Ariel Jiménez muestra el genio
de Jesús Soto
El libro de entrevistas fue editado por Fundación Cisneros.
Ariel Jiménez no recuerda con exactitud cuándo se entrevistó por primera vez con el maestro guayanés Jesús Soto. "Fue alrededor de 1989 y 1990", dice el historiador y curador de arte. Lo cierto es que hasta 2000 mantuvo diversas conversaciones con el artista plástico venezolano, que murió en París en 2005, para discutir con él acerca de su trabajo. "Por supuesto, entre las entrevistas hubo un período de lectura y de reflexión sobre la obra", cuenta.
Esos encuentros están plasmados en las 198 páginas del libro Jesús Soto in conversation with/en conversación con Ariel Jiménez, editado por la Colección Patricia Phelps de Cisneros (CPPC) de la Fundación Cisneros, que ya está disponible en las principales librerías venezolanas.
El libro se centra en la obra creada por el genio del maestro Soto. No es un libro personal, asegura Jiménez, aunque arranca desde su infancia. "La idea fue irnos hacia algunos de los recuerdos más importantes de su infancia, porque estoy convencido de que ahí se esconden claves para la obra de cualquier individuo. Y desde esos recuerdos fui siguiendo metódicamente cada paso, cada momento, cada etapa, y estudié cómo pasaba de un problema a otro".
Se trata del cuarto título de la serie bilingüe Conversaciones/Conversationspublicada por la Fundación Cisneros. En el caso de Soto, Ariel Jiménez consideró que era fundamental presentar la creación del guayanés de forma metódica. "Entre 1950 y 1962, por ejemplo, cada obra planteaba problemas que se respondían o se abordaban en la siguiente pieza", asegura.
A Jesús Soto le molestaba que lo encasillaran dentro del arte cinético. Sobre todo, porque, según afirma Jiménez, su obra no se reducía solamente a la introducción del tiempo en la pintura. Soto iba más allá: se preocupó por la luz y el movimiento, estableció un diálogo con lo barroco, el cubismo, el abstraccionismo de Malévich y Mondrian.
Para mostrar esto en el libro, Jiménez se planteó un lenguaje sencillo, sin tecnicismos, para que pudiese ser digerido tanto por expertos como por personas ajenas al arte.
"La primera parte del libro está dedicada a su infancia en Ciudad Bolívar, a sus primeros encuentros con el arte. Después, cuando llegó a Caracas, se encuentra en la Escuela de Bellas Artes con el cubismo. Más tarde, con el viaje a Parísse topa con la historia del arte abstracto. Y ahí comienza una obra amplia que también se subdivide: trabaja con los problemas de repetición, se interesa por la música dodecafónica, crea la familia de vibraciones y las obras que salen al espacio como los penetrables".
dfalcon@eluniversal.com
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