Pie de manzana
GABRIEL VARGAS-ZAPATA | EL UNIVERSAL
viernes 11 de mayo de 2012 12:41 PM
El cine americano de adolescentes experimentó un momento importante (sobre todo en la taquilla) con la popular American pie. Entretenimiento con poco esfuerzo para el disfrute de todos y de fácil exportación. El resultado es que un amplio espectro de jóvenes, viéronse identificados en el filme hasta convertirlo en un artilugio de culto.
Notablemente influenciada por una corriente setentera, en la que podemos incluir a creaciones muy notables como American graffiti (Lucas, 1973) o Vaselina(Kleiser, 1978), y con sus respectivas apropiaciones culturales sobre todo las típicas de los noventa, la saga American pie, que este año se manifiesta bajo la premisa: El reencuentro, es probablemente el mejor reinvento de la Serie B.
Independientemente de su temática, insignificante y superficial, es una historia que sabe rendir lo poco que un cine de este estilo puede ofrecer. Traduce en chistes obscenos y en mensajes rosa, una partitura trillada a la extenuación, y lo hace con los rostros y lemas conocidos y plantados en aquel 1999, cuando el cine noventero terminó de dar lo mejor de sí. Pero aquellas comedias están vivas, todavía Eddie Murphy se puede dar el lujo de caracterizarse como le dé la gana, sin que la taquilla se lo perdone.
Ese elenco de chicos vírgenes, recién graduados y locos por las fiestas, quedó configurado de tal manera que, es ahora la única razón por la cual quitarles el polvo y llevarles de nuevo a la vitrina. El público ya no es el mismo, ellos tampoco lo son, pero la temática y la argumentación sí. Los pie de manzana ahora vienen congelados y los venden en las farmacias.
Existe un cine para cada tipo de público, el de American pie: El reencuentroseguro no es uno nuevo, es uno que ha crecido y que está dispuesto a pagar para recordar viejos tiempos, habrá quien incluso le dé un repaso a la filmografía completa del chico del pie de manzana, antes de sumarse a la divina experiencia de sentarse a mirar cómo se produce un reencuentro, un reencuentro de desconocidos, de niños grandes que se proponen exportar cultura norteamericana, allá donde haga falta. Cuesta ya creerse algunas cosas.
Hay una comedía de fondo, si, pero de menguada calidad. Hay entretenimiento, fluidez y ritmo, pero no hay cine.
@gvargaszapata
gvargaszapata@hotmail.com
www.gvargaszapata.blogspot.com
Notablemente influenciada por una corriente setentera, en la que podemos incluir a creaciones muy notables como American graffiti (Lucas, 1973) o Vaselina(Kleiser, 1978), y con sus respectivas apropiaciones culturales sobre todo las típicas de los noventa, la saga American pie, que este año se manifiesta bajo la premisa: El reencuentro, es probablemente el mejor reinvento de la Serie B.
Independientemente de su temática, insignificante y superficial, es una historia que sabe rendir lo poco que un cine de este estilo puede ofrecer. Traduce en chistes obscenos y en mensajes rosa, una partitura trillada a la extenuación, y lo hace con los rostros y lemas conocidos y plantados en aquel 1999, cuando el cine noventero terminó de dar lo mejor de sí. Pero aquellas comedias están vivas, todavía Eddie Murphy se puede dar el lujo de caracterizarse como le dé la gana, sin que la taquilla se lo perdone.
Ese elenco de chicos vírgenes, recién graduados y locos por las fiestas, quedó configurado de tal manera que, es ahora la única razón por la cual quitarles el polvo y llevarles de nuevo a la vitrina. El público ya no es el mismo, ellos tampoco lo son, pero la temática y la argumentación sí. Los pie de manzana ahora vienen congelados y los venden en las farmacias.
Existe un cine para cada tipo de público, el de American pie: El reencuentroseguro no es uno nuevo, es uno que ha crecido y que está dispuesto a pagar para recordar viejos tiempos, habrá quien incluso le dé un repaso a la filmografía completa del chico del pie de manzana, antes de sumarse a la divina experiencia de sentarse a mirar cómo se produce un reencuentro, un reencuentro de desconocidos, de niños grandes que se proponen exportar cultura norteamericana, allá donde haga falta. Cuesta ya creerse algunas cosas.
Hay una comedía de fondo, si, pero de menguada calidad. Hay entretenimiento, fluidez y ritmo, pero no hay cine.
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