanía territorial; incremento de los reclamos sociales; ordenamiento jurídico para cuya ejecución no hay capacidad institucional; transferencias de competencias públicas a otros países; temor ciudadano a responder las preguntas del censo; interpretación circunstancial de la Constitución nacional; corrupción tolerada.
Lo anterior es una muestra de la existencia de caos, bloqueo y liquidez institucional. Adicionalmente, anticipa el aislamiento hacia el cual se dirige el país, pues aislarse no significa romper relaciones con países, o cancelar Internet. En el mundo global, aislarse es no tener capacidad de inserción en la actividad mundial: bilateral, multilateral, productiva y tecnológica.
La mayor torpeza de gobierno alguno, es pensar que para convertirse en una potencia hay que promover un supuesto desarrollo endógeno, después del cual saldremos airosos a competir en el mundo globalizado (tesis de Giordani).
La interpretación triádica que hemos dado a la situación venezolana la podemos resumir en una cuarta perspectiva: la sociedad desahuciada. El socialismo del siglo XXI es irrealista, inviable e insostenible, en la medida que se sustenta en uncontinuum que tiene dos extremos sin posiciones intermedias: la concentración del poder social e institucional en una sola persona y la concentración del soporte económico en la exportación de un solo producto. El gran riesgo que se corre es que, en este escenario, Chávez y los elevados precios del petróleo son coyunturales y su ausencia, sin alternativas, es catastrófica.
El reto del liderazgo democrático, es hacer entender a todos los venezolanos que por el camino actual estamos desahuciados, que la recuperación ni es fácil ni es inmediata: ¡no podemos dejar morir al país!
Mayora.j@gmail.com
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