Alfonso Betancourt ||
Desde el meridiano 68
Del verde y hermoso bosque al desierto espeluznante
En los días de este período estacional de sequía, hemos recorrido algunas regiones del país. La impresión que se ha gravado en nuestros ojos y mente, ya no es de sorpresa sino de terror por lo que se está haciendo con nuestra naturaleza. En anteriores oportunidades viajábamos por carreteras a orillas de las cuales nos complacíamos en observar abundancias de selvas en las llanuras y sierras y colinas cubiertas de espesa vegetación arbórea, o bien nos internábamos en los bosques de galería que corren paralelos a los ríos llaneros para darnos un banquete espiritual viendo hermosas especies de nuestra fauna y oyendo el trinar de multitud de aves. En esos bosques de galería, que son como un río de verdor en medio de la llanura, pasamos muchas de nuestras vacaciones, quizás las más felices que hayamos tenido porque practicábamos una verdadera comunión con la naturaleza, difícil de olvidar cuando se regresa a las ciudades garajes o de cemento en que vivimos.
Pues bien, estimado lector, de lo que le hablo poco queda. La tala y la quema no solo han acabado con la vegetación en las cordilleras, sierras y colinas sino con los viveros de agua que surtían el caudal que formaban hermosos ríos depositarios de abundante fauna acuática y terrestre, también en vías de desaparición; las selvas que cubrían las llanuras tienen un nuevo enemigo en el tractor y en el Caterpillar que asociados a la tala y la quema, están arrasando con todo vestigio de vida animal y vegetal. Ahora ya no es el conuquero en busca de pañuelo de tierra causante de estos males; lo es el empresario agrícola sin conciencia que con maquinaria y pesticidas infernales está creando un desierto como no se había hecho en años o siglos anteriores. Existen métodos racionales para el uso de estos recursos en el campo, pero aquí no se practican. Ni control público, ni privado existen. Nos duele ver que ríos antes caudalosos toda la estación de sequía que aquí llamamos “Verano” ahora se secan o sus aguas se reducen a un mínimo por los factores señalados o por riesgo intensivo, que, por otra parte, al escurrir hacia el cauce lleva el veneno de los pesticidas aniquilando toda señal de vida. De los bosques de galería donde antes acampábamos bajo la sombra de cedros, caobas, apamates, jabillos, siquisaques, guayacanes, samanes, etc., todo esto se lo llevó la codicia de los industriales madereros o en su lugar el ganadero avaro los cubrió de gramíneas. Y en el río anexo, abundante de peces y del que extraímos los necesarios con cordel y anzuelo para nuestra alimentación, ahora el chinchorro, el dieldrín, el explosivo y cuanto maldito instrumento se puso al alcance del hombre inconsciente, dieron al traste con sus vidas y las de sus descendientes. Esta es la imagen del desierto que estamos fabricando apresuradamente.
Fernando Facchin B. ||
Las potencialidades ciudadanas
“Las críticas no serán agradables, pero son necesarias” W. Churchill
La gente está cansada de ver siempre las mismas caras diciendo las mismas cosas. Esa es la degradante filosofía oficialista y su concepción gubernamental, saturar la conciencia cívica para que nada cambie. La Alternativa Democrática (AD) frente a esa degradación debe instrumentar un proyecto de regeneración de la política, no es tiempo de resignación, es tiempo de rebeldía y de participación.
Para lograr ese objetivo es necesaria la articulación de las potencialidades ciudadanas que convoquen a un desarrollo humano con visión moderna, equitativa, democrática, pluralista y en paz, así lo plantea el Ing. Guillermo Manosalva en un proyecto “La Municipalización y Parroquialización para Carabobo, Democracia de Ciudadanía”, mediante el cual se desarrolla la fórmula para discernir cómo estructurarnos, cómo establecer relaciones entre causa y efecto, identificación de objetivos y expectativas, cómo establecer las acciones a tomar, cómo predecir las consecuencias, cómo soslayar los errores de análisis, cómo evaluar las tácticas y estrategias, en fin cómo podremos resolver los problemas políticos ante la complejidad, la incertidumbre y el conflicto.
El más importante desafío político, de interés nacional, es incrementar el valor potencial que sus ciudadanos pueden agregar al proyecto de país, con habilidades y capacidades, basta de hablar de carencias, hablemos de soluciones, lo que necesitamos es dotarnos de una capacidad de respuesta ante la farsa oficialista, que nos permita una correcta elección de opciones estratégicas.
La importancia de la participación ciudadana, municipal y parroquial, está cada vez más demostrada por la práctica. Sin embargo, la gestión de gobierno en nuestro país se deteriora aceleradamente porque ni es incluyente, ni garantiza lo mínimo que se espera de ella. Por esa razón la (AD) debe asumir que, tanto su legitimidad como su efectividad se verán ampliadas gracias a la consulta, la promoción de la participación, la aceptación de la crítica y el establecimiento de una relación permanente con la sociedad civil organizada. Hoy se habla del derecho a la participación, concebido como derecho universal. Por ello, tenemos por delante la necesidad de repensar la democracia desde las potencialidades ciudadanas, el éxito de la democracia se mide por su capacidad para garantizar y expandir el ejercicio de esas potencialidades en sus esferas civil, social, política y cultural.
La (AD) debe propugnar un pensamiento estratégico anticipador, que se adelante a los acontecimientos en vez de esperar a que lleguen y entonces intentar adaptarse a ellos, las estrategias basadas en reacciones a posteriori no sirven; nacen obsoletas puesto que están concebidas en función al pasado. Requerimos de una comunicación reconocible, que permita identificar el mensaje; continua, que todos los mensajes hagan referencia al proyecto y coherente, evitar mensajes contradictorios. Debemos proyectarnos hacia el futuro para comprenderlo y poder influirlo para inventar un futuro posible, debemos imaginar el mañana con un proyecto de país comprometido en hacer frente a los retos de la desigualdad y la discriminación que aún existen y con la consolidación de una democracia social, estamos obligados a la construcción de arreglos más intensos con la sociedad civil, mediante propuestas explícitas de fomento y colaboración, con reglas claras, imparciales y transparentes.
ffacchinb@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario