"No habrá paz en la tierra mientras perduren las opresiones de los pueblos, las injusticias y los desequilibrios económicos". Su Santidad Juan Pablo II, Papa polaco (1920-2005).
Dicen que cuando Juan Pablo II murió, en su habitación del Vaticano sucedió algo muy revelador: no se inició una oración por su alma sino un Te Deum de acción de gracias por esa vida tan rica que abandonaba su fase terrestre para pasar al plano celestial al que realmente pertenecía. Karol Wojtyla, el primer Papa no italiano de los últimos siglos concluía así su Pontificado de 26 años (el tercero más largo en la historia de la Iglesia), iniciado en 1978 y entregado exitosamente en ese abril de 2005.
Juan Pablo II, el Caminante, el Papa Viajero, el políglota, el estadista, el hombre que enseñó que cualquier mortal común como él podía llegar a ser santo, ve ahora recompensada su vida entregada a Dios y a la Iglesia. Mundano como ningún otro Papa, político experimentado, Juan Pablo II intervino directamente en la historia de su tiempo. En más de 160 viajes a los lugares más recónditos del mundo, se acercó a la gente, tendió su mano a los necesitados, jamás eludió el contacto físico con los fieles, mucho menos con quienes sufrían. Fue un Papa cercano, cálido, de un buen humor envidiable, aficionado al esquí, a las largas caminatas, a la música profana. Extremadamente culto, se media a la par de los intelectuales; era un conocedor profundo de la geopolítica. Su mano estuvo en la caída del muro de Berlín, en los procesos de disolución de la Unión Soviética, en la lucha por el respeto religioso en Cuba y sobre todo en la defensa de los derechos humanos de los pueblos más pobres y oprimidos.
No sabía perder un minuto, pero siempre estaba en calma, sin rastros de tensión o ansiedad. Le gustaba conversar en el idioma de sus interlocutores y hablaba con soltura siete lenguas, entendía unas catorce y podía decir frases con buena pronunciación en una docena más. Amaba bendecir a las multitudes y las enseñó a orar en público. Mantuvo firmemente la fe en una América Latina abatida por teologías de liberación. Su relación con Dios era intensa y sin intermediarios. Mientras pudo, oraba en su capilla privada de rodillas y algunos de sus asistentes juran que le oyeron cantar a Dios… baladas populares en polaco.
Karol Wojtyla nació en Wadowice, Polonia, el 18 de mayo de 1920 en un hogar muy católico y muy pobre. Cuando tenía 9 años, su madre Emilia Kaczorowska, falleció al dar a luz a su hermana, quien también nació muerta. Luego, cuando tenía 11 años, su hermano Edmund murió de escarlatina. A los 21 años quedó totalmente solo cuando su padre falleció de un ataque cardiaco. Amaba el teatro, escribió y actuó en varias obras. Cuando decidió seguir su vocación religiosa, Karol era un muchacho atlético que había luchado para estudiar y trabajar. Su tesón y perseverancia le hacen escalar en la jerarquía eclesiástica y ya para 1962 es Arzobispo de Cracovia.
El Cardenal Wojtyla llamo la atención del Colegio Cardenalicio cuando en 1978 debían escoger sucesor al fugaz Papa Juan Pablo I, fallecido repentinamente después de 33 días de Papado. Agobiado por la responsabilidad y el honor que le confirieron, el Cardenal polaco salió al balcón del Vaticano como Juan Pablo II. Desde el primer momento se lanzo a visitar a sus fieles en todo el mundo. Siempre decía que la Iglesia debía ir donde estaba la gente y no al revés. Besaba, abrazaba, bendecía, siempre defendiendo la dignidad del hombre y condenando la violencia. En 1981, mientras saludaba a los fieles en la Plaza de San Pedro, Juan Pablo II sufrió un atentado contra su vida perpetrado por Mehmet Ali Agca, quien le disparó a escasa distancia desde la multitud. Meses después, en un gesto supremo de misericordia, Juan Pablo le perdonó. Pero esos disparos habían lesionado seriamente su salud. Años después sufriría de un tumor en el colon y para finales de la década de los 90, se le diagnosticó Mal de Parkinson.
