Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

martes, 31 de julio de 2012

Para quienes seguían mi narración del camino que muchos jóvenes venezolanos de los 60 tomamos, no aceptando el comunismo ni negando nuestra fe católica, a pesar de estar en la UCV y vivir las vicisitudes de esos tiempos, Oswaldo Payá fue ejemplo, espero que con estos artículos tomados de su web site entiendan lo que vivimos en nuestro país quienes pensamos asi y nunca hemos variado, más bien profundizado en nuestros principios y tenemos que calarnos en la Presidencia del Teniente Coronel hijo putativo de Fidel Castro, condiciones que nunca en 50 años hemos aceptado (II)


Oswaldo Payá: La fe de un laico comprometido con su tiempo

Oswaldo Payá Sardiñas: La fe de un laico comprometido con su Tiempo
Nacido el 29 de febrero de 1952 en La Habana, Oswaldo es el quinto de 7 hijos del matrimonio del emprendedor comerciante Alejandro Paya y la señora Iraida Sardiñas, desentiendes de emigrantes españoles. Desde niño su vida y la de su familia siempre ha estado muy ligada a la Parroquia El Salvador del Mundo en el municipio habanero El Cerro.
Oswaldo asistió al colegio Champagnat de los Hermanos Maristas del CERRO hasta el 3er grado (1961). El colegio lo cierran y va a la Escuela Pública, asistiendo al catecismo de su parroquia donde hace su primera comunión y luego es confirmado. Oswaldo nunca perteneció a la juventud comunista, al partido comunista ni fue pionero. Su exilio interno era la iglesia católica. A los 16 años hace el servicio militar obligatorio . Lo mandaron a la Isla de Pinos, actual “Isla de la Juventud”, a realizar trabajos forzados. Una vez terminado se reintegra a la vida de su parroquia en El Cerro. Se hace miembro del Grupo Juvenil, Catequista y miembro del Consejo Parroquial.
Su acción como laico comprometido, desde los tiempos de su castigo en Isla de Pinos, le fue forjando en su opción por la persona humana y sus derechos inalienables trabajó en el proceso de la Reflexión Eclesial Cubana (REC) y en Febrero del 86 es delegado de la Vicaría Cerro-Vedado al Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC)
De 1986 a 1988 funda y mantiene la Peña Cristiana del Pensamiento Cubano en la Parroquia de El Cerro y publica “Pueblo de Dios” para ser distribuida en todas las Iglesias. En 1988 funda el Movimiento Cristiano Liberación. Siendo coordinador nacional del MCL, Oswaldo hace un llamado al cambio nacional y hace la Proclamación del MCL.Desde entonces ha sido detenido en varias oportunidades por la policía política del régimen. Su hogar es asaltado por las turbas alentadas por la Seguridad del Estado en 1991, Al año siguiente redacta el Programa Transitorio. Participa como uno de los cinco organizadores del Concilio Cubano, redactando el único documento de unidad que plasmaba la posición de sus miembros. Es detenido por la policía En 1999 participa en la redacción del manifiesto Todos Unidos y es nombrado coordinador de su Comisión de Relatoría. Crea los Comité Ciudadanos Gestores del Proyecto Varela en 2001 y presenta el 10 de marzo de 2002 más de 11 mil firmas de respaldo al plebiscito sobre este proyecto de Ley ante Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba. En mayo de 2003 mas de 40 activistas y gestores del Proyecto Varela , muchos de ellos miembros del Movimiento Cristiano Liberación son encarcelados y condenados, a penas entre los 12 y los 28 años lo que no evita que en diciembre Paya y los comité Ciudadanos presenten 14 mil firmas más de apoyo al Proyecto Varela Presenta en 2006 el programa Todos Cubanos, documento para una transición pacifica hacia la democracia. Firma junto con otros disidentes el documento Unidad para la Libertad.
Organiza la campaña Foro Cubano, en el que están llamados a participar todos los cubanos incluido el gobierno. Hace en 2009 un Llamamiento al Dialogo Nacional y en 2010 lanza el FORO TODOS CUBANOS. En 2011 redacta la declaración “El Camino del Pueblo” que es apoyada por la mayoría de la oposición civilista dentro de la isla. Oswaldo Paya ha sido honrado con el Premio Homo Homini, de la fundación checa “People in need” por su contribución a la defensa de los derechos humanos y el premio W. Averell Harriman, que otorga anualmente el Instituto Nacional Demócrata (NDI) en Washington. Recibe el premio Andrei Sajarov a los derechos humanos, otorgado por el Parlamento europeo en 2002 y es premio “Encina de la libertad” de NN.GG. del Partido Popular de Extremadura. Paya fue honrado con el titulo Doctor Honoris Causa en leyes por la Universidad de Columbia ,Nueva York. Ha sido una vez nominado al premio Principe de Asturias y seis ocasiones al Premio Nobel por la Paz.
Oswaldo paya presenta el Proyecto Varela ante la virgen  enel santuario de  la Virgen de  la  Caridad del Cobre
Oswaldo Paya  y su  esposa , Ofelia Acevedo, en  el ENEC ( encuentro nacional eclesial cubano 1986)
VIDA EN LA PARROQUIA  “El Salvador del Mundo”, Cerro, Habana
Premio sajarov 2002 Parlamento Europeo, Con  presidente Aznar, Madrid, Con Madeleine Albraight y Collin Powell, Washington
Con Vaclav Havel y el arzobispo de Praga
Presentación del Proyecto Varela en 2002   y en 2003
Acoso contra Oswaldo Paya y  MCL
ENLACES DE INTERES
En 2003,  17 miembros del  MCL  y 42 gestores del Proyecto Varela son encarcelados y condenados a largas penas
LA PRIMAVERA DE CUBA
PROYECTO VARELA
EL CAMINO DEL PUEBLO
VIDEO “TODOS CUBANOS”  por la reconciliacion
MCL en Televisión Española
CADENA COPE: Homenaje a los promotores del Proyecto Varela
Virgen de la Caridad, en Parroquia del Cerro,  La habana
DISCO SOLIDARIO CON EXPRESOS DE CONCIENCIA
REPRESION ACTUAL CONTRA EL  MCL
VIDEO de la madre de Yosvany Melchor: Tienen a mi hijo preso para que yo deje el MCL
Ordena públicamente dirigente de CDR atacar y golpear a miembros del MCL
VIGILANCIA Y ACOSO

Para quienes seguían mi narración del camino que muchos jóvenes venezolanos de los 60 tomamos, no aceptando el comunismo ni negando nuestra fe católica, a pesar de estar en la UCV y vivir las vicisitudes de esos tiempos, Oswaldo Payá fue ejemplo, espero que con estos artículos tomados de su sitio web entiendan lo que vivimos en nuestro país quienes pensamos asi y nunca hemos variado, más bien profundizado en nuestros principios y tenemos que calarnos en la Presidencia del Teniente Coronel hijo putativo de Fidel Castro, condiciones que nunca en 50 años hemos aceptado


Tomado del blog de Yoani Sánchez "Generación Y"  Blog inspirado en gente como yo, con nombres que comienzan o contienen una "i griega". Nacidos en la Cuba de los años 70s y los 80s, marcados por las escuelas al campo, los muñequitos rusos, las salidas ilegales y la frustración. Así que invito especialmente a Yanisleidi, Yoandri, Yusimí, Yuniesky y otros que arrastran sus "i griegas" a que me lean y me escriban.

Descanse en libertad, Oswaldo Payá

Oswaldo Payá (1952 - 2012)
Oswaldo Payá (1952 - 2012)
Nadie debería morir antes de alcanzar sus sueños de libertad. Con el fallecimiento de Oswaldo Payá (1952 – 2012), Cuba ha sufrido una dramática pérdida en su presente y una insustituible ausencia en su futuro. Ayer domingo no sólo dejó de respirar un hombre ejemplar, padre amoroso y católico ferviente, sino también un ciudadano imprescindible para nuestra nación. Su tenacidad asomaba desde que era un adolescente, cuando prefirió no esconder los escapularios –como hicieron tantos- y en lugar de eso sostuvo públicamente su fe. En 1988 su responsabilidad cívica fraguó en la fundación del Movimiento Cristiano Liberación y años después en la iniciativa conocida como Proyecto Varela.
Recuerdo –como si fuera hoy- la imagen de Payá a las afueras de la Asamblea Nacional del Poder Popular aquel 10 de marzo de 2002. Las cajas cargadas con más de 10 mil firmas sobre sus brazos, mientras las entregaba al tristemente célebre parlamento cubano. La respuesta oficial sería una reforma legal, una patética “momificación constitucional” que nos ataría de forma “irrevocable” al actual sistema. Pero el disidente de mil y una batallas no se dejó amilanar y dos años después él y otro grupo de activistas presentaron 14 mil rubricas más. Exigían con ellas la convocatoria a un referendo para permitir la libertad de asociación, de expresión, de prensa, las garantías económicas y una amnistía que liberara a los presos políticos. Con la desproporción que lo caracterizaba, el gobierno de Fidel Castro contestó con los encarcelamientos de la Primavera Negra de 2003. Más de 40 miembros del Movimiento Cristiano Liberación fueron condenados en aquel marzo aciago.
Aunque no fue detenido en aquella ocasión, Payá padeció durante años la vigilancia constante sobre su casa, los arrestos arbitrarios, los mítines de repudio y las amenazas. Nunca desaprovechó un minuto para denunciar la situación penitenciaria del algún disidente, ni la condena injusta de otros. Jamás lo vi descomponerse, gritar, ni insultar a sus contrincantes políticos. La gran lección que nos deja es la ecuanimidad, el pacifismo, la ética por encima de las diferencias, la convicción de que a través de la acción cívica y de la propia legalidad la Cuba inclusiva nos queda más cerca. Descanse en paz, o mejor aún, descanse en libertad.

Un antes y un después en la oposición

Las limitaciones del movimiento disidente cubano siguen siendo las de siempre, pero el promotor del Proyecto Varela ya no está

Ferviente católico, sin duda fue el opositor con mayor perfil político internacional, reconocido como figura relevante dentro de la Internacional Demócrata Cristiana y con importantes vínculos con el Partido Popular español y europeo, que le abrieron las puertas del premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2002, una distinción por la defensa de los derechos humanos que luego recibirían el movimiento de las Damas de Blanco y el activista Guillermo Fariñas.
Oswaldo Payá fue el primer disidente cubano que utilizó la Constitución y las propias leyes revolucionarias como arma de lucha contra el régimen de Fidel Castro, y sin duda fue el que más pupa hizo. Comenzó en 1991 recogiendo firmas en apoyo a su Llamamiento al Diálogo Nacional, una estrategia que volvería a emplear una década después con su famoso Proyecto Varela. La labor proselitista que realizó entonces en la calle marcó un antes y un después en las formas de la oposición, y de igual modo supuso un cambio de táctica novedoso su decisión de presentarse como candidato a delegado de la Asamblea del Poder Popular en 1992, algo que, obviamente, no prosperó.
El Proyecto Varela, presentado ante el Parlamento cubano en 2002, languideció, pero fue una iniciativa audaz en su momento y tuvo considerable repercusión externa y también interna. Su corazón era la convocatoria de un referéndum para la democratización de Cuba y la celebración de elecciones libres, y para lograrlo se recogieron más de 11.000 firmas de apoyo, cada una acompañada de nombre, apellido, dirección y carné de identidad, todo un acontecimiento en Cuba. Decenas o cientos de activistas y simpatizantes del Movimiento Cristiano Liberación, creado por Payá en 1988, buscaron los apoyos por todo el país y luego trataron de hacer valer el derecho establecido por la Constitución de que si una iniciativa legal obtiene el respaldo de 10.000 cubanos debe ser discutida públicamente en la Asamblea.
El Proyecto Varela adquirió gran resonancia durante la visita que realizó a la isla Jimmy Carter en 2002, cuando el expresidente norteamericano se refirió a la iniciativa durante un acto en la universidad transmitido en directo por televisión. Aunque el régimen no se dio por aludido ni hubo discusión en el Parlamento, meses después las autoridades convocaron a millones de cubanos a respaldar una reforma constitucional que declaró el socialismo “irrevocable”.
Hoy las limitaciones del atomizado movimiento disidente cubano siguen siendo las de siempre, pero el promotor del Proyecto Varela ya no está.

