FRIDA AÑEZ, MUJER CUATRICENTENARIA por Alfonso Marín.
“Nadie podría decir que Frida tiene 400 años. Al contrario es casi una nena sobre todo si se compara su corta edad con la labor cumplida por ella al frente del Ateneo de Valencia.
Pequeña, menuda, ligera, inquieta, dinámica, agradable, desempeñó durante los últimos años la Presidencia del Ateneo de Valencia, vale decir, que fue durante ese tiempo uno de los personajes de mayor actualidad en el movimiento cultural de la capital de Carabobo. Trabajó con denuedo, con espíritu de sacrificio y con audacia, y allí está a la vista de todos la obra realizada
(Nota en 2008: ¡Qué ironía lo que sucede en el presente que no hay obra que mostrar sino la que dejaron las ex-Presidentas mujeres).
Antes de llegar a la presidencia, fue Secretaria del Instituto por espacio de un año (1952-53) tiempo que aprovechó para familiarizarse con los probelamas del Ateneo, con sus peculiaridades internas, con su creciente desarrollo*. Se preparó asi como Secretaria para asumir la Presidencia, dispuesta a continuar trabajando hasta el máximo,con un entusiasmo digno de todo encomio.
(NOTA: Y sin borrar lo hecho por sus antecesoras mucho menos arrumar los archivos a un sótano para que la historia empezara con ella, como hizo Napoleón Oropeza,todo lo contrario haciendo gala de esa honestidad continuaban la línea de la anterior directiva derivada del trabajo en conjunto inspirados en el sentir que de la DIOSA ATENEA, LA DE ATENAS Y DEL OLIMPO GRIEGO emanaba que era la FUERZA DEL ALMA DEL ATENEO DE VALENCIA, hoy perdida. Es la bendición y la maldición de la Diosa Atenea, que tarda pero cumple cuando es violentada de la manera en que lo fue a partir de la década de los 90, con lo solapado y manipulador del femenino humano mal asumido y usurpado unido a la doble moral y el cinismo para lograr un proyecto personal no de la ciudad que aleja el numen deífico que consagra al sincero y al que no viola sus reglas ancestrales)
Pero antes de relacionar este trabajo tesonero de Frida Añez con los intereses permanentes de la cultura, con las proyecciones logradas, con el Ateneo mismo, es necasario relacionarlas con la celebración del cuatricentenario de Valencia. A propósito de ésto, valdría la pena reflexionar un poco, no sólo acerca de lo que se hizo por Valencia con motivo de este acontecimiento sino de lo que hubiera posido hacerse, sino también del aporte de las personas, de los organismos oficiales y de las instituciones privadas para esta celebración. Valdría la pena revisar el aporte que unos y otros. personajes del gobierno, organismo públicos y privados, ciudadanos responsables, hombres y mujeres del pueblo, dieron al cuatricentenario.
Valdría la pena examinar quiénes trabajaron con más ahínco, quiénes fueron más eficaces, quiénes contribuyeron de manera más decisiva al éxito de esta celebración, porque sin duda alguna, el balance obtenido ha sido positivo y esto se debe a la voluntaria acción de todos en bien de la ciudad.
Valencia ha reafirmado esta vez su posición privilegiada dentro de la historia de Venezuela, como uno de los centros matrices de la cultura, de la economía, del progreso de la nación. De esa revisión momentánea de sus credenciales tradicionales y de sus posibilidades futuras, de esa especie de examen de conciencia que vino a ser en definitiva el Cuatricentenario de Valencia, ha salido más firme, más segura de si misma, más segura de su propio destino para enfrentarse al porvenir. Su extraordinario desarrollo urbano de los últimos años, la proliferación de sus industrias, el mejoramiento de los servicios esenciales a toda ciudad civilizada-agua, luz, gas &-, viene a ser el fundamento de la sensación de optimismo, de la alegría en el trabajo, de ese ambiente general de esperanza y de aliento, que se respira en la ciudad.
Fue una gran idea lanzada al parecer por primera vez por Armando Branger en el seno de la Sociedad de Amigos de Valencia, la de dedicar todo un año a la celebración del cuatricentenario.Fue lo mejor que pudo hacerse. La transitoria euforia ciudadana limitada a la exaltación de una fecha, hubiera sido insuficiente. Era preferible hacer lo que se hizo, agitar la opinión pública durante doce meses alrededor del cuatricentenario, con su eficaz promoción de convenciones profesionales, culturales, deportivas, científicas en torno a los 4 siglos de vida cumplidos por Valencia, complementando asi la acción oficial. Y fue dentro de ese movimiento general de opinión donde el Ateneo de Valencia desempeñó un papel de excepcional importancia. Y fue alli precisamente donde se hizo sentir la labor personal, la capacidad de trabajo, el audaz dinamismo y el espíritu de iniciativa de Frida Añez.
Hablar de ella, por lo tanto, en estos momentos es hablar del Ateneo de Valencia y hablar del Ateneo es referirse a una de las empresas de cultura de mayor trascendencia que se han realizado en Venezuela en los últimos tiempos.
El Ateneo nació de la efervescencia espiritual de un grupo de personas contagiadas por la inquietud emprendedora que surgió en la venezuela de 1936, cuando se rompieron los diques de la tiranía gomecista. Al principio no fue sino una idea un poco romántica; una idea generosa vestida de esperanza. Las dificulatades iniciales que le salieron al paso han podido acabar con ella. Afortunadamente no fue asi. La mayor parte de sus gestores lograron mantenerla. Y para bien de Venezuela, el Ateneo pudo salvarse.
