Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 2 de diciembre de 2012

La razon del narcotráfico son las mujeres y el mundo de los hedonistas Parte III


La Diosa de los pranes

"Señor Presidente, estoy a su servicio. ¿Para qué cree usted que puedo ser buena?"

ANDRÉS F. SCHMUCKE G. |  EL UNIVERSAL
sábado 24 de noviembre de 2012  12:00 AM
No debería extrañarnos si en un futuro vemos a Dioshaily Rosfer Canales Gil (Diosa Canales) como ministra de Servicios Penitenciarios, sobre todo tomando en cuanta que Venezuela es el país donde lo imposible y lo impensable se hace posible.

Ya Diosa comenzó a venderse para tan importante puesto al dirigirse al Gobierno Nacional con estas palabras: "Los presos son mis amigos. Yo he visitado cárceles y ellos me hacen caso, son mis panitas. De alguna manera ellos me pudieran escuchar, y tal vez así la delincuencia disminuiría. Señor Presidente, estoy a su servicio. ¿Para qué cree usted que puedo ser buena?". 

En tiempos de Diosa Canales, las divas y los pranes

La verdadera transformación de la sociedad, no admite tabú ni asuntos que no puedan examinarse, entre ellos la cultura, el sexo y el comportamiento de las multitudes. La transición hacia una sociedad más humanista y menos mercantilista exige la discusión y la acción en todas las áreas y temas posibles que involucran al ser humano, como por ejemplo las divas y más aún la extensa población de fanáticos hambrientos por ellas.

Ciertamente vivimos la época de las divas, entiéndase por estas personas las vedettes, las bombas sexy, símbolos sexuales, escorts, acompañantes, modelos eróticas, "chicas tuning", "las fitness", "las explotadas", etc. Es decir, un nuevo estereotipo de mujer con prótesis mamarias de gran tamaño, trasero inyectado con células expansivas o metacol, costillas modificadas (quebradas) quirúrgicamente para afinar la cintura, lipoescultura, liposucción, lipoaspiración, gimnasio, spinning, cardio, aerobics, tae bo, además peeling facial, dermo-abrasión, lifting, levantamiento de cejas, rinoplastia (conversión de la nariz a la usanza del prototipo europeo), blefaroplastia (modificación de párpados), inyección de botox en labios, pómulos y mentón, etc.; que simboliza a Venus, Afrodita o Adara, es decir, las diosas del sexo, quizás del amor, encaramadas en zancos, acrílicos, plataformas o agujas de 10 centímetros.

Divas como Diosa Canales, Jimena Araya (Rosita), Norkys Batista, Sandra Martinez, Sabrina Salemi entre otras, son respetables damas que se han convertido en celebridades de la farándula con cientos de miles de seguidores en twitter (entre 200 mil y 700 mil seguidores cada una) y su presencia acapara los medios de comunicación.

Todo parece indicar que mayoritariamente los venezolanos queremos contemplar a estos símbolos del sexo, quizás porque probablemente el goce de esta actividad se encuentra fuera de nuestra disposición con la cantidad o calidad que quisiéramos o tal vez artificialmente la industria nos ha hecho sexualmente insaciables con su propaganda. ¿De lo contrario por qué exhiben tanto a estas respetables damas en la pantalla y la inmensa mayoría de la gente las seguimos viendo? Es tiempo de una honesta autocrítica. Sin demanda, no hay oferta. Sin seguidores, no hay estrellas de farándula. Hay divas porque mucha gente las aclama.

Seguramente la mayoría de nuestro pueblo perteneciente a la clase trabajadora, consagrada a su sacrificada jornada de 8 horas diarias de labor y bajo la esclavitud de un salario modesto que no permite transcender a otros entornos, sienta en la admiración hacia estas divas una fórmula de escape para olvidar los dolores y fatigas del día a día (por eso muchas son imagen en latas de cerveza y loterías).

Quieren junto a ellas soñar con la posibilidad de una existencia distinta (life style) y más confortable como la que proyectan las perversas telenovelas colombianas que han invadido la tv venezolana con sus capos, traquetos, magnates, chulos, y narcotraficantes rodeados de divas en mansiones provenientes del narco-negocio, el sicariato y el lavado de dinero (legitimación de capitales).

