Alimentación de nuestros niños
Hoy padres e hijos se desayunan a la carrera, después de madrugar, somnolientos y apurados...
El venezolano está comiendo mal y nuestros niños peor. A partir de los años 50 del siglo pasado, el desarrollo democrático del país, abrió a la mujer, felizmente, la posibilidad plena de ingresar en liceos y universidades e incursionar masivamente en el comercio, la industria y las denominadas profesiones liberales y ejercer la libertad de ocupar posiciones relevantes en la sociedad. Las que eran entonces amas de casa, que contribuían a transmitir oralmente los conocimientos de cocina, para preparar comida criolla, refinada, cosmopolita, suculenta, abandonaron las cocinas, así como muchas cocineras domésticas de oficio, que prefirieron otros empleos. Como consecuencia, se fue olvidando nuestra comida tradicional y, el repertorio básico de una familia, que podía ser de unos 30 platos diferentes o más, hoy no pasa de 15, desdeñando el factor más importante para lograr una alimentación nutricionalmente balanceada: la variedad.
Hoy, padre y madre suelen trabajar en horarios estresantes, con medios económicos limitados; padeciendo una inflación galopante, antes desconocida. Sufren también el crecimiento explosivo, descontrolado y permisivo de la ciudad, que genera largas distancias, las cuales deben ser recorridas a través de un tráfico congestionado y lento, para cumplir horarios inadecuados en empresas y escuelas, con una hora legal también inadecuada. Así mismo, los niños, los más perjudicados, almuerzan solos y tarde.
En la década del 60 del siglo pasado, los horarios escolares cambiaron, debido a déficit de aulas. De dos turnos, 8 a 11 am y 2 a 4 pm, se pasó a un solo turno, 7 o 7:30 am a 1:30 o 2:00 pm. En ambos casos, hay 1/2 hora de receso en total. Es decir, se pasó de 4 1/2 horas a 6 horas de clases diarias y de 24 a 30 horas semanales, aproximadamente. Sin clases los sábados.
Como consecuencia, el desayuno, quizás la comida más importante para los escolares, que deben asearse, y desayunar antes de salir del hogar, con comida variada y apetecible, en unión de los padres y familia, pues es ocasión propicia para conversar, enseñar y aprender valores, disciplina, comportamiento, rendimiento en los estudios y modales, que no son funciones del maestro, así como guardar sabores, aromas y texturas en la memoria gustativa, aprendiendo a comer todo desde la infancia. Comer no es sólo alimentarse, sino disfrutarlo en un entorno feliz y distendido. Hoy padres e hijos se desayunan a la carrera, después de madrugar, somnolientos y apurados, y esperar el transporte escolar que conducirá los niños a la escuela, o llevados por uno de los padres. Otros muchos escolares, se desayunan mal, a la hora de la merienda, con lo llevado en loncheras, muchas veces refrescos, jugos de fruta y chucherías industrializados, recargados de azúcar, grasas y conservantes.
El resultado es un alarmante exceso de peso, obesidad y más tarde, diabetes y otras dolencias, un problema grave que debe ser abordado de urgencia, con la presencia y opinión de los padres, y éstos, fijar prioridades.
ascannone@gmail.com
El redentor
Sus asesores pensaron diseñar una campaña fundiéndolo con la imagen de Cristo
Llegó amenazando a través de los medios y ahora regresa a Cuba en un entorno de tranquilidad que le genera nuevas energías. En algún momento sus asesores pensaron diseñar una campaña para Chávez fundiéndolo con la imagen de Cristo en una suerte de nuevo redentor. La idea nació con la enfermedad y el regreso a la vida. Entonces se relanzaron las Misiones, más asignaciones directas, se ofrecieron viviendas para todos, electrodomésticos y al caudillo lo acompañaba la imagen de Jesús en cada aparición fugaz entre cada quimioterapia.
La figura presidencial se hace más distante, deja de ser de carne y hueso para transformarse en espíritu. En sus salidas meticulosamente preparadas dejaba a su paso manos que se extendían implorando, lágrimas confusas y brazos abiertos como quien espera recibir alguna de esas ofertas que danzan en el mensaje propagandístico. La campaña daba sus frutos y la redención de los desplazados tomaba su lugar. Su figura ahora existe como ícono en altares de santería al lado del Negro Felipe o Guaicaipuro. Tantos millones para acá, tantos millones para allá. Largas colas para comprar televisores que terminan siendo regalados a quienes sacrificaron días y horas para obtener su 42 pulgadas.
La máquina de hacer dinero se ha echado a andar y no hay quien la pare, las emisiones sin control nos convierten en el país con más inflación del planeta ¿A quién le importa eso? Los muertos forman parte de una percepción que al final solo le interesa al pequeño círculo del deudo, ¿cuántos son?, ¿150 semanales? Qué es eso en un universo de 18 millones de electores. Los muertos famosos caen en Miranda y en Zulia. Los de Libertador y los estados chavistas son anónimos y que no ocupan la atención a nadie. En todo caso preocupan más los medios que difunden las historias de los muertos que los muertos mismos. Una cuestión de percepción.
¡Pero vaya problema para los asesores brasileños! El hombre no agarra línea y meter al personaje en un concepto es imposible. Su naturaleza conflictiva impide transformarlo en un verdadero redentor. La redención económica funciona a la perfección. Se afinan leyes que le permiten al Presidente endeudar el país hasta el infinito, van 140 mil millones de dólares. Pero la otra, la de la inclusión y la prédica del amor y la unión de los venezolanos, queda desechada.
Es así que el racismo toma su lugar, el odio de clases y la división de los venezolanos. ¿La amenaza da dividendos al chavismo? Nadie lo sabe. Ni Luis Vicente León. Aparentemente hay un país feliz. En medio de los muertos, de la intolerancia, la basura y la marginalidad creciente. Al menos así lo reflejan las encuestas.
Twitter: @folivares10
No hay comentarios:
Publicar un comentario