Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 14 de agosto de 2011

Ese estudio obvia los hechos en tiempos de PACO CABRERA Y LOS SALAS QUE SE PUBLICARON Y SON EXCEPCIONALES POR SU CALIDAD

14 agosto 2011
Hoy y Después en Valencia
ALFREDO FERMÍN

afermin@el-carabobeno.com

Por una información de prensa nos enteramos de la conformación de un movimiento por el Rescate del Centro de Valencia. La iniciativa es promisoria ante el desastre en que se encuentra esta ciudad.

Ojalá que este comité logre cumplir con sus bondadosos objetivos. Pero, tomando en cuenta experiencias anteriores, no creemos que pase de las buenas intenciones, porque la desgracia de Valencia es que son muy pocos los que se oponen a los gobernantes y, buena parte de los que lo hacen, es buscando figuración política para ver si también disfrutan de la torta.

El brillante arzobispo Luis Eduardo Henríquez de cuyo fallecimiento se cumplieron, el lunes 8, 20 años, siempre decía: "Valencia es una ciudad ingrata, que olvida pronto y no siente apego por lo que le es propio". Más claro no canta un gallo. Porque aquí, por muy destacada que haya sido una personalidad, rápidamente es borrada del recuerdo. Los monumentos y las instituciones están siendo destruidas y no hay quien se enfrente al poder para que cumpla con la ley. Con esta convicción, tenemos por norma no integrar comités de defensa -aunque siempre dispuestos a informar sobre sus actividades- porque la experiencia nos dice que eso no funciona, si no hay l voluntad de motivar a la comunidad y a los que tienen poder de decisión para que se enfrenten a la política de destrucción de Valencia. Nos informan que, en organismos oficiales, cuando exponemos esta situación dan instrucciones para que no respondan, como si nosotros anduviéramos buscando polémica con funcionarios que tienen el tiempo contado en sus puestos.

El mal del silencio

Pero lo que más desconcierta, es ese silencio tan valenciano para no emitir una opinión que pueda disgustar al jerarca de turno. En cónclaves se expresan horrorizados de la degradación en que se encuentra la ciudad. Pero, si se le pide una declaración, la excusa de siempre es: ¡noo,yo no me meto en líos! Esa es obligación de los periodistas que pueden decir lo que quieran.

Durante la administración de Paco Cabrera, hubo un intento serio para rescatar y preservar el centro de Valencia, con la creación de Induval, que presidió nuestro amigo Vicente Lozano. Y sin embargo, no se logró nada por la falta de colaboración de los propietarios de los inmuebles y porque su valor es tan elevado, que la alcaldía no tendría tanto dinero para comprarlos.

Afirma el eminente arquitecto Graziano Gasparini, que el centro de Valencia es una joya arquitectónica de valor histórico inestimable, porque conserva el mismo trazado que hicieron los españoles en el siglo XVII, como no se ha mantenido en ninguna otra ciudad suramericana o caribeña. La cuadrícula está intacta, lo que ha cambiado son las edificaciones construidas en los antiguos solares, por lo cual aún se puede sentir el ambiente de ciudades tan antiguas como Sevilla. Lo que pasó fue que, desde los años 50, la gente pudiente comenzó a mudarse a las urbanizaciones del norte porque, de acuerdo con el plano regulador, los terrenos con permiso para construir altos edificios eran los del centro y, en consecuencia, eran los más caros. Pero el proyecto no resultó, se levantaron cuatro o cinco edificios que perjudicaron la armonía arquitectónica y las antiguas casonas quedaron para pensiones. Hoy están abandonadas, especialmente las de las calles Colombia, Boyacá, Independencia, Rondón y la avenida Soublette. Sus propietarios las dejan que se derrumben para convertir el terreno en rentables estacionamientos que, sin ninguna seguridad, cobran más caro que los de los centros comerciales. Incluso, sin tomar en cuenta que esas casas están protegidas por una ordenanza, ahora las están convirtiendo en galpones, posiblemente con autorización de la alcaldía.

El deber de informar

En esta semana publicamos dos reportajes dando cuenta del estado de abandono en que se encuentra el centro de Valencia, como consecuencia del déficit fiscal que tiene la alcaldía. Los hechos fueron presentados desde el punto de vista periodístico, no político, a conciencia de que esta situación continuará por mucho tiempo. Pero lo que mucha gente quiere saber es la respuesta de la alcaldía ante el robo de las esculturas de María Gamundi y de Miguel Sanoja, del parque Andrés Pérez Mujica porque, esa conformidad e indiferencia, pueden ser motivo para que los ladrones se lleven las piezas que quedan en el hermoso parque.

Gratitud

El destacado artista Jorge Véliz, vino a El Carabobeño para solicitarnos que expresemos su gratitud a Rafael Rodríguez Coronel, Nadia Colasante Materán y, especialmente, al gobernador Henrique Fernando Salas por las diligencias que hicieron para suministrarles los insumos que requiere, para ser sometido a una intervención quirúrgica. Véliz, cuya obra ha sido premiada en confrontaciones de importancia como el Salón Michelena, debe ser operado de una malformación cerebral a través de radiocirugía. Buena suerte maestro del Arte.


14 agosto 2011
Poemas de Luis Eduardo Henríquez (Primer arzobispo de Vakecu 1913-1991)
IX

Te esparciste, Señor, en mis dolores

como una suave claridad de luna,

que la nostalgia de la noche bruna

hechiza de sutiles resplandores.

Sueñan en Ti mis íntimos amores

como al vaivén de una canción de cuna;

cual se aduerme la fuente en la laguna

se durmieron en Ti mis sinsabores.

¡Oh misterio insondable de belleza,

imán y fuego y luz, claror, abismo,

ausencia y posesión al tiempo mismo!

Siendo yo pequeñez y Tú grandeza

toda tu plenitud cupo en mi anhelo,

como cabe en la gota todo el cielo.

X

Gracias te doy, Señor, porque en mi duelo

el loto floreciste del ensueño;

porque en la espada trunca de mi anhelo

aprisionaste un resplandor risueño.

Por la serena claridad de cielo

que iluminó mi corazón pequeño;

porque me diste una ilusión en vuelo

cuando me ataste del dolor al leño.

Al umbral de mi noche hallé tu rastro,

como apacible resplandor de astro

entre la malva-rosa del ocaso.

¡Noche oscura florida de alegría

transverberó su negra lejanía

el leve aroma de tu breve paso!...

XIII

Fuego del corazón, transido fuego

de dolor, de esperanza y de suspiro;

roto cristal del lirio y del zafiro

en surtidor viviente y sin sosiego.

¿Por qué me quemas para huirte luego?

¿Por qué si te rehuyó y no te miro

me acaricia tu ensueño, en leve giro,

fugaz y esquivo y doloroso juego?

Hilo de luz y encaje de neblina

han tejido la red de mis dolores

con áureos y quebrados resplandores,

y apenas si tras ella se adivina

de la transida y ardorosa lumbre

un apagado y trémulo vislumbre.

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