Juan Luis Guerra: mi éxito está en haber vestido la bachata de romanticismo
"La música es la alegría cantada", exclama Guerra, quien manifiesta que la gente a pesar de no tener dinero invierte en cultura porque les da energía positiva y se olvidan de los vaivenes de la bolsa y de la crisis económica.
 |
Juan Luis Guerra renovó la bachata (Edsaú Olivares/ Archivo)
EL UNIVERSAL
miércoles 4 de julio de 2012 08:54 AM
Santa Cruz de Tenerife.- El compositor dominicano Juan Luis Guerra, con 11 discos de estudio en el mercado y 9 Latin Grammys, ha considerado que su éxito, por encima de estos logros y reconocimientos, está en haberle puesto "vestido" a la bachata, género al que dice que ha ataviado con romanticismo.
"Mi bachata es rosa, es más suave y suena diferente a la tradicional de República Dominicana", asegura Guerra en una entrevista telefónica a Efe, en la que explica que la primera vez que utilizó este nuevo ritmo, que mezcla con bolero, fue en los noventa, en su disco "Bachata rosa", uno de sus trabajos de más éxito.
A partir de ese momento la ha seguido utilizando en canciones posteriores, melodía que hace que a personas que normalmente no escuchan esta música "les guste e incluso la bailen", explica el músico, a punto de ofrecer dos conciertos en Canarias, los únicos que dará en España.
"La música es la alegría cantada", exclama Guerra, quien manifiesta que la gente a pesar de no tener dinero invierte en cultura porque les da energía positiva y se olvidan de los vaivenes de la bolsa y de la crisis económica.
Sus conciertos son ejemplo de esta alegría, pues según cuenta, son "una fiesta" en la que todos los que asisten participan bailando y tarareando sus clásicos, como "Ojalá que llueva café" y "Visa para un sueño" y otros temas más nuevos, como "La travesía" y "La guagua".
No tener fronteras, gustar tanto a padres como a hijos y resistirse a las modas pasajeras son otros de los éxitos de Juan Luis Guerra, quien desmiente que haya pasado de encontrar la inspiración en el amor a hacerlo en Dios.
"Dios es mi inspiración, de él sale el amor", responde el artista, quien confiesa que desde que contactó hace 17 con el cristianismo, siempre lo ha tenido presente y que, aunque sigue haciendo canciones "sumamente románticas", sus referencias religiosas están ahora más presentes que nunca en su carrera.
"La espiritualidad es lo que me hace estar bien y en armonía, antes estaba desordenado", dice el dominicano, quien matiza que la religión la lleva siempre consigo y, aunque le aleje de algunos seguidores, es algo de lo que no puede separarse y luce con orgullo.
Ese compromiso es similar al que tiene con otras causas sociales, como con Haití y las consecuencias que dejó el terremoto de 2010 y con su propio país, República Dominicana, donde critica que se invierte poco en sanidad y educación.
En Haití abrirá dentro de poco un hospital con lo que ha recaudado del concierto benéfico "Song hope of Haití" que organizó y en República Dominicana tiene esperanzas de que el nuevo gobierno aumente el presupuesto destinado a educación, "una vieja reivindicación que parece que vamos a conseguir", apostilla.
Respecto al movimiento de protesta 15M, que desde España se propagó a muchos lugares el mundo, Guerra opina que "está bien que la gente salga a la calle y luche", ya que no hay que perder la esperanza "pues al final todo llega y hay que saber estar y esperar"; y es que, a su juicio, "lo mejor está por llegar".
Entre sus retos de futuro destaca seguir sacando nuevos discos, componer música para películas y, sobre todo, hacer alguna colaboración con Paul McCartney.
Se declara "un gran admirador" de los Beatles, grupo con el que creció y entre sus influencias también resalta al merenguero dominicano Johnny Ventura, con cuya música aprendió a bailar en las discotecas de Santo Domingo.
De ambos destaca su capacidad para seguir creciendo y su constancia en el mundo de la música, un ámbito que él no piensa abandonar: "Cuando tenga 70 años me veo componiendo y cantando, es el don que Dios me ha dado".
"Mi bachata es rosa, es más suave y suena diferente a la tradicional de República Dominicana", asegura Guerra en una entrevista telefónica a Efe, en la que explica que la primera vez que utilizó este nuevo ritmo, que mezcla con bolero, fue en los noventa, en su disco "Bachata rosa", uno de sus trabajos de más éxito.
A partir de ese momento la ha seguido utilizando en canciones posteriores, melodía que hace que a personas que normalmente no escuchan esta música "les guste e incluso la bailen", explica el músico, a punto de ofrecer dos conciertos en Canarias, los únicos que dará en España.
"La música es la alegría cantada", exclama Guerra, quien manifiesta que la gente a pesar de no tener dinero invierte en cultura porque les da energía positiva y se olvidan de los vaivenes de la bolsa y de la crisis económica.
Sus conciertos son ejemplo de esta alegría, pues según cuenta, son "una fiesta" en la que todos los que asisten participan bailando y tarareando sus clásicos, como "Ojalá que llueva café" y "Visa para un sueño" y otros temas más nuevos, como "La travesía" y "La guagua".
No tener fronteras, gustar tanto a padres como a hijos y resistirse a las modas pasajeras son otros de los éxitos de Juan Luis Guerra, quien desmiente que haya pasado de encontrar la inspiración en el amor a hacerlo en Dios.
"Dios es mi inspiración, de él sale el amor", responde el artista, quien confiesa que desde que contactó hace 17 con el cristianismo, siempre lo ha tenido presente y que, aunque sigue haciendo canciones "sumamente románticas", sus referencias religiosas están ahora más presentes que nunca en su carrera.
