viernes 5 de agosto de 2011
Hasta las uñas de bruja vieja tiene y eso es símbolo hasta en
los cuentos de hadas del mal. ¡Ya estoy harta!!!
Preguntas a Marx
L. J. Hernández en Ultrasecretos - Quinto Día
Hace dos semanas leí en este mismo periódico la transcripción de parte de la entrevista que un diputado de la bancada del PSUV, concediera a Carlos Croes, en Televen.
—Hacia allá vamos, -dijo cuando Croes le repreguntó sobre el comunismo.
Antes, Farías ha admitido que “estamos muy lejos y que lo que estamos viendo hoy es la transición socialista”.
Fidel Castro dijo hace varios meses por el canal VTV, a una pregunta de uno de los reporteros, sobre qué entendía el anciano líder por socialismo.
—Comunismo. Así de simple. Sorpresa.
Carlos Marx en su época fue entrevistado por R. Landor el 18 de julio de 1871, para el libro Grandes Entrevistas de la Historia. Esto dijo el filósofo político y social.
Comunismo es la toma del poder económico a través del poder político.
—Nosotros no queremos saber de clase media.
He oído a dirigentes chavistas, incluido sus jefes, proclamarse marxista.
Olvidan que la sociedad del tiempo de Marx era otra. Ni el capitalismo era el de hoy en la relación con el obrero.
La abolición de las clases tipo Marx, dejó como herencia en la Unión Soviética miseria, atraso económico y cultural y una sociedad frustrada. Vicios y suicidios. .
El modelo, copiado en Cuba más de medio siglo después, ha tenido que iniciar con alguna vergüenza el regreso a la propiedad privada.
Una encuesta encargada por Raúl dio estas cifras. Un 75 por ciento estaría dispuesto a irse de su país. Un 12 no respondió. El resto dijo estar con Fidel y su gente.
Hace no mucho tiempo visite La Habana. Me alojaron en un hotel español donde no podían entrar cubanos. El guía turístico me llevó a un local acogedor. La Bodeguita del Medio, donde vi una foto de Hemingway, el escritor. Tríos cantaban para los visitantes las canciones de Compae Segundo. Al caer la tarde regresé caminando al hotel. En la vía me topé con vendedores ambulantes que vendían desde “productos para rejuvenecer hasta preservativos”. La calle era angosta y desde la ventana joven claman por ayudas con un “tenemos hambre” .
Rostros de mirada perdida y su apariencia macilenta inspiraban compasión.
A uno le di dos dólares. El muchacho los recibió y se marchó en polvorosa.
Esa es nuestra realidad, me dijo por cierto desde el guía turístico.
Antes me había solicitado con reverencia la mitad del pan y jamón, que yo había dejado.
—Es que con esto voy a cenar.
Luego me relató que tenía varios años ahorrando para la fiesta de los 15 años de su hija mayor.
Esta es la Cuba que no aparece en la prensa de su país ni en el Granma nuestro. Sus ojos humedecieron.
Por qué esto. Serían preguntas que le haría a Marx. Se las hago a quienes en Venezuela me quieren cambiar mi pensamiento. ¡Al carajo con ellos!
Si el viejo Hemingway viviera en Cuba, seguramente preguntaría al viejo Marx. “Por quién doblan las campanas”
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