Pero ello no detuvo para nada al Caminante, quien hasta sus últimos días viajó, casi sin poder hablar ni caminar, con un temblor incontenible en su mano izquierda, pero lúcido como siempre. Muchos se preguntaban si era necesario someter al enfermo Papa a tan agitada agenda y hasta se llegó a hablar de una posible renuncia, totalmente fuera de la consideración de los códigos canónicos. Lo que no sabían es que el mismo Juan Pablo imponía el ritmo. Cuando ya no podía caminar hizo un viaje a Azerbaiján, una ex república soviética. El número de católicos en ese país era inferior a 200, pero quiso ir porque consideraba que ese puñado de fieles tenía también derecho a estar con el Papa.
"Su Santidad tenía una intensa presencia de Dios. En sus oraciones no se ocupaba de las cosas "suyas", aunque estuviese sufriendo su cuerpo, sino de los sufrimientos y necesidades de las miles de almas que le escribían mensajes solicitando su ayuda espiritual", dijo su vocero por 22 años, el médico y periodista español Joaquín Navarro Valls, quien hoy escribe un libro sobre este santo que sabía utilizar celulares y computadoras. Los días posteriores a su muerte diversos periódicos publicaron que la última palabra de Papa fue "Amén". El Vaticano lo desmintió y dijo que sus últimas palabras fueron "Déjenme ir a la casa del Padre". Y allí está con toda seguridad.
La misericordia con que actuó no sólo como Papa sino como hombre, ha tenido respuesta, que seguramente él encontrará en su humildad, inmerecida: el proceso de beatificación más rápido de la Iglesia Católica. Apenas 6 años después de su muerte, Juan Pablo II será beatificado el domingo 1º de mayo en el Vaticano. Por su confianza en la misericordia de Dios hacia este mundo que tanto necesita de luces como la de Karol Wojtyla, seguramente no es casualidad que ese día sea el Domingo de Jesús de la Divina Misericordia, una fiesta que él instituyó y en cuya víspera falleció.
Charitorojas2010@hotmail.com
viernes 29 de abril de 2011
El féretro de Juan Pablo II sacado de la tumba para la beatificación
El féretro con los restos de Juan Pablo II fue sacado hoy de la tumba que ocupaba en las Grutas Vaticanas y colocado sobre un catafalco cubierto con una tela blanca delante de la monumental tumba de San Pedro.
El ataúd permanecerá en ese lugar hasta la mañana del 1 de mayo, cuando será trasladado ante el Altar de la Confesión de la basílica de San Pedro, para que los fieles puedan venerarlo una vez beatificado por Benedicto XVI.
Las caja, informaron a Efe fuentes vaticanas, fue sacada pocos minutos después de las nueve de la mañana (07.00 GMT) por personal del Vaticano.
Las Grutas Vaticanas (cripta de la basílica de San Pedro) permanecerán cerradas al público desde hoy hasta primeras horas de la tarde del 1 de mayo.
El féretro con los restos del papa Wojtyla, fallecido el 2 de abril de 2005 a los casi 85 años (los habría cumplido el 20 de mayo) no será abierto, ni el cadáver exhumado, debido al corto espacio de tiempo que hace desde su fallecimiento.
Una vez que Benedicto XVI lo haya proclamado beato, en una ceremonia que comenzará a las nueve de la mañana (07.00 GMT) del primero de mayo, el papa Ratzinger y los cardenales con los que concelebrará la misa irán en procesión desde la Plaza de San Pedro hasta el interior de la basílica, donde se postrarán ante el féretro y rezarán.
Después, todos los fieles que lo deseen podrán acercarse hasta el féretro para rendir homenaje al papa que guió a la Iglesia durante casi 27 años (1978-2005) y la introdujo en el tercer milenio.
La basílica de San Pedro estará abierta mientras dure el flujo de fieles para permitir que los cientos de miles que se esperan puedan rezar ante el primer pontífice polaco de la historia.
Una vez concluida las celebraciones, el féretro será trasladado a la capilla de San Sebastián del templo vaticano, para permitir una mayor afluencia de fieles en el futuro.
Esta capilla, situada entre la que acoge a la "Piedad", de Miguel Ángel, y la Capilla del Santísimo, ha sido restaurada, con nueva iluminación y sonido, y guarda actualmente los restos del papa Inocencio XI (1611-1689).
Los restos de Juan Pablo II han reposado desde el 8 de abril de 2005, fecha del funeral, en las Grutas Vaticanas, en la que fue tumba del beato papa Juan XXIII y a pocos metros de la tumba de San Pedro.
Juan Pablo II era el único papa enterrado entre dos reinas, Cristina de Suecia y Carlota de Chipre.
Hasta ahora, una sencilla lápida de mármol blanco jaspeado cubría la tumba del papa polaco, que se convirtió en lugar de peregrinación de fieles de todo el mundo.
Según datos del Vaticano, una media de más de 20.000 personas la visitaban a diario.
"Ioannes Pavlvs PP II. 16.X.1978-2.IV.2005" eran las únicas letras y números grabados en la losa de mármol, proveniente de la famosa montaña de mármol de Carrara, en el noroeste italiano.
La losa medía 2,20 metros de largo por 1,20 metros de ancho y estaba colocada de manera que los fieles podían verla y leer lo escrito con facilidad.
GlobovisiónNotitarde 27-04-2011 | El padre José María Martínez ofició la santa misaSÁBADO 22 DE MARZO DE 2008
Visita de Laurence Freeman a la Abadía Benedictina de Güigüe
Laurence Freeman OSB visitó la Abadía Benedictina de San José en Güigüe, Carabobo. Laurence fue recibido por el nuevo Abad, el P. José María Martínez (segundo desde la derecha) y algunos de los monjes, con los que intercambió impresiones sobre la Abadía y sus obras de arte, así como sobre la vida en común en su interior y las relaciones con la comunidad de Güigüe. Regina Kuttel (blusa negra), quien organizó la visita de Laurence en Valencia y Maracay, se acercó a la Abadía para conocer al P. Laurence e iniciar la gira por estas ciudades. El Sr. Luis Toro y su hijo viajaron 12 horas en bus desde Mérida para conocer a Laurence y oir sus conferencias. El Sr. Toro (primero a la derecha) conocía a Laurence a través de los sitios web de la Comunidad Mundial para la Meditación Cristiana.
Feligreses visitaron Abadía Benedictina de San José Imprimir Enviar Compartir Tamaño Valencia, abril 27 (Joysa Denís Marcano).- La Abadía Benedictina de San José en Güïgüe nuevamente abrió sus puertas para recibir a los numerosos vecinos del pueblo de Güigüe en el estado Carabobo, y visitantes de las ciudades de Caracas, Barquisimeto y Maracay, para así venerar como todos los años la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret.La semana más intensa y litúrgica del año estuvo presidida por el padre abad José María Martínez, quien inició la ceremonia del Domingo de Ramos con la tradicional bendición de las palmas, donde los feligreses mostraron de manera simbólica las palmas que utilizaron los judíos en el tiempo de Jesús. Posteriormente el padre Martínez invitó durante la misa, procesión y eucaristía a renovar la fe éste y todos los días. De igual manera, el Jueves Santo a las 5.00 p.m. se realizó la "misa vespertina de la cena del Señor", seguida de la dramatización del lavatorio de los pies. El Viernes Santo el vía crucis, donde los fieles encarnaron las diferentes etapas en el momento de la aprehensión y crucifixión hasta la sepultura de Jesucristo, iniciada desde la pequeña loma donde se encuentra el conocido samán en las áreas verdes de la Abadía Benedictina, terminando en la capilla colmada de fieles, recreó Óscar Echeverría, hermano y colaborador de la Abadía. Seguidamente, dando continuidad a la festividad de la Semana Mayor, el Sábado Santo en la "solemne vigilia pascual" en su primera etapa, efectuaron el rito de la luz para bendecir el fuego solemne; luego en la segunda etapa consagraron el agua y bautizaron a los asistentes para renovar de esta manera la promesa bautismal ante la imagen de Jesucristo, terminando la actividad con una vigilia que se extendió hasta altas horas de la noche. Asimismo, Echeverría manifestó estar contento en relación a la asistencia masiva los días de la Semana Santa. "Es gratificante ver a tantas personas congregadas estos días para escuchar la Palabra de Dios". Es importante resaltar que durante el asueto la Abadía contó con personal de seguridad privado, que resguardó los vehículos y las vidas de los visitantes. Se conoció que para el día de resurrección la seguridad se redobló, pues la asistencia fue más significativa.
