Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 29 de julio de 2012

In Memoriam de Aquiles Nazoa con quien conocí a Feliciano Carvallo


Feliciano Carvallo, pintor de sueños, para recordarle siempre

Alfredo Weber 
Conocí personalmente a Feliciano Carvallo a comienzos de la década de los ochenta del pasado siglo. Me habían informado que vivía en Güigüe, en un sector llamado El Venado. No fue difícil llegar hasta su casa. Al preguntarle a cualquier transeúnte sobre el artista me orientaba por el camino que debía seguir, ya que todos en el vecindario le conocían y le llamaban don Feli. Llegué a un  inmenso patio  con una  mata de mango que dominaba el espacio y de donde colgaban estrellas, muñecos, figuras y una enorme jirafa, Salió Feliciano Carvallo a ver de quién se trataba. Estaba ante la presencia de un hombre amable, cordial, atento, con una concepción pueblerina de la vida, muy lejos de cualquier ínfula o expresión de vanidad que pudiese tener un protagonista de tan encomiable posición en las Artes Plásticas de nuestro país. Era buen conversador y de fácil risa. 
El mundo de Feliciano 
Mostraba con orgullo el mundo donde vivía: su casa, sus plantas, sus animales, un amplio salón que le servía de taller y donde también almacenaba lienzos para trabajar sus obras; unos comenzados, otros a punto de terminar, herramientas de trabajo de albañilería, de agricultura, pedazos de tablas, taparas, sacos vacíos, una caja de madera con más de un centenar de serigrafías donde el comején ya había hecho presencia. De las paredes colgaban  cuadros de otros artistas como  Julián López, su compadre Esteban Mendoza y  Salvador Valero. 
El artista había nacido en 1920, en  Naiguatá. Provenía de un hogar muy humilde.  Las carencias lo obligaron a trabajar desde temprana edad como mandadero, ayudante de carpintería, pescador, leñador, carbonero.  albañil y pintor de brocha gorda. 
Me contó que conoció a Armando Reverón en Macuto, y trabajó en su casa como albañil, remendando objetos destartalados y cuidando los animales. En ocasiones le ayudó a preparar lienzos. Un buen día "El pintor de la luz" le compró un cuadro para motivarlo. 
En Naiquatá conoció a Alirio Oramas, quien  iba con amigos  que hablaban de arte, literatura, música, historia y otras ramas del saber. Oramas quedó impresionado con los frescos ejecutados por Feliciano en diversas paredes de la vecindad y lo animó  a que fuera al Taller Libre de Arte, en Caracas.Allí  inicia los pasos de aprendiz oyendo las explicaciones de los maestros Luis Guevara Moreno,  Oswaldo Vigas y Perán Erminy, al mismo tiempo que se desempeñaba como bedel del Taller. 
El Gran Pintor 
El 27 de marzo de este  año , Lorena González reseñó en su columna de  El Nacional un pasaje por demás revelador: “Existía un estrecho vinculo entre los pintores del Taller Libre de Arte y la coleccionista cubana María Luisa Gómez Mena, quien observando que algunos pintores  se reían  de un cuadro de Feliciano Carvallo les dijo: ‘Este señor es mejor pintor que todos ustedes juntos´”. Los años le dieron lar razón  porque Carvallo se  convirtió en el  creador popular conocido,  mejor cotizado,  más imitado,  más falsificado y  de mayor proyección internacional.      
A comienzos de 1949 se efectuó en el  Taller Libre de Arte la presentación de una muestra de pintura de Carvallo, gracias a las gestiones de Alirio Oramas. Fue el primer pintor popular en exponer su obra en Caracas, lo cual se transformó en un gran evento. Por esos tiempos en el país comenzaron a emerger movimientos que cuestionaban las artes tradicionales, que buscaban caminos diferentes al arte convencional y así nacen las primeras generaciones de artistas abstractos. Las  vanguardias marcarían un nuevo rumbo en las Artes Plásticas Venezolanas. El convulsionado mundo de  Caracas hizo que Feliciano regresara a la cercanía del mar, al paisaje familiar en Naiguatá.  Luego se muda al barrio Las Pailas, en Maiquetía,  donde vive hasta que le derrumban el rancho. Su nueva localización se hará en Tarma y seguidamente en Marapa. Su peregrinar lo orienta, posteriormente, hacia San Rafael de Onoto,  Güigüe, La Guama (Cojedes), Mariara y Tocorón. 
Hay dos hechos curiosos narrados por Feliciano, que le ocurrieron cuando vivía en Maiquetía. Uno de ellos es que un día se presentaron en su vivienda Sofía Imber,  Guillermo Meneses y un señor llamado Carpentier (supuestamente Alejo Carpentier),  quien quería comprar un cuadro. Pero la negociación no se pudo dar debido a que el trabajo que le gustó estaba pintado en una de las paredes del rancho. En otra oportunidad,  le vendió una máscara a Juan Liscano y el poeta regresó a los meses para decirle  que los gorgojos se la habían comido. Carvallo achacaba lo sucedido a la gran cantidad de engrudo empleado para la elaboración del objeto.
El artista no pinta lo que ve; plasma diversos contrastes de dibujos y colores, construye  efectos armoniosos, cambiantes, alejados  de las apariencias de la realidad. Por ello, Feliciano es un maestro de la plástica nacional, querido, respetado, alabado por quienes conocen de Arte y  por quienes no son tan especialistas. A partir de 1950 Feliciano Carvallo tenía  una gran producción de creaciones: pinturas  sobre platos de peltre, bandejas de madera, objetos pintados, máscaras, maracas, muñecos elaborados con tapara, trabajos sobre cartón, papel y lienzos con   animales, personajes, festividades religiosas, carnavales, paisajes marinos, fiestas pueblerinas, frutas en copas, en sombreros y, sobre todo, selvas. 
 Las selvas son las creaciones que más lo identifican .En éstas  da rienda suelta a su imaginación, a su fabulación, incorporando diferentes elementos. Por ello, Perán Erminy lo ha llamado  “El rey de la selva, de las selvas imaginarias”, que solamente él supo crear. 
En el XIII Salón  Oficial de Arte de 1952,  participa, por primera vez, Feliciano Carvallo. Dos años más tarde lo hallamos presentando sus obras en New York. En 1958 expone  en La Habana.Al año siguiente firma un contrato con la Galería Arte Moderno de Caracas para dos exposiciones  inmediatas. 
La compañía Shell de Venezuela, en 1963, publica su almanaque anual con obras de Feliciano Carvallo y de Luis Guevara Moreno. En 1964, se lleva a término la “IV Exposición Bienal Internacional de Sao Paulo”, evento artístico de gran envergadura y de confrontación planetaria. En esa oportunidad recayó la responsabilidad de representar a Venezuela en tres artistas populares: Feliciano Carvallo, Víctor Millán y Armando Rafael Andrade. 
En 1965, Gastón Diehl, quien para ese entonces era el consejero cultural de la Embajada de Francia en Venezuela, ve los cuadros del artista y los considera de tan excelente calidad que le organiza una exposición en el Centro Venezolano Francés. Años más tarde el propio Diehl, envía varios trabajos de éste a confrontaciones internacionales realizadas en Francia y Marruecos. 
En este mismo año, Feliciano recibe distinciones en el XXVI Salón Oficial de Arte Venezolano y el Premio Antonio Edmundo Monsanto del  “XXVII Salón Arturo Michelena”. Al año siguiente es el éxito rotundo con el Premio Nacional de Pintura del  “XXVII   Salón Oficial de Arte Venezolano”. Máximo galardón de la plástica nacional, reconocimientos que se efectúan mucho antes de iniciarse la devaluación de estos galardones.
El jurado calificador, estuvo conformado entre otros por Manuel Cabré, Francisco Narváez, Elisa Elvira Zuloaga y Mateo Manaure. El día de la entrega del premio, que consistía en diploma, medalla de oro y un aporte de siete mil quinientos bolívares, al mencionarse el nombre del artista en el salón que se efectuaba el acto se oyó un sonoro “Presente”, como para que no quedasen dudas de que Feliciano Carvallo se encontraba en  aquel recinto, representando a un contingente, a una pléyade de hombres y mujeres olvidados, relegados. El premio era  el reconocimiento a la creación de personas humildes, habitantes de la geografía nacional. 
Unas vez concluido el evento, Feliciano fue al Cementerio General del Sur a depositar una ofrenda floral en la tumba de Armando Reverón,, una ceremonia voluntaria, como cancelando un acuerdo pendiente, Pero, sobre todo, de  un hombre de pueblo rindiéndole  homenaje a nuestro máximo creador de las Artes Plásticas. Se repetía la postura de Arturo Michelena sobre la sepultura de Cristóbal Rojas. 
A partir de ese año, la obra de Carvallo se trasformó  en un modelo victorioso. Su estilo se constituye en una referencia en el arte popular venezolano. Hay un gran ausente en la trayectoria de la vida artística de nuestro personaje: el Estado venezolano, representado a través de diversas instituciones que fueron incapaces de montar una gran exposición con sus producciones. El Museo de Bellas Artes o la Galería de Arte Nacional han debido presentar una retrospectiva en vida de Feliciano Carvallo, como acto central en un gran homenaje que, en cierta medida, no hizo falta y deja ver las  mezquindades y exclusiones.
En  1991, Feliciano vivía en La Guama  (estado Cojedes). En  aquel entonces hizo una gallina con taparas, la decoró con una policromía excepcional,  le colocó una cuerda que, al halarla, la gallina cacareaba. Eso  se transformaba en un jolgorio y prolongada fiesta para el artista y quienes compartían el rato con él. Pienso que Feliciano Carvallo, por su modestia y sencillez, nunca había imaginado, de joven, que llegaría a ser un astro refulgente de las artes plásticas, especialmente en la pintura. Esa fue la realidad: uno de los grandes artistas de la segunda mitad del siglo XX. 
Sin embargo, nos duele a quienes apreciamos las artes la poca importancia que los medios de comunicación social le dieron a su fallecimiento, ocurrido en Catia La Mar, el 28 de marzo de 2012.Gracias, don Feli por tu ingente y original aporte a la pintura y a la creación de sueños...

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