 Sitio Web Oficial del Activista Cubano fallecido

PROYECTO VARELA

PROYECTO VARELA
1. INTRODUCCIÓN
La Constitución de la República de Cuba consagra el derecho de los ciudadanos a proponer cambios en las leyes. Por eso, presentamos al pueblo de Cuba el Proyecto Varela.
Este proyecto propone la modificación de algunas leyes para, de esta forma, avanzar en el mejoramiento de la sociedad. El Proyecto Varela quiere convertir en leyes lo que son ya derechos, establecidos en la Constitución de la República de Cuba, que no se cumplen.
Este proyecto va dirigido a abrir espacios de participación libre y responsable de los ciudadanos en la vida política y económica de la sociedad.
Se propone a los ciudadanos que apoyen la petición de un referendo para que sea el pueblo quien decida sobre este paso de apertura. La Constitución de la República, en el artículo 88 g, da el derecho a que los ciudadanos realicen esta petición. Esperamos que el gobierno lo respete.
El Proyecto Varela convertiría en leyes el derecho a la libre expresión, a la libertad de prensa y a la libertad de asociación. También el derecho de los ciudadanos a tener sus empresas, algo que ahora es privilegio de los extranjeros. Propone, a su vez, una modificación de la ley electoral nº 72, puesto que ésta es inconstitucional. Además pide una amnistía para presos políticos, y nuevas elecciones.
El Proyecto Varela es un camino para que el pueblo de Cuba transite en la verdad y el derecho en la solidaridad, y realice sus esperanzas. El Padre Varela fue el hombre que nos enseñó a pensar como cubanos, sembró la primera semilla de la conciencia, la libertad y la soberanía como derecho del pueblo. Por eso este proyecto lleva su nombre.
2. FUNDAMENTACIÓN
La Constitución de la República garantiza a los ciudadanos el derecho a proponer cambios en el orden jurídico y también ofrece los procedimientos para que, mediante la consulta popular, el pueblo decida soberana y democráticamente sobre la realización de los cambios y el contenido de los mismos. Este valor de las leyes actuales de contener en sí mismas la llave para cambiar la ley, para que éstas se ajusten a las necesidades y demandas de mejoramiento de la sociedad, se completa si el pueblo, que está legítimamente dotado para hacerlo, puede usar la llave.
Esta forma de acción cívica es el enlace por excelencia entre la voluntad popular y las estructuras políticas y jurídicas de la sociedad que practica la democracia. El funcionamiento de este enlace es signo de la capacidad de evolución pacífica y gradual de la sociedad, de su capacidad para transformarse y avanzar progresivamente en un desarrollo armónico e integral, en la elevación de la calidad de vida.
Por esto proponemos hacer los cambios desde la ley. La ley es siempre perfectible y debe estar en función del bien común y de la realización integral de la persona. Pero existen diversos criterios sobre los cambios que son necesarios en nuestra sociedad en las esferas políticas, sociales, económicas, e inclusive opiniones encontradas sobre la pertinencia de estos cambios.
La respuesta no es sencilla y demanda de la buena voluntad y la postura responsable de todos los cubanos.
Entonces, ¿son necesarios los cambios? Resolver esta cuestión es clave, pero la respuesta sabia y justa sólo puede darla el pueblo soberano en una consulta popular, en un referendo.
Pero, ¿por qué estas preguntas, estas propuestas? Por la respuesta a estas propuestas, el pueblo se proporciona a sí mismo los instrumentos legales para, mediante el ejercicio de sus derechos, la práctica de la solidaridad y el cumplimiento de sus deberes, tener una participación más plena en las decisiones que le afectan, en la determinación del rumbo que tome nuestra Nación y en la construcción de una sociedad mejor.
Con estas bases, es el propio pueblo quien decide si hay cambios o no y quien realiza los cambios como protagonista y sujeto de su historia.
No estamos ofreciendo un proyecto o modelo de sociedad, sino proponiendo el primer paso para crear nuevas y mejores condiciones de derecho. Y que así, entre todos los cubanos, creen y desarrollen su propio proyecto de sociedad según su voluntad soberana, a partir de los valores espirituales de nuestra Nación y las experiencias de su historia y para responder a los desafíos que nos plantea la llegada del nuevo milenio.
Firmar esta solicitud no significa, en modo alguno, apoyar o vincularse a ninguna asociación o agrupación, y tampoco establecer compromisos con las personas que la redactaron y la proponen. Cuando un cubano firma esta solicitud de consulta popular está haciendo uso de los derechos que le da la Constitución actual para hacer peticiones y está contribuyendo libre y solidariamente a mejorar nuestra sociedad, a solucionar los problemas que sufre nuestro pueblo y a preparar un futuro mejor para nuestros hijos, aquí, en nuestra Patria.
Las cinco propuestas se explican por sí mismas.
2.1. Los derechos a la libre expresión y a la libre asociación
Estos derechos, y todos los derechos humanos, existen antes de que nadie los formulara o los escribiera. Usted y todos sus semejantes tienen estos derechos porque son personas. Porque son de asociación y de expresión concretan la participación digna y responsable del ciudadano en la sociedad. Cuando, en la propuesta, se aclara que la ley debe garantizar estos derechos preservando el respeto a la dignidad humana, a los derechos humanos y al bien común, nos anticipamos a cualquier temor infundado contra la libre expresión y la libre asociación, ya que nadie puede ejercer sus derechos atentando contra la dignidad humana y los derechos de los demás, ni tampoco contra el bien común. A su vez nadie puede decir que defiende el bien común anulando el ejercicio de estos derechos, pues la búsqueda del bien común es trabajar para lograr condiciones de vida en una sociedad donde las personas se realicen plenamente, y esto es imposible si no se garantizan los derechos humanos.
Además de un derecho, es una necesidad que en la sociedad existan organizaciones independientes, bien de carácter temporal o permanente, para que los ciudadanos defiendan sus intereses, para participar en las decisiones del Estado y en el quehacer social aportando sus esfuerzos e iniciativas en todos los campos. El pluralismo no se impone por decreto, pero debe respetarse y ser garantizado por la ley, porque es una realidad el que no todos piensan igual acerca de todo ni en lo particular, y es un derecho de las personas el asociarse y expresarse según sus ideas e intereses, sin que nadie por sus propias ideas o por cualquier condición pueda anular este derecho en los demás. Si la ley garantizara la libre asociación y expresión, se ajustaría más a la Constitución; se reconocería el hecho de la diversidad de opiniones presentes en la sociedad, se abrirían espacios a la crítica, se potenciaría la creatividad, el diálogo, una democracia más participativa; el ejercicio de la soberanía popular y, por lo tanto, el fortalecimiento de las bases de la independencia nacional.
2.2. La amnistía
La existencia, en nuestro país, de encarcelados por motivos políticos obedece, tanto a hechos en los que las personas involucradas violaron la ley, como a abusos de poder, arbitrariedades y violaciones de la ley por parte de las autoridades. Muchos han sido detenidos por poner en práctica derechos humanos que las leyes actuales no reconocen. Este paso no es una revisión, es una renovación de la sociedad que toma conciencia de esta necesidad. La reconciliación tampoco puede darse por decreto, pero si es deseada por nuestro pueblo y éste así lo señala en el referendo, aprobando la amnistía abriría, por este acto de perdón y justicia, una nueva etapa para una comunidad que quiere superar todo lo negativo del pasado y darse a sí misma la oportunidad de renacer. Si los cubanos ahora no podemos ponernos de acuerdo acerca del pasado, sí debemos ponernos de acuerdo sobre el futuro para que éste sea de paz, fraternidad y libertad, por el bien de nuestros hijos.
2.3. El derecho de los cubanos a formar empresas
Con la aprobación de esta propuesta, se logra una mayor participación de los ciudadanos en la tarea de satisfacer las necesidades de bienes y servicios de la población, liberándose las capacidades humanas para trabajar por la elevación del nivel y la calidad de vida y la independencia de las personas y las familias, contribuyendo así al desarrollo de la Nación.
El ejercicio de este derecho, dentro de las regulaciones que marque la ley en aras del bien común, será un factor determinante en la superación de la inseguridad y la inestabilidad en la actividad económica de los ciudadanos y eliminará, en gran medida, las malversaciones, apropiaciones indebidas y robos, la corrupción de empleados y funcionarios, los privilegios por abuso de poder, el parasitismo, la especulación y muchas de las causas de las diferencias, hasta ahora insalvables, entre el trabajador que trata de sobrevivir con un salario y aquél que, por la especulación o por su posición de autoridad, tiene un nivel de vida económicamente muy superior. Esta apertura será un estímulo para dejar atrás la improductividad, las negligencias tan costosas, el desempleo en todas sus formas y la pobreza en que van hundiéndose cada vez más cubanos al quedar sin opciones o con un salario de muy poco valor real. Esta pobreza y la falta de opciones es una de las causas del deseo de emigrar de muchos ciudadanos, fenómeno que trae tantos desajustes a la familia cubana. A partir de aquí la moneda, y con ello el salario de los trabajadores, comenzaría a tomar su justo valor.
La satisfacción de las necesidades de consumo del pueblo, el control y la propiedad democrática por los trabajadores de los medios de producción, no se reducen a la propiedad estatal, que es una pero no la única forma de propiedad social. Las largas etapas de escasez, ineficiencia y precariedad que hemos vivido demuestran que es necesaria una apertura a la participación ciudadana en la actividad económica, en la gestión y en la propiedad. Esta apertura tiene que garantizar el derecho de los cubanos a formar empresas privadas tanto de propiedad individual como cooperativa, así como empresas mixtas entre los trabajadores y el Estado. ¿Será esto más difícil de lograr, como derecho para los cubanos y entre cubanos, de lo que ha sido conceder a empresas extranjeras el derecho no sólo a participar sino a tener, en algunos casos, la propiedad total de una empresa, tal y como lo hace la ley que regula las inversiones extranjeras?
La ley podrá armonizar la participación de los ciudadanos, responsable y creativa, en el quehacer económico, con una orientación social de la empresa privada, con el respeto al consumidor, con la humanización del trabajo, con las garantías de los derechos de los trabajadores y con la seguridad social. De esta forma, el Estado podrá contar con más recursos para garantizar, sin depender de la ayuda extranjera, los servicios gratuitos de salud pública, educación y demás servicios sociales, y los brindaría, no como estructura paternalista, sino como administrador de los bienes comunes que aportan todos los ciudadanos, responsablemente, ejerciendo sus derechos y practicando la solidaridad.
2.4. Una nueva ley electoral
Para comprender esta propuesta, es necesario fijarse en los dos elementos claves del proceso electoral:
  • Las candidaturas o nominación de candidatos. Es decir, la forma de determinar quiénes serán los ciudadanos entre los cuales los electores elegirán a sus representantes, ya sea como delegados o como diputados.
  • Las elecciones. Recomendamos el estudio de la ley electoral actual para recordar sus planteamientos y, posteriormente, el análisis esta propuesta antes de tomar una decisión.
Según la ley actual, los candidatos a delegados a las asambleas municipales del Poder Popular se nominan por votación en las asambleas públicas de los electores de la circunscripción correspondiente. Sin embargo, los candidatos a delegados a las asambleas provinciales y los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular son nominados por cada Asamblea Municipal del Poder Popular a partir de proposiciones de la Comisión de Candidaturas municipal correspondiente, que a su vez recibe propuestas de las comisiones de candidaturas provincial y nacional.  Los electores, según la ley actual, no participan directamente en la nominación de los candidatos a delegados a las asambleas provinciales, ni de los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y, además, se nomina un sólo candidato por cada cargo de diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Por ejemplo, si a un municipio le corresponden cinco diputados en la Asamblea Nacional del Poder Popular, en la boleta electoral aparecen solamente cinco candidatos y cada elector puede votar por uno, por algunos, por ninguno o por los cinco. Los electores no pueden escoger sus cinco diputados de entre un número mayor de candidatos.
En las elecciones a delegados a la Asamblea Municipal, los electores de cada circunscripción eligen a su delegado votando por un solo candidato, aquél a quien quiera escoger entre varios que aspiran a representar esa circunscripción. En las elecciones provinciales y nacionales, como ya vimos, existe un solo candidato por cada cargo a razón de uno por circunscripción, por lo que habrá, en cada municipio, igual número de candidatos a delegados provinciales que de circunscripciones que se determinaron en ese municipio para las elecciones provinciales, e igual número de candidatos a diputados que de circunscripciones que se determinaron en ese municipio para las elecciones nacionales.
¿En que consiste la petición que hacemos? En que los candidatos a delegados a la Asamblea Municipal, los candidatos a delegados a la Asamblea Provincial y los candidatos a Diputados a la Asamblea Nacional sean nominados, es decir, propuestos y escogidos, directamente por los electores de la circunscripción correspondiente mediante sus firmas de apoyo, sin intermediarios y sólo de esta forma.
Que también puedan existir varios candidatos para cada uno de los cargos de delegados a las asambleas provinciales y de diputados a la Asamblea Nacional, de forma que los electores de cada circunscripción tengan opciones para escoger entre varios al de su preferencia, posibilidad que no ofrece la ley actual. Que los electores de cada circunscripción determinada elijan solamente a su delegado a la Asamblea Municipal, a su delegado a la Asamblea Provincial y a su diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, y sólo a uno en cada caso, de forma que cada elegido responda ante esos electores, a los cuales representa.
Que dentro del respeto al orden y por acuerdo de los electores, éstos entre sí y los aspirantes a candidatos, los candidatos, los delegados y diputados puedan reunirse libremente con los electores, sin tutela, en asambleas democráticas, y también usar los medios de comunicación que son de propiedad estatal y, por tanto, deben estar al servicio de la libre expresión de los ciudadanos. Con la aprobación de esta propuesta, avanzamos en el camino de la democracia participativa hacia uno de sus pilares básicos: la participación ciudadana en la determinación de sus representantes y en las decisiones de los órganos del Poder Popular.
3. PUNTO DE VISTA LEGAL
«Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad humana».
Esta declaración de los ciudadanos cubanos en el preámbulo de la Constitución de la República, heredada de nuestro Apóstol y colectora del amor derramado por los buenos cubanos de todos los tiempos, canta a la libertad, a la democracia, a la justicia y a la solidaridad, y las decreta de forma tremenda. La ley no puede traicionar sino consagrar estos valores del espíritu y la voluntad de nuestro pueblo. De hecho, se proclaman en el Artículo Primero de la Constitución: «Cuba es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana».
El artículo define los principios y cualidades fundamentales de este Estado socialista de trabajadores, y con esta definición deben ser coherentes los demás artículos de la Constitución, así como las leyes para que se realicen estos principios y cualidades.
La propuesta se apoya legalmente en este artículo primero, en el conjunto de la Constitución y en la frase de José Martí proclamada en su preámbulo.
Procuramos el perfeccionamiento de las leyes cubanas para que, en lo que debe ser un proceso ascendente, estas leyes permitan lograr con más plenitud la organización del Estado con todos, es decir, sin exclusiones, para el bien de todos, o sea, con igualdad en los derechos y el bienestar, en la democracia, en el disfrute real de la libertad política y la justicia social. Las leyes deben corresponder, en espíritu y letra, a estos enunciados de la Constitución.
No es éste el caso de una discusión académica ni un problema de interpretación, sino de la exigencia, por vías legales, de derechos que tenemos como personas y que, además, la Constitución describe claramente. Por tanto, las leyes deben transformarse para garantizar estos derechos. Pero como el criterio más legítimo para decidir sobre todas las leyes es la voluntad del pueblo expresada democráticamente en consulta popular, proponemos un referendo.
Primero, es necesario que aquellos ciudadanos que después de estudiar esta propuesta consideren, libre y conscientemente, que deben apoyarla, firmen la solicitud dirigida a la Asamblea Nacional del Poder Popular. La Constitución vigente garantiza el derecho de cada persona a firmar esta solicitud, por lo que ningún ciudadano, funcionario o institución, puede obstruir esta gestión o tomar represalias en su contra por este motivo. Quien lo hiciere violaría la Constitución y la ley, por lo que pudiera ser demandado ante las autoridades pertinentes, las cuales tienen, además, la obligación de proteger al ciudadano y garantizarle el ejercicio de sus derechos constitucionales.
Respetamos el derecho de las personas a no firmar esta propuesta, inclusive a no leerla, por eso sólo será entregada a personas con derecho a voto después de explicarles su contenido y de que éstas consientan en recibir los documentos. Las personas que la reciban decidirán, después de estudiarla, si la firman o no y, en ambos casos, deben devolverla a quién se la entregó con el fin de que todas las solicitudes firmadas puedan ser presentadas en las oficinas de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Esta propuesta no atenta ni contra las leyes, ni contra el Estado socialista, ni contra las decisiones del pueblo cubano, ni contra lo establecido en la Constitución. Es una petición que propone cambios a las leyes y, para esto, sin violar ningún artículo, se apoya en los derechos que nos otorga la misma Constitución.
Además, la propia Constitución contiene la posibilidad de ser reformada parcialmente, e incluso totalmente, y ofrece en su artículo 137 las vías para reformarla. Pero esta propuesta no busca cambios en la Carta Magna sino en las leyes, para que garanticen los derechos que ésta proclama.
Recomendamos el estudio de la Constitución de la República en su conjunto y les exponemos a continuación algunos de los artículos en que se fundamenta la propuesta:
  • Artículo 63. Todo ciudadano tiene derecho a dirigir quejas y peticiones a las autoridades y a recibir la atención o respuestas pertinentes y en plazo adecuado, conforme a la ley.
  • Artículo 88. La iniciativa de las leyes compete:
g) A los ciudadanos. En este caso será requisito indispensable que ejerciten la iniciativa diez mil                                   ciudadanos, por lo menos, que tengan derecho al voto.
  • Artículo 75. Son atribuciones de la Asamblea Nacional del Poder Popular:
b) Aprobar, modificar o derogar las leyes y someterlas previamente a la consulta popular cuando lo estime procedente en atención a la índole de la legislación de que se trate.
t) Conceder amnistías.
u) Disponer la convocatoria de referendos en los casos previstos en la Constitución y en otros que la propia Asamblea considere procedente.
  • Artículo 53. Se reconoce a los ciudadanos la libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista. Las condiciones materiales para su ejercicio están dadas por el hecho de que la prensa, la radio, la televisión, el cine y otros medios de difusión masiva son de propiedad estatal o social y no pueden ser objeto, en ningún caso, de propiedad privada, lo que asegura su uso al servicio exclusivo del pueblo trabajador y del interés de la sociedad.
  • Artículo 54. Los derechos de reunión, manifestación y asociación son ejercidos por los trabajadores manuales e intelectuales, los campesinos, las mujeres, los estudiantes y demás sectores del pueblo trabajador, para lo cual disponen de los medios necesarios a estos fines.
Las organizaciones de masas y sociales disponen de todas las facilidades para el desenvolvimiento de dichas actividades, en las que sus miembros gozan de la más amplia libertad de palabra y opinión.
  • Artículo 66. El cumplimiento estricto de la Constitución y de las leyes es deber inexcusable para todos.
  • Artículo 9. El Estado:
a) Realiza la voluntad del pueblo trabajador y garantiza la libertad y la dignidad plena del hombre, el disfrute de sus derechos, el ejercicio y cumplimiento de sus deberes y el desarrollo integral de su personalidad.
  • Artículo 41. Todos los ciudadanos gozan de iguales derechos y están sujetos a iguales deberes.
  • Artículo 42. La discriminación por motivo de raza, color de la piel, sexo, origen nacional, creencias religiosas y cualquier otra lesiva a la dignidad humana está proscrita por la ley.
    Las instituciones del Estado educan a todos, desde la más temprana edad, en el principio de la igualdad de los seres humanos.
Es conveniente completar la lectura de los artículos 9, 75 y 88 que, por razones de espacio, no hemos copiado en su totalidad. Además recomendamos, para una mejor comprensión de los fundamentos legales de esta propuesta, el estudio de los siguientes artículos de la Constitución:
  • Artículos 15, 16, 17, 21 y 23.
  • Artículos 10, 41, 42, 43, 55 y 64.
  • Artículos 68, 70, 71 y 84.
  • Artículos 131- 136.
También recomendamos la consulta del Código Penal, al cual pertenecen los textos siguientes:
Capítulo 5. Delitos contra derechos de reunión, manifestación, asociación, quejas y petición.
Artículo 292.1. Se sanciona con privación de libertad de tres meses a un año o multa de trescientas cuotas, o ambas, al que, con infracción de las disposiciones legales:
c) Impida u obstaculice que una persona dirija quejas o peticiones a las autoridades.
Artículo 292.2. Si el delito se comete por un funcionario público con abuso de su cargo, la sanción es de privación de libertad de seis meses a dos años o multa de doscientas a quinientas cuotas.
4. PETICIÓN CIUDADANA: APOYADOS EN NUESTROS DERECHOS CONSTITUCIONALES
Los que firmamos al final de este texto, solicitamos a la Asamblea Nacional del Poder Popular que someta a consulta popular, mediante un referendo, cada una de las cinco propuestas siguientes:
Que se realicen las transformaciones necesarias a las leyes para que, preservando el bien común y el respeto a los derechos humanos universalmente reconocidos y a la dignidad humana, se garantice a los ciudadanos:
  • El derecho a asociarse libremente según sus intereses e ideas, de manera que puedan constituir legalmente asociaciones y organizaciones sociales, políticas, económicas, culturales, sindicales, estudiantiles, religiosas, humanitarias y de otra índole, respetándose el principio del pluralismo y la diversidad de ideas presentes en la sociedad.
  • Los derechos a la libertad de expresión y de prensa, de manera que las personas, individualmente o en grupos, puedan manifestarse y expresar sus ideas, creencias y opiniones por medio de la palabra hablada y escrita y por cualquier medio de difusión y de expresión.
Las leyes que garanticen estos derechos deberán entrar en vigor en un plazo no mayor de sesenta días después de realizado este referendo.
Que se decrete una amnistía para todos los detenidos, sancionados y encarcelados por motivos políticos y que no hayan participado en hechos que atentaron directamente contra la vida de otras personas. Esta ley de amnistía deberá entrar en vigor en un plazo no mayor de treinta días después de realizado este referendo.
Que se realicen las transformaciones necesarias a las leyes para que se garanticen a los ciudadanos los derechos a constituir empresas privadas, tanto individuales como cooperativas, para desempeñar actividades económicas que podrán ser productivas y de servicio, y a que se puedan establecer contratos entre los trabajadores y las empresas para el funcionamiento de estas empresas, en condiciones justas, en las que ningún sujeto pueda obtener ingresos provenientes de la explotación del trabajo ajeno. Estas nuevas leyes deberán también garantizar el respeto a los derechos de los trabajadores y de los ciudadanos, y a los intereses de la sociedad. Estas nuevas leyes deberán entrar en vigor en un plazo no mayor de sesenta días después de realizado este referendo.
Transformar la ley electoral para que, en sus nuevos textos, garantice:
  • La determinación de circunscripciones electorales para la elección, en cada caso, de delegados a las asambleas municipales del Poder Popular, de delegados a las asambleas provinciales del Poder Popular y de diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
  • Que cada una de las circunscripciones determinadas para las elecciones municipales elija, por voto directo de sus electores, a un delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular. Cada elector podrá votar a un solo candidato a delegado.
  • Que cada una de las circunscripciones determinadas para las elecciones provinciales elija, por voto directo de sus electores, a un delegado a la Asamblea Provincial del Poder Popular. Cada elector podrá votar a un solo candidato a delegado.
  • Que cada una de las circunscripciones determinadas para las elecciones nacionales elija, por voto directo de sus electores, a un diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Cada elector podrá votar a un solo candidato a diputado.
  • Que los ciudadanos sean nominados como candidatos a delegados a las asambleas municipales y provinciales, y como candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, única y directamente mediante firmas de apoyo de los electores de la circunscripción que corresponda, según las condiciones que se exponen en los puntos que hacen referencia a ello en esta petición.
  • Que las condiciones necesarias y suficientes para que un ciudadano quede nominado como candidato sean:
-          Cumplir con las condiciones que disponen los artículos 131, 132 y 133 de la Constitución de la República para que un ciudadano tenga derecho a voto y a ser elegido.
-          La presentación ante las autoridades correspondientes, con un plazo no menor a los treinta días anteriores a las elecciones, de las firmas apoyando su candidatura, de no menos del 5% del número de electores de la circunscripción que aspira a representar. Cada elector sólo podrá apoyar, de esta forma, a un aspirante a candidato a delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular, a un aspirante a candidato a delegado a la Asamblea Provincial del Poder Popular y a un aspirante a candidato a diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
-          Residir en la circunscripción correspondiente si aspira a ser candidato a delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular, residir en la provincia correspondiente si aspira a ser candidato a delegado a la Asamblea Provincial del Poder Popular y residir en el país si aspira a ser candidato a diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. En cualquier caso, para ser candidato, deberá residir en el país al menos durante el año anterior a las elecciones.
-          Que los electores, los aspirantes a candidatos y los candidatos tengan derecho a reunirse en asambleas, sin más condiciones que el respeto al orden público, para exponer sus propuestas e ideas. Todos los candidatos tendrán derecho al uso equitativo de los medios de difusión.
La nueva ley electoral con los contenidos aquí expresados deberá entrar en vigor en un plazo no mayor a los sesenta días posteriores a la realización de este referendo.
Que se realicen elecciones generales en un plazo comprendido entre los 270 días y los 365 posteriores a la realización de este referendo.


La descarnada metamorfosis de los revolucionarios que se alzan contra la opresión, en lucha por la libertad, y una vez en el poder terminan siendo lo que combatieron, es una vieja propuesta de la literatura desde La comedia humanade Balzac: los antiguos combatientes de las barricadas en la revolución francesa terminan convertidos en prósperos burgueses, dueños de la riqueza que con las armas arrebataron de otras manos...Véase la calidad de vida de los "revolucionarios venezolanos"


LA DERROTA DE LAS ILUSIONES

Sergio Ramírez



Gregorio MacGregor
La descarnada metamorfosis de los revolucionarios que se alzan contra la opresión, en lucha por la libertad, y una vez en el poder terminan siendo lo que combatieron, es una vieja propuesta de la literatura desde La comedia humanade Balzac: los antiguos combatientes de las barricadas en la revolución francesa terminan convertidos en prósperos burgueses, dueños de la riqueza que con las armas arrebataron de otras manos. Es como si la ley de la historia fuera ésa, que los ideales sólo pudieran subsistir en tiempos de lucha, y empezaran fatalmente a revertirse, pervertidos por el ejercicio del poder que tiene sus propias reglas, la peor de ellas convertir a los oprimidos en opresores.
Mandar no puede ser un acto temporal, limitado, sino para siempre; ni siquiera hasta la muerte, porque de por medio está la idea de la inmortalidad que obnubila al más cuerdo. Mejor caudillos ungidos por la mano divina que presidentes electos limpiamente por los ciudadanos. Una sola voluntad que lo rija todo, mejor que la voluntad de todos que termina por no regir nada. El fantasma de la anarquía que sólo puede ser disuelto por la mano firme desde el trono imperial, tentación que no fue ajena aún a Bolívar.
Es la manera en que Alejo Carpentier nos introduce en el mundo de sus novelas. Lo maravilloso, y lo desconcertante, lo que tiene capacidad de despertar sorpresa y asombro, es esa contradicción constante de la historia, la peor de sus dialécticas, que hace de los revolucionarios tiranos, todo resultado de la convivencia de un mundo rural, antiguo, anacrónico, ecos de esclavos y gritos de encomenderos, con las pretensiones del mundo moderno, el mundo legal que fracasa siempre bajo el peso del caudillo enlutado, o adornado de charreteras. La supervivencia de aquel mundo viejo, al que nunca se come la polilla, produce el asombro. El desajuste es lo maravilloso, y es maravilloso porque es real.
En las páginas de El siglo de las luces suena el clarín de una batalla, la batalla por los derechos del hombre que encandilará la imaginación de ese héroe confuso que es Víctor Huges. La revolución francesa viene a proclamar la abolición de todos los privilegios reales, y los de casta, a anunciar algo tan peligroso y disolvente como el fin de la esclavitud. Y Huges la abolirá en Cayena y Guadalupe bajo el Directorio, agente fiel de Robespierre, y la restablecerá sin parpadeos bajo el Consulado, agente fiel de la restauración. Más que un agente del cambio será en adelante un agente del poder.
El ideal resulta en desilusión porque Huges, el héroe, ahora montea con perros a los esclavos que una vez liberó. Las revoluciones son hechos históricos que desbordan la suerte de los personajes. Un péndulo que va y viene, de la luz hacia la oscuridad, repitiendo el mismo viaje desde siempre. El poder, que se vuelve contra los ideales que lo engendraron. Las revoluciones terminan en fracasos éticos, y devoran a sus propios hijos, como Saturno. Y las palabras hermosas que acompañaron el despertar de los ideales siguen siendo las mismas, pero ya no significan lo mismo, y terminan cayendo en el vacío. No significan ya nada.
¿Es un proceso que tiene fin, o se trata de una repetición dialéctica hasta la eternidad, sin síntesis posible? ¿Son las utopías sueños imposibles porque están hechas por seres humanos imperfectos? ¿Puede surgir la perfección de la imperfección?  Sí, las revoluciones son hechas por seres humanos y por tanto, condenadas a la imperfección, es hasta ahora la única lectura posible. Los seres humanos que no pueden librarse del orgullo, la arrogancia, el sectarismo ideológico, la ambición capaz de llevarlos al crimen para mantenerse en la cima. Esa dialéctica fatal no puede dejar de repetirse en la historia, es la lección de esta novela. Las reglas del poder son milenarias y funcionan lo mismo bajo cualquier sistema como queda explícito en los dramas de Sófocles y en los de Shakespeare, bajo las tiranías griegas o bajo el feudalismo, bajo la revolución francesa o bajo la revolución cubana, o la fenecida revolución nicaragüense.
No libra Carpentier a las revoluciones de su sino trágico. Las revoluciones son deidades mudas, como la guillotina embozada que navega en las aguas del Caribe sobre la cubierta de un barco, en viaje desde las costas de Francia hacia las Antillas, traída por Huges La guillotina es el símbolo del poder total, el instrumento de ajuste de cuentas para crear el orden nuevo que necesita librarse de estorbos: traidores, contrarrevolucionarios, espíritus dudosos, tibios, sin suficiente fe en la causa, que por eso mismo se convierten en un peligro. Nadie puede librar su cabeza de ese péndulo con filo de guillotina que es el destino.
 “Una revolución no se discute, se hace”, proclama Víctor Huges, y eso es lo que hemos venido escuchando desde siempre. No hay revoluciones moderadas porque entonces no serían revoluciones verdaderas. Las revoluciones son radicales por naturaleza, porque tienen que cortar todo de raíz. ¿Y después?
El  siglo de las luces es una novela deslumbrante sobre el poder, y sobre las mutaciones del individuo cuando el ideal se convierte en poder. Los juicios de Carpentier sobre la naturaleza de ese poder se vuelven intemporales, y cubren el pasado lo mismo que el presente. Hay en ellas un principio ético, un espíritu de libertad, una dimensión crítica que no pueden ser soslayados. Es la literatura la que habla por él. Sus novelas son sus juicios. Y no puede haber excepciones.
No hay que olvidar lo que él mismo dijo acerca de otra novela suya, que también es un estudio sobre el poder, El reino de este mundo: “lo real maravilloso forma una perspectiva más de la historia, no es necesariamente una ficción”. Es la historia transmutada en ficción. La realidad nunca miente, ni dentro de una novela. Y tanto la historia como la ficción funcionan para crear un arquetipo inmutable, y una gran alegoría del poder.