"La espiritualidad es lo que me hace estar bien y en armonía, antes estaba desordenado", dice el dominicano, quien matiza que la religión la lleva siempre consigo y, aunque le aleje de algunos seguidores, es algo de lo que no puede separarse y luce con orgullo.
Ese compromiso es similar al que tiene con otras causas sociales, como con Haití y las consecuencias que dejó el terremoto de 2010 y con su propio país, República Dominicana, donde critica que se invierte poco en sanidad y educación.
En Haití abrirá dentro de poco un hospital con lo que ha recaudado del concierto benéfico "Song hope of Haití" que organizó y en República Dominicana tiene esperanzas de que el nuevo gobierno aumente el presupuesto destinado a educación, "una vieja reivindicación que parece que vamos a conseguir", apostilla.
Respecto al movimiento de protesta 15M, que desde España se propagó a muchos lugares el mundo, Guerra opina que "está bien que la gente salga a la calle y luche", ya que no hay que perder la esperanza "pues al final todo llega y hay que saber estar y esperar"; y es que, a su juicio, "lo mejor está por llegar".
Entre sus retos de futuro destaca seguir sacando nuevos discos, componer música para películas y, sobre todo, hacer alguna colaboración con Paul McCartney.
Se declara "un gran admirador" de los Beatles, grupo con el que creció y entre sus influencias también resalta al merenguero dominicano Johnny Ventura, con cuya música aprendió a bailar en las discotecas de Santo Domingo.
De ambos destaca su capacidad para seguir creciendo y su constancia en el mundo de la música, un ámbito que él no piensa abandonar: "Cuando tenga 70 años me veo componiendo y cantando, es el don que Dios me ha dado".
Un mito en plena forma
Pierre Cardin cumple 90
El diseñador francés Pierre Cardin no parece haber dudado nunca de sí mismo. "Soy uno de los hombres más ricos de Francia. Puedo comparar cualquier cosa", dijo hace pocas semanas en entrevista con un medio europeo. Y "cualquier cosa" incluye una modesta torre de 240 metros que está siendo construida en Venecia.
Para Cardin el trabajo es una droga. El imperio de la moda que lleva su nombre levantó 1.000 fábricas en 100 países en un lapso de 60 años. No pocos lo envidian, tal como asegura el modisto, que cumple el lunes 2 de julio 90 años.
"No quiero morir. El resto ya lo he alcanzado. Recorrí el mundo, recopilé la sabiduría de los intelectuales más destacados a nivel mundial y tuve contacto con Picasso", admitió Cardin hace pocos días en Belgrado, donde presentó su nueva colección.
Cardin ya había estado en Belgrado cuando la ciudad aún era yugoslava. Según relató a un periódico serbio, por aquel entonces le presentó su colección a la mujer del gobernante comunista Tito, Jovanka Broz.
Pionero
En 1947 creó el célebre 'new look', que se caracterizaba por una marcada cintura y hombros redondos, y tenía fama de confeccionar los mejores trajes para hombre y mujer de todo París. Presentó su primer desfile de alta costura en 1953 y, según cuenta, la inspiración siempre le sobrevino al encontrarse en la calle o por la noche, a través de su inconsciente.
"Cuando es de noche veo formas, materiales, colores. Me despierto, enciendo la luz, dibujo y escribo", contó en 2008.
El modisto sigue siendo considerado por muchos "el mayor visionario" del mundo de la moda. Su olfato para los negocios supo llevarle la delantera a muchos de sus colegas de oficio. Fue el primero que diseñó para las masas y lanzó al mercado una colección 'prêt-à-porter'. También fue el primero en utilizar su nombre para innumerables productos, desde muebles y agua mineral hasta tocadiscos.
Cardin siempre estuvo un paso por delante: tendió redes hacia la Unión Soviética antes que nadie y puso la mira en el mercado chino antes que a otros les interesara expandirse en esa dirección.
A Pietro Cardini, nacido en las inmediaciones de Venecia como hijo de un vitivinicultor francés, el lujo nunca le interesó. Aunque la frase suena descabellada al ser pronunciada por alguien que cuenta, entre otras propiedades, con castillos.
"Tuve desde muy joven la oportunidad de comprarme todo", explicó en una entrevista el diseñador, que asegura tener el interés puesto más bien en los aspectos creativos de su empresa.
Inversiones
No obstante, en el ámbito de las adquisiciones el galo no parece haberse privado de nada: en 1969 compró un antiguo teatro cerca del palacio del Elíseo en París y lo transformó en el Espacio Pierre Cardin, un centro cultural con salas de conferencia, un restaurante de lujo, una galería de arte y un salón de exposición para sus colecciones.
Luego le interesó la marca Maxim's, bajo cuyo nombre comenzó a comercializar productos 'delicatessen' como 'champagne' e hígado de ganso. En 1981 compró el restaurante homónimo de estilo 'art nouveau', entre cuyos clientes figuran Alain Delon y Romi Schneider.
Actualmente, el modisto puede reclinarse y vivir despreocupado a nivel económico gracias a una considerable cartera inmobiliaria. Cuenta, entre otros, con un castillo en la localidad de Lacoste, en el sur de Francia; la residencia de vacaciones futurista Palais Bulles, en la Costa Azul; el Museo Cardin, en el norte de París; una casa de subastas e ingresos por cientos de licencias contratadas.
No tuvo hijos, y su amigo y colaborador André Olivier murió en 1993. Ya lleva años buscando un sucesor, en vano. "Busco alguien que respete mi obra de vida. Trabajé arduamente durante 60 años para convertir mi nombre en una marca. Hoy se manejan más de 800 licencias, eso no se vende al primer postor", comentó hace pocas semanas.
Teniendo en cuenta su ego, lo más probable es que la búsqueda aún le lleve mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario