36 años de devoción en Betania
Este domingo se conmemora la aparición de la virgen. El santuario está en una finca, entre Cúa y San Casimiro
Zaida Campos | Últimas Noticias
En una empinada colina de frondosa vegetación, por donde se desliza el manantial que termina en una cascada, se realizaron los primeros actos litúrgicos que condujeron a lo que es hoy en día el Santuario de la Virgen de Betania, centro de devoción que durante 36 años ha convocado a miles de creyentes de Venezuela y el mundo.
La historia del lugar está relacionada con María Esperanza de Bianchini, quien desde niña tuvo visiones marianas.
La hacienda Betania, entre los poblados de Cúa y San Casimiro, en el estado Miranda, se fue despojando de sus sembradíos de caña de azúcar, café y frutas, para transformarse en lugar de oración y sanación.
Tras las primeras apariciones en 1976, 1978 y 1984, devotos y peregrinos tenían que atravesar el río Tarma para llegar a la gruta donde se asegura fue vista la madre de Cristo. Allí, los creyentes obtenían directamente de la cascada el agua a la que se le atribuyen poderes curativos, "agua del cielo", como le habría revelado la Virgen a la vidente.
El entonces obispo de Los Teques, monseñor Pío Bello Ricardo, un respetado psicólogo, que condujo personalmente la investigación de las apariciones a la vidente y a cientos de fieles a congregarse en el lugar cada 25 de marzo, Día de la Anunciación, de la primera y de las siguientes apariciones entre 1978 y 1984.
En 1990 se construyó un puente que luego fue remodelado. En 1992 la familia Bianchini donó a la iglesia 4 hectáreas de la hacienda, donde hoy está el santuario. Luego, en 1993 se canalizaron las aguas santas en varias pilas donde se forman largas colas para beber y llevar el líquido y, entre 1989 y 1991, se edificó la capilla que da cabida semanalmente a cerca de 3 mil feligreses que acuden los fines de semana a las misas oficiadas por quien desde 1989 ejerce como capellán de Betania, el padre Otty Ossa Aristizábal.
La devoción a Betania se ha extendido por el mundo y ya existen 16 sedes en países como Estados Unidos, Italia, Perú, Argentina y las Islas Caimán. Para hoy está prevista una misa, a las 10 am, presidida por el obispo de la Diócesis de Los Teques, monseñor Freddy Fuenmayor, el concierto de los jóvenes de la Comunidad Católica Los Carismáticos y del Coro Betania, y otra misa, a las 12 con el padre Otty.
Para el padre Otty Ossa Aristizábal, párroco del santuario, el mensaje principal es el de la oración, la penitencia y la conversión.
"Como madre de Cristo y de la Iglesia, en cada advocación la Virgen trae ese mensaje de reconciliación que hoy en día está más vigente que nunca. El mundo vive convulsionado por la violencia, y especialmente en nuestro país es necesario atender este llamado para reencontrarnos como hermanos y que cesen los rencores y las divisiones", aconsejó el cura.
María Esperanza Bianchini, hija de la vidente y miembro de la Fundación Betania, recalcó la importancia de este mensaje en la actualidad.
Aseguró que sin reconciliación no puede haber paz, por lo que hizo un llamado a todos los venezolanos para que visiten Betania como un lugar que invita a la reflexión y el reencuentro.
Durante todo el día de hoy los visitantes podrán asistir a las misas, los rosarios, las oraciones y los cantos para recordar y fortalecer el legado dejado por la Virgen, a través de la señora Bianchini.
En una empinada colina de frondosa vegetación, por donde se desliza el manantial que termina en una cascada, se realizaron los primeros actos litúrgicos que condujeron a lo que es hoy en día el Santuario de la Virgen de Betania, centro de devoción que durante 36 años ha convocado a miles de creyentes de Venezuela y el mundo.
La historia del lugar está relacionada con María Esperanza de Bianchini, quien desde niña tuvo visiones marianas.
La hacienda Betania, entre los poblados de Cúa y San Casimiro, en el estado Miranda, se fue despojando de sus sembradíos de caña de azúcar, café y frutas, para transformarse en lugar de oración y sanación.
Tras las primeras apariciones en 1976, 1978 y 1984, devotos y peregrinos tenían que atravesar el río Tarma para llegar a la gruta donde se asegura fue vista la madre de Cristo. Allí, los creyentes obtenían directamente de la cascada el agua a la que se le atribuyen poderes curativos, "agua del cielo", como le habría revelado la Virgen a la vidente.
El entonces obispo de Los Teques, monseñor Pío Bello Ricardo, un respetado psicólogo, que condujo personalmente la investigación de las apariciones a la vidente y a cientos de fieles a congregarse en el lugar cada 25 de marzo, Día de la Anunciación, de la primera y de las siguientes apariciones entre 1978 y 1984.
En 1990 se construyó un puente que luego fue remodelado. En 1992 la familia Bianchini donó a la iglesia 4 hectáreas de la hacienda, donde hoy está el santuario. Luego, en 1993 se canalizaron las aguas santas en varias pilas donde se forman largas colas para beber y llevar el líquido y, entre 1989 y 1991, se edificó la capilla que da cabida semanalmente a cerca de 3 mil feligreses que acuden los fines de semana a las misas oficiadas por quien desde 1989 ejerce como capellán de Betania, el padre Otty Ossa Aristizábal.
La devoción a Betania se ha extendido por el mundo y ya existen 16 sedes en países como Estados Unidos, Italia, Perú, Argentina y las Islas Caimán. Para hoy está prevista una misa, a las 10 am, presidida por el obispo de la Diócesis de Los Teques, monseñor Freddy Fuenmayor, el concierto de los jóvenes de la Comunidad Católica Los Carismáticos y del Coro Betania, y otra misa, a las 12 con el padre Otty.
El mensaje cobra vigencia en estos tiempos
Tal como le habría anunciado a María Esperanza de Bianchini, la Virgen aparece por primera vez en Betania bajo la advocación de Madre Reconciliadora de todos los Pueblos y Naciones, según atestiguó la vidente que, en enero de 2010, fue declarada Sierva de Dios.
Tal como le habría anunciado a María Esperanza de Bianchini, la Virgen aparece por primera vez en Betania bajo la advocación de Madre Reconciliadora de todos los Pueblos y Naciones, según atestiguó la vidente que, en enero de 2010, fue declarada Sierva de Dios.
Para el padre Otty Ossa Aristizábal, párroco del santuario, el mensaje principal es el de la oración, la penitencia y la conversión.
"Como madre de Cristo y de la Iglesia, en cada advocación la Virgen trae ese mensaje de reconciliación que hoy en día está más vigente que nunca. El mundo vive convulsionado por la violencia, y especialmente en nuestro país es necesario atender este llamado para reencontrarnos como hermanos y que cesen los rencores y las divisiones", aconsejó el cura.
María Esperanza Bianchini, hija de la vidente y miembro de la Fundación Betania, recalcó la importancia de este mensaje en la actualidad.
Aseguró que sin reconciliación no puede haber paz, por lo que hizo un llamado a todos los venezolanos para que visiten Betania como un lugar que invita a la reflexión y el reencuentro.
Durante todo el día de hoy los visitantes podrán asistir a las misas, los rosarios, las oraciones y los cantos para recordar y fortalecer el legado dejado por la Virgen, a través de la señora Bianchini.
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