Siguió creciendo desde entonces. Su curva de prosperidad ha recorrido siempre una órbita ascendente.
Cuando Frida Añez llegó a la presidencia, ya el Ateneo tenía su edificio propio recién inaugurado. Había que cumplir con él en consecuencia, la gigantesca tarea de consolidar su movimiento. Ya no se trataba solamente de la necesidad de mantener encendida la modesta lámpara espiritual que había estado alumbrando durante 16 años de lucha y de trabajo un oscuro rincón de la calle Páez. Había a la vez algo más importante: se requería la instalación y dotación de una moderna biblioteca (NOTA: Cosa que se obtiene con la donación absoluta, incluyendo escritorio y pluma del sabio Dr. Enrique Tejera hoy perdida y referida sólo a la colección de la biblioteca personal donada por su presidente desde 1990 sin tomar en cuenta la rica colección extraviada que todos conocemos y que hizo historia en Valencia, en Venezuela y aun fuera de sus límites) catalogada y estructurada según los lineamientos de la recién creada profesión en la UCV de Caracas, labor que como bibliotecóloga preparada por la Lic. Ruiz Larré continuó Eglée Ramos Giugni, hermana del artista Aldo ramos Giugni); para ello se requería la adaptación general de su nuevo edificio. Es verdad que las presidentas anteriores pusieron en susmanos este nuevo local, ya funcionando, como culminación de las ambiciones alimentadas por ellas durante largos años; es verdad que todas ellas habían contribuido con sus personales esfuerzos a la construcción de esta obra, que venía a ser uno de los más hermosos aportes de la iniciativa privada a la celebración del cuatricentenario; pero es verdad, asimismo, que nunca hasta entonces, el Ateneo había reclamado de sus dirigentes una atención más constante y firme.
Y Frida Añez supo estar a tono con esa pesada carga de responsabilidad que el Ateneo de Valencia echó sobre sus hombros. No sólo organizó la biblioteca, a la cual dedicó días y noches de incansable vigilia, durante las cuales contó con la espléndida cooperación de Alcira Ruiz Larré, Directora de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y con la amorosa compañía y la paciencia laboriosa de su progenitora, doña Lucrecia de Añez,(quien con amor fue registrando un album de fotos del hacer cultural de su hija Frida aparecido en los periódicos regionales, nacionales y extranjeros, sino que le sobraron energías, audacia, y decisión para pensar en una Exposición Internacional de Pintura con ocasión del Cuatricentenario. Un proyecto demasiado ambicioso. Se creía al principio , que esto era imposible; se pensó que el Ateneo no estaba en condiciones de comprometerse en una empresa semejante. Pero Frida Añez tiene la terquedad de quien se sabe superior al desaliento y se enfrentó a las circunstancias. Desafió todos los tropiezos, hizo gestiones por todas partes, provocó reuniones con representantes de distintas instituciones, interesó a los organismos oficiales , movilizó la prensa, pidió, rogó, discutió, renunció al cargo que venía desempeñando en una empresa desde hacía algunos años, para quedar enteramente libre y poder dedicar 24 horas diarias a la realización de esta idea, y no estuvo tranquila, ni descansó, ni se sintió satisfecha hasta que no vio colgados en las paredes del Ateneo cerca de 300 cuadros de pintores seleccionados de 30 países de Europa y América. El éxito de esta exposición no tiene precedentes
(Nota: Ni nadie ha podido igualarla ni en Caracas ni con los avances y recursos del presente)
El trabajo personal de Frida Añez en la organización de ella, representa uno de los esfuerzos más intensos de quienes contribuyeron a darle brillo al cuatricentenario.
A parte de todo esto, Frida Añez realizó como Presidenta del Ateneo de valencia, entre otras, una obra extraordinaria: el primer festival de música instrumental de cámara que hemos tenido en nuestro país con la intervención de los mejores conjuntos de música de cámara existentes en venezuela y con la ejecución en cada concierto de una obra por lo menos, de un autor venezolano, como parte esencial del concurso de música instrumental de cámara promovido dentro del mismo festival.
Por eso puede afirmarse, sin ditirambos ni exageraciones, pero si con espíritu de justicia, que Frida Añez de quien por su juventud y su talento se espera mucho todavía
(Nota: Fue la mecenas por excelencia y eje de la cultura en Carabobo en especial las artes del fuego desde 1974 hasta el 2000)
dejó a su paso por la presidencia del Ateneo de Valencia, una huella inconfundible en la celebración decorosa de los 400 siglos de vida que cumplió la ciudad”
Alfonso Marín.
Valencia Marzo de 1956.
NOTA: El album de Doña Lucrecia lo entregué por orden de la propia Frida a María Teresa Morín pensando que en el 450 aniversario de la ciudad, la Alcaldía de Valencia como debió hacerse, iba a editar como han hecho la nieta, Adriana, de Carlos Raúl Villanueva con el album de su abuela o hacer una película tipo El reventón de Carlos Oteyza, con lo único que registra la memoria de esa época gloriosa carabobeña ya que El Carabobeño sólo deja acceder a sus archivos a partir de 1980 y en el Ateneo ni sombra de ese pasado le interesó guardar en sus ¿archivos? a su President@ desde 1991...Nada se hizo y el album de Doña Lucrecia y todo el archivo de Frida Añez está siendo publicado en el blog fridavalencia.blogspot)
Hoy 11 de abril es justamente el cumpleaños de Frida Añez de Magasrevy.
¡FELICIDADES!.
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