Domingo de Resurrección Para cerrar los actos conmemorativos, a las 10 de la mañana los hermanos presentes junto con el padre abad celebraron la santa misa del Domingo de Resurrección, día en que el Señor resucita después de ser crucificado. "Los feligreses se congregaron desde muy tempranas horas de la mañana para escuchar la santa misa", puntualizó el hermano Óscar. Por otro lado, durante la visita realizada este lunes, se puedo conocer que las instalaciones de la Abadía Benedictina se mantienen realizando los retiros espirituales.Dentro de las actividades que ejecutan dentro de estos días de aislamiento social y del mundo exterior, se encuentran ayudar en el mantenimiento y labores de limpieza del recinto, así como también escuchar la misa, entre otros. Las personas interesadas comunicarse a través de los números 0245-3411032 y 0245-3411916.
Escribiendo y opinando
Prediciendo y advirtiendo el futuro
28 de abril de 2011
"No habrá paz en la tierra mientras perduren las opresiones de los pueblos, las injusticias y los desequilibrios económicos". Su Santidad Juan Pablo II, Papa polaco (1920-2005).
Dicen que cuando Juan Pablo II murió, en su habitación del Vaticano sucedió algo muy revelador: no se inició una oración por su alma sino un Te Deum de acción de gracias por esa vida tan rica que abandonaba su fase terrestre para pasar al plano celestial al que realmente pertenecía. Karol Wojtyla, el primer Papa no italiano de los últimos siglos concluía así su Pontificado de 26 años (el tercero más largo en la historia de la Iglesia), iniciado en 1978 y entregado exitosamente en ese abril de 2005.
Juan Pablo II, el Caminante, el Papa Viajero, el políglota, el estadista, el hombre que enseñó que cualquier mortal común como él podía llegar a ser santo, ve ahora recompensada su vida entregada a Dios y a la Iglesia. Mundano como ningún otro Papa, político experimentado, Juan Pablo II intervino directamente en la historia de su tiempo. En más de 160 viajes a los lugares más recónditos del mundo, se acercó a la gente, tendió su mano a los necesitados, jamás eludió el contacto físico con los fieles, mucho menos con quienes sufrían. Fue un Papa cercano, cálido, de un buen humor envidiable, aficionado al esquí, a las largas caminatas, a la música profana. Extremadamente culto, se media a la par de los intelectuales; era un conocedor profundo de la geopolítica. Su mano estuvo en la caída del muro de Berlín, en los procesos de disolución de la Unión Soviética, en la lucha por el respeto religioso en Cuba y sobre todo en la defensa de los derechos humanos de los pueblos más pobres y oprimidos.
No sabía perder un minuto, pero siempre estaba en calma, sin rastros de tensión o ansiedad. Le gustaba conversar en el idioma de sus interlocutores y hablaba con soltura siete lenguas, entendía unas catorce y podía decir frases con buena pronunciación en una docena más. Amaba bendecir a las multitudes y las enseñó a orar en público. Mantuvo firmemente la fe en una América Latina abatida por teologías de liberación. Su relación con Dios era intensa y sin intermediarios. Mientras pudo, oraba en su capilla privada de rodillas y algunos de sus asistentes juran que le oyeron cantar a Dios… baladas populares en polaco.