París, julio 2012
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Opinión
Alberto Barrera Tyszka
El Nacional / ND 


Monólogo de los degenerados

Tal vez, es saludable recordar siempre que, en las últimas elecciones que hubo en el país, la oposición sacó más votos que el oficialismo

S inceramente, esto de que cada vez que haya un acto militar aparezca de pronto un alto oficial con una cuña escondidita bajo el brazo está resultando ya un poco patético. Pongámoslo así: cualquiera se sienta en el sofá, frente al televisor, con su bolsita de tostones en la mano, dispuesto a disfrutar un rato de sano entretenimiento, esperando pues que comience esa emoción del desfile, ese suspenso de uniformes, esa intriga de redoblantes, cuando de pronto...¡zuaz! El anticlímax: una propaganda. Peor: ese invento perverso de la sociedad de consumo que algunos llaman "publicidad redaccional". Aparece entonces un General o un Almirante tratando de decir que ese desfile transcurre gracias al gentil patrocinio del gobierno nacional, que sin el apoyo indispensable de la iniciativa privada de Hugo Chávez Frías esta celebración patria no sería posible.

Ya que el CNE no lo hace, tal vez Conatel podría asumir que esto sí es de su competencia.

No se puede estar disfrazando la mercancía de esa forma, oculta detrás de las charreteras, camuflada en una boina, agazapada debajo de las condecoraciones. No queda bien.

No hay mucho honor en convertir el uniforme en un negocio. Aparte, además, está el evidente mensaje agresivo que esta actividad comercial conlleva. La Defensoría del Pueblo podría hacer una lectura crítica interesante. No tienen que buscar a un semiólogo que hable francés y decodifique conspiraciones en los crucigramas.

No es necesario. El mensaje parece ser más básico y directo: cuidado, cuidadito con una vaina. No vayan a votar por el candidato equivocado. Así se distribuye el miedo. Así funciona la represión en el siglo XXI.

Esta semana, durante los actos de celebración del Día de la Armada, el Comandante General Diego Molero, después de reiterar su fidelidad personal al Presidente, después de promocionar la lealtad absoluta de las tropas al proceso que lidera el excelentísimo comandante-presidente, cuestionó a algunos grupos de oposición que emplean los medios de comunicación para "engañar al pueblo". Luego, usando el mismo lenguaje que suele usar el partido oficial, propuso lo siguiente: "a esos apátridas los invito a regenerarse con la nación, a desistir de esas prácticas de valores".

Perdóneme: es sensacional.

Para no escribir la cita de nuevo, suba usted dos espacios más las pupilas y lea esas frase otra vez. Aquí lo espero ¿No es realmente extraordinario? Re-ge-ne-rar. Sí. Usó ese verbo.

Lo escribo en sílabas y todavía me cuesta creerlo. Es un clásico. Casi todos los proyectos violentos y autoritarios de la historia han pensado y verbalizado, también, que el otro es una desviación, que aquel que piensa distinto está corrompido y necesita rehabilitarse. Con esta premisa, se han creado guerras y cárceles, invasiones y manicomios. De esta manera, los ejércitos se han convertido en órdenes religiosas, en cuerpos confesionales, que deben someter, castigar o suprimir, a los perdidos, a los decadentes.

Es admonición peligrosa: o eres chavista o eres un depravado.

Se trata de hacernos sentir como los raros, como si fuéramos la excepción, los enfermitos del mapa. Y esto también tiene que ver con el uso del Estado y de las instituciones como agencias de publicidad. En el contexto de una campaña electoral, todo esto produce aturdimiento, confusión. Parece diseñado para que el votante ni siquiera pueda pensar, para que no tenga la capacidad de elegir, para que el voto responda a un simple ejercicio de sobrevivencia frente al poder.

El gobierno se presenta como un monstruo divino, armado y blindado, omnipresente, invencible. Por eso, tal vez, es saludable recordar siempre que, en las últimas elecciones que hubo en el país, la oposición sacó más votos que el oficialismo. También en ese momento, Hugo Chávez se echó encima toda la campaña. Y perdió. Si nos atenemos estrictamente a las últimas estadísticas, los raros, los diferentes, los apátridas fuimos hace dos años mayoría en Venezuela.

Es inevitable: la idea de la regeneración está asociada a la idea de la normalidad. Quizás esa definición sea lo más crucial y definitivo. Si lo normal es vivir en un país donde hay más gente armada que maestros; si lo normal es que el gobierno trate de tapar un escándalo de toneladas de alimentos podridos; si lo normal es que el culto a la personalidad tenga más peso en la sociedad que el Poder Moral; si la normalidad consiste en construir un fastuoso y millonario mausoleo mientras los presos se cosen los labios para que los escuchen....entonces, ciertamente, Almirante, no hay problema, cuente con eso: nosotros seguiremos siendo los degenerados.

abarrera60@gmail.com

Frívolo y estulto, el show de la nueva cara de Bolívar, el estado ruinoso del país y sobre todo de las ciudades capitales que como Caracas están rotas son reflejo de la celada que la autocracia le ha tendido a la república. Y retrato, este sí cabal, del intento de secuestrar el futuro de la república y arrojarlo al pudridero donde se deleznan héroes militares que cada vez tienen menos que decirnos. Distinto al movimiento de progreso que se materializó en los años 50


Bolívar contra el país

Milagros Socorro

Lunes, 30 de julio de 2012

Frívolo y estulto, el show de la nueva cara de Bolívar es, sin embargo, reflejo de la celada que la autocracia le ha tendido a la república. Y retrato, este sí cabal, del intento de secuestrar el futuro de la república y arrojarlo al pudridero donde se deleznan héroes militares que cada vez tienen menos que decirnos









   Foto: Google
La búsqueda de las facciones auténticas de algún personaje histórico no es nueva. Cada cierto tiempo se anuncia una pesquisa, generalmente auspiciada por un canal de televisión, que ha dado con el verdadero rostro de Cristo.

Es una obvia manipulación a audiencias necesitadas de una efigie concreta para adorar.

El caso del Bolívar que Chávez se mandó a hacer no es muy distinto. Es un ardid propagandístico concebido con la idea de atizar un culto cuya cosecha no beneficiará al caraqueño sino, supuestamente, al barinés. Pero a diferencia de Cristo, la figura del Libertador concita cada vez menos interés.

Aparte de una minúscula comunidad de historiadores, a quién puede concernir el hecho de que la iconografía ya asentada de Bolívar difiera en milímetros de la que hubiera tenido en las diversas etapas de su vida. A nadie... excepto a Chávez cuyo gobierno empleó tiempo y dinero en reclutar a expertos anatomopatólogos para que acuñaran una versión según la cual Bolívar era negroide (y, casualmente, muy parecido a él). Un experto del IDEA le comentó a una fuente confiable que lo estaban presionando para que derivara esta versión de la manipulación de los restos de Bolívar.

Acaso fuera este empeño el verdadero móvil de la exhumación de la secuela física de Bolívar (y no la disipación de la sospecha de envenenamiento por parte de los antepasados de Álvaro Uribe).

Finalmente, tras mucho dispendio y horas de cadena audiovisual, tenemos que el Bolívar del régimen se diferencia de los retratos ya conocidos en que tiene una mandíbula lombrosiana y una nariz más ancha de lo que cabe esperar en un hombre blanco como lo fue Simón Bolívar. Ya este punto lo había establecido Tomás Polanco Alcántara en su biografía: "Si bien Bolívar no tuvo en sus venas sangre de personas étnicamente negras, recibió de los pechos de las mujeres negras el alimento primario de la vida".Y quedó confirmado hace poco, con el trabajo de su más reciente biógrafo, el inglés John Lynch: "Su linaje familiar ha sido rastreado en repetidas ocasiones en búsqueda de indicios de mestizaje racial, sin embargo, a pesar de testimonios dudosos que se remontan a 1673, los Bolívar siempre fueron blancos".

Pero el punto no es la estampa racial de Bolívar, sino el uso que el régimen hace de la historia de Venezuela, un relato torcido cotidianamente para que el devenir del país no sea sino el preludio de Chávez. No por nada en periodo electoral el candidato a la reelección permanente atiza el nacionalismo, fuerza corruptora, como escribió la ensayista María Luz Cárdenas (Revista Bigott, Nº 53.

2000). "Los nacionalismos parten", dice Cárdenas, "de un principio universal según el cual todo aquello que exalta heroicamente las formas estereotipadas de tradición nacional ­ídolos, semidioses políticos, reformulaciones míticas de la historia, anecdotarios costumbristas- será moralmente bueno y útil para la nación, mientras que todo aquello que pretenda desafiar tales líneas de autoridad o se mueva más allá de las fronteras, es malo, perjudicial y debe ser exterminado del mapa histórico y cultural".

Esto es, quien no acepte semidioses políticos y los considere nefastos para la república debe ser borrado del panorama. Es la nada y a la nada debe condenarse.

En el mismo texto, María Luz Cárdenas hace suyas las palabras de Marta Traba, quien dejó dicho que el nacionalismo estrecha los límites de la visión, "estableciendo una especie de mundo absolutorio y benévolo para con todo aquello que obedezca a los cánones de la cultura nacional, siempre opuesta a la confrontación, siempre mediocre, siempre parecida a sí misma y negada a establecer diálogos y puentes con la diferencia".

Muy grave es esta certeza en el contexto venezolano, donde la diferencia se traza, precisamente, entre un modelo totalitario, atrasador, anulador de las libertades individuales, violador de los derechos humanos y otro que se postula como promotor del progreso y de la apertura al debate con otros culturas y lo que de estas puede servir a la conveniencia del pueblo venezolano.

Frívolo y estulto, el show de la nueva cara de Bolívar es, sin embargo, reflejo de la celada que la autocracia le ha tendido a la república. Y retrato, este sí cabal, del intento de secuestrar el futuro de la república y arrojarlo al pudridero donde se deleznan héroes militares que cada vez tienen menos que decirnos

Opinión
Tulio Hernández
El Nacional / ND 


La ciudad rota

Caracas, como el país, es una ciudad rota.

Fracturada. Polarizada. Desde mucho antes que el proyecto rojo llegara al poder eso se percibía en una toponimia que delataba sus profundas desigualdades y prejuicios. Para las zonas de clase media y alta se reservaba, y aún es así, el término urbanización. Mientras que para las de ranchos, donde viven los más pobres, el término barrio. Igual con las zonas altas.

Si están pobladas por urbanizaciones se llamaban, y aún se llaman, colinas. O lomas. Pero si se trata de asentamientos de barrios se llaman cerros.

A pesar de que es una ciudad en donde los barrios pobres se hallan esparcidos por toda su geografía, durante mucho tiempo Este y Oeste demarcaban el estatus social. El Este era para las clases acomodadas, el Oeste para las menos favorecidas. Antonio Pérez Esclarín escribió un libro que irónicamente se titulaba La gente vive en el Este. La democracia, en sus primeras décadas, hizo grandes esfuerzos para acortar estas diferencias y entre otras inversiones promovió la creación de urbanizaciones como Caricuao y El Cafetal, que de alguna manera se liberaban del estigma de los polos pobres-ricos, incorporaban un imaginario clase media que acortaba las distancias sociales, e inauguraban un modo de vida plenamente urbano.

