Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

jueves, 16 de junio de 2011

Al fin alguien lo dijo...ya la vaina estaba fuerte

La farsa histórica del juramento de Bolívar sobre el Monte Sacro
RICARDO GIL OTAIZA | EL UNIVERSAL
jueves 16 de junio de 2011 11:29 AM

En medio de la abundante literatura que sobre la figura de Simón Bolívar se pública permanentemente, no es común hallar textos que busquen la exégesis y la interpretación histórica crítica sobre la base de documentos fiables y precisos, que pongan las cosas en su sitio y que muestren los hechos deslastrados de mitos y de falsedades. La figura del Libertador es presa a diario de los cultores de la cuasi religión bolivariana, nacida en el siglo XIX y que hoy es utilizada sin rubor alguno para sentarse las bases de procesos políticos en toda América Latina, que en nada comulgan con el ideario de un prócer al que se le cita hasta el cansancio, frente a la aquiescencia de academias y de expertos de aquí y de otros países, que se contentan con alimentar el mito, porque de ello dependen sus posiciones y su inestimable poder.

En este sentido llegó a mis manos, por gentileza de su autor, el tomo titulado El voto de Bolívar, "...sin exceptuar una paja", del escritor-historiador colombiano Luis Eduardo Schroeder Soto, editado por LibrosEnRed, 2010. Este grueso tomo (516 páginas) tuvo que hacer un largo viaje para llegar a mí, ya que en la actualidad el autor reside en Gotemburgo (Suecia), y tal deferencia me proporcionó varios días de disfrute al conocer aspectos sobre la vida de Bolívar, que hasta hoy han estado erigidos en "verdades irrefutables", y que sólo la erudición y la disciplina de Schroeder bajan del altar patrio y así se presentan ante nosotros como esquirlas de ese mito que se ha hecho pieza clave de la sacrosanta doctrina bolivariana, que como se verá, fue iniciada por el propio Libertador.

Centra Schroeder sus afanes exegéticos en el supuesto juramento del joven Bolívar sobre el Monte Sacro de Roma: "Juro delante de usted; por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español". Según lo repetido hasta ahora por la historiografía de las naciones bolivarianas, este "voto" lo hizo Simón Bolívar en presencia de su maestro Simón Rodríguez y de Fernando Rodríguez del Toro e Ibarra. Como se sabe también, fue el médico antioqueño Manuel Uribe Ángel quien lo trascribe 53 años después (de la muerte del héroe), haciendo referencia que lo escuchó de labios de Simón Rodríguez, y éste a su vez de Bolívar.

A partir de esta circunstancia y durante 30 largos años, echa a andar Schroeder todo un mecanismo de revisión exhaustiva de este supuesto "hecho histórico", documentándose de manera profusa en bibliotecas nacionales, de universidades, en diversos países iberoamericanos, como de Europa. El resultado es un impresionante desmontaje de toda una saga echada a andar por el mismo Libertador (inventada por él, ni más ni menos, nos dice el autor), con el denodado afán de incrementar su prestigio y el mito, en aras de "camuflar su campaña en pos de la corona y la presidencia vitalicia". Según Schroeder, todos los hilos orquestados durante esta monumental investigación conducen a este lastimoso derrotero, que lleva inexorablemente a conclusiones paralelas, no menos impactantes: la denominada Carta de Pativilca no fue escrita ni copiada por el coronel Ibarra y "es un documento falsificado preparado con fines especiales". Es más, agrega, cabe la posibilidad de que el citado documento se haya escrito años después del fallecimiento de Bolívar. Además, interpela Schroeder a las academias de historia de Colombia y de Venezuela. A la primera acusa de "dejación" frente a la saga del seudojuramento; a la segunda increpa con términos categóricos: "La Academia Nacional de la Historia, de Venezuela, mediante vergonzosa manipulación de las fuentes históricas, promueve la ignominiosa campaña de desinformación tergiversando la historia a su antojo".

Como se puede observar, un libro impactante, escrito con rigurosidad, aunque con lenguaje ameno, que nos invita a reflexionar sobre cómo hemos sido víctimas de fraudes y tergiversaciones por parte de quienes se erigieron en los santos de la religión bolivariana (comenzando por su patrono), así como de sus fieles y consecuentes seguidores.

rigilo99@hotmail.com

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