Una campaña corta y más agresiva
De Vries analizó imagen emocional y psicológica de los candidatos
Para De Vries, de ganar los dos tendrán discurso cohesionador O.DÍAZ.M
SARA CAROLINA DÍAZ | EL UNIVERSAL
jueves 11 de abril de 2013 12:00 AM
La corta e intensa campaña electoral, sobrevenida, que cierra hoy, y que ayudará a decidir el voto para las primeras elecciones de la era posChávez, presentó a dos candidatos que dieron un cambio en cuanto a su imagen psicológica y emocional en los últimos meses. Tanto el opositor, Henrique Capriles Radonski, como el oficialista, Nicolás Maduro se volvieron más agresivos de acuerdo con un análisis realizado por el psiquiatra Roberto De Vries publicado en el blog www.paraquetu.tv.
Para De Vries Capriles "se ve mucho más agresivo" en cuanto a la expresión y al contenido de sus valoraciones. En cuanto a Maduro, con la muerte del presidente Chávez, dice, asumió un discurso agresivo que le hace ubicarse "dentro de una imagen posesiva, de hombre privilegiado que puede hacer cualquier acción que siempre será perdonada. Lo negativo es que no concuerda con su mensaje de personalidad anterior en la que presentaba un discurso de hombre armónico".
De Vries considera que de llegar a la Presidencia, probablemente "uno más que el otro", tomarán el discurso cohesivo, agrupador "que hará que lo conquistador de Capriles se vuelva una 'Imagen Productiva' (que crece haciendo crecer a los otros) y que Maduro se vaya transformando en un hombre de imagen algo 'Solidaria', que sería su mensaje casi ideal. Ambas imágenes se confrontan en una lucha interesante que tienen los significados ideológicos que traducen sus visiones reales de la situación venezolana".
Sobre la imagen psicológica, De Vries considera que Capriles deja de emitir el mensaje de hombre interdependiente, que nadie comprende políticamente, y se vuelve, con la agresividad, un hombre independiente, altamente competitivo y fuerte que le hace ganar adeptos en todos los niveles socioculturales.
Su contrincante, argumenta, incrementa su agresividad copiando el discurso básico del presidente Chávez. "Parece tener dificultades para hacerse una imagen propia efectiva (...) transformando también el mensaje de hombre tranquilo con cercanía a la psicología de la interdependencia a un hombre victimario que se define con querer obtener el poder a través de las deficiencias de su competidor. Se observa que está generando un mensaje nuevo de personalidad sin el tiempo real para que la población pueda asumir estos cambios, aunque su mayor fortaleza es aquel recordado momento en el que el Presidente Chávez ordenó que fuera su sucesor".
En cuanto a la imagen emocional, De Vries observó que Capriles "al ganar agresividad desde el punto de vista discursivo y psicológico, comienza a mostrar un mejor mensaje de equilibrio emocional, tomando como referencia lo que hizo la campaña de 2012; fortalece tanto la ira como la alegría, tomando un nuevo espacio emocional que lo acerca a las mayorías que pueden tener ira por los más diversos motivos, convirtiéndose en su representante colectivo". Mientras que Maduro, "al mostrar agresividad en el discurso y en la psicología, deja de ser el hombre sereno y equilibrado que libró con éxito el difícil cargo de Canciller sin tener la formación académica necesaria para ello".
A juicio del psiquiatra, Maduro se vuelve alguien "que transmite una ira que todavía puede confundir entre la ira positiva o motivadora para los suyos y la destructiva para quienes le adversan, "que expresó tan bien con la maldición que le echó a quienes no votaran por él. No puede mostrar mucha alegría por la reciente pérdida de su mentor, Hugo Chávez que, como emoción básica le podría dañar".
Para De Vries Capriles "se ve mucho más agresivo" en cuanto a la expresión y al contenido de sus valoraciones. En cuanto a Maduro, con la muerte del presidente Chávez, dice, asumió un discurso agresivo que le hace ubicarse "dentro de una imagen posesiva, de hombre privilegiado que puede hacer cualquier acción que siempre será perdonada. Lo negativo es que no concuerda con su mensaje de personalidad anterior en la que presentaba un discurso de hombre armónico".
De Vries considera que de llegar a la Presidencia, probablemente "uno más que el otro", tomarán el discurso cohesivo, agrupador "que hará que lo conquistador de Capriles se vuelva una 'Imagen Productiva' (que crece haciendo crecer a los otros) y que Maduro se vaya transformando en un hombre de imagen algo 'Solidaria', que sería su mensaje casi ideal. Ambas imágenes se confrontan en una lucha interesante que tienen los significados ideológicos que traducen sus visiones reales de la situación venezolana".
Sobre la imagen psicológica, De Vries considera que Capriles deja de emitir el mensaje de hombre interdependiente, que nadie comprende políticamente, y se vuelve, con la agresividad, un hombre independiente, altamente competitivo y fuerte que le hace ganar adeptos en todos los niveles socioculturales.
Su contrincante, argumenta, incrementa su agresividad copiando el discurso básico del presidente Chávez. "Parece tener dificultades para hacerse una imagen propia efectiva (...) transformando también el mensaje de hombre tranquilo con cercanía a la psicología de la interdependencia a un hombre victimario que se define con querer obtener el poder a través de las deficiencias de su competidor. Se observa que está generando un mensaje nuevo de personalidad sin el tiempo real para que la población pueda asumir estos cambios, aunque su mayor fortaleza es aquel recordado momento en el que el Presidente Chávez ordenó que fuera su sucesor".
En cuanto a la imagen emocional, De Vries observó que Capriles "al ganar agresividad desde el punto de vista discursivo y psicológico, comienza a mostrar un mejor mensaje de equilibrio emocional, tomando como referencia lo que hizo la campaña de 2012; fortalece tanto la ira como la alegría, tomando un nuevo espacio emocional que lo acerca a las mayorías que pueden tener ira por los más diversos motivos, convirtiéndose en su representante colectivo". Mientras que Maduro, "al mostrar agresividad en el discurso y en la psicología, deja de ser el hombre sereno y equilibrado que libró con éxito el difícil cargo de Canciller sin tener la formación académica necesaria para ello".
A juicio del psiquiatra, Maduro se vuelve alguien "que transmite una ira que todavía puede confundir entre la ira positiva o motivadora para los suyos y la destructiva para quienes le adversan, "que expresó tan bien con la maldición que le echó a quienes no votaran por él. No puede mostrar mucha alegría por la reciente pérdida de su mentor, Hugo Chávez que, como emoción básica le podría dañar".
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