Recuerdos de mi madre:Fieles conmemoraron los 401 años del Santo Cristo de La Grita

08 Ago 2011 |- Por Eleonora Delgado
Fieles conmemoraron los 401 años del Santo Cristo de La Grita


Agua, caramelos, chocolates, frutas frescas, bastones, buen calzado, pero sobre todo mucha fe en el Santo Cristo de La Grita fue lo que acompañó la movilización desde diferentes sitios del Táchira y de Venezuela a peregrinos, ciclistas y viajeros hasta la localidad de La Grita para celebrar las fiestas del patrono de los tachirenses.

La imagen milagrosa cumplió 401 años el pasado 6 de agosto y, como todos los años, los devotos acudieron a la celebración para agradecerle los favores recibidos y también para hacer promesas.

Los problemas de derrumbes y las fallas en la vía no detuvieron la movilización de grandes masas de fieles, quienes incluso un mes antes del día de la festividad coparon las reservaciones en los 8 hoteles y las 18 posadas de La Grita, indicó Santiago Contreras, presidente de la Corporación Tachirense de Turismo.

Agregó que al lleno de esas instalaciones se sumaron los dormitorios que fueron habilitados en el Colegio Santa Rosa de Lima, las carpas en la Plaza Bolívar y las posadas extrahoteleras instaladas en casonas por algunas familias.

Las actividades. El obispo de la Diócesis de San Cristóbal, monseñor Mario del Valle Moronta, encabezó las actividades religiosas en honor al patrono del Táchira, como la misa central, la procesión acompañada por la cofradía del Santo Cristo y la serenata al Patrono.

Recientemente a Moronta le correspondió aplicar los santos óleos al presidente Hugo Chávez, días después de conocerse su padecimiento de salud.

Durante la celebración se hizo el anuncio de la ubicación del Santuario del Santo Cristo de La Grita, obra para la cual el Gobierno nacional aprobó 92 millones de bolívares.

Estará situado a las afueras de La Grita, en el sector de Borriquero.

"No creo que sea importante quién dé la plata. Lo importante es la devoción por el Patrono", dijo Cristóbal Carrero, tachirense y creyente del llamado Cristo de Rostro Sereno.

"Ojalá y esto no sea politizado. Que no se mezcle la política con la religión", opinó Francisco Carvajal, otro devoto.

La fuerza del redentor. Quienes peregrinaron hasta La Grita pudieron disfrutar de la amabilidad de los tachirenses, pues algunos habitantes de los poblados que atravesaron les ofrecieron gratuitamente comida y bebida.

Los caminantes salían de noche y hacían varias paradas, que no superaran los ocho minutos para evitar enfriarse.

La Trasandina fue la vía utilizada por los fieles, a pesar de los pequeños derrumbes y fallas que retrasaban la circulación de conductores y peregrinos.

"Nacimos en La Grita, tenemos 10 años viviendo en San Cristóbal y seguimos venerándolo", afirmó Lucely Pernía, quien acompañó a su hermana Lorena, que viajó para hacerle una promesa al Santo Cristo.

Ambas son devotas del patrono desde pequeñas. Pernía acotó que hace 12 años también acompañó a otro hermano a darle gracias al Santo Cristo por haberse graduado de ingeniero mecánico.

Entre las muchas agrupaciones de peregrinos estuvo la de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET), que congregó este año a 60 personas aproximadamente.

El grupo partió de la instalación académica tras recibir la bendición del padre Laureano Ballesteros, párroco universitario, y siguieron la ruta que desde San Cristóbal conduce al Santo Cristo por la carretera del páramo.

"La primera vez lo hice por una iniciativa deportiva y también por Él, porque aunque no le pedí nada se lo ofrecí (la peregrinación) y desde hace cuatro años organizo el grupo. Este año acordamos llegar el día de las actividades de la serenata, la misa y la procesión. Teníamos pensado hacerlo sólo con gente de la UNET, pero nos llamaron muchas personas de afuera que querían participar y los invitamos", contó Renzo Prieto, estudiante de la UNET y TSU en entrenamiento deportivo.

Agregó que el año pasado le ofreció la peregrinación por su mamá, que atravesaba un episodio delicado de salud, y este año le dio gracias por curarla.

"El año pasado dije: `Llueva, truene relampaguee llego a La Grita'. Y mira, la lengua es castigo del hombre. Desde la localidad de Cordero tuve problemas en un pie. Callado, aguanté y caminé hasta La Grita", relató.

José Antonio Duque tiene 40 años de edad y por segunda vez caminó hasta la localidad del Santo Cristo. El año pasado usó un equipo de supervivencia que le hizo muy difícil el trayecto, así que en esta oportunidad optó por ir más ligero.

"Me llevé una botas muy pesadas que me sacaron llagas.

No sabía que debía vendarme los pies. Lo que da la fuerza es la devoción", aseguró.





La historia del protector

En 1610 un terremoto destruyó La Grita y los frailes franciscanos que se encontraban en Tadea ofrecieron hacer la imagen de Cristo para que quedara como protector de la localidad. El trabajo fue encomendado a Fray Francisco, quien también era escultor. El religioso comenzó a tallar la imagen en un tronco, sin embargo, resultó dificultoso labrar los gestos de Jesús crucificado.

Luego de muchas oraciones, y exhausto por el cansancio, soñó que las herramientas hacían lo suyo en el taller. A la mañana siguiente contó a sus hermanos lo ocurrido y cuando fueron al sitio de trabajo consiguieron la figura terminada. Al Cristo del Rostro Sereno se le atribuyen innumerables milagros y el año pasado se inauguró un museo en el que reposa gran cantidad de ofrendas producto del agradecimiento de los fieles.