A quienes prepararon la cuña de televisión de un ciudadano que al parecer rebosa de alegría,
"porque Chávez le dio casa", es preciso decirle, que no ha sido el señor Chávez, quien lo
proveyó de algo tan necesario; si en verdad que se la dieron, pues al señor Chávez, es
difícil creerle, pues hoy dice una cosa y al día siguiente dice otra. Ahora dice que está
sanado, todo el mundo sabe que es coba, pues el cáncer hasta la fecha no tiene curación
(NOTA: o la vaina de su enfermedad la inventó Fidel Castro.)
El señor que pusieron en la cuña, da risa, cuando dice que Chávez es un "segundo
Bolívar", el ciudadano -emocionado jalabolas- que se prestó para la cuña, debe saber
que fue el estado venezolano con dinero de todos nosotros quienes lo dotaron de techo
y respectivo mobiliario. Echárselas de generoso con los reales de todos es muy sabroso.
Lo que no dice la cuña, es que Capriles le abrió al señor Diosdado, una investigación penal
ante la fiscalía general de la República, con respectivos soportes, y la causa, aunque tuvo
repercusión en el finado Tascón, no ha pasado de allí, ya va para seis años, y la dichosa
Fiscala, tan ocupada ella, no la procesa, y se cree que en tiempo de elecciones menos lo
hará. Chávez, muy contento con tener en el despacho de su congénere la señora Fiscala
la denuncia, pues es una espada de Damocles que pende sobre el cuello del "hasta
ahora amigo" Diosdado, este debe pedirle información al General Baduel para que
sepa cómo se bate el cobre en Miraflores, a Baduel, luego de enjugarse las lagrimas de
cocodrilo, y de mencionar a la esposa madre e hijos (alguno como que es ahijado del señor
Chávez) apenas usó el derecho que "ique" Chávez, dio a los uniformados para que se
expresaran y dijeran lo que quisieran, el mentado General en Jefe, opinó, y más rápido
que inmediatamente, lo mandó a recoger en una camioneta de reparto y en cholas como
andaba, lo zampó en una cárcel incomunicado. Creemos que para Baduel y los innumerables
presos políticos y exiliados venezolanos, Chávez no es ningún segundo Bolívar. Igual le
advertimos al señor Diosdado, que debe estar temblando, pues no sabe cuando se dé
la orden para que la catarata de acusaciones que reposa en la Fiscalía, se abra y lo
ahogue. Chávez lo mantiene en situación de "Capilla" para manejarlo a su antojo.
Se cuenta que al General Gómez, en un discurso en el Samán de Güere, el orador lo
comparó con Bolívar, airado el tirano por sentirse burlado, mandó al orador inmediatamente
al Castillo Libertador, lo cómico, siempre le buscamos esta parte alegre a la vida, es que
cuando el orador terminó y los policías lo agarraron, él creía que lo mandaba a buscar el
tirano para felicitarlo, y era para llevárselo en una patrulla directo, ¡sin pararse a comer
empanadas en El Palito, al Castillo Libertador! Quienes oyeron a Gómez dicen que dijo:
¡Ese hombre es un jalabolas!, ¿Cómo se le ocurre compararme con El Libertador!! e
inmediatamente
lo mandó preso, pues consideraba el tirano, y tenía razón, que bajo la adulancia babosa
yacía una ironía sangrienta.
Mientras este culto exacerbado de la personalidad tiene lugar en una Caracas azotada
por el hampa; en Moscú, están tratando de enterrar la momia de Lenín. Por muy revolucionario
que haya sido, ya le pesa al estado ruso mantener ese fiambre, conservarlo en las heladas
y ventilarlo en los calores del verano moscovita. En el caso que nos ocupa Chávez mismo
es quien paga para que le digan "segundo Bolívar", a cualquier hombre sensato y honrado,
le hubiera disgustado una ironía tan refinada, al parecer –esa cuña, que es un estilete
florentino en la tripa- la paga Capriles!. ¡Que a que la quitan voy!
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