Karol Wojtyla nació en Wadowice, Polonia, el 18 de mayo de 1920 en un hogar muy católico y muy pobre. Cuando tenía 9 años, su madre Emilia Kaczorowska, falleció al dar a luz a su hermana, quien también nació muerta. Luego, cuando tenía 11 años, su hermano Edmund murió de escarlatina. A los 21 años quedó totalmente solo cuando su padre falleció de un ataque cardiaco. Amaba el teatro, escribió y actuó en varias obras. Cuando decidió seguir su vocación religiosa, Karol era un muchacho atlético que había luchado para estudiar y trabajar. Su tesón y perseverancia le hacen escalar en la jerarquía eclesiástica y ya para 1962 es Arzobispo de Cracovia.
El Cardenal Wojtyla llamo la atención del Colegio Cardenalicio cuando en 1978 debían escoger sucesor al fugaz Papa Juan Pablo I, fallecido repentinamente después de 33 días de Papado. Agobiado por la responsabilidad y el honor que le confirieron, el Cardenal polaco salió al balcón del Vaticano como Juan Pablo II. Desde el primer momento se lanzo a visitar a sus fieles en todo el mundo. Siempre decía que la Iglesia debía ir donde estaba la gente y no al revés. Besaba, abrazaba, bendecía, siempre defendiendo la dignidad del hombre y condenando la violencia. En 1981, mientras saludaba a los fieles en la Plaza de San Pedro, Juan Pablo II sufrió un atentado contra su vida perpetrado por Mehmet Ali Agca, quien le disparó a escasa distancia desde la multitud. Meses después, en un gesto supremo de misericordia, Juan Pablo le perdonó. Pero esos disparos habían lesionado seriamente su salud. Años después sufriría de un tumor en el colon y para finales de la década de los 90, se le diagnosticó Mal de Parkinson.
Pero ello no detuvo para nada al Caminante, quien hasta sus últimos días viajó, casi sin poder hablar ni caminar, con un temblor incontenible en su mano izquierda, pero lúcido como siempre. Muchos se preguntaban si era necesario someter al enfermo Papa a tan agitada agenda y hasta se llegó a hablar de una posible renuncia, totalmente fuera de la consideración de los códigos canónicos. Lo que no sabían es que el mismo Juan Pablo imponía el ritmo. Cuando ya no podía caminar hizo un viaje a Azerbaiján, una ex república soviética. El número de católicos en ese país era inferior a 200, pero quiso ir porque consideraba que ese puñado de fieles tenía también derecho a estar con el Papa.
"Su Santidad tenía una intensa presencia de Dios. En sus oraciones no se ocupaba de las cosas "suyas", aunque estuviese sufriendo su cuerpo, sino de los sufrimientos y necesidades de las miles de almas que le escribían mensajes solicitando su ayuda espiritual", dijo su vocero por 22 años, el médico y periodista español Joaquín Navarro Valls, quien hoy escribe un libro sobre este santo que sabía utilizar celulares y computadoras. Los días posteriores a su muerte diversos periódicos publicaron que la última palabra de Papa fue "Amén". El Vaticano lo desmintió y dijo que sus últimas palabras fueron "Déjenme ir a la casa del Padre". Y allí está con toda seguridad.
La misericordia con que actuó no sólo como Papa sino como hombre, ha tenido respuesta, que seguramente él encontrará en su humildad, inmerecida: el proceso de beatificación más rápido de la Iglesia Católica. Apenas 6 años después de su muerte, Juan Pablo II será beatificado el domingo 1º de mayo en el Vaticano. Por su confianza en la misericordia de Dios hacia este mundo que tanto necesita de luces como la de Karol Wojtyla, seguramente no es casualidad que ese día sea el Domingo de Jesús de la Divina Misericordia, una fiesta que él instituyó y en cuya víspera falleció.
Charitorojas2010@hotmail.com
viernes 29 de abril de 2011
El féretro de Juan Pablo II sacado de la tumba para la beatificación
El féretro con los restos de Juan Pablo II fue sacado hoy de la tumba que ocupaba en las Grutas Vaticanas y colocado sobre un catafalco cubierto con una tela blanca delante de la monumental tumba de San Pedro.
