Cuentos de hadas
ECCIO LEÓN R. | EL UNIVERSAL
lunes 30 de julio de 2012 04:40 PM
En el cuento original, Caperucita Roja engaña al lobo y se salva. Era más bien una historia de aventuras.
Ahí radica la clave de los cuentos de hadas, porque es necesario confrontar tu lado oscuro o tus impulsos o tus sentimientos de rivalidad fraternal. Hay que admitir que existen y luego trabajar para conquistarlos y salir viviendo felices para siempre. Esa es la razón de la vigencia de este tipo de cuentos siempre se aprende algo. Pero como muchos cuentos hay intenciones muy oscuras que no se dicen. Los gobernantes usan este tipo de cuentos de hadas para llegar al poder disfrazado de abuelitas y sin dar ninguna explicación cambian el libreto original convirtiéndose en los lobos de la historia y que se explica a continuación:
Las expectativas de crecimiento de América Latina son alimentadas por un ingenuo espejismo competitivo. Para la mayoría de nuestros gobernantes es casi obvio que el solo hecho de abrirse comercialmente es sinónimo de éxito inmediato e inminente, de ahí las grandes expectativas que se forman sobre el proceso de apertura en toda América Latina. Sin embargo, el marco institucional y la preparación real de nuestros países son insuficientes, por el intervencionismo Estatal y Político que desaparecieron del escenario las industrias en la última década.
El inconsciente colectivo muestra su destructivo alcance al terminar con mercados internos saturados de mercancías importadas que no son de buena calidad y con miles de desempleados y empresas quebradas. En esto se debe mencionar la incapacidad de los gobernantes a responder adecuadamente a los retos de combatir la corrupción con la ayuda de la inseguridad en todas sus formas.
El panorama económico actual ha puesto en duda los mecanismos para la sociedad en general, estos reclaman mejores condiciones de los sectores privados, la estructura productiva latinoamericana ha profundizado su deterioro y desarticulación toda una autodestrucción, ya que la competencia por espacios económicos de producción y de realización está más ausente.
En este escenario y frente a un mercado interno deprimido, surge con fuerza el sector informal. Al conjugarse en éste, la producción y el intercambio de productos, que ha permitido resolver por el momento, la reproducción del grueso de la población y contener el estallido social.
Ante esta situación, la modernización de los aparatos productivos es fragmentada y lamentablemente excluyente. Los proyectos nacionales en América Latina sólo han beneficiado a unos pocos y cada día somos más pobres y dependientes.
Necesitamos Estados que garanticen educación, seguridad social y capacitación, incorporar otras formas de producción y de organización de la sociedad, que permita visualizar la verdadera complejidad de la situación actual. Latinoamérica vive una especial coyuntura, y las soluciones a nuestros problemas requieren soluciones más agresivas con gobernantes más progresistas, las realidades que afrontamos los latinos. La falta de preparación de nuestras naciones, se ha evidenciado en los múltiples y graves inconvenientes que hemos sufrido los latinoamericanos en los últimos años, cualquier avance nuevo de crecimiento o infraestructura social, simplemente recuperará un mínimo del terreno que hemos perdido en la última década.
Los indicadores de competitividad hablan por sí mismos, Latinoamérica no es competitiva aún y serán necesarios muchos años de inversión en todos los niveles con un desarrollo mayor en la investigación científica y tecnológica para alcanzar los niveles deseados de aprensión tecnológica, modernización y mejoramiento del capital humano.
Todas las recetas económicas que están imponiendo han fracasado al beneficiar a pequeños grupos de latinoamericanos, más cuando en toda Latinoamérica todavía hay personas que viven en la más completa miseria por los distintos fenómenos políticos de nuestra región, el relato de la historia marca un claro contraste entre el poblado seguro, y el bosque peligroso.
cedros@hcb23.com
Ahí radica la clave de los cuentos de hadas, porque es necesario confrontar tu lado oscuro o tus impulsos o tus sentimientos de rivalidad fraternal. Hay que admitir que existen y luego trabajar para conquistarlos y salir viviendo felices para siempre. Esa es la razón de la vigencia de este tipo de cuentos siempre se aprende algo. Pero como muchos cuentos hay intenciones muy oscuras que no se dicen. Los gobernantes usan este tipo de cuentos de hadas para llegar al poder disfrazado de abuelitas y sin dar ninguna explicación cambian el libreto original convirtiéndose en los lobos de la historia y que se explica a continuación:
Las expectativas de crecimiento de América Latina son alimentadas por un ingenuo espejismo competitivo. Para la mayoría de nuestros gobernantes es casi obvio que el solo hecho de abrirse comercialmente es sinónimo de éxito inmediato e inminente, de ahí las grandes expectativas que se forman sobre el proceso de apertura en toda América Latina. Sin embargo, el marco institucional y la preparación real de nuestros países son insuficientes, por el intervencionismo Estatal y Político que desaparecieron del escenario las industrias en la última década.
El inconsciente colectivo muestra su destructivo alcance al terminar con mercados internos saturados de mercancías importadas que no son de buena calidad y con miles de desempleados y empresas quebradas. En esto se debe mencionar la incapacidad de los gobernantes a responder adecuadamente a los retos de combatir la corrupción con la ayuda de la inseguridad en todas sus formas.
El panorama económico actual ha puesto en duda los mecanismos para la sociedad en general, estos reclaman mejores condiciones de los sectores privados, la estructura productiva latinoamericana ha profundizado su deterioro y desarticulación toda una autodestrucción, ya que la competencia por espacios económicos de producción y de realización está más ausente.
En este escenario y frente a un mercado interno deprimido, surge con fuerza el sector informal. Al conjugarse en éste, la producción y el intercambio de productos, que ha permitido resolver por el momento, la reproducción del grueso de la población y contener el estallido social.
Ante esta situación, la modernización de los aparatos productivos es fragmentada y lamentablemente excluyente. Los proyectos nacionales en América Latina sólo han beneficiado a unos pocos y cada día somos más pobres y dependientes.
Necesitamos Estados que garanticen educación, seguridad social y capacitación, incorporar otras formas de producción y de organización de la sociedad, que permita visualizar la verdadera complejidad de la situación actual. Latinoamérica vive una especial coyuntura, y las soluciones a nuestros problemas requieren soluciones más agresivas con gobernantes más progresistas, las realidades que afrontamos los latinos. La falta de preparación de nuestras naciones, se ha evidenciado en los múltiples y graves inconvenientes que hemos sufrido los latinoamericanos en los últimos años, cualquier avance nuevo de crecimiento o infraestructura social, simplemente recuperará un mínimo del terreno que hemos perdido en la última década.
Los indicadores de competitividad hablan por sí mismos, Latinoamérica no es competitiva aún y serán necesarios muchos años de inversión en todos los niveles con un desarrollo mayor en la investigación científica y tecnológica para alcanzar los niveles deseados de aprensión tecnológica, modernización y mejoramiento del capital humano.
Todas las recetas económicas que están imponiendo han fracasado al beneficiar a pequeños grupos de latinoamericanos, más cuando en toda Latinoamérica todavía hay personas que viven en la más completa miseria por los distintos fenómenos políticos de nuestra región, el relato de la historia marca un claro contraste entre el poblado seguro, y el bosque peligroso.
cedros@hcb23.com
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