Avanzan preparativos para liberar a secuestrados por FARC
Los familiares esperan ansiosos la liberación. (Foto EFE)
Este sábado llegará a territorio brasileño la misión humanitaria que participará en el proceso de liberaciones unilaterales de 10 uniformados que se encuentran en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
El grupo estará encabezado por la defensora de derechos humanos y ex senadora colombiana Piedad Córdoba. La misión arribará a la localidad de San Gabriel de Cachoeira, en el noroeste de Brasil, donde se ultimarán los detalles del proceso de liberación.
El grupo está integrado por miembros de Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP), Asfamipaz y la Cruz Roja Internacional de Colombia. Este viernes arribaron a San Gabriel de Cachoeira los dos helicópteros aportados por el Gobierno brasileño para el traslado de los retenidos.
La corresponsal de Telesur en Colombia, Angie Camacho, reportó que en Villavicencio, en el centro de Colombia, donde se producirá la entrega de retenidos, se extremaron las medidas de seguridad en las últimas horas, con el redoblamiento de la fuerza pública.
La operación humanitaria será acompañada desde Bogotá por Xiomara Castro, esposa del ex presidente de Honduras Manuel Zelaya; Margarita Zapata, nieta del revolucionario mexicano Emiliano Zapata, y la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú.
Se espera que la misión viaje desde Brasil a Villavicencio, donde desde este lunes partirá hacia la selva colombiana para recoger al primer grupo de liberados por las Farc. Para el miércoles el operativo humanitario se activará nuevamente, ya que la insurgencia hará las últimas liberaciones de uniformados.
Los retenidos por las Farc que serán liberados son Luis Alfonso Beltrán Franco, Luis Arturo Arca, Robinson Salcedo Guarín y Luis Alfredo Moreno Chagüeza, y los policías Carlos José Duarte, César Augusto Lasso Monsalve, Jorge Trujillo Solarte, Jorge Humberto Romero, José Libardo Forero y Wilson Rojas Medina.
Drama en Colombia: 2.600 secuestrados en 10 años
Colombia es el país con mayor número de secuestros en el mundo. (Foto AP)
EFE
El drama del secuestro, un "arma política y de guerra" en Colombia, ha convertido a este país en el más azotado históricamente por ese flagelo en el mundo y donde en los últimos diez años más de 2.600 personas han sido privadas de su libertad en condiciones infrahumanas.
"Colombia es el país con mayor número de secuestros registrados en el mundo", afirmó a Efe la subdirectora de la organización no gubernamental País Libre, Claudia Llano, que desde hace años contabiliza el secuestro en Colombia bajo un estricto estudio de campo que supera a los realizados por los sucesivos gobiernos.
Los datos de País Libre se complementan con los ofrecidos, también a Efe, por el periodista Herbin Hoyos, director del programa "Las voces del secuestro" de Caracol Radio, quien aseguró que el mayor número del secuestro se dio en el año 2000, cuando los grupos armados llegaron a tener cautivos a más de 3.700 colombianos.
Y es que desde la década de los años sesenta del siglo pasado, en coincidencia con el nacimiento de las guerrillas, el secuestro ha sido en esta nación un mecanismo de financiación para los grupos armados.
Según Hoyos, las guerrillas "se dieron cuenta de que el secuestro además de una herramienta de financiación, también podía ser un arma política", por eso comenzaron a secuestrar a políticos, policías y militares con un importante impacto mediático internacional.
El programa de este periodista, que permite a los familiares de los rehenes enviar mensajes a sus seres queridos a través de la radio, el único medio de comunicación al que los secuestradores permiten acceder a sus cautivos, se ha convertido además en una gran oficina que maneja estadísticas, algunas abrumadoras.
Y es que Hoyos apunta a que desde la década de los ochenta en Colombia han podido ser secuestradas hasta 21.000 personas, la gran mayoría civiles.
Ese dato, según el periodista, incluye "a todo aquel que haya sido tomado a la fuerza y por quien se haya exigido una recompensa económica, política o lo que sea".
Sobre los denominados "secuestros políticos" indicó que "no pasan de los 1.021 casos", y las víctimas son policías, militares, concejales, gobernadores, alcaldes, legisladores y candidatos en épocas electorales.
El caso más sonado fue el de la excandidata a la Presidencia, la colombo-francesa Ingrid Betancotourt. Y de las 2.600 personas secuestradas entre 2002 y 2011, según País Libre, "no se sabe de 405 de ellos", quienes en esos años fueron hechos cautivos "y no han regresado".
Llanos matizó que en 2002, un sólo frente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la mayor guerrilla que opera en este país, "tenía hasta 50 secuestrados".
Las FARC, al igual que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el disuelto Ejército Popular de Liberación (EPL), optaron por buscar fondos para financiar su lucha armada con rescates pedidos a familias de centenares de ganaderos, agricultores, industriales y algunos extranjeros al servicio de multinacionales.
También buscaron proyección política en la retención de personas el disuelto Movimiento 19 de abril (M-19), nacido en los años setenta del siglo pasado y que secuestró a personalidades como el dirigente sindical José Raquel Mercado, asesinado semanas después.
Otras víctimas cayeron en manos de la delincuencia común y de los paramilitares de las ultraderechistas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), disueltas entre 2003 y 2006 durante el gobierno del expresidente Álvaro Uribe.
Ese arma fue asimismo usada por las mafias del narcotráfico en los años ochenta, en concreto por el cartel de Medellín, liderado entonces por Pablo Escobar, que privó de libertad a, entre otros, el expresidente colombiano Andrés Pastrana en 1998, cuando era alcalde de Bogotá; y al exvicepresidente Francisco Santos en 1990, entonces periodista del diario El Tiempo.
Estos hechos y estas cifras vuelven a salir a la luz en vísperas de que las FARC pongan en libertad a partir del próximo lunes, tal y como se han comprometido, a los diez últimos uniformados que tienen en su poder.
Entre 1997 y 2000, esta guerrilla se hizo con centenares de rehenes en combates, ataques a puestos policiales o bases militares en zonas remotas y en tomas de localidades enteras, como ocurrió en Mitú, capital del selvático departamento del Vaupés, que dejó 16 policías muertos y 61 secuestrados.
Con una bolsa de más de 70 "canjeables", como se denominó a los secuestrados que las FARC intentaban intercambiar por guerrilleros presos, se inició un proceso de liberaciones paulatina de ese grupo en 2007.
Hoy sólo quedan en manos de la guerrilla diez canjeables, los últimos diez policías y militares que a partir de lunes podrían volver a la libertad, todos secuestrados entre 1998 y 1999.
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