La combinación perfecta!
Ahora es un acertado slogan de los Juegos Industriales 2011, aunque desde hace tiempo ha sido una realidad social y económica de la historia contemporánea venezolana, que el trabajo y el capital marchen unidos en tareas comunes de consolidación del desarrollo del país. Ayer, en el pasado reciente, en Carabobo lo hicieron don Eugenio Mendoza y Ricardo Urriera, y más tarde lo siguieron Luis Núñez Pérez y Luis Felipe Ojeda, desde tribunas y estilos diferentes. "Combinación perfecta" nació como juego de palabras en boca de Carlitos González o Delio Amado León en la narración de una intervención de Teodoro Obregón y Gustavo Gil o de Enzo Hernández y Remigio Hermoso, confeccionando con éxito y elegancia un doble play en un partido de beisbol. Pero, cómo no usar esa misma frase para asociarla con la industrialización de Valencia, proceso que fue posible, precisamente, por la combinación de la inversión privada y el esfuerzo laboral, en un escenario planificado y acondicionado con la visión de hombres y mujeres en ejercicio de la administración pública, que en ese momento actuaron haciendo de preparadores del terreno y también de árbitros de cada jugada De eso se trata, justamente, la imagen en la que aparecen Gerardo Barreto M. y Tulio Hidalgo S. participando en la elección de la Reina de los Juegos Industriales 2011, una cruzada deportiva en la que empresarios, gerentes, empleados y obreros de la industria carabobeña pusieron de relieve que por encima de todas las dificultades, primero se encuentra el interés común, en este caso la recreación y el deporte, en manifestación inequívoca de la responsabilidad social. El presidente de la Cámara de Industriales, en expresión de asombro o sincera de frustración por todo lo que está ocurriendo con numerosas empresas manufactureras de la región, mientras el presidente de Fedecámaras, de mejor cara, aunque escondiendo sus adentros, llamando a no rendirse, frente a un auditorio recargado de alegría que hacía olvidar las realidades del entorno fabril. ...Todo no está perdido. Viene otra oportunidad y lo importante ahora es no perder la compostura ni la esperanza, seguir entrenando y esperar el juego final del 2012, para otra "Combinación Perfecta" y cerrar con un triple play.
Tomado de El Carabobeño 04 abril 2011
Francisco "Pancho" Pérez || En Secreto
Fernando Facchin B. || El realismo político nacional
"Nadie puede realizarse en una Nación que no se realiza, ni nadie puede ser libre en una Nación que no lo es".
El máximo exponente del oficialismo todavía se maneja con un discurso insustancial, vacío de pensamiento político. Las palabras son instrumentos para arrastrar la política fuera del terreno del pensamiento y de la inteligencia; un discurso plagado de la vida anecdótica del personaje de la "Leyenda Negra" de la Venezuela del SXXI. Da la impresión que, para el comandante, expresar sus anécdotas e inventar ridiculeces para mantener audiencia, le impide pensar en el país, demuestra estar reñido con la eficiencia en la gestión pública.
Insulta y descalifica a quienes le formulan reclamos, le da fastidio la voz del pueblo, para él los problemas de la gente son cuestiones intrascendentes, es más importante banalizar cómo el capitalismo acabó con la vida de Marte; lo importante es el "marketing televisivo", con caradurismo, con incontinencia verbal y una locuacidad anecdótica y vacía que marca la agenda político-panfletaria del país, seguido de los pseudodirigentes político-partidistas que, coloquialmente, le muerden el trapo rojo y pierden el tiempo siguiéndole la agenda del "reality show diario", sin ocuparse de la realidad que vive el país y su gente. Al discurso político hay que darle seriedad y realismo.
En el "marketing televisivo" radica la operatividad oficial, lo que demuestra su desnuda inutilidad para regir los destinos de la patria, una ineptitud vociferante y panfletaria, anecdótica y plagada de mentiras, que no sirve para resolver la crisis, sólo sirve para intimidar y entretener a quienes lo atienden con benevolencia. Es una realidad que exhibe un vacío de pensamiento político, acompañado de un vacío de capacidad de gestión para una gobernabilidad planificada hacia el futuro del desarrollo sostenible del país, es pura ineficiencia y efectismo político.
El problema radica en la necesidad política de la "masividad", para lo cual se requiere transmitir, constantemente, un show televisivo, bajo la premisa de que lo que no está en TV no existe, así construye su imaginario colectivo, que implica para el país un riesgo, que los políticos dirijan su discurso hacia ese imaginario intelectualmente vacío y desvíen la realidad nacional a segundo plano, lo que provoca en la ciudadanía una neutralidad que nos conduce a la inercia electoral. En nuestro país funcionaba una "videocracia". Particularmente creo que los discursos políticos de la alternativa democrática deben decodificar la mala praxis de seguir la agenda oficialista. Con decodificar me refiero al hecho cierto de la necesidad de establecer una política de realismo, una manera de transmitir un mensaje de contenido real y serio, a sabiendas que la lógica de la política es compleja, mientras que la lógica del entretenimiento televisivo es simplista y admite lo anecdótico, lo vulgar y lo insustancial.
Con la exageración del "marketing televisivo" se corre el riesgo de que el producto ofrecido carezca de las condiciones esenciales de la promoción y termine por desilusionar al público votante, como estoy seguro sucederá en el 2012, cuando el voto cautivo del oficialismo se traslade a otros predios electorales, ya no es posible ocultar las deficiencias oficialistas, ni la corrupción, ni la violencia social, ni las obviedades ni la ausencia de nuevas propuestas, el comandante ha pasado por alto la persistencia de la memoria colectiva, olvidando que "la vida sin memoria no es vida", como dijo Buñuel.
Ante la realidad narrada, siento que es necesario actuar en función al principio moderno del realismo político, que sostiene que el político realista es el que percibe la realidad social como ella es y no como él quisiera que fuera. El que obra con los pies en la tierra. El que se mueve en el escenario que es y no en el imaginario, la política realista es aquella que tiene contacto con la realidad, que no se nutre de fantasías, que ve al mundo social como es y no como quisiéramos que fuera. La sociedad civil está dispuesta a participar para lograr sus propios objetivos e imprimir dinamismo a las acciones políticas.
Apostemos a la participación.
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