Asumo la responsabilidad al decir que nada de malo tiene apreciar la belleza natural de las mujeres (ni tampoco representa delito apreciar aquella artificialmente construida para quienes así mansamente lo prefieren por imposición del consumismo), lo llamativo es el boom, el escándalo, la expectativa, la locura, el afán y la atención que masivamente han generado personajes que encajan en este estereotipo de divas con apoyo de la publicidad moderna y los medios de comunicación.

De allí que al revisar problemas que agobian a nuestro planeta, comprobamos que las armas, las drogas y el sexo son objetos principales de las tres industrias más poderosas y lucrativas de la delincuencia internacional. Seguramente gobiernos y ciudadanos organizados algo deberíamos hacer al respecto.

En el caso venezolano, ha crecido vertiginosamente la industria del erotismo a niveles que no eran posibles de imaginar diez años atrás. Se sabe que la prostitución, la trata de personas, el tráfico de personas, la pornografía y la esclavitud sexual son fenómenos delictivos que desde hace décadas han penetrado a todos los países, sobre todo el primer mundo (EEUU, Europa, China, Japón, etc.) pero en nuestro país tales prácticas son de tiempo más reciente.

El erotismo es una industria no necesariamente delictiva, porque se basa en la libertad sexual de los adultos, la compra de videos, revistas, el disfrute de espectáculos íntimos u obras de teatro y demás accesorios relacionados al sexo entre quienes son mayores de edad. De igual manera sitios nocturnos de recreación erótica donde los hombres asisten a presenciar bailes y coreografías de señoritas voluptuosas que en principio se dedican a entretener a visitantes y excitar las fantasías y los anhelos carnales que naturalmente existen en la población masculina. Todos estos eventos gozan de gran audiencia, dado la publicidad erótica que bombardea a nuestra sociedad constantemente. Y tal vez nos aparta de otras actividades de cultivo personal.

Todo parece enmarcarse en la legalidad y el derecho de cada adulto a experimentar vivencias y desenvolver su personalidad de acuerdo a sus preferencias siempre que no afecte los derechos de los demás ni cause alteraciones contra el pudor u orden públicos.

El problema nace de por qué la sexualidad humana es susceptible de ser convertida en mercancía para la venta. El peligro radica en la delincuencia organizada que se forma alrededor del sexo y lo convierte en industria de delitos múltiples como el proxenetismo (famosos "pimps" o chulos que controlan mujeres para el comercio de servicios sexuales), la pornografía ilegal (que monstruosamente utiliza a niños, niñas y adolescentes), el tráfico de personas (traslado de seres humanos de una región a otra para forzarles a ejercer la prostitución), la trata de personas (instalación de locales para el proxenetismo y la prostitución bajo dependencia del proxeneta), el omnipresente tráfico de drogas, entre otras modalidades criminosas. Esta es la otra cara de la moneda. Madres y padres debemos dar estas advertencias a nuestros hijos antes de que la televisión les siga inyectando el sueño de convertirse en un Pran o una chica tuning para gozar de ese lujoso estilo de vida lujosa proveniente del delito.

Es entonces cuando por el bienestar de nuestra juventud, renace la interrogante de por qué la proliferación de tantos night clubs en Caracas y otras grandes ciudades sin que las autoridades se opongan a ello. Lamentablemente para quienes sanamente pudieran vivir o disfrutar de estas prácticas de modo ocasional, el erotismo siempre estará muy cerca de convertirse en industria delictiva del sexo porque éste abre las puertas y facilita el desarrollo de otras actividades dañinas que generan más dinero para los empresarios del delito, delincuentes de cuello blanco, crimen organizado, caso "Niño Guerrero de Tocorón, etc.

Tal industria, al ser total o parcialmente clandestina, está rodeada por vicios y desviaciones como las drogas, alcoholismo, la violencia, la indigencia, discriminación por sexo y género, la estafa, la especulación (tarifas de night clubs VIP superan los dos mil bolívares fuertes) y una amplia gama de crímenes que son frecuentes en la promiscuidad y la precariedad de las actividades subterráneas (underground), fiestas rave, festejos color púrpura, orgías y las reuniones ocultas.

Por ahora la cosificación sexual de la mujer (presentación de las damas como objetos sexuales) predomina salvajemente en prensa, radio, tv, internet, música y cine; lo cual hace pensar que seguimos muy lejos de eliminar la violencia mediática sexista que afecta las mentes de la población y sobre todo los más jóvenes, sembrando antivalores, agresividad y falsos estereotipos que nos alejan del humanismo y la convivencia sana.

