Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

viernes, 1 de abril de 2011

Se soltó Antonio Ecarri pero se le olvidó mencionar las biografías escritas sobre Miguel Peña y Miguel José sanz por Enrique Grooscors, unas joyas

El Carabobeño 01 abril 2011


Antonio Ecarri Bolívar

En nuestro trabajo, recién publicado, sobre la vida de ese gran valenciano que fue

1844 Miguel Peña Hoja Grabado Paris


Miguel Peña, quien demostró sin ambages que amaba profundamente su ciudad, tanto, que la convirtió en capital de la República, hacíamos la descripción que de Valencia relataba el barón Alejandro de Humboldt, quien parecía compartir el mismo criterio que más tarde asumiría Peña sobre las ventajas de Valencia para ser la capital de Venezuela. Así lo explanaba el sabio alemán en 1800:

"Nueva Valencia, fundada en 1555 bajo el gobierno de Villacinda por Alonso Díaz Moreno, es doce años más antigua que Caracas. En otro lugar hemos demostrado que la población española de Venezuela se ha dirigido de Oeste a Este. Valencia no fue al principio sino una dependencia de Borburata; pero esta última ciudad sólo es ya un embarcadero de mulas. Laméntase, y tal vez con razón, que Valencia no se haya convertido en la capital del país. Su posición en una llanura a orillas de un lago, recordaría la situación de México. Reflexionando sobre la fácil comunicación que presentan los valles de Aragua con los llanos y los ríos que desembocan en el Orinoco, el Casiquiare y el Amazonas, se comprende que la capital de las vastas provincias de Venezuela hubiera estado mejor situada cerca del soberbio puerto de Puerto Cabello, bajo un cielo puro y sereno, mejor que cerca de la rada poco abrigada de La Guaira, en un valle templado aunque constantemente brumoso".

Miguel José Sanz quien fue abogado, político y

periodista venezolano, prócer de la independencia.

Nació en Valencia, estado de Carabobo el 1

de septiembre de 1756. Fue fundador del

Colegio de Abogados de Caracas.

En su propia residencia se instaló la

Academia de Derecho Público y Español el

8 de diciembre de 1790. Hombre profundamente

crítico, hizo severas observaciones al sistema

educativo de la época (1800-1802), lo cual le

colocó en conflicto con el cabildo caraqueño.

Expulsado a Puerto Rico en 1809, regresó

después del inicio del proceso revolucionario y

de emancipación de 1810. Miguel José Sanz

fue secretario del Congreso de 1811 por poco

tiempo, pues pasó a ejercer la Secretaría de

Estado, Guerra y Marina. Caída la primera República

1812, estuvo preso en Puerto Cabello hasta junio de

1813. Participó en 1814 en la llamada “emigración

a oriente”. Murió el 5 de diciembre de 1814,

en la batalla de Urica.(Donde lanzaron a Boves)










GROOSCORS, Enrique (hijo)
Evocación, realidad y sueño de la Patria chica.
Valencia-Venezuela, Edición del Ejecutivo del Estado Carabobo, Secretaria de Educación y Cultura. 1965. 107 p.

NOTA: Enrique Grooscors hijo. Poeta, escritor, ensayista e historiador.

Nació en Valencia el 23 de julio de 1921. El ámbito de Valencia es su

mundo: sus paisajes y sus gentes la inspiración de su poesía y la materia

de sus libros. Como narrador tiene excelentes biografías sobre el

Dr. Miguel Peña: "Miguel Peña; grandezas y sombras de una voluntad

creadora". Valencia, Secretaria de Educación y Cultura, 1975. 150 p.

y sobre el Lic. Miguel José Sanz: "Sanz, el disipador de tinieblas",

Valencia, Concejo Municipal del Distrito Valencia /1967/. 205 p. ilus.

Incluye bibliografía.

Muchas de sus investigaciones desaparecieron en "manos de amigos"

en calidad de "préstamo" incluso un retrato que de él hizo Braulio Salazar.



Esta era la idea que, venezolanos y extranjeros, tuvieron de las ventajas de Valencia para convertirla en capital de la República. Luego fueron muchos los ciudadanos esclarecidos que coadyuvaron a hacer de Valencia la ciudad más importante para que se desarrollara, desde aquí, esa gran idea puesta en práctica desde mediados del siglo pasado, que fue el proceso de sustitución de importaciones, para crear un emporio industrial que buscara, "sembrando el petróleo", el camino para salir del subdesarrollo.

En abril de 1951, con motivo de la VII Asamblea de Fedecámaras realizada en Valencia, el concejo presidido por Eduardo Celis Sauné dictó una resolución mediante la cual se ofrecían terrenos y exoneraciones de la Patente de Industria y Comercio, por varios años, a las industrias que se establecieran en la ciudad. Fue la primera acción de este tipo que se produjo en el país. El día 3 de abril de 1956 se publicó la Ordenanza Municipal Reguladora de Ventas de Terrenos en la Zona Industrial, siendo presidente del Concejo Municipal el Dr. Lorenzo Araujo Ecarri, sobre una extensión de ocho millones de metros cuadrados, en la que se establecían las condiciones de venta y exoneraciones de pago de patente por dos años, que luego se aumentó a cinco.

Luego, con el advenimiento de la democracia, fue el Concejo Municipal presidido por don Humberto Celli el que creó la Zona Industrial de Valencia. Esa cámara estaba integrada además por los concejales Alejandro Izaguirre Angelli, Carlos Suárez, Raúl Villarroel, José Núñez Milá, Víctor Peñalver y Luis Núñez Pérez, quien fue el proponente de la Fundación que permitió el desarrollo de toda esa parte de la ciudad, para que se asentaran en ella las empresas que antes atiborraban la capital de la República.

También fueron muchos los hombres de empresa a los que Valencia les debe eterna gratitud, como don Domingo Olavarría, quien funda la primera empresa textilera de que se tenga memoria, don Carlos Stelling, quien fundó la primera empresa de electricidad en nuestra ciudad; don Ernesto L. Branger, con la primera fábrica de pastas, una tenería y, más adelante, Telares Branger y la fábrica de aceite El Aguila; don Guillermo Degwitz con la empresa eléctrica La Cumaca, don Eugenio Mendoza y Oscar Römer instalan Protinal; don Eladio Alemán Sucre la obra imperecedera de El Carabobeño y más recientemente Ricardo Degwitz, con el primer tabloide a color, Notitarde. Además, trabajaron duro por Valencia don Angel Cervini, Juan Ernesto Branger, Eduardo López de Ceballos, Andrés Boulton y muchos otros que escapan a nuestra memoria.

En los nuevos tiempos también tuvimos alcaldes que dejaron huella imborrable en nuestra ciudad: don Miguel Aché con su bonhomía y don de gentes; Armando Celli con su iniciativa de convocar a los fabricantes de vagones de Metro de todo el mundo a participar en una licitación que ganó la empresa alemana Siemens y, luego, la continuidad en la lucha por ese transporte rápido masivo por parte de Omar Sanoja. Luego, el impulso que le da con mucha decisión y coraje Argenis Ecarri, al arrancar los trabajos y, last but not least, el talento gerencial de Paco Cabrera que hizo realidad esa vieja aspiración, cuya inauguración le fue secuestrada por un gobierno sin miramientos con la ética y la verdad histórica.

Toda esa gente que trabajó por el engrandecimiento de Valencia, de Miguel Peña hasta Paco Cabrera, a quienes los valencianos no tenemos cómo pagar sus desvelos, jamás imaginaron que toda su obra se vería opacada por la peor gestión de que se tenga memoria. No culpemos a quienes jamás debieron estar allí, sino a los que permitimos, con nuestra indolencia, que este retroceso histórico alcanzara a nuestra ciudad. No nos lamentemos: del pasado, la experiencia. Vamos a decidir, de una vez por todas, con quién vamos a reparar esa trasgresión a nuestro pasado glorioso, para que el futuro no nos pase factura por el desaguisado cometido.

¡Perdónanos, Virgen del Socorro, te prometemos propósito de enmienda!

aecarrib@gmail.com

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