Martha Barroeta || Taller de Fantasía
Juan Bautista Plaza
Reconozco y considero que, teniendo voz pública semanalmente, debería en estos momentos abordar temas tan vigentes como lo son los innumerables problemas del país. Estamos en una semana donde se decidirán cualquier cantidad de conflictos que se han venido arrastrando y otros que han sido provocados por dirigentes políticos que han llevado este país al borde del abismo.
Estoy atenta, tanto como ustedes, al acontecer regional y nacional. Padezco de las mismas angustias de decir “la cosa está mala”; “a dónde va a llegar este país”; “lo que gano trabajando no me alcanza”; etcétera. Toda esta situación la vivimos cotidianamente. En este momento mi alma está... como de reposo, prefiero centrar unos minutos en otras materias. Hablemos de un autor, maestro, pedagogo, expositor y profundo ser humano: Juan Bautista Plaza.
A Juan Bautista Plaza lo conocí porque compré su bien escrito libro intitulado: El lenguaje de la música en su 2da. Edición, que consta de 284 páginas y que me costó 65 bolívares. Estoy recordando a Bautista Plaza tanto como a René Rojas, ya que sus clases consistían en enseñanzas pedagógicas con un lenguaje sencillo sin que se perdiera la esencia en la instrucción.
Ambos tuvieron la gran virtud de transmitir sabiamente sus conocimientos musicales. A Plaza le debemos esa media hora de charlas semanales que, basándose en informar al radioescucha didácticamente, con una paciencia infinita lograba introducirlo en el mundo fantástico de flores sobre el pentagrama. De los silencios, de claves jugándose posiciones, de cadencias y de cuanto signo musical se presentara sobre las rayitas horizontales.
Entusiasmado y convencido, trabajaba celosamente por uno de sus ideales más claros. Optimista por lo que podía resultar de la labor semanal, no decayó ni un instante en el compromiso que tenía consigo mismo.
Son lecciones populares sobre música; también acotaciones sobre la música colonial venezolana; lecciones de historia de la música donde me imagino lograba reunir a los amantes de este género alrededor del “transmisor”. Recordemos que estas instrucciones fueron confiadas a B. Plaza a principios del año 1939. El mundo de la música es sumamente extenso.
Plinio R. Carvajal H. || La reflexión política en el cine
Revolución vs. Evolución
Anoche vi una película llamada Tierra de Sangre, en su título en castellano, una cinta que, como toda distopía, me dejó algo deprimido.
El film empieza con un monarca tiránico que se enriquece con los dineros públicos, abusa de su gente, silencia a la prensa, encarcela a la oposición. Un guardia de la prisión simpatiza con un prisionero, héroe de la resistencia y posteriormente, ya liberado, lo ayuda a dar un golpe de Estado, ejecutar al monarca e iniciar una revolución.
El problema empieza cuando el líder revolucionario determina que debe permanecer en el poder indefinidamente para consolidar la revolución, gobierna a su antojo, acusa de traidores a quienes piden alternabilidad en el gobierno y encarcela a los opositores bajo cualquier acusación que pueda resultar conveniente.
Al final, la cinta se resume en una frase: “En el viejo régimen el hombre explotaba al hombre, en la revolución ocurre exactamente lo contrario...”.
La pregunta subyacente es: ¿Las revoluciones liberan a los pueblos? ¿Qué surgió de la Revolución Francesa? El imperio napoleónico, y unas guerras que asolaron toda Europa durante años...
¿Qué surgió de la Revolución Rusa? Una dictadura del proletariado que extinguió la escasa libertad que alguna vez tuvo el pueblo ruso, sometió a sus vecinos, implantó regímenes satélites en Europa Oriental y sometió a la población a tales carencias que al final se desplomó por su propio peso.
¿De la Revolución China? Un régimen autoritario que sometió a su pueblo a la ignorancia, aplastó toda oposición, provocó pobreza y hambrunas hasta que la muerte del amado líder permitió un respiro de libertad que ha llevado al país a ser una gran potencia mundial...
¿La Revolución Cubana? Un modelo fracasado, según la confesión de su propio creador, que hoy en día trata de crear un nuevo modelo aprovechando la iniciativa individual y desmontando el aparato burocrático de un Estado ineficiente...
¿La solución será dejar las cosas como estaban? Ni en broma...
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