Detrás de la voluptuosidad de las admiradas divas, y seguramente sin culpa o el conocimiento de muchas de ellas, abundan comerciantes de lo ilícito que utilizan a este rebaño de ovejas como medio de comisión de sus lucrativos delitos, el encubrimiento, cooperacion o complicidad para sus fechorías, la seducción y la persuasión de los incautos, la instigación a delinquir. Simplemente las divas corren peligro de ser usadas como un accesorio de la delincuencia organizada para obtener lucro y promover la descomposición social entre quienes queriendo ser como ellas o deseando desesperadamente consumirlas sexualmente incurren en conductas autodestructivas e inclusive criminales para conseguir dinero, fama, privilegios, poder o ascenso en la sociedad.

El autor es: Abogado feminista. Profesor de estudios politicos e UCV
http://jesusmanuelsilva.blogspot.com
jesussilva2001@cantv.net



El narcotráfico recluta a pesistas zulianos

René Hernández, Leonel Albarrán, Israel Rubio y Carolina Suárez forman parte de una lista de atletas de alta competencia que han estado presos por participar en el transporte internacional de cocaína

El vuelo 741 de Air France llega a París desde Caracas. A bordo hay un grupo de 22 venezolanos. Dicen ser turistas que se dirigen a Ámsterdam, Holanda. Los agentes de seguridad no creen en el parlamento ensayado de los pasajeros: habían sido alertados por teléfono desde Venezuela. Los someten a radiografías y a exámenes de orina. Los resultados son sorprendentes. Cada uno aloja en su estómago un promedio de 100 dediles de cocaína: en suma, todos llevan 20 kilogramos de droga. 
El grupo, la mayoría disfrazados de travestis –un detalle preciado para las crónicas rojas– es detenido. Le Parisien, uno de los diarios locales más leídos, describe la operación como “el golpe contra el narcotráfico de mulas más importante jamás realizado en Francia”. 
Dos de los aprehendidos ese día de marzo de 2006 en el Aeropuerto de Roissy reincidieron en el mismo delito seis años después y cayeron presos en dos ciudades distintas: Caracas y Buenos Aires. Ambos comparten más que un pasado común: son pesistas, son oriundos del estado Zulia y han participado en selecciones estadales y nacionales de halterofilia. Se llaman René Hernández y Leonel Albarrán.
Al primero lo volvieron a detener en la capital argentina hace una semana junto con tres dominicanos y diez venezolanos. En el grupo había dos pesistas también oriundos del Zulia: Julio Chacín, con trayectoria en el deporte regional, y Cristina Suárez, subcampeona en 2010 de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez. Simulaban ser miembros de la selección olímpica venezolana, pero en realidad llevaban cocaína líquida en sus cuerpos. 
En enero pasado, Albarrán fue aprehendido por el Cicpc en El Paraíso cuando apenas regresaba de un viaje secreto a Pescara, Italia. A esa ciudad había ido junto con otro pesista zuliano de mayor renombre, Israel Rubio, medallista de bronce en Atenas 2004 y campeón de los Panamericanos de Guadalajara en 2011, a quien los carabinieri –policía italiana– sorprendieron en una casa con 3 dominicanos, donde hallaron 1,5 kilogramos de cocaína en polvo y 500 gramos de cocaína líquida.

