Javier Rodríguez: "El discurso artístico tiene que salirse de lo meramente artístico"
"Esto es una crítica al sistema como tal. Voy a los periódicos y selecciono los que están mal impresos"
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Javier Rodríguez no se aísla de la realidad. Ni como artista ni como ser humano. Cuando entra a su taller no le interesa crear a partir del individualismo. Más bien su musa se vale de las circunstancias que afectan a la sociedad para hacer arte. Creaciones que realiza desde 2008, sobre la realidad que vive Londres, en donde reside desde hace 12 años y también sobre los hechos cruentos que se padecen en Caracas, ciudad en la que nació en 1975.
Ambos hechos los muestra en la exposición Doble Discurso que inauguró ayer en La Caja Espacio de Investigación Visual del Centro Cultural Chacao, en El Rosal. Aquí sienta su posición critica sobre la realidad en instalaciones y videos.
"Tengo la convicción de que el discurso artístico, por las condiciones en las que estamos viviendo no solo en Venezuela sino a nivel global, tiene que salirse un poco de lo meramente artístico y de la referencia a la historia del arte. Creo que el artista tiene que servir como conductor y como redistribuidor. Esto es por las sensibilidades que los artistas tenemos sobre la problemáticas que afectan a la sociedad", apunta
Y la forma en la que Javier Rodríguez decidió salirse de la lista de artistas que obvian la realidad fue trabajar con la prensa escrita, las maculaturas -pliego mal impreso, que se desecha por manchado-, los libros de escolaridad, la publicidad, los videos, los ruidos de la imagen gráfica.
El artista, que obtuvo la Beca de la Fundación Patricia Cisneros, presenta tres instalaciones y siete videos. En la primera seleccionó dos diarios nacionales -uno de tendencia opositora y otra oficialista- que tenían errores de impresión para representar la sobreinformación que vive el individuo. "Esta instalación tiene mucho que ver con el ruido mediático, con la manipulación de la prensa. Agarré dos periódicos porque no quiero politizarlo. Esto es una crítica realmente al sistema como tal. Voy a los periódicos y selecciono los que están mal impresos (...) Me pareció como un símbolo perfecto de todo ese ruido y de toda esa sobreexposición de la información a la que nos vemos expuestos todos los días. Nuestra percepción del mundo está basada en lo que dicen la prensa y la televisión".
Ya para 2010, Rodríguez había creado su propio periódico en Caracas, que contenían noticias que para él eran pertinentes. Se llamaba Último mundo universal. Y en octubre de 2011 hizo lo mismo en Londres. En esta oportunidad el diario se llamaba Mirror World.
"Los medios de comunicación y los medios de producción de libros escolares, aquí y en todo el mundo, manipulan la información. Tú lo que lees en el periódico no es lo que está pasando. El periódico pone lo que tú quieres, o lo que el editor, en relación a los intereses económicos de ese periódico, le interesa. Toda la estructura social está basada en la economía, y eso hay que cambiarlo".
Para la segunda instalación, Quiero servir, utilizó una serie de libros escolares, que luego transformó en papelillos y confeti. "Estoy destruyendo para hacer collages. Estoy yuxtaponiendo las hojas para crear otra realidad. Es algo simbólico, porque lamentablemente todo ese aparato educacional forma parte del pensamiento hegemónico colonialista e histórico".
Bajo este contexto también alza su voz al criticar que la violencia que vive Venezuela hoy no ha sido ocasionada directamente por el gobierno de Hugo Chávez. "Yo me fui de aquí en 1994 porque en el país había violencia. Lo que ocurre ahora no es nuevo. Pero es más fácil que un periódico venga y diga que es culpa de Chávez. No. Ese es un problema más profundo".
Los caricaturistas perdieron ayer a Antonio Mingote
El dibujante humorístico y escritor padecía de cáncer hepático
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Madrid.- Su último gran reconocimiento llegó hace apenas cinco meses, cuando el Rey de España Juan Carlos lo nombró Marqués de Daroca por su "destacada, aguda y creativa" carrera como dibujante humorístico, escritor y académico de la Lengua.
Antonio Mingote Barrachina falleció ayer a los 93 años en el hospital Gregorio Marañón de Madrid a causa del cáncer hepático que padecía. El catedrático de la Real Academia Española fue internado desde hace algunos días al complicarse su estado de salud. Hasta que el pasado lunes entró en coma profundo.
Nacido en Sitges (Barcelona), el 17 de enero de 1919, publicó su primer dibujo con apenas 13 años, en 1932, en el suplemento infantil Gente menuda de la revista Blanco y negro. En 1946 comenzó a colaborar en La codorniz y siete años más tarde con el diario ABC, al que se mantuvo fiel durante 59 años publicando viñetas con personajes característicos, como pobres, galanes o damas de la alta burguesía con los que ejercía crítica social.
El director del periódico, Bieito Rubido, agradeció la lealtad de Mingote y consideró que es "única en el periodismo español". "Es una pérdida irreparable. Pasarán muchos años hasta que aparezca alguien como él", indicó Rubido. En su opinión, Mingote "dibujaba como los ángeles y tenía sentido común, además de un humor muy cercano a la sociedad española".
También el director de la Real Academia Española, José Manuel Blecua, destacó que Mingote, a pesar de su delicada salud, continuó "hasta el último momento" acudiendo a la institución, de la que formaba parte desde 1987.
"Sentimos una enorme tristeza. Era todo un caballero: cortés, trabajador, amabilísimo, un hombre que ha trabajado con una intensidad magnífica", afirmó Blecua.
La capilla ardiente de Antonio Mingote Barrachina quedó instalada en el parque del Retiro, en el centro de la capital española. Ahí será incinerado y descansarán sus restos mortales.
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