Pero la larga crisis que se hizo evidente en los años ochenta del siglo XX, de la que nunca hemos terminado de salir, volvió a acrecentar las desigualdades y con el crecimiento descomunal de la inseguridad que se inició en los primeros años 1990 un nuevo tipo de fractura hizo eclosión. Me refiero a la proliferación de casetas, garitas y otro tipo de cierres que por razones de seguridad hacen privado el espacio público y convierten calles y urbanizaciones enteras en especies de fortalezas a las cuales no todos pueden acceder.

La estrategia desafiante y agresiva del proyecto rojo, y su consecuencia, el proceso de polarización político que llegó a su clímax en el año 2002, trajo consigo una nueva fractura.

Ahora el espacio público se hizo parte de la guerra política.

Los chavistas se hicieron dueños de la plaza Bolívar a donde a puñetazo limpio impedían el acceso de los opositores. Y los militares golpistas que se oponían a Chávez se adueñaron por meses de la plaza Altamira a donde tampoco ningún seguidor del gobierno se atrevía a presentarse ataviado de rojo.

En acto de aberración absoluta, los rojos llegaron a declarar el Oeste como zona liberada.

Y aunque poco a poco el cerco fue roto por los opositores, todavía en la actual campaña electoral grupos violentos han intentado impedir el paso del candidato de la Unidad Democrática en acciones de campaña en La Vega y Sarría.

Pero la ruptura mayor, la que tiene consecuencias más graves para el funcionamiento de la ciudad capital, es la que se produce a escala de los gobiernos locales. La estrategia del gobierno central ha sido la de impedir todo intento de reconocimiento y trabajo mancomunado con aquellas alcaldías que han sido ganadas por las fuerzas que hoy hacen vida en la Unidad Democrática.

Con ese propósito, cuando los rojos ganaron la Alcaldía Metropolitana, cuya competencia más importante es diseñar y coordinar las acciones de gobierno de las cinco alcaldías que componen la ciudad, su estrategia fue la de impedir que funcionara.

Luego, cuando fueron derrotados en todas las alcaldía menos en Libertador, su actuar ha estado marcado por la negativa a sentarse con la Alcaldía Metropolitana y las cuatro alcaldías restantes a planificar y comenzar a desarrollar los programas de alcance metropolitano indispensable para atacar los grandes problemas de la capital. Por eso, fue realmente alentador contemplar el pasado lunes, en el Teatro Chacao, a todos los alcaldes, junto a la gobernadora encargada de Miranda, reunidos para adherirse al Plan Estratégico Caracas 2020 presentado ese día. Sólo faltaba uno. Una señal premonitoria de que muy pronto la ciudad comenzará a curar amorosamente sus heridas.

hernandezmontenegro@cantv.net


Caracas:Una ciudad con obras inconclusas

Retrasos y abandonos hay en dos hospitales y en seis sistemas de transporte masivo

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Hace dos años el Ejecutivo debió culminar las obras del Cardiológico de Adultos en la urbanización Montalbán del municipio Libertador de Caracas, hoy ejecutado a paso lento VENANCIO ALCÁZARES
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JORGE HERNÁNDEZ |  EL UNIVERSAL
martes 31 de julio de 2012  12:00 AM
Seis sistemas de transporte masivo, dos centros de salud, un mausoleo, dos vías alternas, alrededor de 23 mil viviendas, distribuidores viales y asfaltado de autopistas son parte de las obras que el Ejecutivo promete culminar en la Gran Caracas antes y después de las elecciones de octubre próximo. 

La última promesa del presidente Hugo Chávez el viernes, entregar una parte del Cabletren de Petare en noviembre, y la primera parte del Metro Guarenas-Guatire en 2014 (el resto en 2016), fue rechazada por líderes comunales, expertos y por el presidente de la Comisión Permanente de Transporte y Vialidad del Cabildo Metropolitano, concejal Andrés Bello. 

Karla Acevedo, líder comunal del barrio 5 de Julio de Petare, recuerda que el Cabletren debió estar listo el año pasado. "Hacen campaña con esa obra que ahora culminarán en noviembre. Son recursos mal invertidos en una zona que requiere vialidad y seguridad". 

Bello por su parte precisa que por el Cabletren de Petare estiman trasladar 140 mil personas al día. "Hasta febrero pasado solo tenía 24% de ejecución". 

En un informe del Cabildo Metropolitano se revela, además, que el Ejecutivo prometió culminar el Metro Guarenas- Caracas en julio de 2012. "Extendieron una parte para 2014 y lo más importante, su enlace a Caracas, para 2016. Hasta finales de 2011 apenas se había ejecutado el 12% de la obra". 

Roberto Landaeta, ingeniero estructural, informa que la ejecución de los sistemas de transporte masivo para la Gran Caracas son un fracaso más del Ejecutivo. "Si no son capaces de asfaltar las autopistas Petare- Guarenas y Regional de Centro, y las carreteras Panamericana y Nacional de Guatire, mucho menos podrán ejecutar a tiempo los sistemas de transporte masivo en la Gran Caracas". 

Landaeta señala que la Línea 5 del Metro de Caracas, iniciada en 2007, debió estrenarse este año. "Según información oficial solo tienen 30% de avance, le eliminaron la estación Las Mercedes y ahora dicen que la terminarán en tres años". 

Bello afirma por su parte que a principios de año las Líneas 1 y 2 del Metro de Los Teques no fueron inauguradas. "Hoy las ofrecen para 2015". 

Mientras que Acevedo destaca que el Metrocable Petare-Mariche está retrasado por falta de recursos. "La comunidad debió estrenarlo en 2011. Pero se inaugurará en 2013", explica. 

A los retrasos de los sistemas de transporte en la Gran Caracas se suma el BusCaracas, proyecto que no fue culminado en agosto 2009 y ahora el Presidente pidió abrirlo en septiembre. 

En materia de salud la Gran Caracas tampoco cuenta con el Oncológico Luis Razetti de Guarenas, obras que el Ejecutivo reactivó en 2007 y luego abandonó ese centro de salud, que es casa de decenas de damnificados desde el 2010. La ciudad también espera el Cardiológico de Adultos de Montalbán desde hace dos años. 

En pocos días el Ejecutivo deberá inaugurar el Mausoleo del Libertador Simón Bolívar, prometido por el Ministro para la Transformación de la Gran Caracas, Francisco Sesto, para el 17 de diciembre 2011, luego para abril y julio de este año. 

El Estado también acelera la construcción de dos distribuidores y tres tramos de la Carretera Mamera-El Junquito, obra que lleva tres años de retrasos. 

"A la fecha debieron construir el enlace de Cota Mil hacia La Guaira y 23 mil viviendas con nuevos servicios públicos en más de 120 terrenos expropiados sin pago previo en la Gran Caracas, para damnificados de 2010 que están en Fuerte Tiuna, Sambil Candelaria, en ministerios y en 83 hoteles de Caracas", precisó Landaeta.

Apuntes: Revista de Estudios sobre Patrimonio Cultural - Journal of Cultural 

Heritage Studies 

versión impresa ISSN 1657-9763

Apuntes v.21 n.2 Bogotá jul./dic. 2008

 



Tiempos superpuestos: arquitectura moderna e "indigenismo"
en obras emblemáticas de la Caracas de 1950

Lorenzo González Casas1, Orlando Marín2

1 lgonza1956@gmail.com
Universidad Simón Bolívar, Venezuela
Profesional con 28 años de experiencia profesional y académica. Arquitecto (1980) y urbanista (1981), con especialización en Gerencia de Proyectos (1987) de la Universidad Simón Bolívar, USB, y Ph.D. en Planificación Urbana y Regional (Cornell University, 1996). Profesor titular del Departamento de Planificación Urbana de la Universidad Simón Bolívar, donde se ha desempeñado como Jefe de Departamento, Coordinador de Estudios, Director del Instituto de Estudios Regionales y Urbanos, y Decano de Extensión Universitaria. Ha realizado proyectos de investigación y publicaciones en las áreas de Teoría e Historia de la Arquitectura y el Urbanismo, y Conservación del Patrimonio Cultural, con diversos reconocimientos, como el Premio Nacional de Investigación en Vivienda (Consejo Nacional de la Vivienda, 2001), el Premio Andrés Bello al Mejor trabajo de investigación en Ciencias Sociales (USB, 2001) y el Premio Simón Rodríguez a la Trayectoria Docente (USB, 2007).
2 omarin@usb.ve
Universidad Simón Bolívar, Venezuela
Arquitecto de la Universidad Simón Bolívar, USB (1997), y magíster en Historia de la Arquitectura y del Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, UCV (2006). Profesor asistente del Departamento de Diseño, Arquitectura y Artes Plásticas de la Universidad Simón Bolívar. También se desempeña como docente en el sector de Historia y Crítica de la Arquitectura de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV. Ha realizado diversas publicaciones en las áreas de Teoría e Historia de la Arquitectura y el Urbanismo. Obtuvo el Premio de Historia Local "Baruta en el Tiempo" (Alcaldía del Municipio Baruta, 2006) y fue uno de los ganadores del Concurso de Habilitación del Bulevar de Sabana Grande (Alcaldía del Municipio Libertador - Centro de Arte La Estancia, 2006).
El presente trabajo deriva de una serie de investigaciones realizadas por los autores, las cuales han estado relacionadas con el fenómeno de la modernidad en Caracas. Presenta, además, casos recientemente documentados por los mismos autores con fines de estudio histórico y conservación patrimonial. Las imágenes que no presentan fuente son propiedad conjunta de los autores.
Recepción: 9 de junio de 2008 Aceptación: 22 de agosto de 2008


Resumen
En la Venezuela de la década de 1950, el régimen presidido por el general Marcos Pérez Jiménez echó a andar uno de los programas de modernización de mayor impacto sobre el paisaje urbano del país, caracterizado por la aceptación plena de los códigos funcionales y abstractos del llamado "estilo internacional", en particular para edificios de uso público. Sin embargo, en muchas de estas obras que intentaban materializar una visión "moderna" -pero nacionalista- del país, se incluyeron, paradójicamente, elementos artísticos inspirados en el pasado prehispánico, en un sincretismo de códigos que, apoyado sobre la base de supuestos testimonios de las culturas originarias, legitimaba el "gran salto" hacia el desarrollo. El trabajo elabora una interpretación en términos simbólicos de la hibridación de lenguajes -moderno e "indigenista"- presente en algunas de las obras públicas más importantes erigidas en la capital durante la dictadura, con especial énfasis en los casos de la Ciudad Universitaria-Autopista del Este, el Centro Simón Bolívar y el Círculo Militar, en los cuales coexisten fórmulas de la arquitectura moderna junto con elementos artísticos que "re-crean" mitos y tradiciones de las culturas indígenas venezolanas.
Palabras clave: Arquitectura moderna, indigenismo, ciudad universitaria, Centro Simón Bolívar, Círculo Militar, Caracas.
Descriptores:* Arquitectura moderna - Historiografía - Venezuela, Arquitectura del paisaje urbano - Venezuela, Culturas indígenas - Venezuela.



Introducción: modernidad que irrumpe

Pocas ciudades han vivido un proceso de modernización tan rápido e intenso como el de la Caracas de mediados del siglo XX. Años después, el ensayista José Ignacio Cabrujas describía así la intensidad de tales acciones y el sentido de inestabilidad que ellas produjeron en los caraqueños:

La sensación era tumbar y tumbar, edificar y edificar, pero sin que las personas que edificaran allí, en ningún momento, pensaran en la permanencia de los sitios. Por lo tanto para mí es fácil ahora decirlo; que Caracas es una ciudad provisional; que Caracas está construida sobre la base de una vieja manera de hablar de los caraqueños, de una vieja tradición caraqueña, que es "mientras tanto" y "por si acaso" (1988, p. 57).
La destrucción del pasado no era un fenómeno casual; la eliminación o transformación radical del entorno y la historia estaba apoyada en estrategias discursivas que minimizaban el valor de la naturaleza, el patrimonio edificado y el pasado indígena y colonial. Respecto al contexto natural, el dominio sobre el paisaje estimulaba la demanda de sanear y poblar la totalidad del territorio y los esfuerzos destinados a domesticar la inmensidad de las llanuras y montañas del país. Laureano Vallenilla Lanz -Planchart-, ideólogo del régimen, describía la voluntad de "civilizar" el territorio virgen: "Los tractores penetran en la selva para incorporarla a la civilización... El cascarón colonial mal conservado desaparece bajo la acción de la maquinaria pesada. Este periodo podría calificarse como el de la reconquista" (Vallenilla, 1955, p. 98).
Ni siquiera el Ávila, el principal monumento natural de Caracas, podría escapar de este deseo de conquista, pues
celebrada por los poetas y añorada por los caraqueños ausentes, nuestra hermosa montaña, orgullo de Venezuela, no había sido incorporada a la vida ciudadana. Durante siglos estuvo esperando la acción civilizadora del hombre, ahora allí presente con sus mesas de dibujo, sus tractores y su entusiasmo (Vallenilla, 1955, p. 25).
Respecto al patrimonio histórico y cultural, la dirigencia política explotó -y padeció de- la misma mezcla de sentimientos de la mayoría de los venezolanos; por una parte, el complejo de inferioridad derivado del atraso económico y caos social del momento, y, por la otra, el orgullo derivado del papel preponderante que Venezuela había jugado a nivel continental durante los años de la Independencia. En el medio edificado, los ranchos y los conucos, su equivalente rural, eran parte de ese pasado vergonzoso. El presidente Pérez Jiménez explicó la razón por la cual la sociedad venezolana debía librarse de esas formas de ocupación del espacio:
Nosotros optamos por un procedimiento más costoso pero más eficiente. Suprimir el rancho. Sustituirlo por superbloques en el cual el hombre tenga además de agua corriente, sus servicios higiénicos, un medio ambiente más apto... Asimismo respecto al campo, no creemos en el conuco (Blanco, 1983, p. 170).
Por supuesto, la tabla rasa cultural y urbana animaba los propósitos fáusticos del régimen; por ello, el bulldozer se volvía el mejor aliado y el símbolo de la nación moderna. Más aun, se argumentaba que:
... Nada perdemos arrojando al cesto cuanto se escribió y edificó durante el régimen colonial, el siglo XIX y gran parte del XX. Tampoco existe un arte precolombino porque desde el punto de vista estético son insignificantes los cacharros de arcilla y los ídolos que improvisados etnólogos y arqueólogos vernáculos presentan como prueba de pretéritas civilizaciones. Bien está pues, que el tractor orientado con sentido revolucionario eche por tierra toda esa tradición de bahareque, de telaraña y de literatura mohosa, penetrando también en la selva para crear verdaderas ciudades y un verdadero agro y sustituir el araguato y otros simios con hombres que piensan, trabajan y produzcan conforme a las necesidades de lo que es, por fin, una nueva Venezuela. Nadie ha de oponerse a esa acción redentora (Vallenilla, 1955, p. 109).
A despecho de algunas iniciativas que buscaban la identificación de los caraqueños con el pasado, prevalecía una posición clara contra la tradición, la cual, con excepción de la heroica gesta independentista, era una fuente de vergüenza y atraso. La memoria selectiva estaba en operación:
Lo cierto es que de la antigua Venezuela pocas cosas merecen conservarse. Los viejos monumentos que no representan un recuerdo histórico tienen ya cita con el tractor y en el mismo caso se encuentran los "nacimientos" de los cerros, los senderos tortuosos que se denominaron carreteras y tantas cosas que fueron producto de la improvisación (Vallenilla, 1955, p. 102).
La construcción se asoció a la destrucción creadora; la excavadora y la bola de demolición eran los símbolos de la tabla rasa, una política que suponía que demoler una vieja estructura permitiría cortar amarras con el pasado.
A la contradicción entre un pasado reciente que se estimaba insignificante y un inventario edificado también de poco valor, se sumaba la tensión entre las tradiciones indígenas y la tabla rasa cultural de la modernidad internacional, como lo declaró sin rodeos el mismo Vallenilla Lanz en uno de sus editoriales del periódico El Heraldo, en 1957, quizás el más clarificador de todos: "Nosotros no somos anti-indigenistas, pero nos felicitamos de que en Venezuela no haya indios y nos oponemos al mantenimiento de tradiciones que son fruto de la miseria, la ignorancia y el atraso" (citado en Castillo, 1990, p. 109).
Fue sólo en el momento en que el público se hizo consciente de la inmensa destrucción del patrimonio urbano, el derroche de recursos y los efectos negativos sobre la identidad que se estaban produciendo, cuando pudo ser apreciada la implicación plena de estas ideas acerca de la modernidad. De hecho, algunos discursos de valorización de pasado comenzaron a tomar cuerpo en el propio régimen, en simultánea con recuentos no tan optimistas de la amnesia del periodo.

El pasado contraataca: discursos neocoloniales e indígenas
No obstante el discurso oficial y la amnesia generalizada, de entre las ruinas de lo que se iba demoliendo surgieron voces que, a contracorriente, planteaban la necesidad de revisitar el pasado y exaltar, a veces con un claro dejo de nostalgia, la herencia cultural de aquellos períodos históricos que habían sido condenados por la leyenda negra, en particular el pasado colonial y el mundo precolombino.
La valoración de lo colonial y de lo indígena, y su tensión con el universalismo moderno, pueden considerarse un fenómeno latinoamericano que cobra fuerza durante las primeras décadas del siglo XX (Williamson, 1992, pp. 511-566). En Venezuela, una de las voces más relevantes en este debate fue Mario Briceño-lragorry (1895-1958), un conocido escritor e historiador que centró su obra en las tradiciones de raíz hispana. Briceño-Iragorry se oponía categóricamente a las influencias anglosajonas y sostenía que América Latina, a pesar de su mestizaje, es una continuidad cultural de España. Para Briceño (1988, p. 97), la decadencia y desfiguración cultural y social venezolana, derivada de la dependencia, no podía ser compensada ni con "vistosos rascacielos armados con materiales forasteros", ni con el lujo importado.
En arquitectura, no es sino con la llegada al país del arquitecto español Manuel Mújica Millán en 1928, cuando los elementos formales del estilo "neohispánico" o "neocolonial" comienzan a popularizarse en la ciudad capital, particularmente asociados al nuevo hábitat de una clase media emergente, en medio del auge inicial de la actividad petrolera del país, y cuya imagen se materializa en la casaquinta suburbana, siguiendo muy de cerca el modelo que exhibían desde algunos años antes los nuevos desarrollos residenciales de California con el llamado "Mission Style". El nuevo estilo, que en un primer momento también llegó a ser obligatorio para la arquitectura eclesiástica y del Estado -incluido el propio edificio en el cual reposan los restos del Libertador en Caracas: el Panteón Nacional-, se impondrá definitivamente en casi todo el continente durante la década de 1930, cuando los postulados positivistas aún vigentes de la centuria anterior asocien la noción de civilización a la raza blanca y los ideólogos criollos intenten explorar caminos de reconciliación con la "Madre Patria" (Caraballo, 1992, p. 14). No obstante, para historiadores de la disciplina como el argentino Ramón Gutiérrez (citado por Amaral, 1994, p. 15), tras la afirmación nacionalista implícita en la implantación regional del nuevo estilo, también se encuentra, paradójicamente, una señal del cambio de paradigmas en los arquitectos del continente, quienes van sustituyendo el modelo cultural europeo por el norteamericano.
La discusión pública sobre la conservación del patrimonio construido se inicia luego, justo cuando Caracas comienza a mostrar los primeros signos de una transformación física que se vislumbra radical. A comienzos de la década de 1940, un pequeño grupo de anticuarios y coleccionistas de arte, entre los cuales se contaban Alfredo Machado Hernández y el historiador Carlos Manuel Móller, resuelven crear la Asociación Venezolana de Amigos del Arte Colonial, entidad que logra obtener en comodato, y luego restaurar, una antigua mansión caraqueña del siglo XVIII que, a partir de 1942, sería la primera sede del Museo de Arte Colonial de Caracas: la llamada "Casa de Llaguno" (Móller, 1961, p. 80). El edificio, declarado Patrimonio Histórico de la Nación, sirve como escenario para exhibir al gran público los enseres y la cotidianidad de una morada "mantuana" caraqueña; no obstante, sería demolido apenas diez años más tarde para dar espacio a la avenida Urdaneta, una de las vías previstas en el plan de vialidad elaborado para la ciudad, quedando el museo sin sede. Simultáneamente con la estructuración de esta institución cultural, el arquitecto más importante del siglo XX venezolano, Carlos Raúl Villanueva (1900-1975), proyecta la Reurbanización El Silencio, el primer y más exitoso ejemplo de renovación urbana desarrollado dentro de la capital, conjunto en el cual un novedoso planteamiento de vivienda social estructuralmente moderno se conjuga con elementos funcionales y ornamentales tomados de la tradición hispánica, como patios en centros de manzana, corredores perimetrales y la recreación de portadas y columnas de antiguas casonas.
A pesar de la profunda transfiguración que observaba el paisaje -y aun cuando en otros lugares, como en El Tocuyo, una de las ciudades más antiguas del país, se generó ex profeso una nueva trama urbana luego del terremoto de 1950-, los vestigios de la antigua ciudad hispánica y su arquitectura eran evidentes. En contrapartida con la herencia colonial, aún presente, existía una virtual carencia de testimonios urbanos y arquitectónicos del período prehispánico venezolano capaz de alimentar el imaginario nacional, tan sólidamente instalado en países como México o Perú.
En efecto, la valoración del componente cultural prehispánico venezolano, considerado exiguo, y su consideración como un referente para la construcción de la identidad nacional, son relativamente tardías, si bien en otros países del continente el tema ya había sido objeto de fuertes debates ideológicos. En ese sentido, Roldán Esteva Grillet afirma:
Antes del fin de la segunda guerra mundial, cuando se estigmatiza todo racismo, para exorcizar cualquier reproducción del holocausto judío, el tema de la raza en América Latina tuvo su aliento justiciero y hasta su estética. La raza cósmica era un ideal continental, pues del crisol de razas provendría el hombre nuevo (citado en Colina, 1994, p. 36).
En ese nuevo contexto, son etnólogos y arqueólogos -muchos de ellos empíricos- quienes se encargan entonces de "desenterrar" los vestigios ocultos de ese oscuro período, ofreciendo sugestivas imágenes a los creadores artísticos y literarios para su interpretación y difusión.
Efectivamente, alimentados por anteriores hallazgos, durante la década de 1940 en Venezuela cobra auge un discurso literario indigenista que tiene a Antonio Reyes (1898-1973) y a Arturo Hellmund Tello entre sus más reconocidos exponentes: Reyes con la invención -como otrora hizo Vasari con los pintores y artistas del Renacimiento- de las vidas de los caciques, en el texto Caciques aborígenes venezolanos, el cual vio la luz en 1942, y Hellmund Tello con sus narrativas precolombinas, las cuales se inician con sus Leyendas indígenas (1946). Aunque los especialistas señalan que tanto Reyes como Hellmund Tello abordan el tema indígena de manera poco científica,1 sus textos -que exaltan la valentía de quienes encabezaron la resistencia contra el conquistador español- servirán de inspiración a un grupo de artistas plásticos y luego, de manera un tanto subrepticia, permearán el discurso y las realizaciones patrocinadas por el Estado venezolano, particularmente bajo el gobierno militar de corte desarrollista presidido por Marcos Pérez Jiménez entre 1950 y 1958, período en el cual los nombres de diversos caciques, hasta entonces poco conocidos, como Guaicaipuro, Tamanaco y Macuto, se inmortalizan tanto en una serie de monedas conmemorativas, como en la nomenclatura de la cadena oficial de hoteles dispersos en toda la geografía nacional y hasta en los nuevos aviones de la Línea Aeropostal Venezolana.

Motivos en lugar de tipos
La arquitectura y urbanismo modernos tuvieron en la trama y en las tipologías edilicias del pasado colonial importantes fuentes de inspiración. Las manzanas ortogonales y frentes continuos de las nuevas zonas de expansión de la ciudad como El Conde y San Agustín, la reinterpretación del patio colonial en conjuntos multifamiliares como los de El Silencio y la utilización de elementos ornamentales del neocolonial y neobarroco en buena parte de las nuevas urbanizaciones, así lo demuestran.
Sin embargo, a falta de modelos urbanos y arquitectónicos del pasado precolombino, solamente quedaba tomar motivos iconográficos para asociarlos a la nueva arquitectura y paisaje urbano. Dichos motivos permitieron asociaciones entre el abstraccionismo moderno y lo figurativo que resultaban improbables en otros campos de la cultura. Es así como se produjeron vínculos inéditos entre los íconos de arquitectura moderna caraqueña y piezas aisladas provenientes del mundo precolombino.
Pudiera argumentarse que tales operaciones se mantuvieron en el ámbito superficial de las obras, sin mostrar grandes impactos sobre el entorno arquitectónico, por no provenir directamente del discurso espacial propiamente dicho. Sin embargo, es de hacer notar que su propia presencia significó tanto un importante aporte en la creación de una "comunidad imaginada" como diría Benedict Anderson (1991), mediante el uso de obras de corte figurativo que apelaban a un pasado común, como una afectación del espacio arquitectónico y urbanístico por su ubicación en localizaciones clave de los nuevos proyectos, como se muestra a continuación.

Referencias precolombinas en la arquitectura y urbanismo modernos de Caracas
Resulta de especial interés que la tensión entre la arquitectura moderna y las referencias al pasado precolombino se haya producido en lugares tan paradigmáticos como el campus de la Ciudad Universitaria-Autopista del Este, el Centro Simón Bolívar y el sector de La Nacionalidad-Círculo Militar, como se verá a continuación (figura 1).2