El ataúd permanecerá en ese lugar hasta la mañana del 1 de mayo, cuando será trasladado ante el Altar de la Confesión de la basílica de San Pedro, para que los fieles puedan venerarlo una vez beatificado por Benedicto XVI.
Las caja, informaron a Efe fuentes vaticanas, fue sacada pocos minutos después de las nueve de la mañana (07.00 GMT) por personal del Vaticano.
Las Grutas Vaticanas (cripta de la basílica de San Pedro) permanecerán cerradas al público desde hoy hasta primeras horas de la tarde del 1 de mayo.
El féretro con los restos del papa Wojtyla, fallecido el 2 de abril de 2005 a los casi 85 años (los habría cumplido el 20 de mayo) no será abierto, ni el cadáver exhumado, debido al corto espacio de tiempo que hace desde su fallecimiento.
Una vez que Benedicto XVI lo haya proclamado beato, en una ceremonia que comenzará a las nueve de la mañana (07.00 GMT) del primero de mayo, el papa Ratzinger y los cardenales con los que concelebrará la misa irán en procesión desde la Plaza de San Pedro hasta el interior de la basílica, donde se postrarán ante el féretro y rezarán.
Después, todos los fieles que lo deseen podrán acercarse hasta el féretro para rendir homenaje al papa que guió a la Iglesia durante casi 27 años (1978-2005) y la introdujo en el tercer milenio.
La basílica de San Pedro estará abierta mientras dure el flujo de fieles para permitir que los cientos de miles que se esperan puedan rezar ante el primer pontífice polaco de la historia.
Una vez concluida las celebraciones, el féretro será trasladado a la capilla de San Sebastián del templo vaticano, para permitir una mayor afluencia de fieles en el futuro.
Esta capilla, situada entre la que acoge a la "Piedad", de Miguel Ángel, y la Capilla del Santísimo, ha sido restaurada, con nueva iluminación y sonido, y guarda actualmente los restos del papa Inocencio XI (1611-1689).
Los restos de Juan Pablo II han reposado desde el 8 de abril de 2005, fecha del funeral, en las Grutas Vaticanas, en la que fue tumba del beato papa Juan XXIII y a pocos metros de la tumba de San Pedro.
Juan Pablo II era el único papa enterrado entre dos reinas, Cristina de Suecia y Carlota de Chipre.
Hasta ahora, una sencilla lápida de mármol blanco jaspeado cubría la tumba del papa polaco, que se convirtió en lugar de peregrinación de fieles de todo el mundo.
Según datos del Vaticano, una media de más de 20.000 personas la visitaban a diario.
"Ioannes Pavlvs PP II. 16.X.1978-2.IV.2005" eran las únicas letras y números grabados en la losa de mármol, proveniente de la famosa montaña de mármol de Carrara, en el noroeste italiano.
La losa medía 2,20 metros de largo por 1,20 metros de ancho y estaba colocada de manera que los fieles podían verla y leer lo escrito con facilidad.
Globovisión
SÁBADO 22 DE MARZO DE 2008
Visita de Laurence Freeman a la Abadía Benedictina de Güigüe
Las profecías del 2011
Sobre Ramón Soto
Ramón Soto, venezolano nacido en caracas el día 28 de octubre de 1946. tiene mas de 40 años de experiencia en el manejo de las cartas de tarot. Estudió en la universidad de la tercera edad parapsicología, es un estudioso de la cultura védica (india), es además astrólogo y numerólogo. Después de muchos años de experiencia e investigación, Ramón Soto ha creado una técnica propia llamada Tarot Sideral donde están ensamblados: el tarot, la numerología y la astrología.
Ha escrito varios libros; entre ellos: El rostro oculto del tarot, La sinastría del tarot sideral, La vibración codificada del tarot sideral y su cuarto libro donde nos habla de vidas pasadas titulado “¿Quieres saber quién eras en otras vidas?.
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