Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 29 de julio de 2012

De pronto fue mejor para mi salir de Caracas, para recordarla como antes era...


Memorias de una ciudad que era amable

Caraqueños echan de menos locales y actividades de una urbe que ya no está

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Del tranvía, transporte caraqueño de comienzos del siglo XX, quedan vestigios de algunos rieles en Candelaria FOTOS: COROTECA DE EL UNIVERSAL
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JAVIER BRASSESCO |  EL UNIVERSAL
domingo 29 de julio de 2012  12:00 AM
Quienes tienen más de cincuenta años viviendo en Caracas recuerdan una ciudad amable e ingenua que se podía caminar sin sobresaltos y que tenía su corazón, su vida pública, sus celebraciones y sus principales negocios en el casco histórico.

Esta semana la capitalcumplió 445 años de fundada, y a quienes recuerdan su aniversario 400 en el año 1967 se les hace difícil creer que se trata de la misma ciudad.

Cada fin de año los caraqueños se ponían sus estrenos y se reunían en el centro para escuchar y bailar al son de la retreta de la plaza Bolívar (la Banda Marcial de Caracas), que tocaba el himno justo antes de que sonaran los doce cañonazos desde La Planicie. Parece una imagen de la prehistoria, pero Fernando Canelón recuerda que de eso hace menos de cuarenta años.

Dice que justamente la retreta de la plaza Bolívar, que tocaba todos los jueves, sábados y domingos, es lo que él más echa de menos de la ciudad de antaño: "La plaza Bolívar era entonces el epicentro de la vida social y cultural de esta ciudad, y allí había conciertos y exposiciones casi todos los días", explica, al tiempo que también recuerda los paseos en coche hasta la rotonda de El Calvario ("nuestros campos elíseos") y las misas de aguinaldo en la hacienda La Mosquera, hoy parque Los Caobos.

José Luis Alvarenga González, quien nació en 1932 de Manduca a Ferrenquín, extraña de su infancia las múltiples compañías de teatro infantil que había en Caracas (casi todas italianas) y los tranvías que atravesaban la ciudad. En cuanto a locales, recuerda la panadería Tricás y la cervecería Donzella.

Tanto estos dos locales como la pastelería El Pampán, el salón de baile Roof Garden, la heladería La India (regentada por Heliodoro González, famoso por su receta del ponche crema), la bodega La Atarraya (hoy un restaurant) y en general casi todos los negocios que reunían a los caraqueños estaban en el centro.

Víctor Artís, quien llegó a la capital en 1942, recrea una imagen de su adolescencia difícil de asumir para un caraqueño de hoy: "Salíamos del cine El Río, atravesábamos la calle Real de Sabana Grande (donde hoy está el bulevar) y ya estábamos en una hacienda de caña de azúcar que se llamaba Bello Monte". En su colegio hacían además excursiones a la hacienda Las Mercedes, donde hoy está la urbanización conocida por sus restaurantes y locales nocturnos.

Por su parte Harold Cova, caraqueño desde 1961, extraña de su juventud la libertad con que podía moverse por toda la ciudad: "Por Sabana Grande se podía caminar de noche, después que salías de los locales nocturnos de Chacaíto, y podías ir a una parrilla a El Junquito o a La Mariposa con tranquilidad, sin tener que estar alerta y mirando por encima del hombro debido a la inseguridad".

Dice que hoy cualquier actividad se ha convertido en una odisea, bien sea por esa inseguridad o por el tráfico: "Ir hoy al teleférico es una tortura, no hay estacionamiento, hay que hacer horas de cola... Aquí no se vive, se sobrevive".

En cuanto a cosas que ya no existen, menciona "aquella maravilla" que era el tren de El Encanto, y en cuanto a actividades idas para siempre menciona la costumbre de volar aviones en ese terreno de El Cafetal donde hoy está erigido el centro comercial Plaza Las Américas.

Pero sobre todo extraña una ciudad en donde no se respiraba miedo: "Eso es lo peor al comparar épocas, darte cuenta de que hoy la ciudad se nos hizo inhóspita y todos somos prisioneros del miedo"



El arte no convencional se llama "Bioenergizarte"

Esta muestra se inaugura mañana domingo, a las 11:00 a.m. en las salas NG y Arturo Uslar Pietri de la Casa de Rómulo Gallegos.

EL UNIVERSAL
sábado 28 de julio de 2012  03:32 PM
La muestra de arte no convencional "Bioenergizarte", que se inaugura este domingo 29 de julio, a partir de las 11:00 a.m., presentará el trabajo de diecisiete artistas plásticos en la Sala NG y la Sala Arturo Úslar Pietri de la Fundación Celarg.

Hasta el 14 de septiembre, en la Casa de Rómulo Gallegos podrá apreciarse la exposición colectiva que cuenta con la participación de los realizadores artísticos Héctor Fuenmayor, Jorge Estrada, Gloria Loya, Dinorah Lares, Kira Peña, Iván Romero, Franklin Sánchez, VestandPage, María Busing, Carolina Lezama, Gustavo León, Renny Barrios, Miriam Lares, Arnoldo Madero, Yosmaira Silva, Adriana Turmero y Álvaro León.

Lo no convencional de la muestra parte del hecho de que las corrientes espiritualistas como la meditación, el yoga, y otras disciplinas, se unen a las artes, para proponer nuevos discursos y estéticas.

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