Notitarde 24-07-12
Aseguró el candidato presidencial Henrique Capriles
"La mejor forma de honrar la memoria de Bolívar es solucionando los problemas"
Caracas, 24 julio 2012 (Globovisión).-Cerca de las 11:00 am, el candidato presidencial Henrique Capriles encabezará el acto "Comprometidos contigo", donde ofrecerá detalles de las propuestas sociales de su Plan de Gobierno 2013 -2019.
Asimismo, vía Twitter, Capriles aseguró que "diga lo que diga" el Gobierno Nacional, el legado de El Libertador Simón Bolívar es de todos y nunca será de un "determinado partido político". "La mejor forma de honrar la memoria de nuestro Libertador Simón Bolívar es solucionando los miles de problemas de los venezolanos", refirió en la red social.
Hoy cumple años el Libertador. Vaticino que el régimen va a echar el resto para equiparar
las hazañas del Padre de la Patria con las que tengan que inventarle al Héroe del Museo
Militar, tan falto de ellas. Hoy, el candidato del comunismo —con su habitual desprecio por
la norma constitucional— va a convertir en míseros actos de campaña lo que debieran ser
ceremonias en honor a nuestro héroe. Continuará halando la brasa para su sardina
mientras sigue construyendo una religión en la cual, en palabras de Eduardo Casanova,
"Bolívar es el único dios y algún aventurero es su profeta". Hay que echarle un parao a
esa intención. El Libertador fue un gran hombre, pero no por eso hay que endiosarlo.
Llevando de nigromante a Elke Tekonté, mucho menos. Equipararlo con Bolívar es una
osadía. Pero los rojos necesitan llevar a cabo esa barbaridad para ver si el tipo repunta.
El Libertador fue una persona admirable en muchos sentidos; pero, como humano que
era, también incurrió en errores e injusticias. Y hasta bárbaro fue algún tiempo. Creo que,
para combatir esos intentos de mitificación, sería conveniente enumerar algunas de
las cosas en las cuales pecó el Libertador. Con ello no intento demeritarlo —nada más lejos
de mi intención— sino bajarlo del altar en el que lo tienen montado los que dicen ser
bolivarianos (pero que no pasan de ser bolivareros). Bolívar merece un pedestal, no un altar.
Dos de los yerros que se le imputan Bolívar tuvieron gran influencia en la caída de la
Primera República. El primero, la pérdida de la plaza militar de Puerto Cabello. Según
habladurías de esos días, el castillo cayó en manos de Vinoni porque Bolívar se había descuidado
y estaba en un juego de naipes y bebiendo vino. Las cartas llenas de lamentaciones
que le manda a Miranda para disculparse parecieran comprobar el hecho. Al saber lo sucedido,
el precursor exclamó en francés: "Venezuela est blesée au coeur!" Y en verdad estaba
herida en el corazón porque Monteverde pudo apropiarse de un formidable arsenal que
inmediatamente empleó contra los republicanos. Este primer error no fue poca cosa. El
segundo, fue el haber estado entre los que arrestaron a Miranda para entregárselo a los
realistas. Lo que le significó su reclusión en La Carraca y su muerte posterior. Mucho
después, para justificarse, Bolívar alegó que Miranda había traicionado a la república
al pactar con Monteverde. No necesariamente: ambos comandantes hacían la guerra con
las reglas de Europa. Lo que sí pareciera desprenderse de lo que informó Monteverde es
que algún interés tuvo Bolívar cuando entregó a Miranda: "Yo no puedo olvidar los interesantes
servicios de Casas, ni de Bolívar y Peña, y en su virtud no se han tocado sus personas,
dando solamente al segundo sus pasaportes para países extranjeros…"
Otra verruga fue la orden, en el año 14, de masacrar a más de ochocientos de civiles españoles
que estaban presos en La Guaira. Su excusa: no podía dejarlos vivos porque se iban a
convertir en una amenaza en la retaguardia de los que emigraban a Oriente. O sea, se
criticaba a las barbaridades de Boves, pero se procedía igual. Pero, en el año 17, en Guayana,
cuando mandó a pasar por las armas a 22 misioneros catalanes, ¿qué justificación podría dar?
Hasta 1820, su accionar fue el de líder bárbaro. Pero después, a veces, también incurrió en
rigores injustificados; como cuando ordenó a Santander, después de Boyacá, que
"enviara a San Pedro" los oficiales españoles que eran ya prisioneros.