A lomo de danta por la autopista: María Lionza
María Lionza, la obra más conocida del escultor venezolano Alejandro Colina (1901-1976), recientemente fue centro de una turbulenta polémica tras su inesperada fractura y la instalación de una réplica en el mismo lugar en el cual, durante más de cincuenta años, ha sido objeto de deleite y de culto: la isla central de la autopista Francisco Fajardo, una de las principales arterias viales de la capital venezolana, justo en las inmediaciones de la Ciudad Universitaria de Caracas, conjunto al cual pertenece. La casual pero ahora indisociable unión entre una autopista -símbolo por excelencia de la modernidad metropolitana- y una figura mítica en el imaginario caraqueño merece una breve explicación.
Durante el año 1951, Caracas es sede de los m Juegos Bolivarianos que se desarrollarían primordialmente en los recién inaugurados estadios de la Ciudad Universitaria de Caracas, asiento de la Universidad Central de Venezuela y entonces en pleno desarrollo bajo la dirección del arquitecto Villanueva;3 en aquella oportunidad fue seleccionada la obra escultórica María Lionza de Alejandro Colina como pebetero para sostener la antorcha olímpica. Se trata de una figura antropomórfica femenina de rasgo indígena, muy corpulenta y completamente desnuda, la cual "cabalga" sobre una danta o tapir y extiende sus manos al cielo sosteniendo una pieza con forma de pelvis humana (figura 2).
En relación con la obra de Colina, Nucete-Sardi, en sus conocidas Notas sobre la pintura y la escultura en Venezuela -cuya primera edición data de 1940, al inicio del momento moderno caraqueño-, expresaba:
Escultor, ornamentador, tallador en maderas es Alejandro Colina, intérprete de motivos indígenas también; buscador de influencias arqueológicas, realizador devoto -bajo signos de rarezas, con cierta excentricidad- de un arte con sello autóctono, perseguido en nuestra geografía y en nuestro pretérito por ríos y selvas como viajero accidentado mientras ejercía los más diferentes oficios. Por su inquietud, Colina merece especial mención y por lo que representan sus ensayos iniciales para una concepción vernácula de nuestro arte, en la cual, junto con la de Narváez tiene su obra significado de esfuerzo (1957, p. 90).
En efecto, tras recorrer el país ejerciendo diversos oficios, Colina ya había desarrollado una serie de trabajos escultóricos de tipo monumental de cierto impacto urbano, reelaborando motivos del patrimonio prehispánico venezolano; tal es el caso de la Venus de la plaza Tacarigua, en la ciudad de Maracay, creada en 1933 como reproducción a gran escala de lo que quizá es "el objeto arqueológico más conocido de Venezuela", y el cual fue encontrado en excavaciones por Rafael Requena, arqueólogo aficionado y -no menos importante- médico y secretario del dictador Juan Vicente Gómez (Gassón, 2001, p. 13). Luego, entre 1946 y 1947, colabora con el arquitecto Luís Malaussena en el proyecto de la Academia Militar de Caracas con Los centinelas, un conjunto escultórico dispuesto en el Patio de Honor y compuesto por tres figuras antropomórficas indígenas que simbolizan la vigilancia, la inteligencia y la observación (Díaz, 2002, p. 48). Colina también emprende la tarea de darles rostro, a través de la estatuaria pública, a los principales caciques aborígenes que participaron en la resistencia de la conquista española, ilustrando así los relatos que sobre los indios Tiuna, Caricuao o Chacao ya venía perfilando el escritor Antonio Reyes desde la década de 1940 y dando consistencia a un manifiesto de carácter programático que el propio Colina había formulado en 1932, en el que apostaba por
un arte medularmente venezolano, venezolano de ayer, de hoy y de siempre; los mitos aborígenes, vistos con ojos de actualidad y tratados de manera perdurable. Sea el artista justo, solamente la Justicia, madre de la Ética, lo es también de la Estética... (citado por Díaz, 2002, p. 45).
Con María Lionza, Colina crea la imagen más conocida de la figura central de un culto religioso venezolano lleno de sincretismos, en el cual se funden creencias indígenas con otras venidas del África y del propio cristianismo. Entre 1939 y 1945, es Gilberto Antolínez, un amigo personal del artista, quien por primera vez realiza una versión escrita del mito, que se ha venido enriqueciendo con el tiempo y que se caracterizará por no poseer un relato único (Brazón, 2002, pp. 133-136). En estos relatos, María Lionza es una diosa india de la paz y la fecundidad, y se le asocia con el poder de las aguas y de los bosques.
Una vez clausurados los Juegos Bolivarianos, la pieza, que se emplazaba entre los estadios Olímpico y de Béisbol, fue reubicada en las afueras del conjunto universitario, en medio de uno de los inaccesibles dispositivos de distribución vehicular de la autopista, corriendo en cierto sentido la misma suerte del artista en relación con la historiografía del arte venezolano. La decisión de "expulsar" de la abstracta y funcional ciudadela la obra figurativa de Colina se debe al propio arquitecto Villanueva, quien probablemente la consideró incompatible con su visión estética. Sin embargo, y paradójicamente, esta expulsión la terminó colocando en medio de un espacio fundamental de la metrópoli: el "no lugar" de la isla que separa los canales de circulación de una autopista, expuesta a la mirada fugaz de un número exponencialmente mayor de espectadores, quienes finalmente la convirtieron en objeto de culto -la réplica aún recibe docenas de ramos florales diarios- y en ícono fundamental del paisaje urbano moderno caraqueño.

El mito de la creación en el Centro Simón Bolívar4
Uno de los legados más notables del urbanismo moderno en Caracas fue la creación del eje monumental que sería bautizado como Avenida Bolívar, el cual fue propuesto en el Plan Monumental de 1939 y elaborado con la participación de un grupo de consultores internacionales encabezados por Maurice Rotival. Como clímax de la enorme operación urbanística que dio origen a la Avenida, en 1954 se inauguró el conjunto coronado por las torres gemelas del Centro Simón Bolívar, las cuales se convirtieron en los primeros rascacielos y símbolos de la ciudad (figura 3).
El costoso complejo de edificios gubernamentales y comerciales fue proyectado por la Comisión Nacional de Urbanismo, con participación del propio Rotival y del arquitecto Cipriano Domínguez en 1947. Con sus 250.000 m2de espacio rental, aplicó cirugía a gran escala a diez manzanas de la ciudad tradicional e incluyó, entre otras cosas, un túnel vehicular que llevaba el tráfico bajo el complejo, una plataforma gigante, las dos torres gemelas de 30 pisos que antes mencionamos, áreas comerciales y de aparcamiento, y un terminal de autobuses subterráneo que fue abandonado.
El conjunto muestra una fuerte referencia a desarrollos foráneos tales como el Rockefeller Center (1930-40) y el Ministerio de Educación de Brasil, en Río de Janeiro (1936-43), en el cual Le Corbusier tuvo una importante incidencia. En relación con el primero, la influencia de Rotival, entonces familiarizado con los proyectos de los Rockefeller en los Estados Unidos, fue predominante. Con respecto a la edificación brasileña, el arquitecto del Centro Simón Bolívar, Cipriano Domínquez, había introducido los fundamentos de la arquitectura corbusiana en una conferencia en el Colegio de Ingenieros de Venezuela, en el mismo año en que se proyectaba el Ministerio de Educación. Otras relaciones pueden encontrarse entre el Centro Simón Bolívar y el urbanismo brasileño; el esquema de un eje flanqueado por torres gemelas fue empleado casi simultáneamente en la Plaza de los Tres Poderes de Brasilia (1956-60). Allí también, como ha destacado Ramón Gutiérrez (1983, p. 694), el automóvil fue el centro del diseño.
En medio del impactante desarrollo urbanístico que supuso el Centro Simón Bolívar, para el cual fue preciso arrasar una franja enorme del centro tradicional de la ciudad, surge, entre 1955 y 1956, uno de los elementos más enigmáticos del arte venezolano de su época: el vasto mural en mosaico titulado El mito de Amalivaca, que narra la versión caribe de la creación del mundo (figura 4). El mural se localiza en el espacio cubierto contiguo a la plaza Diego Ibarra, una plaza aérea sobre la avenida, donde una placa rezaba: "El 1° de octubre de 1955 la población del Área Metropolitana de la Capital de la República llegó al millón de habitantes", anunciando la condición metropolitana y multitudinaria de la metrópoli en ciernes (González, 2004, p. 204).
La Plaza Aérea o Diego Ibarra es, junto con plaza cubierta de la Universidad Central, en la cual se ubica el Aula Magna, una transformación drástica de la noción tradicional del espacio urbano, el cual era descubierto y se colocaba a ras del suelo. El mismo Vallenilla Lanz parece haberse dado cuenta de la condición particular de la Plaza, interpretándola como un entorno para la aparición de un liderazgo ilustrado:
El líder de la plaza aérea del Centro Bolívar, el conferencista del Aula Magna no pueden ser los mismos de la plaza de Capuchinos, ni de El Silencio, ni del Teatro Olimpia. El escenario y el decorado reclaman nuevos actores y el público también (Vallenilla, 1955, p. 15).
En medio de estos escenarios para nuevos actores y la tabla rasa, aparece Amalivaca, la figura principal en el panteón de los tamanaco, pueblo indígena desaparecido que se localizaba al norte del Estado Bolívar, en las inmediaciones del río Orinoco. A mediados del siglo XVIII, este grupo indígena había prácticamente desaparecido y los sobrevivientes, poco más de cien, fueron trasladados a la misión jesuítica de La Encaramada, bajo la conducción del sacerdote jesuita italiano Felipe Salvador Gilij, quien escribiera su Saggio di Storia Americana(1780-84) con base en su experiencia en el lugar.5 En el texto de Gilij se describe la historia del héroe Amalivaca, que puede resumirse así:
Dentro de la cosmogonía tamanaca, Amalivaca era visto como un hombre supuestamente blanco, como lo eran todos los tamanaco al principio de los tiempos, e iba vestido; tenía un hermano llamado Uochí; juntos crearon el mundo, la naturaleza y los hombres... Un día Amalivaca decidió regresar en canoa al otro lado del mar, de donde había venido y a donde van las almas de los hombres después de la muerte (Biord, 1988, p. 121).
El mural fue solicitado al pintor y dramaturgo César Rengifo (1915-1980) por el ingeniero Leopoldo Martínez Olavarría, a la sazón presidente del Centro Simón Bolívar, el ente encargado de llevar a cabo la enorme intervención del casco tradicional de la ciudad. Previamente, otros artistas habían declinado la invitación por razones de visibilidad del muro que soportaría la obra, una superficie de 28 metros de largo por 2,8 de alto situada en medio de una suerte de sala hipóstila. A pesar de esta restricción, Rengifo aceptó la propuesta, asumiendo el efecto cinético de las columnas sobre la obra:
Me gustó la idea -señalaba Rengifo en una entrevista. Me preparé a enfrentarme a los problemas. Busque un tema e hice memoria del viejo mito de los Tamanacos, del cual han escrito los misioneros Gumilla y Gillii y el naturalista Alejandro de Humboldt. Regrese, pues, a la lectura de esas fuentes documentales. Me decidí a presentar en ese espacio un tanto curvilíneo el caso de los hermanos Amalivaca y Vochi, que encauzaron, tras el caos de las aguas desbordadas, al Orinoco y enseñaron la caza y la pesca, la recolección de frutos, la cosecha de yuca y maíz, es decir, la agricultura, así como la alfarería, a los Tamanacos nacidos, brotados de las semillas de la palma Moriche (Ratto, 1978, p. 993).
Uno de los aspectos más interesantes de la historia sagrada de los indígenas tamanaco que Rengifo ha resaltado, es el de la pareja de hermanos héroes, el cual aparece en relatos de otros grupos culturales -al igual que el tema del diluvio universal, como observara el sabio alemán Alejandro de Humboldt (1985, p. 328) en su visita al cerro de La Encaramada-. El par Amalivaca-Uochí -o Vochi-, que posiblemente inspiró a las figuras unidas por un cordón en los petroglifos del Guri, cercanos al cerro La Encaramada, donde se alojaron los tamanaco, encarna la síntesis de opuestos que resulta tan frecuente en la mitología y las religiones universales (Jezierski, 1987, pp. 12-13).
La presencia de estas figuras dobles, como las propias torres del Centro Simón Bolívar, nos anuncia también una tensión entre fuerzas, similar a la que se presenta entre lo tradicional y lo moderno, lo indígena y lo importado, en el espacio que ocupa el mural en el Centro Simón Bolívar. Una dicotomía similar ha sido expresada por el crítico Luís Enrique Pérez Oramas mediante la metáfora de un eje imaginario que uniría dos obras paradigmáticas de la modernidad y del indigenismo en la Caracas de los años cincuenta, que Pérez Oramas ejemplifica con la presencia en un eje imaginario que tiene como final, al norte, el hotel Humboldt, enorme cilindro localizado en la cima del Ávila y, al sur, la escultura Barutaima, realizada en 1947 en homenaje al líder indígena que enfrentó a los conquistadores españoles en las afueras de Caracas, y que por su interés para los fines de este trabajo citaremos en extenso:
Por aquellos años otro personaje capital de esta historia de nuestra ilusión de modernidad, Alfredo Boulton, diseñaba con autarcía patricia su propia casa en un estilo mixto, sobre la cual se evidencian los dispositivos que identifican a lo vernáculo: ventanas, pórticos y pasillos seudo-coloniales. Lo más significativo de aquella casa fue sin embargo su jardín en el que, por azar y por voluntad simbólica, Barutaima, el coloso mestizo, la figura arcaica de nuestro ser colectivo, esculpida en piedra de Cumarebo por las manos de Francisco Narváez, se oponía en un alineamiento sorprendente sobre el paisaje de la ciudad al hotel Humboldt, al edificio moderno ubicado en el extremo opuesto del valle de Caracas cuya totalidad dominaba la visión de aquella casa encaramada en los confines del sur de la capital. Todo sucede como si en el ojo del historiador del arte que fue Alfredo Boulton se unieran, encarnando la metáfora de una neutralización imposible, ambos extremos de la tensión agónica que nos constituye: el fantasma vernáculo de nuestro arcaísmo y el espectro voluntario de nuestra aspiración moderna (Pérez, 1999, pp. 308-309).
En el caso del mural de Amalivaca, no será preciso visualizar un eje virtual de tensiones entre el arcaísmo y la modernidad, pues el mito indígena se superpone a otro mito inaugural, el de la creación de una nueva centralidad en la metrópoli. Exactamente en el núcleo gravitacional de otro lugar "encaramado"; la obra moderna paradigmática de Caracas y su símbolo más importante durante varias décadas.