Nexos en Caraballeda. Hernández y Albarrán compartieron el mismo destino en París. Ambos fueron condenados a tres años de prisión por la jueza Corinne Goetzman y tienen prohibido regresar a ese país hasta 2016, de acuerdo con fuentes judiciales parisinas. 
Durante los interrogatorios, uno de los detenidos señaló a una persona en Venezuela como líder de la operación: Elías Verde Peña. El hombre era propietario de una casa en Caraballeda, estado Vargas, cerca del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía. Utilizó el inmueble para la preparación del viaje: reunió allí a los correos humanos para entregarles los pasaportes y hacerles ingerir los dediles.
Algunos detalles de la investigación se filtraron en la prensa francesa: a los viajeros se les reclutaba con la promesa de un pago en dólares o euros por traficar drogas al exterior, de acuerdo con la cantidad de sustancia que toleraran. Una vez comprometidos, se les retenía bajo amenazas de muerte.
Verde Peña también tenía un autolavado en La Vega, muy cerca del Velódromo Teo Capriles –sede de entrenamiento de deportistas de alta competencia– y de los hoteles donde éstos suelen alojarse. 
El Comando Antidroga de la Guardia Nacional solicitó órdenes de allanamiento de las dos propiedades. Después de rastrearlo durante tres meses, la policía lo ubicó en Vista Alegre. Intentó huir y comenzó una persecución que terminó en la autopista Francisco Fajardo. “Muchos van a caer”, dijo Verde Peña cuando fue aprehendido. 
Sin embargo, en el juicio admitió los hechos. “Me declaro culpable en relación a los cargos fiscales y renuncio al escrito interpuesto por mi defensa”, señaló de acuerdo con las actas del caso. Fue sentenciado a ocho años de prisión en mayo de 2009 por tráfico ilícito de drogas. 
La División de Drogas del Cicpc en Maiquetía, que había sido fundada hacía 42 años, fue desmantelada a raíz del caso. Se sospechaba entonces de los vínculos del acusado con miembros de la institución policial y con organizaciones colombianas liadas al negocio ilegal del tráfico de narcóticos, que ha terminado arropando a pesistas zulianos.

Operación retorno. Albarrán salió de Francia luego que cumplió un año de sentencia, aseguraron allegados: “Él quiso dejar esa etapa atrás”. El pesista volvió a Venezuela y recibió oportunidades para participar en torneos de alta competencia. En abril de 2009 asistió a los Juegos Deportivos del ALBA en La Habana, Cuba. Al año siguiente fue al Panamericano de Mayores de Guatemala y a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez. Después ganó tres medallas de plata en los Juegos Nacionales de diciembre de 2011.
Albarrán partió con Rubio a Pescara, Italia, el 19 de enero de 2012. Se instalaron en un apartamento de la calle Citte Ciglia, donde una semana después aprehendieron al medallista olímpico. Salvatore Invidia, teniente de los Carabinieri que comandaron la operación, indicó que los recorridos eran habituales en el barrio. Las personas que estaban en el edificio vieron a los policías, se pusieron nerviosas y lanzaron la droga desde una ventana, donde pensaron que nadie los vería. Allí, sin embargo, había otros funcionarios: “Fue algo estúpido”. 
Albarrán no estaba en el lugar. Se ha dicho que logró huir, pero fuentes allegadas al pesista dijeron que había salido a cambiar la fecha de su vuelo de regreso porque no aprobaba la situación en la que estaba comprometido por Rubio. Al regresar al edificio, encontró a un policía que le impidió entrar porque nada sabía de su conexión con el hecho. El medallista olímpico, en cambio, declaró a las autoridades italianas que Albarrán era el jefe de la operación. Los dos fueron sentenciados casi al mismo tiempo: en julio, Rubio fue condenado a 4 años de cárcel en Roma y Albarrán a 15 años de prisión en Caracas luego de admitir su responsabilidad en el caso.

Golpe en Buenos Aires. René Hernández fue señalado por la policía argentina como el líder del grupo detenido en el aeropuerto de Ezeiza la semana pasada. Una declaración de Sergio Berni, ministro de Seguridad de Argentina, le atribuyó relevancia al caso: “A través de operaciones de inteligencia, se logró dar con una banda completa de narcotraficantes de 10 personas que llevaba en su interior cocaína líquida. Es un operativo muy importante”. 
La acción policial –al igual que ocurrió en Francia hace seis años– se facilitó por una llamada que en julio pasado hizo una persona de nacionalidad venezolana a un juzgado. La Nación de Buenos Aires reportó que la persona telefoneó para solicitar información sobre un joven que fue detenido en Buenos Aires y que había sido reclutado por una organización de tráfico de estupefacientes entre Venezuela, Argentina y Europa.
De acuerdo con el testimonio, el grupo era coordinado por Hernández. Las pesquisas se activaron cuando el ex atleta entró al país sureño el 11 de noviembre y se hospedó en el Real Splendid Hotel, en la calle Ramón Falcón de la capital argentina, junto con otros nueve venezolanos. Luego, intentó salir desde el principal aeropuerto de la ciudad hacia Portugal, con escala en Brasil. Fue entonces cuando los detuvieron, lo que nadie pudo hacer en Venezuela

No hay comentarios: