"El Padrino" cumple 40 años
La película de Francis F. Coppola no ha perdido su vigencia
Un director inexperto como Francis Ford Coppola y un actor presuntamente acabado como Marlon Brando alumbraron El padrino, que se convirtió en un clásico instantáneo que no ha perdido ni un ápice de su vigor a sus 40 años.
El cine de gran formato parecía cosa del pasado. La épica y la grandilocuencia se vinculaban a la última época de los grandes estudios. Pero un joven director italoamericano llamado Francis Ford Coppola, que había escrito el guion de Pattony dirigido películas de interés medio, encontró en el descalabro moral un nuevo código mitológico, en el proceder mafioso una nueva poética de la violencia y en las calles de Nueva York un interminable paisaje de corrupción.
Aunque en un principio desconfió del proyecto por coquetear con la apología de esa palabra que no podían usar (Mafia"), Coppola comenzó a traducir la novela de Mario Puzo en imágenes que combinaban la calidez siciliana con la dinámica implacable del capitalismo para hacer una ópera de la sociedad estadounidense del siglo XX.
Los Coppola, como si fueran un clan mafioso -que según confesaría Puzo, coguionista de la cinta, también inspiró partes del filme-, se volcaron en El Padrino. De hecho, Coppola es el nombre del sombrero tradicional italiano, y la hermana de Francis Ford, Talia Shire, interpretó a Connie Corleone.
Su padre Carmine tocó el piano en una de las secuencias, la madre hacía de extra en uno de los restaurantes donde la salsa de tomate se confundía con la sangre, y sus hijos también hicieron cameos. Giancarlo y Roman eran figurantes en la paliza de Sonny a Carlo, y Sofia es el bebé de Michael Rizzi en la secuencia del bautismo.
Pero para el padrino, Don Vito Corleone, Ford Coppola requirió al que consideraba el mejor actor de entonces, Marlon Brando, a quien convirtió en un anciano de agresividad elegante con escasos trucos de maquillaje en un trabajo por el que ganaría su segundo Óscar.
"Le haré una oferta que no podrá rechazar" pudo haber sonado con la voz de Laurence Olivier -que no aceptó el papel- e incluso Frank Sinatra, que conocía desde dentro la Mafia, y llegó a pujar por el rol pese a su inicial oposición a que el filme se realizara.
El reparto contaría con tres secundarios que se enfrentaron por el mismo Óscar -Al Pacino, Robert Duvall y James Caan- y con Diane Keaton, que se inspiró en la esposa del director, Eleanor, para construir el rol de Kay Croleone.
Para acompañar esas muertes legendarias -18 incluyendo la del caballo, cuya cabeza aparece entre sábanas de raso-, Coppola contó con una banda sonora inolvidable que retrotraía a los mejores títulos del cine italiano (compuesta por Nino Rota), y con la fotografía tenebrista de Gordon Willis.
Con seis millones de dólares de presupuesto, el film recaudó más de 230 tras su estreno el 15 de marzo de 1972 en Nueva York, lo que desbancó el récord de Lo que el viento se llevó.
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