El ministro de Energía Eléctrica asegura que no se está "penando el consumo de energía, estamos pidiendo una contribución a aquellos que de 500 KW para arriba se exceden en el consumo". Aseveró que "los venezolanos copiamos el modelo consumista de Estados Unidos (...) Aquí hay un consumo excesivo de electricidad".
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"No estamos penando el consumo de energía, estamos pidiendo una contribución a aquellos que de 500 KW para arriba se exceden en el consumo de energía", indicó Rodríguez Araque durante el programa Dossier, transmitido por Venezolana de Televisión.
"No es un recargo sino una contribución", aseguró el ministro quien considera que quienes más tienen deben contribuir para que los más desafortunados puedan disfrutar del servicio eléctrico, y es que en su criterio, "los ricos creen que los pobres no consumen electricidad".
Aseguró que el Gobierno no culpa al pueblo por la crisis eléctrica, porque "el mayor consumidor de electricidad en Venezuela no es el pueblo. El sector social apenas representa el 6% del total de electricidad que se consume en el país, es decir, los que consumen 200 KW o menos. El gran derroche está entre los que consumen 500 o más KW".
No obstante, aseveró que "los venezolanos copiamos el modelo consumista de Estados Unidos (...) Aquí hay un consumo excesivo de electricidad".
En este sentido, el ministro destacó la necesidad de corregir los patrones de consumo. A su juicio, "no se justifica que en Caracas se este utilizando aire acondicionado con este clima caraqueño.
Según explicó, los incrementos bruscos de la demanda son los que afectan al sistema eléctrico nacional y aseguró que se han registrado fenómenos llamativos donde en apenas dos días la demanda de electricidad ha subido a 1.200 MW. "Lo que más influye en esos cambios bruscos son los aires acondicionados", dijo.
El titular del despacho de Energía Eléctrica recomendó a los usuarios de aires acondicionados graduar la temperatura de estos artefactos a 23 grados. "Es innecesario una temperatura más baja. No se justifica que todos pongan el aire a 14, 16 o 18 grados".
"Toda autoridad usurpada es Ineficaz y sus actos son nulos"
Artículo 350 Constitucional. "El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos".
En un semáforo puede ocurrir que alguien retrase, porque está distraído con el Ipod. Mi esposa siempre comenta: ¿Qué espera para arrancar... será que le tomen la foto? Algo similar acontece con los venezolanos, en este paisito aniquilado cual sapo en agua a fuego lento.
El "Dictador" ejecutó magistralmente la misión confiada por los asesinos Castro: "Cenizas Venezuela".
La extinción de la clase media -soporte de cualquier modernidad- fue lograda vía la pérdida de su way of life y bloqueo de sus entradas económicas tradicionales: Cero empleos en las empresas de extracción up stream, en las industrias manufactureras down stream, sector educación, y actividad privada en la agroindustria, ganadería, banca, seguros, y el sin fin de alternativas de los 40 años de democracia.
La clase media había crecido con emergentes, ascendidos a fuerza de estudios y postgrados, por lo que los sesenta, setenta y ochenta vivenciaron una fusión de orígenes disímiles. Produjo la disciplina y se condujo indefectiblemente al reconocimiento social del talento y la meritocracia... no solo en la industria petrolera.
Las hordas "dojas-dojitas" fueron instruccionadas para acabar con esa cultura de la excelencia. Ellas, conjuntamente con los "pretty-eye-ymca boys" y las "izquierdas intelectoides" de las universidades públicas que hicieron metástasis en el tejido venezolano, como aconteció pretéritamente en Chile, Colombia, Argentina, Uruguay. En conjunto, ridicularizaron la excelencia -como valor de mérito- para imponer desubicados: exguerrilleros asesinos dirigiendo universidades y exsecuestradores asesinos atendiendo negocios. Algo así como panadero cosiendo zapatos y zapatero cociendo pan.
¿Y los pobres de antes? Ni preocuparse, porque ahora son más pobres. ¿Y los ricos? Más ricos; y con nuevas admisiones que confunden "yate con barco" y robaron la plata de los venezolanos: más de $1.200.000.000.000. No construyeron calidad de vida; sí condiciones para el peculado sin castigo.
El "Dictador" inyectó la igualdad: choferes... cancilleres; asesinos de ULA, UDO, LUZ y UCV, ahora ministros y magistrados; prostitutos y prostitutas, mimetizados en fiscales y fiscalas, pueblo y "puebla".