Vestigios indígenas en la ciudadela de las Fuerzas Armadas: epopeya nacional y figuras antropomórficas en el Círculo Militar
La modernización de las Fuerzas Armadas, iniciada a principios del siglo XX, adquiere a mediados de siglo un impulso extraordinario, con la toma del poder, en 1945, por oficiales de menor rango en asociación con civiles y, a partir de 1948, por un gobierno de claro tinte militar.
El proceso de modernización del componente militar comprendería -producto del desarrollo tecnológico y la Guerra Fría- adquisición de material bélico, procesos organizativos de los distintos componentes y programas de adiestramiento y profesionalización. Como territorio para el desarrollo de este último aspecto, se creó un enorme campus en los terrenos de El Valle, al sur de Caracas. El campus está compuesto por el Fuerte Tiuna, con importantes edificaciones militares como la Comandancia General del Ejército y el Ministerio de la Defensa y el complejo de La Nacionalidad, el cual consta de la Academia Militar, la Escuela de Formación de Oficiales de las Fuerzas Armadas de Cooperación, el Patio de Honor, el Paseo de Los Precursores, la Avenida de Los Próceres y el Círculo de las Fuerzas Armadas.
El eje de La Nacionalidad vincula a la Escuela Militar y la Universidad Central de Venezuela, los dos nodos de educación de tercer nivel más importantes de la ciudad, creando un "espacio procesional que servirá de marco a los rituales conmemorativos a través de los cuales expresa el poder militar" (Hernández, 1986, p. 53).
A finales de los años 40, el arquitecto Luís Malaussena Andueza inició el proyecto del conjunto de las sedes de la Escuela Militar y la Escuela de Aplicación. Posteriormente, en 1953, proyectaría el conjunto de La Nacionalidad:
un eje monumental -señala Leszeck Zawisza-, con estatuas simbólicas, jardines y espejos de agua y una avenida para los desfiles de tropas. En uno de sus extremos se situarían la Escuela Militar y la Escuela de Aplicación; estos grandes conjuntos arquitectónicos y urbanísticos adquieren las características neobarrocas y neoclásicas, inspiradas por el neoclasicismo practicado por Piacentini en la Italia mussoliniana (Zawisza, 1988, p. 781).
La avenida de Los Próceres, al sureste del conjunto estaba destinada a actividades militares, tales como paradas y desfiles. El paseo de los Precursores, al noreste, sería el punto de contacto entre el sector civil y el militar.
Las obras artísticas que acompañaron el desarrollo del complejo militar localizado en el sector de El Valle estuvieron marcadas desde sus inicios por el discurso nativista. Como mencionamos anteriormente, Alejandro Colina esculpió el conjunto Los centinelas (1946-47), un trío de figuras indígenas que simbolizan la vigilancia, la inteligencia y la observación. No obstante la presencia de estos elementos en el sector del complejo militar de raigambre arquitectónica más académica, el discurso indigenista tendría su momento culminante en la edificación que ha sido considerada la de corte más moderno de todo el sector: el Círculo de las Fuerzas Armadas, también llamado Círculo Militar.6
La elaboración del proyecto del Círculo Militar, decretado desde 1946, fue parte fundamental del proceso de modernización de la institución castrense mediante el mejoramiento de sus estándares de bienestar a través de la generación de una oferta recreativa específica para los militares. Además, el palacial complejo tendría la función, según el entonces presidente Marcos Pérez Jiménez, de "liberar a los militares de la influencia del Country Club" (Blanco, 1983, p. 138).
El proyecto fue encomendado por el Ministerio de Obras Públicas a la empresa del arquitecto Luís Malaussena y el ingeniero Manuel Silveira, quienes le incorporaron a tres jóvenes arquitectos alemanes: Federico Guillermo Bechoff, Klaus Heufer y Klaus Jebens, los cuales introdujeron cambios al lenguaje de acento neoclásico de Malaussena en el resto del campus militar y colaboraron en otros proyectos de la oficina, como los hoteles Guaicamacuto y Maracay, realizados para la red estatal promotora del turismo, la que bautizó sus edificaciones con nombres de caciques.
El conjunto del Círculo Militar se compone de dos zonas o sistemas notablemente diferenciados: el primero está destinado, tal y como lo ha observado Silvia Hernández de Lasala, a las actividades de "recreación formal" -hall principal, gimnasios, restaurantes, salas de fiesta, teatro y áreas administrativas-, está orientado según la dirección del Paseo de Los Precursores y se organiza alrededor de un eje que parte del patio del teatro. La otra zona, de "recreación de carácter informal", incluye las habitaciones para el alojamiento de los oficiales en tránsito, se dispone en un segundo plano organizado en torno a la piscina -lo que le confiere mayor intimidad- y se orienta francamente hacia el norte, en ángulo oblicuo al eje urbano. Los diferentes componentes del conjunto se articulan a partir de un sistema de corredores, pérgolas y marquesinas que generan una diversidad de patios y jardines "con características distintas según el tipo de funciones que integran" (Hernández, 1990, p. 260).
En el volumen central del Círculo Militar destaca un gran espacio, sobre el lobby de acceso, destinado a un gran corredor y galería de pinturas denominado Salón Boyacá. Este alberga un tríptico monumental dedicado a los símbolos de la nacionalidad, sobre una superficie de cerca de 200 m2, obra del pintor Pedro Centeno Vallenilla (1904-1988), familiar cercano de Laureano Vallenilla, mencionado anteriormente (figura 5).7
El mural Venezuela, realizado entre 1956 y 1959, narra una historia de la nacionalidad venezolana, en "una mezcla de simbolismo nacionalista, metafísica chiriqueana, surrealismo dalineano y realismo ultraacadémico..." (Esteva-Grillet, 2000, p. 232). Si la columnata que antecede al mural de Rengifo en el Centro Simón Bolívar representaba un reto al desarrollo de este, aquí la estructura se emplea para dividir la obra en sus tres momentos y, al propio tiempo, para simbolizar cambios que van de lo natural a lo artificial; la primera columna toma la forma de un árbol, la segunda es un árbol-columna y, finalmente, la tercera es una columna clásica. El crítico español José Antonio Rial (s. f.) argumenta que "el simbolismo de esta metamorfosis es fácil de penetrar: la cultura de Occidente cambia hasta la naturaleza de las cosas".
El primer panel del enorme tríptico, está dedicado al mundo precolombino y a la llegada de los conquistadores.
Sobre un cielo tempestuoso de nubes muy cuatrocentista, aparecen Kanaima Jaguar, Yara, fascinación de la selva, el Inti, dios solar, y Kaapora, el guardián de la selva, que es verde y tiene, como Polifemo, un solo ojo. Todo este supramundo irritado por la llegada del invasor, avanza precedido por el arco iris serpiente Juculo (Rial, s. f., s. p.)
En el panel central, dedicado a la apoteosis de la Independencia, los caciques indígenas, encabezados por Guaicaipuro, flanquean tres figuras simbólicas, representativas de las razas, que se encuentran esculpiendo el escudo venezolano. El cacique Tamanaco va, según las tradiciones, con la cabeza en la mano. En el último panel se representa a la Patria Integrada, representada por una mujer con una corona piaroa, una túnica goajira y zapatillas indígenas, a cuyo lado marchan, por una parte, los cuatro componentes de las fuerzas armadas -Ejército, Marina, Aviación y Fuerzas Armadas de Cooperación- y, por otra, el pueblo, como representación de la nacionalidad.
Los atléticos indígenas de Centeno están acompañados en el Círculo Militar por figuras antropomorfas que se repiten, en dos y tres dimensiones, respectivamente, en el piso del Salón Caribe de la planta baja del edificio y en la escalera cercana a la piscina (figuras 6 y 7). Estas figuras, que según Azuaje (2000, p. 382) son "propias de la cultura Chibcha", reproducen imágenes "supuestamente descubiertas en el lugar para la época de la construcción" (Hernández, 1990, p. 205), las cuales causaron curiosidad al arquitecto Malaussena, al punto de haberlas reproducido en varios de los ambientes del conjunto. Su aparición probablemente tiene que ver con la existencia de establecimientos prehispánicos vinculados con un camino indígena que comunicaba los sectores de El Valle y Baruta, el cual se ha podido documentar en un trabajo realizado recientemente y que puede ser base para un trabajo de arqueología en el lugar (González y Marín, 2007).
Como un curioso epílogo de estos programas de reinterpretación histórica, y posiblemente sobre el mismo camino indígena que atravesaba los terrenos sobre los cuales se ubica el Círculo Militar, se encuentra, en un espacio al aire libre de la avenida Los Próceres, el tríptico Génesis de Venezuela y creadores de la Nacionalidad. Su autor, César Rengifo, el mismo del mural en el Centro Simón Bolívar, realizó esta obra entre 1972 y 1973, con motivo de los 150 años de la Batalla de Carabobo, la cual selló la Independencia de Venezuela ().
Rengifo elabora su versión de la historia venezolana -como hiciera anteriormente Centeno- en tres grandes paneles en mosaico titulados La Conquista, Los Precursores Lucha y victoria, a modo de piezas independientes escalonadas sobre un espejo de agua, ahora liberadas del soporte arquitectónico y elaboradas en planos rectangulares en una composición de doble diagonal que pudiera sugerir la letra "V".
En el primero de los paneles, los indígenas son masacrados por los conquistadores, algunos de los cuales tornan su atención hacia una indígena de oro que personifica el mito de El Dorado, mientras Bartolomé de las Casas, con un indio muerto en sus brazos y un negro a sus espaldas, aboga por las víctimas de la matanza. En el segundo panel se representa la lucha contra la dominación colonial, con participación indígena al centro y a la derecha de la composición. En el tercero, final de una historia lineal en la cual el componente indígena obtiene gran espacio de exposición, la apoteosis del triunfo independentista incluye a figuras como Cuauhtémoc, Caupolicán, Lempira y Túpac Amaru y una hilera ascendente de figuras indígenas desnudas, retratadas de espaldas, quienes elevan el asta de la bandera que marca la diagonal principal de la composición.

Consideraciones finales: patrimonio de tiempos superpuestos
La presencia de lo indígena en la arquitectura moderna venezolana a mediados del siglo XX no fue un hecho aislado, como tampoco lo fue la elaboración de un discurso nativista que acompañó mucho del quehacer cultural de aquellos tiempos. Discurso que hoy día parece haber llegado a su clímax en Venezuela, con la incorporación simbólica de las cenizas del cacique Guaicaipuro al Panteón Nacional.
En contraste con una fuerte tendencia hacia la abstracción en las artes y del significado a menudo oprobioso del término indígena a mediados del siglo XX, fue notoria la búsqueda de elementos vernáculos para reforzar el sentido de identidad local ante la ola inmigratoria europea de posguerra y la numerosa presencia extranjera por concepto de la explotación petrolera.
Como se ha visto, los motivos indígenas ocuparon -quizá con la excepción de la Universidad Central de Venezuela- lugar preferente en el nuevo paisaje de la ciudad moderna, superando el prejuicio del momento de lo superficial, o incluso negativo -a lo Adolf Loos- del ornamento, y convirtiéndose en elementos esenciales en la Autopista del Este -corredor fundamental de la ciudad-, en el Centro Simón Bolívar -su ícono moderno- y en el campus de la élite militar al frente del gobierno.
Estas presencias telúricas parecen reafirmar la pregunta o hipótesis básica de Pérez Oramas (1999) acerca de las dificultades de la voluntad moderna traducida en arquitectura "... en un país signado, maculado, por aquella tensión contrastante y agónica que se traduce en la necesidad de proyectar un fantasma arcaico frente a todo deseo o figura de modernización" (p. 309).


Notas
1 En ese sentido, D. Barreto (citado en Brazón, 2002) señala que "Gilberto Antolínez y Acosta Saignes, por ejemplo, consideraban que la visión del aborigen transmitida por los colegas era excesivamente romántica, ajena a la realidad, especulativa, bucólica y hasta racista" (p. 137).
2 Un interesante precedente del uso de tales referencias es la propuesta de pirámide escalonada, de tipo mesoamericano, para ser colocada en el cerro de El Calvario, como remate del eje principal de la ciudad propuesto en el Plan Monumental de Caracas, de 1939. Este gesto, extraño a las tradiciones arquitectónicas locales, presenta claros matices del "orientalismo" europeo descrito en un ya clásico texto de Edward Said (1978).
3 Debido a sus valores estéticos, y como ejemplo singular de arquitectura moderna, el conjunto de la Ciudad Universitaria de Caracas -desarrollado entre las décadas de 1940 y 1960 por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva- fue declarado Patrimonio Mundial por UNESCO.
4 El Centro Simón Bolívar, CSB, es una agencia gubernamental encargada de programas de mejoramiento urbano en la ciudad de Caracas. Inspirado en instituciones como el Tennessee Valley Authority y el Rockefeller Center de Nueva York, fue creado en 1947. El CSB combinaba la función de planificación con actividades gerenciales y de ejecución de obras.
5 Según la tradición recogida por el sacerdote Gilij, Amalivaca, acompañado por su mellizo Vochi y sus dos hijas, apareció en el momento de un diluvio para salvar a una pareja que, al refugiarse en el único espacio no inundado, pudo sobrevivir. Esa pareja, por instrucción de los héroes, luego del diluvio, dejó caer semillas de palma de las cuales brotaron nuevos seres humanos, para poblar la tierra en compañía de las hijas de Amalivaca.
6 En relación con la iconografía colonial, en el vestíbulo del Círculo Militar, a la entrada del Salón Pichincha, aparecen imágenes alegóricas a los conquistadores españoles en "paredes revestidas con mosaicos de porcelana con imágenes de navíos venidos desde España y caballeros de la edad media (...): San Fernando, patrono de los ingenieros; San Jorge, patrono de los caballeros; San Marcos de León y San Luís Rey..." (Azuaje, 2000, p. 382). Además, existen referencias al pasado colonial americano en el llamado "Patio de Montas".
7 Centeno trabajará el tema de lo indígena desde una perspectiva diferente a Colina o Rengifo. Su búsqueda es más cercana al modelado renacentista, por lo cual su obra ha sido cuestionada por la inexactitud o falseamiento de los tipos humanos representados. Así lo plantea el crítico de arte Juan Calzadilla: "Su pintura pretende pasar por una exaltación de la raza indígena aun cuando el resultado de este afán mitificador sólo se traduzca con una amanerada tipología mestiza cuyo valor tal reside en su simbología erótica y subyacente" (Calzadilla, 1979, p. XLIV). Centeno inició desde muy temprano la pintura de caciques aborígenes americanos, como Quetzalcohuatl, Huitzilopohtli y Guaicaipuro, expuestos en la Academia de Bellas Artes de Caracas en 1932 (Da Antonio y Cárdenas, s. f., p. 40), fue ilustrador de las obras de Hellmund y diseñó a mediados de los cincuenta una conocida colección de 18 monedas en oro con los rostros de caciques venezolanos. Centeno también dedicó, al menos en cinco de sus obras, especial atención a María Lionza, la cual sería, según el pintor, "el mito de América por excelencia" (Jezierski, 1987, p. 44).


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