Muchos se preguntan por qué la mayoría de los peruanos no quiere a Bolívar. Por muchas
razones, pero como el espacio es poco, van en forma sucinta. En principio, llegó como Libertador,
pero a los cinco meses ya era dictador y a los tres años movía los hilos para ser presidente
vitalicio. Una de las primeras órdenes a los jefes militares fue: "Tomar todas las alhajas de
oro y plata de las iglesias para amonedarlas y destinarlas a los gastos de la guerra; todas
las piedras preciosas y cuanto tenga valor en las iglesias, sin dejar en ellas, sino lo más
indispensable para el culto". Después de una insubordinación por falta de pagos, ordenó
al general La Fuente "Haga Vd. perseguir de muerte a los que se levantaron, y que se
fusilen donde se tomen". Pero, por sobre todo, no lo quieren porque cercenó al Perú
para crear a Bolivia…
A Bolívar no se le puede reducir al jinete encaramado en un caballo blanco que nos
dibujaba la Historia del Hermano Nectario María en cuarto grado; a alguien impoluto,
sin tachas; a una especie de Sir Galahad moderno. No. Fue un hombre complejo, pero con
más logros que desafueros. En todo caso, todo lo contrario de Esteban…
hacheseijaspe@gmail.com
A 229 años de tu nacimiento, invoco Padre tu ejemplo en esta oscura hora de la Patria invadida
de forajidos que llegan, de uno y otro lado, por tierra, mar y aire, para llevarse, cual botín de
guerra, la sangre del subsuelo, con el cual a duras penas puede sobrevivir una parte de tu pueblo.
A esta fecha, Padre, hemos vivido más tiempo como colonia que como nación independiente;
a pesar de tu esfuerzo y de tu ejemplo; más tiempo en dictadura que en libertad, más
tiempo en autocracia que en democracia, más tiempo bajo el centralismo que en
descentralización. Y ahora, Padre, empezando el siglo XXI seguimos viviendo en un
régimen de libertad precaria y constantemente amenazada, en medio de condiciones sociales
cada vez más intolerables e injustas.
Los que gobiernan dicen hacerlo en tu nombre, pero si tú vivieras, Padre, desenvainarías de
nuevo tu espada para combatir a los forajidos que mancillan tu nombre y tu legado. Te usan
como portaestandarte de una revolución que ellos mismos no son capaces de definir y mucho
menos encarnar. A diferencia de ti, mandan pero no gobiernan, porque están vacíos de dignidad
y ayunos de grandeza.
A estas alturas de la historia, el mestizaje de razas y culturas que tu convocaste para iniciar
la guerra de independencia, sigue buscando caminos de entendimiento para lograr una paz que
consagre nuestro derecho a la libertad, a la justicia y a la igualdad, donde todas las culturas y
todos los credos compartan un mismo destino común.
Uno tras otro, los dictadores han desfilado por la Presidencia de la República, disfrazados de
militares, como si trataran de invocar tu legado, cuando en verdad tu has sido el más civil de
los militares y el civil que con más dignidad ha portado el uniforme militar. Lo demostraste
en Angostura cuando convocaste un Congreso Constituyente para que organizara la República
y pusiera bajo la jurisdicción civil la autoridad que en plena guerra de independencia había
conquistado tu espada.
Ahora parece, Padre, que el tiempo hubiera pasado en vano. En tu nombre, pero traicionando
tus ideales, se produce una concentración de poder. El que tu no deseaste, ni siquiera en
tiempos de guerra, estos de ahora lo desean con lujuria mal disimulada para los tiempos de
paz Nada hay en la forma de gobernar actualmente que evoque tus principios y tus ideales.
Tu nos condujiste al futuro. Los que hoy dirigen la República nos regresan al pasado.
Mientras más triunfos militares conquistaba tu espada, más sometías tu poder al imperio
de las leyes. Hoy se utiliza la Constitución para reforzar el presidencialismo autocrático que
tanto daño le ha hecho al país. En vez de avanzar, retrocedemos. Antes que militar, fuiste
un civil, antes que guerrero fuiste educador, antes que jefe fuiste un servidor público.
Desde tu condición de soldado ejerciste la docencia cívica, en contraste con aquellos
que, haciendo alardes de ser intelectuales, han demostrado ser dóciles peones de la
autocracia militar.
En este nuevo aniversario de tu nacimiento invoco tu honestidad, que no admite comparaciones,
porque ingresaste rico al servicio público y al morir tuvieron que darte una camisa ajena
para poder amortajarte. Esa es tu mayor gloria, que nadie es capaz de emular.
Tu honestidad pone en evidencia el contraste que existe con aquellos que se esconden
detrás de tu nombre para disimular sus vicios.-
Execrados sean de la historia aquellos que, invocando tu ejemplo, son indignos de tu gloria.
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