Destrozado el tejido racional, Venezuela capituló ante la ineptitud. En ejemplo, los "igualaos dojitos" convirtieron el sistema eléctrico venezolano -hasta 1998, modelo internacional de la buena ingeniería criolla- en un enjambre de alambres pegados con "taipe rosado" e inmunodeficiente a las iguanas, menores de edad, y cubanos con alicates. HINT: nada más peligroso que un cubano con título de ingeniero de la universidad "Patricio Lumumba".
Nadie te tiene que contar el resultado: lo sientes, ves, hueles, saboreas y oyes con tus 6 sentidos. Maracaibo y la COL sin electricidad por 6 días, porque traidores a la patria la regalaron a Cuba y Nicaragua.
Así, hay que ser realmente anencefálico para vivir esperanzado por una casita... con ventilador y nevera apagados. Y de ñapa: ¿dónde dispondrás tus excretas?... porque cloacas no hay.
Si hay fiebre, antipirético y consulta médica. Eso es lógica. ¡Qué va, vale! Venezuela convulsionó calándose la improvisación del milenio: "hoy no hay, mañana sí". Y nadie lidera la solución.
Levántense y caminen... con el 350.
romerromero@interlink.net.ve
En España, a los miembros del movimiento conocido como 15M, que ha originado un fenómeno de movilización de protestas masiva de la juventud en buena parte de Europa, se les conoce también como "los indignados". Ellos manifiestan su inconformidad con el sistema político y económico que les niega acceso a una serie de bienes sociales deseables para cualquier ser humano de cualquier generación pasada o futura: tener un trabajo con una remuneración justa, poder adquirir una vivienda, un carro, tener una familia y la posibilidad de desarrollarse como personas, en suma, vivir al menos tan bien como sus padres, o aun mejor. Un deseo completamente razonable en una sociedad moderna, que mira el bienestar social como un desarrollo histórico y progresivo.
Resulta, sin embargo, que sin mirar tan lejos, en nuestro propio país, hay también millones de indignados, que sin ser tan famosos ni conformar un movimiento universal, protestan por cosas mucho más sencillas como luz, agua, seguridad contra el hampa, acceso a la salud, y por supuesto vivienda y todo lo demás de sus homólogos europeos. Incluso, en muchos sectores de la población podemos bajar el nivel de búsqueda a productos tan elementales como aceite, azúcar, y demás integrantes de una canasta familiar básica.
En los últimos días la palma de oro de la indignación se la han llevado los zulianos quienes han estado sometidos a intensos apagones que los han colocado al borde de la desesperación física y emocional. Ser objeto de cortes continuos e imprevistos de electricidad y, por ende, de agua, en muchísimas viviendas, sin contar la extrema situación en que se coloca a una población que sufre el embate de un clima inclemente como el de la región zuliana, sin un ventilador o sin aire acondicionado, habla de un gobierno no solo irresponsable e ineficiente, sino además indolente, insensible e indiferente, que mira a la población por encima del hombro y sin sentirse obligado a responderle con la verdad.
El cinismo con que algunos representantes del gobierno nacional, como el vicepresidente Jaua o el ministro de la Energía Eléctrica, Alí Rodríguez, han hecho frente a la situación vergonzosa de los apagones en Maracaibo, es impropio de un gobierno que se dice socialista y de cualquier funcionario público en general. Que se diga que "en Venezuela hay un factor cultural y es el derroche, (...) lo que nada nos cuesta hagamos fiesta", para referirse al consumo de luz por parte de los maracuchos, que él, Rodríguez, considera excesivo, porque vivió en Maracaibo y sabe que se puede vivir allí sin estar con el aire acondicionado prendido todo el día, no solo es una ofensa a todos los zulianos, sino además una confesión de la ineficiencia e impotencia del ministro Rodríguez y del Gobierno en general, para solucionar la crisis eléctrica. Con estas declaraciones y las del Vicepresidente, quien aprovechó la ocasión para recordar que había aumentado la adquisición de artefactos eléctricos, con este gobierno, por parte de la población que tenia derecho al "buen vivir", pero que era necesario un uso racional de la electricidad, queda claro que el asunto no radica en utilizar la electricidad que los zulianos requieran para sus necesidades, aunque la puedan pagar, sino en reducir su consumo aunque haga calor.
En definitiva, los maracuchos son los culpables de lo que les pasa. No es Chávez, ni Alí Rodríguez, ni nadie en el Gobierno. Simplemente, los maracuchos no tienen cultura de consumo energético; después de doce años, no saben utilizar el aire acondicionado.
xlmlf1@gmail.com
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