Las obras selectas de Mariano Picón Salas
Dedico a Víctor Morles
Hay obras y autores que pugnan por quedarse en la memoria del colectivo, muy a pesar del paso del tiempo, del lógico cambio estético experimentado a través de las décadas, de la trashumancia que los llevó a alejarse de su tierra durante largos períodos históricos, y del "normal" olvido y desinterés de parte de las nuevas generaciones por sus creadores, y por sus raíces. El escritor merideño Mariano Picón-Salas es uno de esos casos en los que su nombre y su inmenso legado cultural continúan siendo motivo de interés, no sólo entre escritores, docentes, historiadores y filólogos, sino entre el lector común. Sus libros han corrido la inmensa fortuna de haber sido reeditados aquí y en el extranjero, y eso ha posibilitado que su portentosa pluma, que en vida lo posicionó como a un autor de gran calado e importancia, siga dando de qué hablar en nuestros días.
Lógicamente, esa "magia" que posibilitó el que la extensa obra de Picón-Salas no cayera en el olvido, tuvo a su vez una gran artífice: su hija única Delia Picón-Salas de Morles, hoy lamentablemente fallecida, a quien tuve el inmenso honor de conocer al igual que a su distinguido esposo. Gracias a sus denodados esfuerzos de toda una vida (y a la calidad de la obra de su padre, por supuesto), como mujer inteligente y culta que fue, esa llama literaria encendida por Mariano Picón-Salas en su Mérida natal, cuando apenas contaba con 16 años, al disertar con gran éxito en el Paraninfo de la Universidad de Los Andes en 1917, por iniciativa del rector magnífico de la época Dr. Diego Carbonell, no se extinguió para siempre y sigue alumbrando a las nuevas generaciones de intelectuales y escritores venezolanos que vemos en este autor un digno ejemplo a seguir.
No tuve la fortuna del buen amigo escritor y filólogo, Mariano Nava Contreras, de hallar en una feria de libros usados de la ULA un hermoso ejemplar de las Obras Selectas de Picón-Salas, editadas por primera vez en 1953, con una espléndida presentación del propio autor. Sin embargo, para mi alegría (y la de los admiradores y estudiosos del escritor merideño) salió en el 2008 una reimpresión de la segunda edición de la obra, hecha en 1962 (corregida y aumentada por Picón-Salas), bajo el patrocinio de Americana de Seguros C.A. y de la Universidad Católica Andrés Bello, al cuidado del Prof. Emilio Píriz Pérez, Director de Publicaciones de esa casa de estudios universitarios. De más está decir, que a pesar de los difíciles tiempos que corren y de los malos augurios sobre la permanencia del libro impreso en nuestras vidas, la presente edición es de altísima calidad y se erige de inmediato en objeto de culto para los seguidores del autor, y bibliófilos en general.
Contiene estas Obras Selectas diversidad de libros y textos sueltos sistemáticamente agrupados en categorías: Viaje al amanecer (mi favorito);Páginas de Venezuela; Nombres venezolanos; Un cuento venezolano; Miranda; Viajes y visitas hispanoamericanos; Pedro Claver, el santo de los esclavos; Gusto de México; Otras páginas de historia hispanoamericana; Europa; La esfinge en América; Civilización actual; y Regreso de tres mundos. Son 1.509 páginas en las que la pluma de Picón-Salas fluye entre la ficción, el ensayo y la biografía, para mostrarnos su inmenso talento, así como su portentosa visión del mundo complejo que le correspondió vivir.
No en vano se suele afirmar (y constituye ya un lugar común) que es Mariano Picón-Salas el más universal de nuestros escritores. Tal comentario no se basa precisamente en su permanente errancia por diversos contextos geográficos, sino en el análisis de cada texto que trae consigo la noción de toda una carga de experiencias-vivencias, de fina erudición y talento, que hacen de lo particular (la añoranza por su tierra y por su país) fuente de interés continental. Picón-Salas regresa a casa después de un largo periplo y de la mano de sus excelsas Obras Selectas. ¡Estamos de suerte!
rigilo99@hotmail.com
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